Vuestros compañeros ya se habían marchado y vosotros erais los próximos para salir de la torre, sin embargo una voz familiar os pidió que os detuvierais. Cuando mirasteis en la dirección adecuada observasteis que Alexstrasza se encontraba junto a su consorte mientras lentamente se acercaba a vosotros
- Tengo algo que comunicaros - comentó algo seria mientras se colocaba a menos de un metro de vuestra posición.
- Agradezco que hayáis decidido atender la llamada en el Mare Magnum - hizo una pausa para miraros directamente a los ojos
- Debéis viajar hasta Bahía del Botín, es un lugar neutral para todas las facciones de Azeroth y con lo cual donde pasaréis desapercibidos con mayor facilidad, una vez allí tendréis que fletar un barco para llegar a estas coordenadas, es de vital importancia que ignoréis cualquier tentativa para viajar por aire o bajo compañías que no sean de vuestra confianza - posó su mano sobre el hombro de Garroom.
- Bajad hasta la segunda planta, allí atravesaréis un portal que os llevará hasta Vega de Tuercespina, ese territorio es demasiado conflictivo como para pensar que os pueden estar observando y descubrir de donde procedéis, una vez en la jungla id lo más rápido posible al puerto para conseguir el barco. -
Alexstrasza hizo hincapié en que memorizarais las coordenadas puesto que conocías los riesgos de llevar un plano o de hacer llegar la información a otros oídos que no tuviesen su aprobación. Vuestro objetivo era una isla cerca de la vorágine.
- No podéis dejar ninguna pista o rastro de vuestras intenciones, no sabemos que aliados tienen en la sombra nuestros hermanos y si el plan puede verse comprometido si descubren que varios campeones se dirigen hacia las inmediaciones de la vorágine. Esas coordenadas deben bastar con lo cual estad alerta en cuanto diviséis las masas de tierra, allí se encontrará el refugio del enemigo - Alexstrasza se dio la vuelta
- No demoréis, el tiempo se agota y aún os queda mucho camino por recorrer, buena suerte -
En cuanto Alexstrasza les dejó allí, solos de nuevo, miró al chamán y asintió. Era el momento de ponerse a hacer bien las cosas.
– Parece que te han fastidiado el plan, si pretendías ir con tus portales – dijo con sorna, aunque sin nada de ilusión por tener que atravesar el mar en barco, menos con la compañía de los goblins, y mucho menos teniendo que viajar hasta allí, de nuevo, por las selvas del sur de Azeroth; primero había sido Un'Goro y, ahora, tocaba Tuercespina –. Bueno será mejor que nos pongamos en marcha, ¿no?
No quería respuesta en realidad, y no la esperó. En cuanto terminó de hablar se puso en marcha, siguiendo las indicaciones de la dragona, para dirigirse al inicio de su nueva empresa.
Garroom atendió bien a las explicaciones de Alexstrasza sobre qué debían hacer y las indicaciones eran muy precisas. En cuanto terminó y se quedaron a solas, Lyareth habló y se encaminó. Sin que Garroom dijese nada, se encaminó hacia la segunda planta de la Torre para atravesar el Portal hacia Tuercespina.
Siguiendo las instrucciones de la reina de dragones, atravesasteis el portal que os llevó hasta Tuercespina.
El calor era pegajoso y casi insoportable, pero al menos los caminos estaban bien marcados y la fauna local no estaba demasiado agresiva en aquel día. Sin embargo los contrastes de temperatura entre Rasganorte y Los Reinos del Este iban a terminar pasándoos factura.
Tras un largo camino y por suerte ningún incidente la entrada de Bahía del Botín se interpuso ante vosotros. Tras pasar un pequeño túnel os cruzasteis de cara con la magnificencia de aquel pequeño puerto, refugio de comerciantes, piratas y aventureros. La brisa marinera y el sonido del bullicio dejaba un ambiente agridulce para vuestros sentidos.
A los pocos minutos de estar dentro de Bahía del botín comenzasteis a escuchar un gran revuelo. En la parte inferior, cerca de los muelles, había una voz que predominaba del resto, era bastante estridente y al principio os costó saber de qué se trataba. Si echabais un vistazo con más atención pudisteis ver a una Goblin subida a varias cajas que gritaba a plena voz una información bastante curiosa.
- Escuchaaaaaaaaad, escuchad todooooooooooooos, el Kur Drakkar está a punto de ser vendido, ¿vais a dejar escapar esta oportunidad? ooooh ¿quién da más?¿de verdad vais a permitir que esta belleza de las tierras de Rasganorte acabe en las manos del único postor? seréis verdaderos hombres y mujeres de aguas saladas cuando toméis el control de este maravilloso navío!¡No admitimos devoluciones por artículos de otro color y/o tamaño! después se quedó callada y puso su mano verdosa junto al oído ¿Lo oís? son vuestros sueños de aventura y riqueza escapándose por no aprovechar la oportunidad! - sin lugar a dudas aquella pequeña goblin había logrado captar la atención de más de 10 personas. Todas ellas pendiente a saber quien será el máximo postor.
PD: Si os surge la duda sobre si tenéis dinero, si, tendréis entre ambos objetos de valor o pertenencias de unas 10.000 monedas de oro entre los dos.
El camino hasta allí, de nuevo y de manera increíble, había vuelto a estar exento de peligros. El calor y la humedad, en contraste con las gélidas temperaturas de Rasganorte, eran los únicos inconvenientes en un viaje por lo demás carente de amenazas. Así que llegaron rápidamente y a salvo hasta el puerto conocido como Bahía del Botín, dando el primer paso acertado en aquella primera expedición, y solo restaba conseguir un pasaje a la Vorágine, algo que, en realidad, parecía que iba a ser más difícil.
Caminaba con paso lento, tranquila, con una capucha ocultando su rostro y cuernos, y un gran ropón cubriendo su cuerpo para evitar que sus tatuajes y su arma fueran visible, cuando el revuelo de la parte baja del pueblo pirata llamó su atención. Con curiosidad, se acercó al borde de los muelles superiores y miró hacia abajo, ladeando la cabeza en seguida.
Apenas un minuto más tarde, suspiró.
– Parece hecho a propósito – dijo en voz baja, sin mirar al orco pero dirigiéndose a él –. ¿Qué opinas? Si me preguntas a mi, yo pienso que es demasiado bueno, y demasiado fácil – dejó una pausa, gruñó –. Y también que llamaremos mucho la atención si nos ponemos a regatear. Además, yo no quiero un barco para nada – negó –. Dejemos a los idiotas que se peleen por el él, y ya después lidiaremos con el capitán que más nos convenga.
El viaje a través de Tuercespina es rápido y sin incidente, algo extraño en un lugar como aquél. Tanto Garroom como Lyareth se alegraron de ello y así llegaron a Bahía del Botín, el olor inconfundible del agua marina penetró las fosas nasales del chamán, A demás el bullicio de un asentamiento goblin. Aquellos pequeños seres verdes podían resultar muy pesados pero había que reconocerles que se montaban bien las cosas.
Al adentrarnos más, escuchamos la voz estridente de una goblin que sobresale por encima del bullicio. La pareja se acerca y escucha la subasta de un barco. Lyareth hace el mismo comentario que esta pensando Garroom al escuchar la subasta, que coincidía con ella, era algo arriesgado ponerse a pujar por el barco cuando el precio podía superar lo que llevaban encima:-Creo que tienes razón, Lyareth. Vamos a una taberna a esperar a que termine esta subasta y después hablaremos con el nuevo dueño del barco.-le comenta Garroom mientras apoya una mano en la cintura de Lyareth para alejarse de la subasta.
Mientras os alejabais de la zona de subasta, escuchasteis perfectamente como se iba desarrollando la negociación.
Un hombre que al principio pasaba desapercibido alzó la mano con seguridad, su mirada era fría y su aspecto algo desaliñado pero su cuerpo parecía musculoso y curtido en batalla, algo que su tono de voz potenció.
- Doy 8.000 monedas por ese navío, 2.000 más que lo ofrecido por ese señor de la primera fila - comentó mientras alzaba la mano para después señalar a un tipo bajito y regordete que anteriormente había ofrecido 6.000 monedas por el Kur Drakkar.
La sonrisa que se le dibujó a la goblin era casi más amplia que su propia tez
- ¿Habéis oído? ¡¡8.000 piezas por este magnífico navío!!! ¡¡eres un tipo sabio amigo!!! - después comenzó a agitar los brazos
- ¡Vamos!!, ¿¿nadie da más??¿he oído 10.000?¿nadie ofrece 10.000 por esta maravilla de los mares gélidos de rasganorte??? - mientras tanto se podía observar como el humano que había pujado se quedaba de brazos cruzados mirando al navío.
¿Vais a la taberna? ¿o esperáis a saber qué ocurre con la subasta?
Control de actividad:
Si mañana día 09 antes de las 15:00 no se postea, la misión contará como fracasada por inactividad.
Insisto en que el ritmo de la partida es medio, no lento.
Garroom escucha la apuesta del humano por el Kur Drakkar:-8.000 piezas de oro por el barco, hay que ver lo desperado que está por conseguirlo.-piensa mientras observa la subasta:-Espera Lyareth, si ese humano está dipuesto a pagar 8.000 por el barco quiero ver quién es el iluso que intenta superarlo.-Le dice a su compañera y vuelve su atención hacia la subasta.
- ¿Es que nadie pujará nada?¡que es vuestra última oportunidad! - agitó los brazos más rápido
- A la de una... 8.000 a la de dos... ¿nadie?¿de verdad?¡pues nada!¡adjudicado al humano de la última fila! -comentó mientras pedía que el hombre se acercara.
- Ven, te llevaré a mi despacho, allí te daré las escrituras, todas legales ¿eh? y me pagas el oro, si... el oro - dijo mientras daba un brinco y saltaba de la caja mientras le pedía al humano que le acompañara. El humano tras ganar el navío no mostró alegría alguna, se mantenía serio y pensativo, dejó que la goblin se acercase a él y se dedicó a seguirla.
Os doy algunas opciones:
Examinar el Barco
Seguir al humano y al goblin con discreción
Ir a la taberna
Con la puja –que al final se habían quedado a ver a petición de Garroom– finalizada, no tenían nada que hacer allí ya. Debían moverse, rápido, para tomar una decisión. Ir a la taberna en busca de algún capitán que les llevara dónde querían –teniendo que hacer las consiguientes preguntas que llamarían la atención–, seguir al nuevo propietario del barco –y buscar la manera de, discretamente y de la manera que fuera, convencerle del viaje–, o ir a inspeccionar aquél nuevo barco, en el que tal vez por nuevo sería más fácil, por ejemplo, colarse para después secuestrarlo en alta mar. Por decir algo.
Con rapidez, expuso aquellas ideas a su compañero orco y, con el rostro ligeramente fruncido por cada segundo que tardaba en responder –y pensar las opciones, era de suponer–, esperó contestación para actuar.
– ¿Y bien?*
* Se supone que te he dicho las ideas que he tenido en el texto.
<Aviso> Recuerdo que, hasta el día 17, sigo de vacaciones. Esto ha sido únicamente un hueco que he sacado para que no se quede parado.
Sí, soy consciente que tenías tu ausencia notificada por eso no hay problema :)
Tu compañero no ha respondido así que te toca tomar la decisión.
Viendo la indecisión de Garroom, posiblemente debida a que tenía algún problema moral con alguna de las decisiones, decidió no dejar más tiempo al chamán y responderse a sí misma...
– ¡Bah! No respondas – gruñó –. Tú llamas mucho la atención, y no necesito un orco para asustar a nadie. Haz una cosa, quédate aquí vigilando el barco y luego me cuentas. Yo seguiré al capitán y al subastador y les convenceré discretamente de que cualquiera que sea su plan, tendrán que esperar hasta dejarnos en nuestro destino.
... La paciencia no era una de sus virtudes, como tampoco lo era muchas veces –la mayoría– la diplomacia. Con una sonrisa maliciosa acarició una de sus gujas gemelas y, rápidamente, comenzó a seguir a aquellos dos.
Motivo: Sigilo
Tirada: 5d6
Resultado: 5, 5, 5, 2, 3 (Suma: 20)
Motivo: Sigilo (tirar de nuevo: 3)
Tirada: 1d6
Resultado: 3
PD. Edito para hacer tirada, que se me había olvidado. JAJAJAJAJA. 3 sucesos, 1 doble éxito y 1 fracaso. Ej. 'Se derrumba medio muelle permitiendo a Lyareth pasar totalmente inadvertida' x'D
Lyareth se desesperó al ver que Garroom se quedaba observando sin decir nada. Al cabo de unos minutos después de que preguntara qué debíamos hacer, estalló y hizo permanecer a Garroom vigilando el barco mientras ella seguía al nuevo dueño del barco y a la goblin subastadora.
Se acercó al barco para observarlo. Durante su período en Rasganorte, los viajes los realizaba en barco y tuvo que ayudar en más de una ocasión a que el barco no se fuera a pique.
Motivo: Advertir/buscar
Tirada: 3d6
Resultado: 3, 4, 6 (Suma: 13)
Motivo: Conocimiento
Tirada: 7d6
Resultado: 6, 5, 6, 4, 1, 2, 2 (Suma: 26)
Perdón por la ausencia, he tenido semana dura. Llevaba días queriendo postear pero no conseguía sacar tiempo.
Tirada de conocimiento y advertir para identificar algún elemento fuera de lo común en el barco.
Con discreción pudiste seguir a la goblin y al humano que en poco tiempo se adentraron en una pequeña casa cercana a la taberna.
El lugar disponía de amplios ventanales desde donde podrías observar la operación:
Fue algo rápido y "limpio", el humano entregó una bolsa donde presumiblemente estaría el oro acordado y la pequeña comerciante piel verde le entregó un pergamino que posteriormente fue firmado por su nuevo propietario.
Hubo algo que te llamó la atención: aquel hombre no mostraba felicidad alguna por su adquisición. Parecía demasiado pasivo ¿nostálgico quizás? no sabías interpretarlo bien.
Desde una posición de ocultación observaste con seguridad como el hombre abandonaba la casa de la goblin. Tenía el pergamino guardado en su faltriquera y parecía dirigirse a los muelles a paso tranquilo.
XDDDD Más quisieras.
Compruebas con total claridad que se trata de una embarcación Vrykul. Tiene daños en el casco, lo cual implica que dicho navío ha estado inmerso en batallas de Rasganorte y sobre todo algo importante: había logrado sobrevivir a las inclemencias del fragor de la guerra.
Escuchas además que alguien se acerca, aún queda lejos pero la madera de los muelles delata...
Si te giras, podrás ver que el humano que ha comprado el barco va rumbo hacia él (pero insisto, todavía está lejos)
Las cosas se habían realizado de manera rápida y sin inconvenientes, tal como era de esperar. Seguirles, en realidad, tan solo había sido una forma de intentar analizar un poco más a aquél hombre, posible patrón para su viaje, y no le decepcionó. Sin embargo, si la llamó su atención; aquél humano acababa de desembolsar una cantidad ingente de monedas a cambio de un magnífico navío, y ni siquiera había sonreído. Aunque no terminaba de saber porque, si se ponía a ella misma como ejemplo, se daba cuenta de que los únicos que actuaban así solía ser porque tenían algo en mente peligroso, oscuro o ingrato; tal vez una mezcla de todo incluso. De ser así, si aquél barco había sido comprado con un objetivo concreto, entonces las negociaciones podían ir muy bien o muy mal, dependiendo de como su propia misión enturbiara la de él. Suspiró.
Tendría que descubrirlo.
Con rapidez, salió de su escondite, esta vez sin buscar pasar desapercibida, y alcanzó al hombre en un instante, agarrándole por el hombro con una zarpa de acero.
– Tenemos negocios que tratar – dijo desviándole de su camino, hacia uno de los numerosos y pequeños callejones que había por allí, mucho más discretos para tratar sus asuntos –. Por favor, no te resistas, por ahora solo quiero hablar.
El hombre no puso ningún tipo de impedimento ante tu "asalto". Te miró extrañado, serio, con semblante meditativo.
No parecía entender tus intenciones.
- ¿Quieres robarme? Porque si es así, elfa, no creo que la resolución sea satisfactoria ni para ti ni para este puerto - comentó sin parecer intimidado.
- ¿De qué negocios quieres hablar? Tengo cosas que hacer y la verdad, poco ánimo para tonterías - se apoyó en la pared, pero parecía que estaba dispuesto a escucharte.
Ahora has visto como Lyareth se ha llevado al hombre a un callejón.