Partida Rol por web

Los Doblegadores cuentan con una flota considerable. Debido a sus pérdidas, el cuartel general lealista se ha establecido en un acorazado clase Mastodontii de la XVI que cuenta con abundante espacio.

El Señor de los Doblegadores deja escapar un suspiro de desesperación ante el informe de los supervivientes de la Terhëiden: un puñado de astartes magullados y heridos han visto lo increíble. El Matahermanos, el Hijo del Sol, el Príncipe Corsario... han vuelto sus legiones contra el Emperador. Ni siquiera la Araña de Marte, normalmente de confianza, ha escapado al peso de la traición. En estos momentos, una fuerza conjunta de los Leviatanes y la Tempestad Imparable les dan caza. Es posible que incluso la XX haya sido la causante de todo esto pero, sencillamente, corren demasiados rumores ridículos en estos tiempos oscuros.

El joven marine espacial no puede ocultar una expresión de desaliento. Mira al Señor de la Guerra con miedo en los ojos:

-¿Qué hacemos, mi señor?

- Te diré qué haremos, Dantremus: Haremos pagar a los traidores. Tomaremos todo lo que más aman y lo convertiremos en cenizas delante de sus ojos; les haremos pagar hasta que no quede una onza de deseo en sus miserables cuerpos. Y solo entonces, tal vez entonces, cuando no sean más que la cáscara vacía de lo que alguna vez pudo haber rozado lo divino, el Emperador les conceda clemencia y olvido.- Intervino el holograma de Leucas. 

Se escuchó el sonido de algunas teclas siendo presionadas y luego el holograma del mapa galáctico apareció delante de los presentes. Los planetas de cada sector estaban remarcados con varios colores diferentes. Luego, varios archivos más fueron enviados. Estadísticas y análisis varios. 

- Sugiero que no retrasemos la sentencia de éstos... miserables. Creo que todos estamos de acuerdo con ello. La única pregunta es: Quién caerá primero?- 

Pasaron un par de segundos antes de que el Leviatan volviera a hablar, pero pronto retomó. 

- y Cómo nos sobreponemos o anticipamos al inevitable contragolpe- 

Intervino un capitán de los Caballeros del Emperador:

-El auténtico nido de víboras está en Yamato-dijo-Los Dragones Esmeralda nutren sus filas de ese lugar y su orgullo les impide reclutar en ningún otro sitio. Si lo conquistamos, les cortaremos las alas.

Duncan no estaba contento en absoluto con todo esto. Pero no era solo ira lo que le embargaba, sino también tristeza. Lo que quería evitar se había convertido en realidad, y los primarcas con los que más había empatizado, aquellos a los que incluso podría llamar amigos, se encontraban al otro lado, traicionándole a él, y lo que es peor, al Emperador, por quien sabe qué motivos.

Escuchó las palabras de Leucas, manteniéndose unos segundos en silencio, quizás pensando sobre el plan, quizás meditando sobre la situación actual. A esto habían llegado, enfrentados hermano contra hermano. ¿Tan bajo habían caído que algo así daba igual? Pero tenía un deber que cumplir. Él no iba a abandonar el sueño de Padre, como sus hermanos habían hecho. Y si para darle cumplimiento tenía que diezmar sus legiones y traerlos a ellos de vuelta cargados de cadenas, que así fuera.

-Es un día triste en el que nos encontramos, capitán Dantremus. No comparto el entusiasmo de nuestro hermano Leucas, pues justo esto es lo que quería evitar al ser nombrado Señor de la Guerra. Pero uno no elige qué cartas le dan los hados, solo juega con ellas lo mejor que puede. Por suerte para nosotros, contamos con cosas que ellos, creo, no tienen-replicó, introduciendo algunos códigos en la consola y enviando paquetes de datos a sus compañeros-estamos juntos en esto, hasta el final. Espero de todos vosotros lealtad absoluta al Emperador, y a mi como su representante, y nos comportaremos como lo que somos, los fieles hijos de nuestro Padre. La Galaxia es suya por derecho, y no vamos a permitir que la arrogancia, las intrigas y la falta de fe en su proyecto acaben con esto-replicó, justo a tiempo de que los datos llegaran.

-En vuestras pantallas tenéis los datos de todas las legiones traidoras-dijo, saboreando esas dos últimas palabras como si fuesen ceniza-y he añadido los míos, pues no tengo nada que ocultar ante vosotros. Espero, del mismo modo, que vosotros no me ocultéis nada, ni a mi, ni a los hermanos presentes. Conozco también los datos de todas vuestras legiones, pero no os expondré ante los demás. Contáis con la confianza del Emperador y con la mía, y eso es suficiente. Como puedes ver, Leucas, puede que tus estimaciones deban ser revisadas.

-Adicionalmente-continuó, mandando otro paquete de datos-quisiera compartir con todos mi hallazgo en Hacha Radiante-y en la pantalla apareció un silo, cuyo interior quedó resaltado pronto: Misiles Ciclónicos-cualquiera que lo precise, recibirá por mi parte, sin cargo ninguno, esta tecnología. Pero quiero dejar claros algunos puntos: No somos salvajes. Haremos la guerra, pero la haremos justamente. Y me gustaría recuperar vivos a nuestros hermanos, y a todos los legionarios posibles. Y, por supuesto, a los humanos que hayan tenido la desgracia de caer bajo su garra. Además, Terra debe ser protegida. Por lo demás, pasar a la ofensiva es el mejor plan. Quiero escuchar ideas y aportaciones, ahora que tenéis todos los datos.

Miré alrededor e hice el gesto del águila –hermanos, veo entre nosotros a los Primarcas que comandaron legiones que trabajaron con los míos y eso me congratula. La toma de Ullanor Prime se gestó aquí –señalé con el dedo índica la mesa –los Caminantes Silenciosos fueron una ofensa a Padre en aquella actuación, su manera de proceder es vomitiva –volví la cara con gesto de asco, –no olvidemos que tenemos entre nosotros al Señor de la Guerra. Ahora mismos mis tropas junto con las de Leucas persiguen a los traidores ¡Sus horas están contadas! –.

El holograma de Aegror aparece en el puente de mando, parece cansado, como si soportase sobre sus hombros el peso de un planeta entero. El primarca, pequeño y delgado de por sí, ahora parece un cadáver a punto de romperse. Cuando habla su voz mantiene su agudeza habitual y su mente se muestra tan despierta como siempre, parece que el cansancio ha hecho mella en su cuerpo pero no en su intelecto.

-Hermanos, lamento decir que he seguido a Eon hasta los confines de la galaxia, y ha sido para nada. Los eldar le han llenado la cabeza de cuentos y profecías y nada de lo que le podamos decir le hará cambiar de opinión. Voy de camino hacia vosotros, llegaré enseguida.

En cuanto a la estrategia, mi opinión es que deberíamos eliminar a Ark´sul y a sus Caballeros del Arca cuanto antes, y una vez hecho concentrarnos en una guerra sistemática de desgaste. Eliminadas las máquinas de marte y sus habilidades para crear y destruir defensas, podemos ir poco a poco desgastandolos hasta que se ahoguen en la desesperación y cometan errores. Las legiones traidoras basan su estrategia en la ofensiva, salvo los hijos de Ark´sul. Eliminemoslos y sólo tendrán una opción, el ataque en masa, y eso se puede contrarrestar con razonable efectividad si nos coordinamos bien.

Esa tecnología de misiles me resultaría bastante útil, llevamos unos años desarrollando nuevas cepas víricas que serían bastante útiles, si añadimos mejores misiles, la expansión de la cepa será mucho más efectiva.

En Ullanor Prime conseguí los planos para montar una planta de clonación. Sé que puede resultar desagradable para algunos de vosotros, pero los pongo a disposición si alguien los quiere. Otra cosa, esta ya personal: hace un par de ciclos que mandé una compañía entera de apotecarios hacia Krakatoa como pago por aquella antigua deuda. Deberían estar al llegar, Leucas. Son tus hombres, úsalos como veas conveniente.⁽¹⁾

- Serán corregidos de inmediato- Contestó a Duncan, inclinando la cabeza levemente en reverencia. - Con la información que nos has brindado, será más sencillo lidiar con...- Intentó contener la mueca y refrenar su sentencia, pero la bilis se notaba en sus palabras- los descarriados.-

Meditó sobre la propuesta de sus hermanos, interrumpiéndose solo para inclinar la cabeza en agradecimiento a Aegror. 

- Son más que bienvenidos en éstas horas oscuras.- 

- Con respecto a cómo proceder, concuerdo con Aegror. Los caballeros del Arca son los más vulnerables y los que más problemas darían en una guerra de atrición. Sin embargo, haciendo las correcciones remarcadas por Duncan, y viendo nuestras predisposiciones bélicas, no puedo evitar preocuparme más por la defensa que por el ataque... y tanto Radius, como tu, Aegror, demuestran ser los más vulnerables a un asalto sorpresa por parte... ugh... seguidos por los planetas a mi cuidado, luego la tempestad. Nuetro Señor de la Guerra se ha cuidado bien de no revelar innecesariamente la ubicación de sus planetas, al parecer, por lo que las probabilidades son diminutas en su contra... en comparación al resto.-

Se detuvo un instante más, antes de continuar. - Otra forma de proceder sería por segmentums. Solar y obscurus tienen poca presencia de las legiones traidoras, pero pacificus es algo que daría casi por perdido por ahora, seguida por Ultima y tempestus...- Había amargura en las palabras del tiburón, su hogar y el de sus legionarios se encontraban concentrados en éste último. 

- Mis Leviatanes han encontrado una fábrica de origen desconocido, cuyo producto es un explosivo de gran potencia. Neutrinium, se llama. Con gusto compartiré la fórmula de las misma. Y aceptaré con todo gusto los avances que cualquiera pueda llegar a ofrecer. Serán más que necesarios en éstos tiempos. Y Hablando de ello, Duncan, me gustaría pedirte por aquellos planos de terraformación, el P... no recuerdo las siglas... -

Duncan meditó delante de las pantallas, mientras movía algunas cifras y hacía cálculos, torciendo levemente el gesto con lo que veía.

-Me temo que nuestro hermano Leucas tiene razón. Nuestro bando está gravemente expuesto. Yo tengo la mitad de mis mundos cubiertos, y la otra mitad solo amenazados por Ark'sul y los suyos. Sin embargo, soy un afortunado en ese sentido. Leucas tiene todos sus mundos amenazados también por los Caballeros del Arca, salvo uno que todos conocemos. Radius ha sido tan afortunado como yo, y tiene expuestos tres mundos, aunque dos de ellos a la vista de todos los rebeldes. Uliq se encuentra en una situación similar a la de Leucas. Pero lo más preocupante es lo de Aegror. No solo todos tus mundos están expuestos a múltiples ataques, además parte de ellos están en la óptica de Magnar... Y diría que no ha olvidado la animadversión que te tiene. 

Fue señalando los planetas uno a uno, para ilustrar a sus hermanos.

-Por contra, ¿qué tienen expuesto ellos?-preguntó, pasando a señalar sus planetas-Magnar está, en mayor o menor medida, totalmente expuesto. Entre los conocimientos de Aegror y, sobre todo, los de Radius, podemos atacar cualquier punto de sus dominios. Con los conocimientos de Radius y la situación actual, lo mismo se puede decir del resto. 

Tras eso, se tomó unos segundos para asegurarse de que todos vieran la situación.

-Yo aceptaré la máquina de clonación que Aegror nos ofrece. No es una táctica que me agrade, pero debemos aprovechar hasta la última ventaja. Si podemos resolver esta guerra intestina hoy, será mejor que resolverla mañana. Leucas, puedes contar con la PCE, y aceptaré también ese explosivo que nos ofreces. Radius, por contra, tengo que pedirte que nos hagas llegar las coordenadas galácticas, para poder movernos adecuadamente. Es el momento de colaborar como no hemos colaborado antes-sentenció.

-Pero hablemos de planes. De cara a nuestra propia defensa, mi recomendación es priorizar, e incluso exponer algunos mundos que no son tan deseables. Mis muchachos, de todos modos, no son muy de quedarse quietos, y es el momento de que la Galaxia conozca la furia de la tormenta. Ganaremos esta guerra. Pero esto no va a ocurrir solo con heroicos asaltos y choques de frente, es necesario ganar a nivel logístico. Para eso, tenemos que tratar dos cosas: la primera, los planetas sin habitar. 

Y tras esas palabras, paso la mirada por todos, pero especialmente por aquellos que contaban con menos planetas.

-Necesitamos contar con bases no ya para producir, si no también para movernos de manera adecuada. Necesitamos, como grupo, que aquellos que menos agilidad tenéis en estos momentos ocupéis los mundos que tengáis al alcance, tanto los vacíos como los habitados por el enemigo. A este respecto, quiero oír vuestros planes, pues podríamos prestar ayuda aquellos que nos encontramos en una posición mejor. En cuanto a objetivos enemigos... Cretacia, Attila y Neo Ullanor deberían ser nuestra punta de lanza para debilitar a Magnar. Armageddon, aunque jugoso, seguramente sea un hueso muy duro de roer, igual que Ullanor Tertia. Cadia y Charadon, en manos de los Segadores, son también buenos objetivos, aunque nuestro hermano engaña y cuenta con buenas fuerzas. Jrun, por último, será también duro.

Con gesto tranquilo, fue señalando en el mapa holográfico, uno a uno, los planetas que indicaba.

-Esto, por supuesto, no se te aplica a ti Radius. En este ciclo, puedes atacar donde gustes, pues conoces todas las posiciones enemigas-dijo, con una sonrisa triste-así que te ruego que nos ilumines sobre tus planes. Pero volviendo al tema, nuestras opciones son: Varios ataques coordinados en puntos reseñables... O unos pocos ataques con gran fuerza en los puntos fuertes, aunque eso nos expone a una sangría que puede que no podamos soportar a largo plazo. A título personal, atacaría cuantos más puntos, mejor. Pero estoy dispuesto a escuchar vuestras opiniones, hermanos.

-Estoy de acuerdo, mi posición es precaria. Sin embargo tengo tropas en abundancia y buenas defensas, así que podría resistir tiempo y hacer que si me atacan les salga caro. Mucho me temo que si muevo a mis hijos para atacar me cueste más de lo debido ya que es muy probable que sufra intentos de invasión y puedo perder más de lo que gane. Necesitaría algún otro planeta para tener una situación más cómoda, pero no creo que lo pueda lograr por mí mismo.

Radius permaneció atento a las palabras de sus compañeros. Su rostro, imperterrito, no denotaba el malestar que sentía por la traición de los rebeldes mientras sus mente trataba de discurrir cual sería la mejor manera de que la totalidad del imperio volviera a las manos del Emperador... a traves de Duncan, el Señor de la Guerra que este había elegido

Finalmente optó por poner en claro sus ideas ayudado por la más prosaica de las ayudas. En una epoca donde todo el conocimiento se trabajaba a través de ordenadores, el primarca luminoso tomó una hoja de papel y borroneó un par de puntos antes de elevar la vista y dirigirse a su compañeros, aquellos que habían elegido mantenerse fieles a sus convicciones pese a las traiciones que los rodeaban

- Podemos acabar con ellos - expresó convencido - Tenemos la capacidad de hacerlo. Solo debemos organizarnos - Como buen soldado, el orden y la organización eran el corazón de su formación - Hice una lista con varios temas que creo debemos definir para que nuestra campaña tenga éxito - continuó mientras sus ojos miraban la hoja que había escrito con anterioridad

- Durante la conquista de Ullanor Prime mis legiones encontraron un raro artefacto Eldar. Lo llamé "Plano Luminoso de la Galaxia" - dada la fijación del primarca luminoso con su lucha contra la oscuridad, el nombre resultaba cunado menos razonable - Lo cierto es que gracias al mismo es posible encontrar la ubicación de casi todos los mundos conocidos. Me gustaría completarlo, pero necesitaré vuestra ayuda. Mis técnicos creen que es posible entregaros una copia a cada uno, pero habrá desarrollar una tecnología específica para eso. Si podéis ayudarme con el desarrollo con el aporte de algunos recursos y, fundamentalmente, con el conocimiento de los planetas que conocéis vosotros podremos verificar la exactitud del plano original y estaré encantado de brindaros esas copias. Creo que serán de suma utilidad para poder coordinar ataques contra los rebeldes -

- Por otro lado, agradezco que ofrezcáis vuestros conocimientos. Serán de suma utilidad en las misiones que probablemente debamos encarar en los próximos ciclos galácticos pero, por lo menos en mi caso, preferiría entregaros algo a cambio de los mismos. Se que los ofrecéis con vuestra mejor voluntad, pero no puedo evitar pensar en lo que dirían mis viejos maestros si los aceptara sin daros algo a cambio. Ellos decían que hacer eso le restaba valor a lo recibido. Quizás pueda entregaros alguna legión recién entrenada para mejorar vuestras capacidades de combate? -

Tras una pausa y una nueva visualización de la hoja de papel que usaba como ayuda-memoria, Radius continuó - Nunca oculté que la mis legiones están especializadas en sobrevivir en ambientes difíciles. Es por eso que estoy dispuesto a ofrecerles la posibilidad de enviarlas a aquellos planetas que para las vuestras resulten demasiado hostiles. Obviamente os dejaría alguno de mis planetas para que vuestras legiones puedan seguir entrenado. Uds. verán si les resulta conveniente, quizás hoy no haga falta, pero tómenlo en cuenta si al recuperar algún planeta para el imperio se encuentran planetas demasiado hostiles para vuestras legiones. Simplemente, cuando haga falta, avísenme de vuestra intención de encarar el tema -

Tras pensarlo un momento, tratando de dar forma a sus ideas continuó - Creo que la conquista de los mundos orcos demostró que cuando las legiones avanzan en conjunto se potencian. Es una lección que debemos tomar en cuenta. Es cierto que los rebeldes ocupan muchos planetas y en algunos casos deberemos avanzar en solitario, pero sería importante que ante aquellos mundos de mas importancia volvemos a coordinarnos como en ese entonces. Por lo menos, desde mi óptica de simple soldado... si, se que algunos me llamáis así, pero no lo considero despectivo, de hecho creo que es un verdadero honor... como decía, desde mi óptica de soldado es una estrategia que no debemos abandonar. Aunque nos obligue, en algunos casos, a avanzar más lentamente, nos permitirá cimentar nuestras victorias en la eficacia -

- Estrategia... - una sonrisa se dibujó en el rostro del radiante al escuchar la palabra - Si, debemos pensar en una buena estrategia. Y creo que más allá que en algunos casos podamos realizar invasiones combinando nuestras fuerzas, lo más importante es elegir con cuidado nuestros objetivos. Estuve estudiando la distribución de los mundos de los rebeldes y creo que la araña de marte no debería ser nuestro primer objetivo, sino que lo mejor sería atacar a las que antes llamábamos XIII y XVI legión... por más que hoy sean solo rebeldes. Desde mi punto de vista, si conseguimos invadir con éxito los planetas que ocupan los Segadores y los Corsarios sus líneas de abastecimiento se verán comprometidas y no podrán participar tanto como quisieran en los próximos ciclos estelares. Incluso atacar a los Robles eternos puede tener el mismo efecto, aunque deberemos ser muy precisos en la cantidad de ataques que realicemos. Y fundamentalmente impedir que nuestros propios mundos se vean afectados.

- Yo también creo que, en esta ocasión deberemos atacar la mayor cantidad de mundos posibles - asintió Radius a las palabras del Señor de la guerra - Incluso estoy pensando en instalarme en Marte, antes de que la Araña acceda a los conocimientos que sabemos se encuentran en el planeta -

- Además de eso estimaba atacar algunos planetas de los Caballeros del Arca y los Robles Eternos. Como dije, creo que son las legiones más débiles de los rebeldes -

- Solo que espero que ellos no intenten atacar demasiados de nuestros mundos - Encogiéndose de hombros Radius añadió - en el peor de los casos estoy dispuesto a correr el riesgo de no dejar demasiadas defensas en mis planetas, creo que tengo posibilidades de obtener más mundos de los que podría llegar a perder -

-¿Marte?-preguntó Duncan, no muy convencido con aquello-aunque comprendo que los recursos del planeta rojo son tentadores, así como sus secretos... No creo que debamos atacarles. En primer lugar, por tratarse de nuestros aliados. Pero, más allá... No me cabe duda de que se defenderán con uñas y dientes. Venderán caras sus vidas, y esos son costes que tendremos que afrontar, y que puede que echemos en falta en un futuro próximo. Yo no atacaría Marte. Pero no voy a imponer mi voluntad en eso. 

-He aquí algunas sugerencias. Leucas-dijo, dirigiéndose a su hermano-necesito que los Leviatanes estén en forma y crezcan. Por lo tanto, tu legión debe colonizar Maui. En cuanto a ti, Uliq, me temo que no hay planetas adecuados para que colonices a tu alcance. Y lo mismo se te aplica a ti, Aegror. Sin embargo, los tres estáis muy expuestos. Mi sugerencia de acción para vosotros es la siguiente: bombardeos sobre los mundos expuestos de Magnar. No sabemos cuales elegirá defender, pero con sus fuerzas, cabe esperar que quiera y esté en posición de cubrir todos. Que lo pague, por tanto. En cuanto a nuestros compañeros Caballeros y Doblegadores, quiero que caigan con toda su furia sobre ese traidor de Hantei. Demasiado tiempo hemos tolerado el orgullo de los Dragones Esmeralda-explicó, señalando diversos puntos de la galaxia. 

-En cuanto a mi, creo que haré lo siguiente: enviaré 2 capítulos a tomar Hécate. Y tengo intención de atacar tanto a los Robles como a los Caballeros, en Ullanor Tertia y Armageddon. Aegror, Leucas, Uliq... Me gustaría que me apoyarais en cualquiera de esos dos ataques. A cambio, cuando todo acabe, el mundo conquistado será vuestro. Así conseguiré que os expandáis y dañar al enemigo, ambas a la vez.

- Dado que entendeis que debemos compartir nuestros recursos sin condiciones, no soy yo quien deba discutiros vuestra opinión como Señor de la Guerra - reconoció Radius tras una leve pausa - Durante este ciclo galáctico os enviaré las coordenadas exactas de todos los planetas a los que tengo acceso. Solo espero reciprocidad en la información -

- Sin embargo... - la mirada del primarca luminoso se clavó en Duncan - Sigo pensando que debería tratar de asegurar Marte para evitar que los rebeldes tomen posesión de el. Se que la Araña podría hacerlo a costa de enviar a la mayoría de sus legiones... todos sabemos que tiene cierta debilidad con ese planeta. Y si esperamos algunos ciclos galácticos para intentar la conquista no solo podríamos encontrarnos con fuerzas de otras legiones rebeldes, sino con que hayan saqueado sus, como los llamas, secretos. De cualquier manera, aceptaré tu opinión como líder de la facción -

- Más allá de lo que definamos hacer con Marte, mi ida es avanzar sobre Subuel, de los Caballeros del arca y Arborea de los Robles eternos - añadió - y además quisiera aportar algunos capítulos de mis legiones como apoyo a vuestras próximas conquistas... que no dudo las tendrán. Si no les resultan necesarias quizás debería colonizar, finalmente, Maza Reluciente -

- Porque en eso coincido con el señor de la guerra. Es importante colonizar los planetas que no tienen dueño o todavía están infestados de orcos, pero tened cuidado, esas bestias, a veces, requieren más recursos que los que uno quisiera dedicarles - agrego meneando la cabeza

Mirando a Aegror y a Uliq les propuso - Más allá de que deben defender sus planetas, quizás puedas intentar conquistar Cadia o Charadón. Hasta donde entiendo ambos conocen su ubicación exacta y no tienen defensas planetarias, aunque quizás los Segadores pueden haber dejado algunas tropas en el lugar para defenderlos -