Partida Rol por web

Vosotros, los que mueren en batalla
por tierra y mar se os lleva
a través del puente de arco iris a Valhalla
Odín os espera
En su trono con un abrigo de hielo

Atravesando Asgard
os contemplan los antes caidos
a cargo de valquirias los valiente llegareis
pues al Salón de los Héroes se os llevara
y el festejo alfin comenzara...

Todos perdisteis la vida mostrando gran honor, orgullo y valor. Las valquirias, bellas mujeres que despertarian los instintos del hombre frio, observaron vuestro interior, reconocieron vuestro sacrificio y os llevaron con ellas hasta las puertas de Asgar, la morada de los dioses. El lugar donde cualquier guerrero sueña con pisar tras su muerte.

Ahora os encontrais ante sus puertas y la valquiria que os acompaña, como si se tratase de una prueba de fuego, os pide con un susurro en vuestro oido.

- Decid vuestro nombre.

Al pronunciarlo las puertas se abren permitiendoos el paso. Odin os reconoce como uno de sus elegidos y su hijo Bragi sale a recibiros con una copa de hidromiel entre las manos.

La oportunidad de sentarme junto a los dioses estaba allí, caminamos hasta el umbral de la puerta, un suspiro nos armo de valor…. Y allí recordé como había muerto…. Toque mi cuello y una cicatriz lo rodeaba por completo, decapitado en el campo de batalla defendiendo a los niños y mujeres…. Una muerte digna…. Para un guerrero pero yo solo era un cazador; morir defendiendo su linaje…. Su vida….. su hogar…. a su lado un lobo que habia criado desde pequeño le acompañaba....

-Y ahora henos aquí Asulf, Bragi nos dio la copa de bienvenida…. No le hagamos esperar mas y crucemos el umbral para estar con los dioses – Un paso fue suficiente para que las Valkirias nos guiaran hasta el salón principal…. Allí estaban amigos, hermanos y dioses…. Compartiendo la pasión de un guerrero… 

- Ulfur y Asulf se hacen presentes ante ustedes Dioses del Valhalla! – Grite con sentimiento y honor… la gloria ya la había ganado tras mi ultimo aliento.

Tras decir mi nombre con orgullo veo aparecer a Bragi. -Por fin, desde que inicié mis viajes en Drakkar, soñé con éste momento. Estar aqui, con Odín, con Thor y con los demas Brodirs...

-Es todo un honor estar aqui. Que corra el Hidromiel... Askar Jhosaffsson a tú servicio...- Digo con entusiasmo golpeando mi pecho, en mi atravesado corazón, aunque ahora late respirando el aire puro de Valhalla...

.-Ja, ja, ja...Ja, ja, ja-. Bashi camina hacia las puertas saboreando el metal de su espada. Con cierta obsesión pasa la lengua de arriba a abajo. Sujeta la hoja delante de su rostro y sigue lamiendo y lamiendo mientras busca el regustillo de la sangre seca, pero inexplicablemente por primera vez en muchos años la hoja esta limpia y resplandeciente. No solo no deja de buscar ese sabor asqueado por la amargura del metal sino que lo busca con más ansia. Quizas esta sea la unica diferencia que ha notado con respecto a cuando estaba vivo.

Cuando la Valkiria le pide que pronuncie su nombre se queda paralizado.- Uh... ¿Mi?. ¿Mi nombre?-. Una sonrisa de oreja a oreja aparece en su rostro .-Ja, ja, ja...-. Tras unas cuantas horas de risas ininterrumpidas y de revolcarse por el suelo acompañadas por babeos, gritos y espadazos al aire; aparece en su mente su nombre con sobrenatural claridad .-Tu nombre es Bashi, guerrero elegido-. Mira al vacio un instante y lo pronuncia con serenidad .-¡Bashi!-. Tan pronto lo pronuncia lo olvida de nuevo y quizas para siempre.

Las puertas se abren ante el y cuando esta por fin delante Bragi el cual le ofrece el hidromiel le coge el vaso y le comenta con total tranquilidad .- ¿Hidromiel? Entonces yo no matar. Ja, ja, ja-.

Un grito de furor reverberó en el abismo infinito sobre el que se extendía el Puente Arco Iris.

La mujer yacía en posición fetal frente a las gigantescas puertas. Levantó la cabeza súbitamente. Su rostro contraído por la furia, Sus labios doblados en un rictus de odio. Los tatuajes que cubrían su rostro le conferían la el fiero aspecto de un animal salvaje. Otro desgarrador alarido de furia dolor escapó de su garganta.

Se incorporó con trabajosamente y se apoyó sobre manos y rodillas. Respiró hondo y se puso de pie lentamente. Miró a su alrededor con ojos alucinados. Sus escasas ropas colgaban hechas jirones de su cuerpo atlético y esbelto.

“Decid vuestro nombre”

La mujer dio un respingo al percibir un susurro leve como la brisa en su oído. Se dio la vuelta con agilidad felina, dispuesta a enfrentar a aquel nuevo enemigo, pero se vio obligada a cubrirse los ojos con un brazo. El áureo brillo de una armadura dorada casi la encegueció. En su interior, una mujer rubia de gran estatura, con largos cabellos rubios atados en trenzas, la observaba con una enigmática sonrisa.

La mujer retrocedió unos pasos, impresionada por la divina visión.

Tras un momento de vacilación, su rostro se iluminó de emoción y sonrió. Cerró los ojos e inclinó la cabeza.

—¡Oh, Edain! ¡Gran Madre! ¡Déjame cabalgar sobre el lomo de la Sagrada Yegua y transpórtame a la nueva vida!*

La enorme guerrera negó con la cabeza y señaló a un punto a espaldas de la mujer.

Ella se volteó y observó a un grupo de hombres que hacían fila frente las puertas de un palacio tan ingente que la cima de sus muros se perdía en las alturas, más allá de la vista. Los hombres aceptaban gustosos una copa de manos de un majestuoso hombre de larga barba, que superaba en magnificencia a la propia mujer de la armadura.

Aquellos hombres eran guerreros, podía adivinarse por su porte y actitud, pero no se parecían a los guerreros de su pueblo. ¡Aquellos eran Hombres del Norte! ¡Eran los perros que asesinaban a los hombres de su tribu! ¡Eran los cerdos que habían tratado de esclavizarla! ¿Qué era todo aquello? Había muerto, eso era seguro, pero ¿dónde estaba? ¿Por qué sus ancestros no habían venido a recibirla y en su lugar se encontraba rodeada por aquellos asesinos despiadados? ¿Era este un castigo de los dioses por haber buscado develar sus secretos? ¿Le negarían la nueva vida?

Apretó los dientes y adoptó una expresión de férrea determinación. Ella era Aylwen, hija de Dhòmhnaill del Clan Faol, princesa de Dál Riata. Y no se doblegaría ni ante los propios dioses.

Se acercó al hombre barbado, que le ofreció una copa rebosante, esbozando una beatífica sonrisa. Le miró con desprecio y trató de escupir en el interior de la copa, pero nada salió de su boca. Los muertos no tienen saliva.

Escuchó un gañido.

Al darse la vuelta, vio que un lobo, parado junto a un anciano de barba blanca, la miraba con interés. ¿Un lobo allí? ¿Era posible? ¿Después de todo, uno de sus ancestros sí había venido a recibirla?

El lobo se aproximó a ella, tímidamente. Ella se agachó y acercó una mano a su hocico. El lobo lamió el dorso de la mano de la mujer, donde estaba tatuado el símbolo de su clan: La figura de un Faol, un lobo. Aylwen sonrió y acarició la cabeza del animal. Se puso de pie. El lobo regresó junto al anciano. Aylwen lo observó de manera inquisitiva.

Miró por sobre el hombro a la guerrera rubia, que todavía la observaba con su misteriosa sonrisa.

Se volvió hacia el hombre barbado, que le ofrecía la copa y la cogió con gesto altanero. Bebió el contenido de un trago, echando atrás la cabeza, le devolvió la copa y se limpió la boca con el dorso de la mano. Se contuvo para no dar la menor señal del placer que aquella magnífica bebida le había proporcionado y no modificó en nada su desafiante expresión.

—Mi nombre es Aylwen Nic Dhòmhnaill, del Clan Faol, Señora de Dál Riata. —declaró con orgullo.

Mirando a su alrededor con desconfianza, siguió a aquellos hombres, al interior del palacio.

Un día aciago para Fenrir, su cuerpo atravesado por distintas espadas de muchos enemigos, tenía una misión de infiltración en una aldea enemiga, varios grupos de aquella aldea habían acabado con la vida de la nueva familia de Fenrir...., nadie preveía que entre los suyos había un traidor.

Fenrir entro a la aldea, todo parecía perfecto, unos guardias menos, una infiltración segura, de repente, de varias cabañas salieron hombres armados, casi 3 docenas de ellos, armados, fuertes y con armas con un solo fin..."matar", Fenrir estaba rodeado, lucho fieramente con todos ellos matando a casi 16 de ellos, su presteza con sus dos espadas gemelas y su velocidad no tenian rival, pero le rodearon, arqueros atravesaron sus órganos, Fenrir veía su vida escapar, pero no moriría tal que así, aun siendo embestido por varias espadas y lanzas , logro abrir el porton, dejando a su gente entrar, tomaron la aldea, encontraron al traidor, pero Fenrir yacía en la puerta, arrodillado, con las manos sujetando la puerta que abrio el paso a la victoria a los suyos, sus días terminarón alli...

Al día después su cuerpo fue llevado al río, prendiendo fuego la barca sepulcral..., ante sus ojos, algo tan hermoso que jamás había visto le miro, una mujer de preciosos atributos, pelo rojo largo, unos profundos ojos verdes, con unos pechos que podían alimentar a trillizos perfectamente...., la mujer se presento...

-Mi nombre es Hangrid, valquiria enviada por Odin, tus grandes victorias y tu combate final , han llegado a oidos del Valhalla, Thor esta orgulloso de ti, las puertas del Valhalla están abiertas para ti, guerrero....- dijo con orgullo la Valquiria -

Acto seguido una tenue luz blanca inundo la barca en llamas, Hangrid abrió sus grandes Alas, portando al joven guerrero a las Puertas del Valhalla....

¿Donde estoy? -decía Fenrir aun desconcertado -

Esas puertas que tienes delante, son las grandes puertas del Valhalla, dentro guerreros que murieron dignamente en batalla, comparten la Hidromiel, comida y mujeres con los grandes dioses Nórdicos, tu valentía, tu dedicación y templanza , te han hecho ganar que tengas cabida en Valhalla...-dijo con una sonrisa la Valquiria que podía volver loco a todo hombre que se propusiera -

Ante los ojos de Fenrir , las grandes puertas del Valhalla se abrieron....

Entra y presentate a viva voz a los Dioses....-dijo Hangrid indicando a Fenrir con la mano que entrara -

Fenrir entro con certeza y seguridad a la gran mesa, alli con una voz potente se presento...

¡¡¡ HE AQUÍ EL RÁPIDO Y EFICAZ GUERRERO FENRIR, QUE MI ARCO Y ESPADAS SEAN DE AYUDA PARA EL RESTO DE MIS DÍAS EN EL VALHALLA, LUCHARÉ CON FIEREZA Y VALENTÍA AL LADO DE TODOS VOSOTROS, EN EL DÍA FINAL...................................POR ODÍN !!! -dijo Fenrir a vida voz-

La vio llegar desde su posición, su vista fue a dar a la mujer por completo cuando Asulf se acercaba a ella y lamia su mano; curioso es el azar o el destino que nos rodea que dos personas congenien con los animales de tal forma. El viejo miraba atentamente hasta que cruzaron mirandas junto con la Guerrera, asintió con gesto de respeto.

Como había llegado un cazador a esa sala, quizás el defender lo suyo fue suficiente motivo para que el se ganase el paso através del umbral de aquellas puertas de inmenso tamaño.

Poco a poco se acerco a la mujer con una sola pregunta en su mente por que …..

- Ulfur te saluda, Guerrera – Volvió a bajar su cabeza en señal de respeto y luego mirar sus ojos – Veo que Asulf te a tomado cariño, pero como puede ser? - Pregunto con interes.

El anciano del lobo se acercó a Aylwen, quien retrocedió unos pasos, lista para el combate. No se podía confiar en los Hombres de Norte, ni siquiera en un anciano. Aquellas bestias peludas de largas barbas sólo vivían para matar, violar, saquear y esclavizar.

Pero en lugar de atacarla, el viejo la saludó con una respetuosa inclinación de la cabeza.

—Ulfur te saluda, Guerrera. Veo que Asulf te a tomado cariño, pero como puede ser?

Aylwen observó con extrañeza al anciano. Sonaba como si hablara perfectamente la lengua de su tierra. Ni siquiera percibía un atisbo de aquel desagradable acento que caracterizaba a los Víkingr, como ellos se hacían llamar. Miró al lobo y esbozó una media sonrisa. Después volvió a observar al anciano.

—Ellos reconocen a los suyos.

Levantó su mano derecha con el dorso hacia delante y le mostró al anciano el tatuaje del Feol, el símbolo de su Clan: Un lobo negro visto de lado. Se inclinó y acarició el lomo del animal con la dulzura con la que una madrea acaricia a su retoño.

—Creí que los dioses me habían maldecido, pero él ha venido en representación de mis ancestros, para guiarme hacia la nueva vida.

Levantó la cabeza y dirigió una mirada cargada de desconfianza al anciano.

—Si estás con él, ¿cómo es que no sabes estas cosas?

- Yo solo se las historias del murmullo, Asulf es mi fiel compañero - Recito Ulfur, mirandole con ojos de padre - A este lobo lo he criado desde pequeño, alguien habia matado a su madre y quien sabe por que motivos llego hasta el umbral de mi hogar - Sonrio...

- El esta aqui por defender su hogar, hogar que compartiamos - El anciano devolvio la mirada hacia Aylwen - Quizas se mucho de nada, pero lo que se es que ahora comparto la mesa con guerreros..... dioses aqui en el Valhalla -

El viejo dejo que Asulf gozara de las caricias - No desconfies - Dijo el Anciano - Tu mente se nubla, y te ciega ante las verdaderas intenciones.... No soy un Vikingo.... no Soy un guerrero Mujer, solo soy un Cazador que defendio a su pueblo hast ala muerte -

Me giro mirando a lso presentes.... - Cada uno posee una historia, historias de hazañas heroicas y centenares de muertos.... lo que yo puedo contarte es como mate a un oso con mis manos -

-Creo que conmigo si te han maldecido... Yo si soy Vikingo, y pirata. Colonicé la Isla de Gran Bretaña... Inglaterra, Irlanda, Escocia... Buenos guerreros sin duda.... Sobretodo los Pictos.-

Digo mirando de soslayo a la mujer, no como amenaza, más bien como una especie de bienvenida, pues si esta aqui, es por algo, el viaje a las puertas de Valhalla no lo hace cualquiera, y en principio eso es digno de respetar.

No la ofrezco la mano porque seguro que la rechaza y no la miro directamente pues seguro que lo tomará como una ofensa. Aún asi, no bajo la guardia, ni la temo. Simplemente no quiero iniciar una lucha sin haber bebido Hidromiel y brindado con los dioses, pues para luchar tenemos toda la eternidad....

- No importa de donde vengais ni que fuisteis en vida. Ahora luchareis bajo el mismo estandarte, comereis en la misma mesa y puede que algun dia llegueis a dormir en el mismo lecho.- Intervino Bragi, poniendo paz antes de que comenzara cualquier disputa.- Asi que abandonar los odios mortales y pasad, pues os esperan los placeres que pagasteis con vuestra sangre.

- Gracias buen Bragi - Dijo el Anciano comenzando a caminar - vamos Asulf, comeremos y beberemos - Sabia spalabras del Bardo que les habia recibido en aquel lugar, su corazon parecia latir o solo era la emocion de dar un paso tras otro para llegar junto a los Dioses.

Fenrir asintio a Bragi...

Mejor que olvidemos nuestros pasados y lo que fuimos, pero no olvidar quien somos.

Mis espadas "Garra" y "Colmillo", junto mi fiel Arco "Tormenta", somos los tres Uno, lucharemos por el valhalla y este lugar, hasta que seamos olvidados para la eternidad, mi buen Bragi.

Fenrir se gira al resto del grupo que recien giro...

No se valiente Nic Dhòmhnaill, de donde eres si no llegas haberlo dicho, pero siendo invitada aqui, escoltada por las Valquirias, tu honor y valentía han hecho mella en oído de los Dioses, te trataré como a una hermana si gustas de que te trate como tal, ahora lucharemos por peligros mucho mayores que humanos, hambre o enfermedades, lucharemos contra las mismas criaturas de nuestras peores pesadillas.

Tendrás siempre a "Tormenta" vigilando y protegiendo tu persona....

Fenrir levanta la cabeza para ver a los demás...

Y la de todos, no soy tan fuerte como  vosotros, pero mi puntería y velocidad os ayudarán en todo lo que me sea posible, entremos y bebamos que somos valientes,tenemos Honor  y nos hemos ganado la entrada en  Valhalla...

Al entrar Fenrir coje dos copas de Hidromiel, ofreciendo una de ellas a la mujer Guerrera...

Te has merecido mi admiración y respeto "hermana".... -le dice Fenrir a Nic Dhòmhnaill ofreciéndole la copa -

.-Ja, ja, ja-. Bashi contempla divertido la escena que ha provocado el lobo. Entra con el resto y se agacha junto a el a cuatro patas y empieza a emitir gruñidos y babear como si tuviese la rabia. Mira a Nic con una mirada lastimera esperando a que le acaricie el lomo del mismo modo que hizo con el animal.-Ja, ja, ja. Yo no ser de ninguna parte...Uhm. Ja, ja, ja. Pero gusto de mujeres... Da igual color de pinturas de guerra... Ja, ja, ja-.

Aylwen escuchó el relato del anciano: De cómo había llegado a su puerta el lobo huérfano, cuando era tan sólo un cachorro y contó que ambos habían perecido defendiendo su hogar.

—No soy un Vikingo.... —dijo finalmente—. no soy un guerrero, Mujer. Sólo soy un Cazador que defendió a su pueblo hasta la muerte.

Aylwen se quedó mirando al viejo con gesto de entendida.

—Tus ancestros deben ser lobos también —sentenció con seguridad—. Tienes ojos de lobo y eres cazador como ellos.

—Creo que conmigo si te han maldecido... —intervino un hombre de cabello negro, poco frecuente entre su pueblo—. Yo si soy Vikingo, y pirata. Colonicé la Isla de Gran Bretaña... Inglaterra, Irlanda, Escocia... Buenos guerreros sin duda.... Sobretodo los Pictos.

Aylwen asintió, sin apartar la vista de Asulf, al que continuaba acariciando.

—Los vikingos son buenos guerreros también. En especial cuando se trata de luchar contra mujeres, niños y ancianos desarmados. En esos casos no hay quien pueda con ellos.

Se incorporó y clavó una mirada desafiante al pirata, en espera de una réplica. En ese momento, un guerrero de largos cabellos rubios, cubierto con un casco de hierro que apenas permitía entrever su rostro, se le acercó y le habló con elocuencia y amabilidad. La llamó “hermana” y le ofreció protegerla con su espada. Tan cortés actitud se le antojó muy extraña a Aylwen, viniendo de uno de aquellos salvajes guerreros. Lo que buscaba este bruto era revolcarse con ella.

Se plantó frente a él con las manos en las caderas y le miró de modo amenazante.

—No soy la puta de tu hermana y no necesito tu espada manchada con sangre de inocentes. Puedes envainarla donde no llegan los brazos de Lugh*...

Una carcajada demencia interrumpió su furiosa diatriba. Al mirar por encima del hombro, vio a un vikingo en el suelo, sobre manos y rodillas, imitando a Asulf, el lobo.

—Ja, ja, ja. Yo no ser de ninguna parte...Uhm. Ja, ja, ja. Pero gusto de mujeres... Da igual color de pinturas de guerra... Ja, ja, ja.

Una mujer común se hubiera asqueado u ofendido, pero ella sabía que los tocados por Dagda siempre revelaban verdades ocultas en sus palabras. No había que acallarlos, sino escucharlos con atención. Sus labios dibujaron una levísima sonrisa.

—Lo siento, sólo acaricio lobos, no cerdos.

Una extraña sonrisa se le dibujo en Fenrir...

Veo que la tierra a entrado en tus oidos "hermana", nunca te dije que te defendería con espada alguna, por suerte nunca he tenido ni hermanos y hermanas, asi que tu escasas palabras sin sentido carece de fuerza en mis oidos...

Tal vez , las Runas cuando las consulte, me dirán mas de ti...

La copa de Hidromiel se la dio al que primero  la cogiera de los dos hombres, bebio de su copa, alejándose, tampoco iba a llegar a Valhalla, para escuchar las palabras sin sentido de una mujer con mugre en la cara, para pelear, era un gran día para Fenrir, los dioses le habían llevado con ellos, además de ver la belleza sobrehumana de la Valquiria que le llevo al Valhalla, aún en su mente esta ese rostro de fuerza y belleza que le llevo allí.

Aún no entendía como alguien así, que no conociera las leyendas de sus dioses, mencionando nombres que en su vida había oido, estuviese alli con ellos, pero eso ya le importaba bien poco, "Tormenta", junto a "Colmillo" y "Garra", ayudaría a los dioses en su lucha en Valhalla.

Contesto a Aylwen...

-Asi somos los Vikingos... bienvenida al Valhalla, pero tú no debes de ser muy diferente si estás aqui con nosotros....- La digo con un sarcasmo muy marcado, ahora si la miro, devolviendola la mirada desafiante, clavando mis ojos verdes esmeraldas en los suyos.

Bragi pide calma y que abandonemos odios mortales. Por mi perfecto, ella es la deshubicada, la que esta llena de rencór... Pues aqui se vá a bañar en rencór y odio....

Entonces habla la mujer de Bragi una vez me deslumbro por la grandeza de Valhalla. Las palabras de la mujer, caen hondo en mi alma...

-Saludos. Gracias por su bienvenida señora.- hago un gesto de respeto y saludo con la cabeza a la mujer de Bragi.

-No se preocupe, solo cuando mi alma no pueda ser revivida más y no pueda levantarme porque he perecido taxsativamente dejaré pasar a los enemigos...-

Habla de nuevo Bragi, y ya estoy haciendo demasiada larga la espera de probar los manjares de Valhalla.

-Pues no se hable más, Brodir*-

.-Ja, ja, ja...-. Se apoya sobre las piernas quedandose agachado con las estas flexionadas y la espalda recta. Agita su cuerpo hacia atras y hacia delante con un ritmico movimiento de piernas mientras pone gesto de placer.-Uiiii. Puedo atravesarte-. Entonces saca su espada y coloca el pomo bajo su cintura mientras levanta la punta de la hoja hacia la dirección del rostro de la celta y sigue haciendo el ritmico movimiento colocando su espada como si fuese su pene erecto.- Y tambien puedo atravesarte... Ja, ja, ja. Uiiiii-.