Partida Rol por web

Esther hizo caso omiso a lo del partido, a ella no le interesaba ese tipo ce competencias,...el Quidditch, un deporte mágico donde en grupo de chicos van montados en una escoba en búsqueda de una pelota dorada... los partidos se les hacía eternos pero, cabe decir que en ocasiones se ponía algo emocionante.

La pelirroja guardo su libro de pociones personal en su bolso y se lo colgó en el hombro poniéndose en pie, ella, tenía intención de dar un paseo por los pasillos de la escuela y más tarde ir a su Casa de Sly para descansar, adelantar deberes, o quizás... no se sabe muy bien.

Pero antes... tenía que salir fuera, ya habían pasado un par de horas y ya empezaba a tener un poco de síndrome de abstinencia, necesitaba desahogar un vicio que tiene. Así que de manera tranquilla se dirigió hacia fuera.

Su larga cabellera roja ondea con cada paso, y parece sonreír de manera divertida y dulce, con una mirada que trasmitía que ese día fue el más interesante de su vida, pero, quien sabe que es lo que pensaba en esos momentos.

Saludo o se despidió a algunos chicos y también a algunas chicas, ella parecía no tener distinciones de trato por genero. Saludaba de igual manera a ambos, siendo amable, cordial y con un toque dulce y amistoso. 

Caminabas por los pasillos de la escuela bajo la típica situción de cada día. Muchos de los estudiantes te miraban con admiración, saludos cordiales, y la mayoría en el caso de los chicos, con ojos llenos de lujuría y perversión. Podías notar como eras admirada y a la vez deseada...pero...ya no era nada raro...

Ibas de camino hacía tu casa, allí donde pensabas que podrías descansar un rato, mas tu camino antes de llegar a las escaleras movedizas fue truncado. Notaste como una voz firme y bastante familiar para ti sono en uno de los pasillos, allí donde se encontraba una puerta abierta dentro una habitación llena de pócimas, en donde se encontraba el profesor Snape.

Snape: Señorita Von Aur, venga aquí un momento.- Decía tomando varios frascos de las estanterías, y luego dejando otros pocos en unas cajas.-Iba a ir a buscarla en unos momentos, parece que el destino quería este encuentro...-Esbozaba una extraña sonrisa.-¿Que ha ocurrido antes con esa...Gryffindor?, le recuerdo nuestra eterna batalla contra ellos...no podemos mostrar debilidad ante sus miembros...-Snape dejaba el trabajo con los frascos, y se acercaba a ti, olía sorprendentemente bien.-Es usted una de mis mejores alumnas en pociones, no se me baje del pedestal en que la tengo, este año tenemos que ganar la copa sea como sea...¿me ayudará a ganarla verdad señorita Von Aur?...

Esther sonrió pensando en los planes que tenía para vengarse cuando algo la distrajo, era el profesor de pociones.

Ella sin dudarlo un segundo se acercó a él y se recoloco el bolso bien algo sonrojada, a su vez se ponía el cabello tras la oreja dando signos que se encontraba un poco nerviosa en el buen sentido de la palabra, Esther, tenía una gran admiración y respeto por aquel profesor y no era un secreto que ella en ocasiones se sentía intimidada pero sumisa ante él.

Profesor Snape, quería decirle que no era mi intención ofender a usted y a la Casa de Slytherin, solo quería ser amable para bueno, quedar bien ante un amigo...  no deseo que Regulus se enfade conmigo, somos Buenos compañeros y es mi mejor amigo.

Confeso ante él,  con expresión algo avergonzada, a la altura del pecho juntando los dedos índices y pulgar para acariciarse las yemas con la ajena , la pelirroja puso el pie izquierdo de puntita y movió la pierna abriéndola y cerrándola levemente casi impredecible de manera coqueta. Ella sonrió a Snape de manera picará y algo “tontita” ya que en el fondo, aquel hombre... desde siempre  tuvo algo misterioso que le resultaba irresistible, no sentía amor, pero si un sentimiento cálido, sobretodo en ciertas partes de su cuerpo.

Cuando escucho lo de la copa ella sonrió de manera sincera y apretó el puño bajando las manos un poco más debajo de la altura del pecho, en sus ojos de había dibujado una determinación enorme y una seguridad en sí misma que solo en pocas veces mostraba.

Claro que sí. Cuente conmigo para lo que sea,  ya sabéis que estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por Slytherin.

Añadió cuando noto otra de aquella brisa con ese olor tan exquisito, se preguntaba que era, pero  fuese lo que fuese,  deseaba sentir aquel olor por un rato más, sonrió relajándose y fijo la mirada en la del profesor de manera penetrante.

Posó sus dedos sobre su barbilla, rascando esta suavemente. Sus ojos te miraban con cierta curiosidad, y su sonrisa esbozaba cierta satisfacción.-Eso es lo que quería oír...no hay duda que...no me he equívocado con usted...-Hablaba con su voz tan firme, sombría y a la vez misteriosa. Era típico en él hablar de forma lenta y penetrante, haciendo pausas en las frases que le provocaba que la gente que no lo odiaba lo mirará con ojos aún mas curiosos.-Verá, señorita Von Aur, este año Slytherin cuenta con cierta...ayuda especial...todo obviamente venido desde el reconocimiento y el merecimiento que nos ha otorgado el Director este año...los alumnos están mas motivados que nunca para conseguir la copa...y hay algunas maneras bastantes...fáciles y divertidas de conseguir puntos extras.

Severus miró a un lado, y luego a otro, estabáis solos en el pasillo, y parecía complacerle bastante.-¿Que estaría dispuesta a hacer por el honor de su casa?...¿bella señorita Von Aur?...-No sabías si era lo que notabas, pero parecía que el profesor estaba filtreando contigo.-Hay una manera sencilla y sentira...gran placer al realizarla...solo debe ir a ver al Director después de esta charla conmigo y hacer lo que le mande...mas...antes...podría darle una pequeña clase personal y hacerle ver...las ventajas de pertenecer a la casa mas grande de esta escuela...

Su voz, grave y profunda, ahora se mostraba algo cálida...y seductora...el profesor te miraba con ojos penetrantes, con una sonrisa llena de fuerza y a la vez seducción. De manera repentina, se acercó mas a ti, era claramente mas alto que tu, mas...su porte tan cercana hacía que notarás mas su olor, ¿era algún hechizo?, porque parecía estar dominandote con esa fragancia. Notaste como tus pechos rozaban con su torso, y como su cuerpo se pegaba mas y mas al tuyo...Snape te estaba cortejando...

Esther ante lo primero sonrió orgullosa de complacer a su profesor, pero, algo la estaba embriagando “nunca he sentido antes esta sensación con la poción” pensó cuando escucho lo de los puntos extras. Esa parte de la conversación hizo que se sonrojase levemente. ¿Qué estaba pasando ese año? Incluso Snape parecía distinto, pero, todo aquello tampoco le desagradaba del todo.

En cuando le pregunto de que sería capaz de hacer por su casa esta desvió la mirada a un lado con sus mejillas aun un poco sonrojadas – ya se lo dije antes, aria cualquier cosa por nuestra amada Casa Slytherin…

Mencionó suave cuando noto que el profesor continuaba dándole una pequeña explicación sobre que tendría que hacer, entonces ella retomo la mirada en los ojos del profesor, pero esta vez parecía algo distinta a la de antes, era aquella mirada sumisa que indicaba que estaba siendo llevada al terreno del actual subdirector.

En cuanto se acercó ella puso las manos en el tórax del hombre, le encanta que fuese más alto. Esther paso la llena de los dedos por el tórax llevado hacia arriba, cuando, se topó con las solapas de su atuendo, ella, femenina se puso de puntillas alzándose un poco mientras, le ponía las solapas de la camisa bien con mucho mimo.

¿Quiere decir un pre… “calentamiento” profesor?

Pregunto enfatizando de manera sutil y con un tono más sensual la palabra (calentamiento), sonrió de manera picara y se pegó un poco más, acabando por apretar levemente los senos a su cuerpo.

Profesor Severus Snape… ¿Qué ventajas podría ofrecerme la casa más grande de Hogwarts a parte de unos “profundos” conocimientos?

Siguió enfatizando algunas palabras de manera sensual, mientras sonreirá de manera sutil pero picara mientras acariciaba los hombros del hombre con la punta de los dedos de manera sutil y juguetona, a ella tambien le encantaba aquel juego de seducción.

Severus sonrió triunfante. Podías sentir como su respiración, su aliento llegaba a ti. Era cálido, intenso y embriagador, sus manos se movieron, colocando una en tu cintura y otra de manera muy delicada en tu mejilla. Sus dedos comenzaban a acariciarte, te rascaban lenta y sensualmente en tu nuca, la parte mas profundo de tu pelo donde se notaba mas la piel. Hacía pequeños movimientos círculares en ese lugar, peinando y admirando tu cabello, el cual tomó con una mano y olío, deleitandose de la fragancia de el cabello cuidado de una bella mujer. Tras dedicarte esas caricias esbozando siempre una sonrisa complacida y sensual, por fin volvió a hablarte.-Te ofrecera un "hueco" en los mejores lugares...si eres servicial conmigo, y me ayudas a que nuestra casa llegue a lo mas alto...tu profesor sabrá recompensarte con muchas nuevas "técnicas de estudio"..."técnicas del día a día"...-Te apretó contra él, haciendo que sus pechos chocarán contra su torso y todo vuestro cuerpo se rozará con intensidad.

-He de confesarle que...siempre he tenido un cariño especial por usted...es mi alumna...-Se acercó mas a ti, haciendo que las narices casi se tocaran, al tiempo que se ponía a tu altura, labios cerca de labios, para echarte su seductor y cálido aliento en susurros.-...favorita...

Hizo el amago de darte un beso, dejando tu boca con las ganas de probarle. Entonces, su pulgar acariciaba tu comisura, rozando poco a poco tu labio inferior, provocando y provocando la lujuría de tu ser. Pronto, notaste como la mano que estaba antes en tu cintura comenzó a bajar, y llegaba a una de tus nalgas...al tiempo que algo duro, grande, y caliente, chocaba hay abajo contra tu ombligo...Snape estaba visiblemente excitado.

Todo aquello, le resultaba increíble, por primera vez en meses, sintió las manos de un hombre de verdad tocándola, esas manos expertas en el cuerpo femenino, sin duda alguna el profesor Snape no era como esos alumnos que apenas empezaban a cortejar chicas, el, lo hacía como lo aria un hombre, haciéndola sentir mujer,  una mujer de pies a cabeza… Se sentía muy especial en brazos del profesor, como si fuese intocable, protegida, deseada, admirada…  Todo eso hacía que sus ganas por que la tomase aumentase increíblemente llegando a perder un poco la cabeza olvidando donde están.

Ella abrió un poco los labios para recibir a los del profesor, pero, el sabia jugar, sabia seducir pues esos juegos de provocar besos estaba funcionando. Esther, entre cerro los ojos mirándole los labios. Snape, podía sentir como Esther apretaba el pecho con cada respiración, estaba empezando a excitarse muchísimo, y su respiración se tornó tranquila pero profunda.

Será todo un placer, recibir todas sus técnicas de estudio…

Menciono llevando su mano derecha a su mejilla el cual le acaricio con la yema de un dedo lentamente mientras se mordía el labio inferior sonriente

No sabe usted la de veces que he fantaseado con este momento…  usted es el único profesor digno de tocar mi cuerpo…  usted y… el director…

Menciono tentadora cuando llevo la mano la mano a u costado, pasando por su espalda apegando más el cuerpo hacia ella,  sin dudarlo apretó le pelvis para que el profesor siéntense más presión en el gran bulto que chocaba contra su pantalón.

A su vez ella se acabó de acercar, entrecerrando los ojos, para acabar encontrándose con los labios del profesor, los beso de manera cálida, pero profunda, ladeando los rostros para darle más profundidad al beso. Los labios húmedos se movían haciendo que sonase pequeños sonidos que solo ellos dos podían escuchar pero que no resultaba nada molesto por lo suaves que eran al oído.

Esther sentía mientras le besaba con profundidad y deseo el aroma del profesor, eso hizo que acabase de cerrar los ojos y emitiese un suave gemido ahogado mientras no separaba los labios de su querido profesor.

Los besos comenzaban siendo suaves, cálidos y de estudio, estudio al otro explorando cual era la posición, la intensidad, y la técnica ideal. Te estaba dejando probar, te dejaba intentar encontrar lo que mas se amordaba a vuestra forma de amar, mas sus manos no paraban quietas...desde luego que no...

La mano que se encargaba de la zona de tus nalgas las acariciaba, las acariciaba con ahora pequeños apretones y masajeos, palpando tu culo joven, lo que parecía volverle mas y mas loco. Pronto, notaste como una mano comenzó a desabrochar los botones de tu uniforme, quitando tu corbata, apartando todo lo que molestaba mientras su lengua y la tuya seguían en esa danza de saliva y pasión...pasión que iba en aumento.-Me complace mucho oír eso...no sabe cuanto señorita Aur...-El instante que se tomó para hablarte y tomar aire, rapidamente fue cortado al atacar de nuevo tus labios.

El profesor, mostrando fuerza pero delicadeza a la vez, te tomó en sus brazos y te puso contra la pared, comenzando a hacer pequeños movimientos pelvicos mientras arqueaba su cuerpo, haciendo que pequeñas y suaves embestidas chocaran contra tu sexo, y la parte libre entre la carne de tus piernas.-Si demuestra ser buena...me asegurare de cumplir todas sus fantasías...¿sabe como de grande es la cama de un profesor?...y hay tantas noches que...me siento tan solo...-Te seguía provocando, haciendo amagos de dejar y volver a besarte varias veces. Aferraba sin embargo tus nalgas contra él, rozando vuestras partes, haciendo que ambos os excitaráis cada vez mas.-Veamos como se las arregla para hacer un... éxamen "oral".-Decía con una sonrisa maliciosa, parando de besarte haciendo que un hilillo de saliva aún os uniera. Tomó sus negras capas, y las aparte, bajando parcialmente su pantalón y dejando ver su gran miembro erecto. No sabías si esto era magia o no, pero Severus estaba bien dotado, y ahora que estaba al aire, el profesor condució tu mano hasta su pene, haciendo que notarás el calor, la dureza, y la grandeza de su virilidad.-Adelante...ardo en deseos de vez lo que es capaz...sorprendame, y le aseguro que no pasara mas noches sola en su cuarto...y su casa ganará los puntos por supuesto...mi hermosa y querida Esther...

Regulus después de salir por los pasillos vago sin un rumbo fijo, no paraba de pensar que debería hacer, estaba tan aburrido…realmente este sábado empezaba a resultar monótono.

El muchacho miró fijamente el reloj de la escuela.-…- No se le ocurría nada que hacer, así que fue a lo más efectivo y obvio, relajarse en la sala común de Slytherin.

Con paso lento y cansado fue avanzando por las escaleras y pasillos cargados de cuadros mientras saludaba a algún que otro alumno inclinando la cabeza. Antes de que se diera cuenta llegó a la puerta de la sala común de Slytherin.

Una vez dicha la contraseña ingresó en su interior, tranquilamente se sentó en un sillón junto al fuego y sacó su libro de pociones donde se pondría a investigar.-Capitulo 25, Muertos en vida....-Leyó pausadamente el titulo y se sumergió en una estimulante lectura sobre esa maravillosa poción.

Si por algo debe de caracterizarse Cassandra es por su belleza natural y no necesitar ir bronceada así que se puso su maquillaje y justo cuando pasaba la torre del reloj rumbo al patio y a la zona para llegar al estadio de Quidditch se fija en la imagen de Hermione dirigiendose tan contenta a ver al director, así que no sólo era curiosidad sino descubrir la verdad lo que la impulsó, siguió de cerca a la chica de Gryffindor y con sigilo por supuesto, quería saber más sobre esto y dado que no le pude entregar la nota para que hablasemos o bien vería con mis ojos que ocurre o bien la abordaba al salir del despacho.

-¡OMG, me ha llamado bonita!- Dije una vez se fuera Regulus, moviendo las piernas como loca de la alegria.-¡Y la forma que ha hablado, parecia un asesino de novela, tan guay, tan calculador, tan... KYAAA!- Dije sonrojada, deseando que el pusiera veneno en mi desayuno siempre que quisiese, si estaba dispuesto a alimentarme el mismo o incluso administrarme el veneno durante un beso.

Fue entonces cuando oi unos lamentos a mi lado, y me volvi, Simon estaba llorando, otra vez. Estaba por darle otra colleja por ver si se espabilaba, pero algo dentro de mi me hizo cambiar de opinion, nos habia ayudado siguiendo el juego, estaba dispuesto a ayudarnos, parecia realmente apenado por pensar que nos habia molestado y, en cierto sentido, habia algo muy mono en la forma que lloraba y sus lagrimas corrian por sus mejillas.

Aparte, supongo que si solo me dedico a torturarle, pronto me iba aburrir de darle hostias.

-Hey, deja de llorar, Nina ya no esta enfadada contigo.- "Por ahora" Pense para mis adentros, mientras le quitaba las manos y le secaba las lagrimas con las manos.- Desde ahora, solo haz lo que tu "hermana mayor" te pide...- Le dije, inclinandome hacia el y dandole un tierno beso en su mejilla, saboreando sus saladas lagrimas entre mis humedos labios.- ...O tu "hermana" te castigara con mano dura.- Le avise, bajando una mano a su pecho y dandole un fuerte pellizo a uno de sus pezones con una maliciosa sonrisa, dejandole clara las cosas, antes de retirarme.

-Y ahora, recordad. Sabado, durante el partido de Quidditch, nos reuniremos en los baños vacios de Myrtle La Llorona, aseguraos que nadie os ve entrar.- Les avise, sacando la lengua de manera traviesa.- Va ser un fin de semana del cual recordar.- Y dicho eso, empeze a correr hacia fuera del comedor.

Nina, despues de darse cuenta de que el sabado pormetido era hoy, dandose una palmada en la frente de la verguenza, se paso la mañana preparandose para el gran plan, cogiendo una muda limpia de su alcoba, y robando dos uniformes masculinos de los vestuarios de Slytherin mientras estaban en pleno partido, mas unas cuantas pelucas y bigotes falsos de broma.

Cuando termina, se dirige a los aseos sin utilizar de Myrtle La Llorona.

Esther dejo el cuerpo relajado notando los roces notando ambos sexos chocar y rozar entre si, la pelirroja no pudo evitar separa loa labios para emitir gemidos en forma de susurros, su intimidad se iba calentando y excitando empezando a humedeces muchísimo, tanto que era capaz de notarse a través de la ropa interior.

Ester busco la boca de del hombre como si necesitase de sus besos, de su lengua, era como si cada vez que la besaba se sintiese más viva que nunca sintiendo los latidos cada vez más fuertes y la presión cálida por todo el cuerpo, sentía como su mente se nublaba olvidando a todos y el lugar, para ella sentía que solo existían el profesor Snape y ella en ese preciso momento el cual pasaba a cámara lenta para ella.

Dejo la mano muerta dejándole que se la guiase donde el desease, noto el tacto de su enorme y cálido miembro, para su sorpresa era suave y duro, paso los dedos por el trinco notando el tamaño que tenía, no podía creer que semejante cosa pusiese existir y lo que más le excitaba es que en ese momento seria solo para ella.

Esther miro a los ojos a Severus de manera penetrante y profunda mientras se bajó de estar suspendida y sin dejar de observarle fue bajando más arrodillándose ante él, puso las rodillas en el suelo, apoyó el trasero en el suelo entre sus pies sumisa ante él, en esos momentos estaba rendida ante él, la única voluntad que sentía era dar y recibir placer.

Esther miro el miembro y Severus pudo ver como saco la lengua relamiéndose lentamente el labio superior, llevo sus manos el tronco sosteniéndolo entre sus dedos y empezó a acariciarlo mientras a su vez acerco los labios a los testículos por la parte inferior del miembro, cerrando los ojos paso la lengua desde la base del miembro pegados a los testículos hasta la `punta con mucha delicadeza. Al llegar al glande abrió los ojos y dirigió la mirada a la cara del profesor mientras bajaba de bueno y a mitad del miembro empezó a darle pequeños mordisquitos con los labios de manera dulce, quería sentir la forma del miembro en sus labios y lubricarlo con su propia saliva.

Pero, Esther sabía que solo con la boca no aria mucho así que llevo la mano derecha al miembro y empiezo a masajearlo subiendo y bajando la piel que recubría el miembro pero no contenta con esto hacia movimientos envolventes con la muñeca intensificando el masaje. Esther miro a los ojos de Severus y le dedico una sonrisa pícara y traviesa.

Trago saliva pues lo que venía a continuación le hacia la boca agua, saco la punta de la lengua y bajando la piel puso está en el glande y haciendo movimientos circulares repaso la punta lubricándola, sintiendo el sabor del preseminal mezclarse con su propia saliva, era un gusto increíble, le encanta y le parecía el más dulce de todos. Pero… ¿Iba acabar la cosa ahí? No…

Metió la punta dentro de la boca y empezó a meter el miembro lentamente utilizado la lengua de cojín embadurnándola entera, cuando iba por la mitad emitió un gemido ahogado suave y delicado, cosa que provoco que quisiese sacarla de la boca pero antes de que el miembro llegase a salir de manera decidida pero lenta lo volvió a introducir cerrando los ojos pues, su intención era introducir todo lo pusiese y lo que su boca abarcarse llegando a sentir la punta en lo más profundo de su boca llegando peligrosamente a la garganta. Fue sacando y metiendo el miembro en su boca dándole placer con la boca, succionando levemente y notando como saliva se le derramaba por la comisura.

Ella misma llevo su mano libre a su intimidad y se froto el dedo del medio entre los labios vaginales por encima de las braguitas que ya, estaban húmedas de la excitación, mientras sus pechos se movían lentamente por el movimiento del cuerpo al darle placer oral.

Estuvo sollozando unos momentos, sintiéndose terriblemente culpable por lo dicho y hecho, por haber pensado mal sobre sus compañeras y haber empujado a Nina. De pronto ella tuvo un gesto demasiado dulce y delicado con él, Simon se sonroja de manera notoria, sin realmente saber que estaba pasando, se encontraba algo asustado pero en general estupefacto. Lo importante era que Nina logró que dejara de llorar y que su gesto se volviera casi una sonrisa, aquella dulce y tierna sonrisa tan inocente que tenía el pequeño Simon Eclaif. El beso en su mejilla hizo que el joven sonríera plenamente y encogiéndose un poco, parecía que le hacía cosquillas -jijiji- Pero así como la escena fue muy dulce unos momentos, Nina no se resistió y terminó lastimando un poco a Simon, seguramente para "emparejar" las cosas. El chico ahora se retuerce y encoje ante el dolor -¡ay!- pero tras ello, lo que normalmente sería intentar huir, se queda y simplemente se soba un poco para intentar mitigar el dolor.

Luego de que dispuso su plan, Simon se sentía atrapado, debía corregir a Nina y decirle que hoy era sábado... corriendo el riesgo de enojarla y arruinar la relación tan bueno que ahora parecían tener (bueno... a lo que era antes...) Miró con cierto miedo, alzando levemnete su dedo y volteó a ver a Nelly a ver si ella le podía indicar que hacer, pues él no estaba seguro. Pero antes de que se decidiera en corregirle, Nina salió corriendo.

Simon miró a Nelly, aún no estaba seguro de que pensar sobre ella, pero le sonríe de manera tímida, mientras se acomoda un poco el cabello. -uhm... ¿deberíamos decirle que hoy es sábado?... seguro fue a su casa.- Se refería al cuartel de gryffindor, donde él no podría seguirla. -tu se lo dices, no?...- le pregunta mientras se balancea un poco sobre sus pies, estaba algo preocupado por que ese descuido de Nina le complique el plan -bueno, nos vemos en unos minutos en los baños , Nelly...- Hasta cierto punto parecía que asumía que ya todo bien y se había arreglado aquel malentendido con su hermano y con ella; se despide agitando levemente la mano y sale corriendo del comedor.

Mientras corría parecía muy alegre, demasiado, olvidando que era lo que tendría que hacer por Nina y su compañera; pero en aquellos momentos se sentía tan feliz, las cosas ya no le parecían tan tristes o opacas, pensaba que podía gustarle a una chica que le gustaba eso era algo muy bueno, estaba entusiasmado e ilusionado; por lo que quería ir a compartir todo lo que había pasado con el fantasma del fraile, su amigo más fiel, el guardian de la entrada de su casa. Pero luego iría a los baños indicados, para esperar a sus compañeras.

Sin lugar a dudas la declaración del profesor Snape había causado revuelo como poco. El director encerrado en su despacho, Severus como cara pública... muchos cambios a todos los niveles, lo que añadía todavía más problemas al día a día.

No es que todos estos cambios me desagradasen. Como he dicho, poder verle las piernas, y algo más, a las chicas era algo que, opinión personal, era agradable a la vista. Mayor libertad y menos ataduras me permitía llevar mis estudios a otro nivel mucho más práctico y menos teórico. ¿De qué me servía tener unos grandes conocimientos si no se me permitía ponerlos en práctica?

El Quidditch no despertaba en mi ningún interés por diversos motivos. Para empezar estar yendo de aquí para allá en una escoba me parecía de lo más anticuado. ¿Para qué depender de un objeto cuando, con suficiente estudio y práctica, puedes hacer lo mismo y más con unos hechizos? Por otro lado, las horas que uno le dedica a dicho deporte bien puedo emplearlas en mejores asuntos. Y por último, pero no por ello menos importante, detestaba volar con escoba.

Ensimismado con mis libros, pasé mi tiempo paseando con uno o dos en la mano, tomando mis propias notas, pues había pocas formas mejores de pasar el día. Quizás si todo iba bien, podría poner en práctica algún que otro hechizo nuevo con algún sujeto de pruebas.

La manera en la cual parecías investigar y degustar el miembro del profesor parecía tenerle encantado, tanto que incluso te acariciaba la mejilla con dulzura, y apartaba los mechones molestos de pelo que pudieran entorpecer tu trabajo. Podías notar como su sonrisa cambiaba a veces a leves gestos de placer, acompañados de pequeños gemidos provocados por esos mordisquitos traviesos, o aquella tan buena y placentera manera de practicarle la masturbación.-Sin duda...usted es el futuro de la casa Slytherin, mi querida Esther...¿me permite llamarla por su nombre de pila verdad?.-Decía con una sonrisita pícara, viendo con satisfacción aquellos ojos tan traviesos que se encontraban con él cuando su miembro comenzaba a hacer lamido.

Tus cuidados fueron correspondidos con sensuales muestras de placer, un pequeño suspiro, un pequeño gemido, y algún que otro susurro que admiraba tu trabajo y te colmaba de gloria, el profesor por el momento estaba quedando muy satisfecho con tu trabajo.-Así es querida, metala profundo en su boca...lo hace muy bien...-Su sonrisa era medio de placer medio de lujuría, teniendo que levantar la cabeza hacía el techo y no poder contener un quejido de placer algo mas alto que el resto, justo cuando su pene entraba lo mas profundo posible dentro de tu humeda y placentera boca.-Su trabajo es impresionante...mi alumna favorita cumple con mis expectativas...y...aah...debo decirle que no podré aguantar mucho mas si sigue haciendo este éxamen oral de manera tan eficiente...-Entonces, dejandose llevar por el placer y la lujuría del momento, puso tus manos delicadamente sobre tu cabeza, ayudando y haciendo que los movimientos de entrada y de salida fueran cada vez mas intensos, hasta el punto que él mismo comenzó a mover sus caderas para dar el broche final a aquella gran felación.-Señorita...me temo que no podré aguantar mucho mas...tranquila...!aah!...esta es solo la primera carga de mi "poción del amor"...asegurese de disfrutarlo...

Entonces, tras unos segundos de intensas arremetidas (notando sin embargo que no buscaba hacerte daño), notaste como el pene comenzaba a hacerse mas y mas grande, palpitante y voluminoso, anunciando lo que ya sus palabras te habían dicho...llegaba la primera descarga de su poción de amor.-!AaAah!...*Gemido de placer*...-Parte de su esencia lleno tu boca antes de que el profesor sacará su miembro, para luego llenar tu cara y parte del uniforme con su semilla. Notabas como ese delicioso manjar goteaba por todas partes, y como el profesor te miraba lleno de placer rozando la punta de su miembro en tus labios.-Gran trabajo...la casa Slytherin gana 30 puntos...¿esta preparada para llevarse la recompensa de su profesor?...-Con su varita, hizo aparecer una toalla de baño bastante suave y perfumada, limpiando con ternura aquellas zonas manchadas con demasiada "poción" para poder seguir.-Ahora...probare su propia "pócima de la lujuría" que sus piernas pueden ofrecerme...¿esta de acuerdo?...

Esther noto como le llenaba la boca con parte de la semilla de su querido profesor, ella sintió como una toalla suave le limpiaba, pero, no contenta con ello, medio abrió la boca y paso el dedo índice por la lengua embadurnada restregando el líquido para degustarlo mejor, tenía la expresión sumida y las mejillas levemente sonrojadas. Acabo por cerrar los labios y tragar aquel blanquecino liquido gustosamente. Esther sentía como este cálido néctar recorría la garganta y eso le daba mucho más placer.

Miro hacia arriba y su mirada era más de lujuria traviesa que de placer

Hummm es tan cálido y dulce... con un toque amargo delicioso...me encantaría desayunar esto todos los días... mi querido Severus...

Le llamo por el nombre de pila para contestarle de que no le importa que la llame Esther en la intimidad, ella miro el dedo índice con el líquido y lo relamió con suavidad acabando de degustar su semilla, observándole sonriendo de manera divertida cuando se puso en pie y dejo caer el bolso al suelo.

¿Quiere hacerme ahora usted un examen oral? Pues no será gratis... yo también puedo pedir cosas a cambio mi querido y amado Severus...

La pelirroja dio unos pasos hacia atrás apoyando la espalda a la pared llevando sus manos a la camisa y empezó a desabrochar los botones lentamente.

Tengo intención de darle muchas visitas en sus solitarias noches... y lo último que deseo es quedar embarazada de un profesor o del director... así que... – abriendo la camisa y mostrando sus senos tapados por el sostén blanco, este era de encaje muy sensual, se ajustaba a la perfección haciendo que sus pechos tuviesen una forma muy atractiva y deseables - ¿qué puede darme para evitar ese escándalo?

Pregunto la pelirroja cuando alzo el pie apoyándolo en la pared y movió la pierna hacia fuera abriéndose de piernas, cuando, agarro la falda y la levanto un poco de manera lenta dejando ver que en sus muslos interiores, había un pequeño recorrido de su humedad provocado por la excitación del escucharle sentir placer.

El profesor se mostraba fascinado. Caminaba muy lentamente hacía a ti, mientras que con sus manos se quitaba lenta y cuidadosamente los botones de su capa negra, la que dejaba caer como todo un galán al suelo bajo vuestros pies.-Sabiendo que mi alumna favorita puede tener un problema...no puedo quedarme sin hacer nada...-Se desabrocho entonces algunos botones de su túnica, dejando al aire parte de un torso pálido pero sorprendentemente curtido por lo poco que veias...parecía que el profesor tenía mas de una sorpresa que ofrecer.

Su miembro seguía al aire, y volvía a ponerse erecto con toda su fuerza al ser testigo de tu sensual y caliente cuerpo.-Vaya ropa interior...si supieran lo sensual que viste usted...tendría el doble de seguidores...mas ya si cabe...-Por fin, llegó hasta a ti. Su mano tocó tu suave mejilla, siendo dos de sus dedos los que recorrieron desde tus labios hasta tu cuelo, pasando lenta y sensualmente tu piel hasta el centro de tus pechos, de tu sujetador, el cual tiró hacía abajo para liberar tus senos...los cuales dieron varios pequeños rebotes tras liberarse de su prisión.

El hombre se puso junto a ti, alzando con delicadeza tu rostro tomando tu barbilla con esos juguetones dedos que habían liberado tus pechos.-Bien...te puedo ofrecer una poción anti-embarazo...recién realizada...y si te portas bien y demuestras ser una leal y fiel estudiante...te daré la receta para que puedas hacerla cuando quieras...después de todo...-Te tomó la cintura con cierta brusquedad, tirando tu cuerpo contra el suyo haciendo que estos chocarán. No era violencia, era pasión y provocación.-...eres mi mejor alumna...

Entonces, te dio un apasionado beso en los labios, antes de comenzar a besar tu barbilla, nuez, cuello, busto...cada parte de tu cuerpo, saboreando la piel caliente por la excitación, dando lamidas humedas a cada dos suaves besos, haciendo enfasis en tu ombligo y tu barriga, hasta llegar a la zona de abajo...la que tenía premio.-Aqui tenemos...aqui tenemos lo que he de confesarte que tanto tiempo quería...gracias al Director...ahora puedo saborear tu esencia...-Bajo delicadamente tu falda, mientras seguía dando apasionados besos a la zona de tu ombligo. Una vez bajo las bragas y tu falda, sonrió al ver la humedad que llenaba todo tu ser, y la presencia al aire de tu feminidad parecía volverle loco.-Que aproveche...

De manera repentina, lanzó su boca contra tu vagina, la cual comenzó a deleitar con besos y lamidas en sus labios exteriores, a los que dedicó un leve mordisco y luego una succión dentro de su boca. Su lengua estimulaba todo lo que había en el exterior de tu vagina, labios, zonas cercanas a estos, y para finalizar y poner el toque de gracia al clítoris, el cual movió con pequeñas lamidas con la punta de su lengua, y luego imitando lo que hizo con tus labios exteriores, mordió levemente y luego lo succionó. Sentías la lengua del profesor hacer maravillas hay abajo, solo hasta cuando notaste como dos de sus dedos entraban en tu interior, solo para arquearse levemente, y estimular el punto G femenino que algunos estúpidos no saben aprovechar. Su lengua trabajaba fuera, sus dedos dentro, y su mano libre aprovechaba para dar un buen masaje a uno de tus grandes y suaves pechos, disfrutando del sabor de tu esencia la cual desbordaba la comisura de sus labios.

Esther se le quedo mirando a los ojos mientras se acercaba, cuando Severus la beso ella simplemente le correspondió con lujuria, ¿Qué tendrán esos labios que tanto le gustan?, Esther inclino la cabeza hacia atrás para que pudiese besar mejor, mientras, tenía que reprimir jadeos.

Noto que sus pechos eral liberados y eso le reconformo bastante pues parecía que iba a estallar el sostén, Severus, pudo ver que sus pezones enseguida se pusieron duros, deseosos de ser lamidos o tocados, sus manos… eran tan varoniles…

El profesor iba bajando y bajando, eso provocó que ella sintiese un gran ardor que recorría desde su intimidad hasta su cabeza, un calor que solo puso trasmitir con un suave y delicado gemido que solo ellos dos podían oír. La pelirroja no tenía ningún tipo de vello púbico, parecía que se lo repasaba pro si este tipo de ocasiones esporádicas le surgían.

Esther no menciono nada, estaba demasiado concentrada en sentir placer que su profesor le estaba brindando, pero, lo que la enloqueció del todo, era saber que Snape, hacía tiempo que deseaba la intimidad de la chica más sentir su boca en ella. Sentía como lamia, como mordía, como aprovechaba cada segundo de aquel momento.  Como podía ser tan ciega de no darse cuenta de la pasión que hacía sentir a su querido profesor.. ¿Por qué no se dio cuenta antes?...

Esther puso las manos sobre la cabeza del profesor y enredando los dedos en la media melena, la echo hacia atrás para que el cabello no le estorbase, le agarro firme de ellos pero no brusca, pues,  tampoco quería hacerle  daño.  La chica arqueo la espalda sintiendo grandes oleadas de placer, era mil veces mejor que con los jóvenes con que había estado en aquel verano.

Von Aur sentía una gran presión en su pelvis, por si sola, esta se movía meciéndose de adelante hacia atrás acompañando las lamidas pero, a su vez, ella luchaba por mantenerlas quietas, era una lucha que hacía, que su pelvis tuviese pequeños espasmos de placer mientras soltaba más y más fluido lubricando aún más la zona y los labios del profesor.

Era tal el placer que sentía que abrió los ojos  perdiendo por un segundo la vista quedando todo nublado, abrió la boca para emitir grandes gemidos que resonaban por el pasillo, cualquiera que estuviese cerca de este pasillo, seguro la hubiese escuchado – Se…Severus!! Ahhh! No….pare… Su Boca… es el paraíso… ahhh!- logro decir entre pequeños espasmos de placer recorriéndole todo el cuerpo.

Esther  poco pudo aguantar, se mordió el dedo índice con fuerza intentando que los gemidos que estaban por soltar no fuesen tan altos, pero, a pesar de eso resulto que sus gemidos eran bastante sonoros, intensos y profundos.

Severus… Seré lo que usted quiera que sea… - Dijo entre jadeos  para continuar - Su amante… Su querida… Su amada... Su esclava… lo que sea por sentirle una y otra vez… - logro decir cuando agarro un poco más fuerte del cabello de Snape con la diestra, mientras se apretaba con fuerza el seno con la izquierda, tanto, que hundió sus dedos en el.

Estabas tranquilamente andando por los pasillos, bajo la constante sensación de estar siendo visto con ojos lujuriosos por las mujeres...y algunos hombres...

Andabas haciendo que tus pisadas resonaran en el suelo de piedra tan antiguo, hundido en tus pensamientos sin poder ver como otras cosas te distraían en tu camino. Estabas tan hundido en tus pensamientos, que no te diste cuenta de que ahora estabas solos en los caminos hacía las escaleras movedizas que te iban a llevar a la sala común, cuando de repente, pisaste una losa del suelo que se hundió bajo tu pie, haciendo que se abriera una gran puerta en donde antes había un cuadro de el pato degollado...¿que era ese lugar?...

Era bien conocido que Hogwarts era un lugar lleno de secretos y pasadizos ocultos...¿sería este una de esas salas donde se acumulan tesoros antiguos?...solo sabías que se habría ante ti una puerta...y nadie mas estaba hay para seguirte...

Regulus observo en silencio la puerta detrás del pato degollado, no sabía que había ahí, pero…su ambición, el ser Slytherin, le obligaba a querer ir, ¿Quién sabía que podía haber ahí?, posiblemente un arma mortal, tesoros hasta donde alcance la vista…o conocimiento capaz de superar al mismísimo Dumbledore.

Miró la puerta y al fin se decidió a entrar, sus pisadas resonaron en el pequeño descansillo afuera de la puerta antes de entrar.

El muchacho sabía que tal vez no habría ni una varita de Sauco, ni una capa de invisibilidad, tampoco una piedra de la inmortalidad, pero tal vez encontraría a algo entretenido.