Partida Rol por web

En estos tiempos oscuros, en estos tiempos donde los demonios vagan por el mundo a sus anchas, tendrás que vivir, o mejor dicho sobrevivir, que cruel es traer hijos a un mundo asi, aunque quizás no vengan por voluntad propia, sino estás preparado para morir, ¿lo estarás para ser sodomizado?...pues tranquilo podría ser peor, podría ser un juego del demonio donde siempre, siempre tu pierdes...no estais preparados...mortales...para lo que se avecina...

(Era una mañana soleada y tranquila, os hallabais en la playa, era extraño dos desconocidos el uno al lado del otro, pero nunca jamás sabiais como habiais llegado hasta allí y de seguro no habia sido por vuestro propio pie, una mujer y un hombre, la una de pelo de fuego y el otro con cabello de sol, la respuesta al enigma de este encuentro puede que nunca hallase solución).

Cuando Ross despertó, tardó un poco en darse cuenta de que ya no estaba durmiendo sobre una cama, sino sobre arena. Alerta, se levantó rapidamente, para verse a si mismo en medio de una playa, en una localización desconocida para él, cuando la noche anterior se había hospedado en una posada barata y dormido en una cama bastante incómoda. Otra cosa que observó fue que el arma que llevaba consigo, la que le robó a su mentor, ya no estaba entre sus pertenencias. "Maldita sea" pensó, con pesar, al saber él que era un arma bastante buena. Fue solo entonces, cuando bajó la cabeza con pesar por la reciente perdida de su recién adquirida posesión, que se dió cuenta de que había una mujer, cuyo color rojizo de cabello podria rivalizar con las llamas mas calientes, justo al lado suya, dormida. Muchas ideas acerca de la identidad de la persona misteriosa que se encontraba al lado suya, ¿igual era la persona que le trajo ahi, una asesina enviada por algún amigo de su difunto mentor? La mejor forma de averiguarlo sería preguntarle en persona. Se acercó a ella y despertando a la misteriosa joven le preguntó: "¿Quién coño eres, has venido a matarme porque liquidé al viejo?¿Cómo he acabado aquí?

Después de que Ross hiciese la pregunta, pasó un tiempo, pero la chica no decía nada. "Igual la he asustado" pensó Ross, decidió hacer la pregunta de otra forma, con un enfoque más amigable, a ver si se soltaba un poco y contestaba. "Buenos días" dijo Ross con una sonrisa en la cara "Mi nombre es Ross, ¿sabes cómo hemos acabado aquí?

La chica, sin responder todavía, se quedó mirando a Ross y este decidió hacer lo mismo.

Justo en ese momento, el sol cegó a Ross, por lo que no pudo ver nada.

Kepesh buscaba algún sitio en el que dormir sin llamar la atención. Un buen lugar seria un establo abandonado... O eso pensaba. El solo hecho de que un joven rubio la despertarse en la costa, le hizo pensar que había sido mandado por su madre para capturarla. En cuanto oyó sus primeras palabras, supo que no era así.

¿Cómo? – Agitó su cabeza confundida -  No. ¿Qué hago aquí? – En su cabeza, a pesar de todo, no se fiaba ni un pelo del rubio que tenía delante.

Se disponía a levantarse para huir cuando el joven se disculpó y le dijo su nombre, “Ross”. Kepesh hizo una mueca y decidió darle una mílesima parte de oportunidad para demostrar que era de fiar.

Kepesh… Me llamo Kepesh, y sé lo mismo que tú sobre cómo hemos acabado aquí. Creo que deberíamos dejar el resto de presentaciones para luego y ponernos en marcha – Dijo mientras miraba a su alrededor en busca de alguna pista sobre cómo habían llegado allí.

"Me parece bien" contestó Ross, aunque todavía no se fiaba de la misteriosa joven a cuyo lado había despertado, al menos parecía que ella tampoco tenía idea alguna de cómo habían acabado ahí. "¿Tienes idea de donde estamos? Este lugar no me es conocido" dijo Ross mientras empezaba a cominar en dirección opuesta al mar para abandonar la playa.

 - Tampoco sé dónde estamos, lo último que recuerdo no se parece nada a este sitio... Es más este sitio no me da buena espina, muy descubierto, nos pueden ver en cualquier momento- Dijo ella mientras examinaba los alrededores. 

 - Yo voy a ocultarme- Empezó a hablar mientras se encaminaba hacia el interior de la playa - Eres libre de venir conmigo o quedarte ahí para que te maten, cielito-

Después de ver que Kepesh examinaba los alrederores, y decidir que no era una dirección segura para después ir a buscar refugio en quién sabía donde, Ross decidió acompañarla,lo que decía tenía sentido, lo que sea que los trajo a esta playa podría seguir rondando por ahí y, además, en esta situación le vendría bien tener a la misteriosa joven como aliada. "Nuestras posibilidades de supervivencia subirán si vamos juntos" dijo Ross sonriendo, mientras seguía a Kepesh.
 

Sin darme cuenta, comienzo a menear la cola con suavidad mientras observo el terreno alrededor, tanto como alcanzo, avanzando hacia el interior lejos del mar. La verdad, no era un gran sitio para estar, no sólo por lo descubierto, sino porque el agua de mar volvía locas a las personas... o algo así había oído, pero no venía al caso.

- ¿Sabes pelear? A mí no se me da muy bien... -la carita inocente hacía pensar que, desde luego, así era, aunque quién sabía qué ases podía tener bajo la manga alguien que te encuentras de la nada y que tiene cola y cuernos (aunque sean pequeñitos.

"Me enseñaron a pelear cuando era pequeño, y en caso de que mis hojas no me resulten de ayuda, tengo siempre un as bajo la manga" respondió Ross, pensando en Naga, su serpiente y única amiga a lo largo de los últimos doce años, tan leal como letal. "¿Tienes alguna idea de donde ocultarnos de lo que sea que hallas visto?" preguntó a continuación, curioso por la respuesta que le daría la joven.
 

Me rasco la nuca con suavidad con la propia cola, cosa que podía resultar curiosa para Ross, pero tampoco era raro si había nacido o llevaba mucho tiempo viviendo con este apéndice.

- No es que haya visto nada, pero no me parece gran idea que algún grupo grande de mercenarios o demonios nos encuentren de la nada, ¿no crees? -comento, buscando algún lugar más cubierto tierra adentro o si había algún grupo tal como yo he dicho al alcance de nuestra vista.

La parte buena de esos grupos era que levantaban el polvo del suelo.

"¿Puede rascarse la cabeza con la cola?" pensó Ross, un poco sorprendido por la exibición de habilidad mostrada en el uso de su cola. "Tienes razón" dijo Ross, respondiendo a la pregunta de Kepesh, mientras aceleraba el paso para ponerse a la par de la joven, ya que hasta ahora había estado un poco rezagado. "Dime, ¿tienes pensado ir a algún sitio? podría acompañarte" preguntó Ross, sonriendo ante la posibilidad de una aventura.
 

Me encojo de hombros simplemente y le lanzo una mirada de reojo, algo recelosa. Claramente aún no me acababa de fiar de él, pero era algo normal. No todos los días se despierta una tirada en una playa a saber a cuánta distancia de donde se acostó y con un tipo mirándola...

Bueno, de hecho no estaba muy segura de que todo esto fuera real. Mi cola se mueve sutilmente hacia la mano que queda al lado contrario de donde estaba él y me doy un pellizco en ellaaaauch! ¡Seré bruta! Me toca apretar los dientes para no soltar un quejido delante de este tipo. Cuando el dolor de cola pasa un poco, respondo.

- Yo... Bueno, de momento creo que busco lo que sea que sirva para orientarme hacia cualquier lugar civilizado para tener idea de dónde estoy. -resumo- Pero puedes venir, claro...

Además, siempre viene bien alguien que te proteja... Podría ser peor. Espero.

"Pues busquemos un camino y a ver que nos encontramos" contestó Ross, todavía sonriendo. "Y si, con cuidado de no cruzarnos con algún grupo de bandidos o demonios" A decir verdad, Ross no quería encontrarse con ninguno de esos  grupos, especialmente los bandidos, que le recordaban a la última decada. Además, el prefería las sorpresas de una en una, y la de esta mañana ya había sido muy grande.