Partida Rol por web

Las tres pequeñas barcas se van deslizando suavemente sobre el agua, en la que se reflejan los últimos rayos del sol. La noche está a punto de caer sobre las islas Eco, así que la partida de pesca ya está volviendo a casa. Últimamente nadie sabe cuándo puede aparecer un navío de la Alianza a la vuelta de la esquina, por lo que las toscas barcas hechas a mano de los trolls Lanza Negra suelen ir protegidas por un guerrero de la tribu. Hoy te ha tocado a ti, mientras que Vanjin y Zoril se encargan de proteger las otras dos. A Zoril le distingues tirado canturreando -desafinando más bien- un antiguo himno orco de guerra; pero la otra barca se encuentra a varios metros de distancia y lo único que se vislumbra son las oscuras siluetas sobre el horizonte anaranjado.

En la tuya vas con dos viejos trolls que se han dedicado toda la vida a la pesca, y que reman en silencio con una energía impropia para su edad, dirigiendo la embarcación hacia la orilla del islote Lanza Negra. Uno de ellos de vez en cuando murmura algo, puede que bendiciones, ya que dice que le gusta hablar con los espíritus del agua para calmarlos; pero aparte de eso lo único que se escucha es el tranquilo vaivén de las olas y los gritos muy lejanos de una bandada de pájaros. Te mueves con cuidado para situarte en la proa, desde donde tienes una panorámica perfecta de las paradisíacas islas. Que se dejen de tonterías los cursis de la Alianza: eso sí que es un hogar, y no las agobiantes y asquerosas ciudades humanas.

Durante unos minutos navegáis sin romper la paz del lugar, cuando de repente una luz rojiza cruza el cielo y te sobresalta. Es como si una estrella fugaz de un intenso color sangre hubiese caído en la tierra para luego apagarse, justo en el lugar donde se encuentra vuestro poblado. Notas que de inmediato te pones en tensión, sin dejar de escudriñar el horizonte. Ninguno de tus compañeros parece haberlo percibido, ya que ha sido cuestión de un par de segundos. Pero estás seguro de lo que has visto: de hecho, el fogonazo todavía aparece en tus retinas al parpadear. Por todos los dioses, ¿qué demonios ha sido eso? Jamás habías visto algo semejante, y no es el tipo de magia que el chamán jefe del pueblo, Tek'jin, suele hacer.

Intentas controlar tu inquietud, a fin de cuentas, has sido entrenado para ello. Sin embargo, cuando las rústicas barquitas chocan finalmente contra la orilla no puedes evitar bajarte de un salto dispuesto a averiguar qué ha sido eso. Tu aldea se encuentra en dirección norte atravesando la maleza y las altas palmeras, a unos minutos de allí. Los ancianos comienzan a bajarse detrás de ti y a descargar los pescados que han conseguido atrapar con sus redes cuando un extraño olor te llega a la nariz... Humo. Olor a quemado.

¡Argo huele a chamuscao!

Miro a los ancianos con rostro serio mientras ellos descargan los suculentos peces sin haberse percatado de nada. 

¿Estos viejos no han visto nah...? Eso solo puede significá una cosa, NO deben ir...

Entonces sin mediar palabra comienzo a dar unos pasos silenciosos hacia atrás para de repente comenzar a correr como un poseso lanza en mano hacia el poblado.

-¡Corre, corre, corre, corre! El cielo sa enfadao y nos va a chamuscá a toh, colega.

Comienzas a correr a toda la velocidad que puedes en dirección al pueblo. Todos los trolls que estaban contigo bajándose de las barcas se quedan mirando extrañados, pero Vanjin y Zoril reaccionan tras unos segundos y echan a correr también detrás de ti. No tienen ni idea de qué pasa, pero si tú has salido a semejante velocidad, debe ser por algo, así que te siguen.

Vas saltando rocas y atravesando la selva (tarea que puede resultar bastante difícil en más de una ocasión) durante unos minutos. El olor a quemado cada vez se va haciendo más intenso, y a lo lejos empiezas a escuchar los gritos y las voces de los de tu pueblo.

Cuando finalmente llegas allí, la escena que ves te deja con la boca abierta y te hace detenerte en seco. De hecho, Vanjin y Zoril casi se estampan contra tu espalda. Lo que ves son las cabañas de los Lanza Negra en llamas. No están ardiendo por completo, sino parece como si alguien se hubiese dedicado a prenderle fuego a unas cuantas al azar, y sus tejados comienzan a deshacerse pasto del fuego. Tus hermanos corren de un lado a otro transportando agua de las orillas como pueden, y todo está en un absoluto caos.

La escena me deja pasmado y durante unos instantes permanezco inmovil sin hacer nada. Poco a poco me doy cuenta de que no es para tanto, unos cuantos techos ardiendo pero la gente aunque asustada parece estar bien.

Me fijo en Zoril Y Vanjin que están detrás mía y los miro.

-Er sielo nos ha hecho esto, ¡su enviao de fuego tiene que está por aquí! vamos a busca a Tek' Jin que SEGURO que sabe lo ca pasao.

Vuelvo a mira a mi pueblo mientras el fuego que quema las casas se refleja en mis ojos.

- Van a conosé argo peó que el fuego... van a conosé a los Lanza Negra... GRAAAAAAAAAAAAAAHHHAAHHA

Tus compañeros te miran sin tener ni idea de a qué te estás refiriendo, pero eso de buscar al jefe les parece más que razonable.

- Está bien, tío. Mejo' separémono' a ve quién lo encuentra primero - dice Zoril mientras echa a correr y se pierde entre el barullo. El otro hace lo propio, así que comienzas a vagar por tu aldea en busca de Tek'jin. Entre el humo y los trolls que intentan que todo deje de arder te resulta complicado, pero tienes un golpe de suerte y te parece verlo cerca de la orilla, a unos metros de ti.

Cuando te apresuras a acercarte, en efecto ahí está. El líder de la tribu tiene dos tótems plantados en la fina arena de la playa, y no dejan de emitir una extraña luz azulada mientras una especie de vaho comienza a avanzar hacia la cabaña más próxima. Tú no le echas mucha cuenta y te arrimas más aún. Tek'jin alza la vista y parece alegrarse de verte.

- ¿Estái' bien lo' de la' barca' de pesca? - pregunta de inmediato con su voz ronca cargada de preocupación - ¿No os han dao eso' demonio'? Por un momento pensé que os habrían hundio en el ma'.

Aun jadeando por la carrera que acababa de pegarme, no puedo evitar agradecer a los espíritus que me guiasen con tanta velocidad donde se encontraba Tek' Jin.

-¡Grasiah a los espíritus, que sabiamente habitan en toh laoh! ¡por fin te encuentro, feje! - exclamo agitando los brazos hacia el cielo.

Escucho su pregunta y su comentario con atención a pesar de las ganas que tengo de interrumpirle y hacerle yo mil preguntas.

-Loh de lah barca están toh bieh, creo que no san enterao de nah de esto y siguen sacando loh pescaillo del bote. Zoril y Vanjin están buscandote también pa ver que pueden hasé.

"Ahora ya pueo preguntá traquilo"

- ¿Qué eh lo ca pasao? Yo ví un fuego infernah atravesando el sielo tan rápido que casi no pude verlo, me paresió que se dirigía aquí y ensima nadie mah paresía haberlo visto. Por un momento creí que era el espíritu der fuego que quería desirme argo pero luego me olió a quemao y corri to lo que pude y aquí estoy. ¿Qué ta hablando ahora de demonio, jefe? ¿ha caio mah de uno? Al culpable lo vamo a coge y lo vamo a poné bueno...- hablé y pregunté sin parar, más rápido que el fuego del cielo, quería saber si podía ayudar en algo y quería saberlo ya.

-Venga jefe, que menudo tinglao tiene aquí montao con los totem ¿que pueo haser yo?

"Tranquilito Lok, que el jefe no tah pa que lo agobie, relajate y piensa... seh tranquilo como almeja y pensá rápido como ardilla."

La mirada se me perdió en el horizonte, tranquila y despreocupada.

-Vale jefe, perdóneme. Este es mi pueblo y me da mieo que le pueda pasá cualquier cosa mala. Dígame que debo hacé y buscaré a Zoril y a Vanjin pa que me ayuden.

Tek'jin escucha toda tu verborrea y sonríe ligeramente, enseñando aún más sus grandes colmillos y sus dientes amarillos. A pesar de la tensión del momento parece divertirle tu hiperactividad. En la aldea siempre habíais dicho que vuestro jefe tiene un humor muy extraño...

- Fíhate bien, Lok - te dice simplemente, y de repente de los tótems sale un vaho mucho más espeso y azul que se dirige a toda velocidad hacia las cabañas incendiadas. Tek'jin frunce el ceño y ese humo comienza a dividirse y se va distribuyendo sobre los tejados de los pequeños incendios - E'te ess el podé del agua - y de repente de esas pequeñas nubecillas de vapor comienza a llover, primero muy despacio, y luego con la fuerza de una lluvia invernal.

Poco a poco las llamas se van extinguiendo y de los tejados de paja se escucha un siseo, señal de que el fuego se está apagando. Los trolls que van llevando agua del mar terminan de acabar con lo que queda, y en todo el pueblo parece escucharse un suspiro de alivio. Muchos pequeños trolls corretean por el poblado con cara de susto, y los más jóvenes comienzan a reunirse y a salir corriendo en grupos, seguramente para buscar al responsable. Puede que una partida de la Alianza haya conseguido colarse en la isla, quién sabe.

Vuestro jefe los observa y de repente te dice:

- No van a encontrá a nadie en la isla, te lo digo de'de ya. En mi vía había visto cosa iguá - te señala su cabaña, que está intacta - Vete pa dentro, voy a buscá a unos cuanto' con lo' que quiero hablá. Esperarme ahí que tengo que deciroh una cosa.

Y comienza a caminar por la aldea sin prestarte más atención, mientras va murmurando cosas en voz baja.

Observo como esas nubes conmienzan a apagar las llamas de las casas. A pesar de estar relativamente acostumbrado a este tipo de cosas no puedo evitar que mi boca se abra como la de un cocodrilo cuando tiene calor, probablemente si tuviese una pipa en la boca se me caería...

"¡Fíjate, fíjate, fíjate! El podeh del agua... el jefe invoca a loh espíritu, estoh se manifiestan a travé de loh paloh del suelo, mueven el agua en forma de nube y luego la convierten en gotina chiquinina..."

- ¡Qué peazo invento el chamanismo, jefe!- digo mientras veo como se marcha hablando solo.- Ma postaría algo a que está hablando con algún espíritu...

Mientras camino hacia la cabaña de Tek' Jin veo a unos cuantos niños correteando confundidos y asustados sin saber que hacer muy bien. 

-¡Eh chavaleh, venid aqui!- cuando vienen me agacho para ponerme a sus alturas y cojo cualquier piedrecilla que haya por ahí.

-Mirá esto ¿qué veis? ¿una piedra? Yo no veo eso, yo veo tranquilidad y calma. Aquí dentro y en tos laoh están los espíritu de la naturaleza pa guiarno y ayudarno. Loh espiritu de aquí dentro dicen que tenemo que sé como la piedra, duroh y tranquiloh pa pode ve la verdá.

Señalo las nubes que dejan caer el agua que apaga las llamas de las casas por completo.

-¿Lo veis? ya no hay na que temé, así que ahora iro pa casa y decirle a toh que sean como lah piedra...

Y diciendo eso, con la sensación del deber cumplido y de ser todo un auténtico filósofo me levanto y me voy sin despedirme siquiera a la cabaña.

Te diriges a la cabaña del jefe tras dejar a los pequeños mirando con rostro sorprendido la piedra que le acabas de dar. Realmente no te habrán entendido muy bien, pero puede que alguno adopte la filosofía de la piedra en el futuro, quién sabe.

Al entrar en donde vive Tek'jin, te cuesta contener un silbido de admiración. Por fuera es como todas las pequeñas casas del poblado, hecha de madera, juncos, paja... en fin, vuestra típica arquitectura. Pero por dentro es todo un santuario lleno de cosas que te llaman la atención. Todo está atiborrado de hierbas que cuelgan de las paredes, rocas con formas curiosas, extraños muebles con pinta de ser antiquísimos... Hay figurillas de madera talladas con forma de animales, y del techo pende la cama del jefe, una hamaca hecha de hojas de palmeras trenzadas.

La verdad es que tienes entretenimiento para rato, y los minutos vuelan mientras curioseas las cosas de vuestro líder (pero sin tocar nada, no vaya a ser que causes una desgracia). Al poco entra Tek'jin acompañado de un par de trolls de los más veteranos de los Lanza Negra. Los dos parecen preocupados por lo que acaba de pasar, y te saludan levantando la mano ligeramente.

- Aquí nue'tro Lok ha vi'to lo que ha pasao - dice Tek'jin nada más entrar, señalándote con un gesto de la cabeza - Dice que ha vi'to como vosotroh la' e'trellah de fuego caé del cielo. Pero nue'tro amigo Maz'kerr tiene algo también que contá.

Maz'kerr es uno de los veteranos, que en ese momento da un paso adelante y con tono solemne, dice simplemente:

- He vi'to a loh demonioh infernale vení a por nosotro. - mira alrededor a ver qué efecto han causado sus palabras.

Mientras espero me entretengo mirando las cosas que tiene Tek' jin en su choza.

"Etoy seguro de que este sitio ta cargao de...de...espiritualismo..." - inclino la cabeza en señal de respeto a los multiples espíritus y fuerzas sobrenaturales que creo que habitan esa casa.

"Seguro que estoh objeto están impregnao con la fuersa de los antepasao que aquí moraban. Estah piedra tienen que sé especiale"

Hago el amago de ir a tocarlas aunque al final no lo hago." aunque tambié tiene que habé aquí cosa que no valen pa na ¿esto que e? - miro uno de los muebles antiguos- "Que colega mah raro..."

Entonces entra Tek'Jin con los otros dos, yo les respondo el saludo y escucho lo que dicen atentamente.

"¡Demonioh infernaleh dice, nos van a matá a toh! - A pesar de lo que pienso intento tranquilizarme para dar una imagen segura y tranquila de mi ante aquellos trolls.

-Así que demonioh infernale eh.- digo con aparente tranquilidad. - He oido que son capace de seca un oseano con suh llama y que se mueven mah rápido que los pajaro. Aunque lo mah interesante de toh esto es que dice usté que loh ha visto, ¿es que puede ve el futuro?

El anciano troll te mira sin comprenderte bien. Parece estar preguntándose a qué te refieres con lo del futuro, pero niega ligeramente con la cabeza y sigue contando su historia.

- No, no, no. Lo' he visto aquí en la i'la. Cuando e'taba recogiendo huevo' de cangrejo en la orilla norte, he vi'to a cinco demonioh encapuchaoh. Llevaban túnicah negra' y tenían lah mano roja', por eso digo que son demonio' infernaleh. Se han pue'to en círculo y han hesho argún rituá extraño, porque de repente er sielo se ha pue'to to rojo y entonce ha si'o cuando e'cuché los gritoh de la gente der pueblo. En ese momento me vieron, ¿entiende'? Se giraron pa mí. Yo iba a corré pa' elloh pa' vé qué hasían, y entonce... ¡Pum! Desaparecieron en el aire como e'píritu.

Tek'jin interviene para dar su propio análisis de los hechos. Es mucho más inteligente que la mayoría de los trolls de la aldea, así que todos escucháis con atención su opinión.

- E'tá claro que venían con intención de quemá to nuestro pueblo, y seguramente de matarnoh. Lo que e'taban haciendo era argún tipo de invocación pa hacé que la' e'trellah incendiaran to a su paso, y quién sabe qué máh iban a hacé. Por suerte nue'tro amigo Maz lo' ha interrumpio y han tenío que salí por patah.

Las palabras que oigo hacen que mi corazón de troll se estremezca ante la idea de ver arrasado el poblado por completo. Multiples ideas invaden mi mente para intentar dar una explicación a lo que ha pasado, para dar una explicación que no incluya seres a los que no comprende, que nunca he visto y que en teoría deben de ser terrorificamente poderosos. Aun así, comprendo que lo que hay es lo que hay y tenemos que hacerle frente.

-Vamoh a ve, somoh el poblao Lanza Negra. Nosotro no hacemo mal a nadie ¿por qué iban a queré unoh demonioh de por ahí lejo arrasá con nuestra gente?- descanso brevemente después de hacer el razonamiento- ¿Es que acaso guardamo argo que no sepamo?- Miro a Tek' Jin dirigiendole la pregunta.

- Lo que mah me asombra es que siendo unoh cuanto y ademah con sufisiente podeh como pa bajá las estrella, se fueran cuando te vieron.- Me quedo pensando unos instantes mientras me doy unos tirones impresionantes de mi perilla que parece que se va a partir.- ¿Tú sabe por qué arguien huye cuando es mah fuerte quel otro? po yo te lo voy a desí... huye porque no quiere que lo vean. Esoh no traman na bueno, y no me refiero a lo de hoy, esto me huele a que solo eh el prinsipio.

Tras pensar en la idea de que pueda ser el principio de algo mayor, tiemblo ligeramente a causa de una mezcla entre miedo y furia. Me invade la sensación del que no puede huir y lo único que puede hacer ya es afrontarlo con el valor que pueda. El poblado se ha salvado esta vez, ¿pero será la última que ataquen o solo es cuestión de tiempo que se repita?

- Tek' Jin, yo no toy tranquilo, si han venio hoy van ha vení mah vese, y te diré argo mah, esto te digo yo que ha pasao en mah sitio. Si aquí no hay na espesiá quiere desí que han venio por jodé y jodé se puede jodé en cuarquier lao- Digo de una forma repetitiva y confunsa. - ¿Sabe que tenemo que hasé? Tenemo que ir a Ogrimmar, a contá lo ca pasao. Voy yo y un par mah por si acaso pasa argo por er camino, el resto se tiene que quedá aquí protegiendo el poblao, protegiendo a la gente, ¡protegiendo nuestra raise!

Tek'jin te escucha silenciosamente con aire pensativo. Tiene pinta de estar pensando el siguiente paso que vais a dar, porque es obvio que los trolls no aceptan un ataque a su pueblo sin que este quede vengado. Al uniros a la Horda habréis aceptado muchas normas de conducta, pero el ojo por ojo es algo que jamás podréis olvidar.

Tus teorías le resultan acertadas al jefe, que asiente con una expresión satisfecha.

- Mu bien, Lok. Creo que tieneh razón. Se fueron porque no querían problemah con nosotroh, lo único que querían era hacé daño a nue'tro poblao y marcharse sin sé vi'to - el chamán se sienta en el suelo con las piernas cruzadas y después se saca de su pechera de cuero un pergamino doblado y con pinta de haber pasado por un montón de manos - Hace uno' díah me trajo er correo una carta disiendo que argo extraño pasa en Lo' Baldíoh, por lo vi'to un campamento de centauroh ha desapareció totalmente quemao. E'to seguro que tiene relación con lo que ha pasao aquí también, así que vai' a ir doh de vosotroh porque me da miedo que pase argo máh y no seamo' suficienteh pa protegé er poblao.

El líder Lanzanegra te señala con uno de sus tres dedos.

- Van'jin irá contigo, pero o' separaréih a mitá de camino. Él irá a Orgrimmá pa da er mensaje de lo que ha pasao aquí a Thrall, y tú te vah a ir a Lo' Baldióh pa inve'tigá a vé qué hay por allí, a vé si arguien te puede contá quién ha quemao el oásih. Saldréih mañana temprano.

Cuando escucho que Tek' Jin ya tenía noticias de un suceso parecido al que hoy se ha producido me quedé medio conmocionado. ¿Lo sabía y no había dicho nada? ¡Podríamos haber vigilado mejor! Pero tras procesar los datos comprendí que si solo sabía lo del poblado centauro era imposible deducir que habían sido unos demonios y menos que esos demonios iban a venir aquí. Parece que eso de pensar primero y golpear después funciona bastante bien.

- Pobreh diabloh, ¡loh sentauro son unoh desgrasiao pero no atacan por la espalda! Son guerrero como nosotro, no se meresían caé bajo lah malah arte de loh demonioh, leh han robao su orgullo y eso no se hase.

De repente me invade una duda muy razonable a la que me temo que no puedo dar respuesta por mi mismo.

-¿Los demonio de donde vienen Tek' Jin? porque yo no loh he visto por aquí en mi via así que tienen que vení de mu lejo, y si vienen de mu lejo y están atacando aquí es que tienen que tene argún campamento en Kalindor ¿no?

Espero que Tek' Jin responda a mi pregunta, y trás escucharle me despido de él mientras pienso en lo que podría hacer. Comienzo a pasear por el poblado mientras veo como mucha gente se dedica a recoger un poco los destrozos para reparar lo que puedan mañana. Parecen algo más tranquilos al ver que todo ha pasado aunque se les nota en la cara la preocupación y la mala ostia.

Sin ninguna razón aparente comienzo a correr como alma que lleva el diablo hacia la playa, recorro la parte de selva que hay que cruzar antes de llegar casi a oscuras, solo alumbrada por la luz de las estrellas que casi destrozan el poblado. Cuando llego a la playa tomo aire y descanso sentado en la arena.

"Tengo que hasé argo anteh de irme, espero que me sarga bieh..."

Me voy a una zona de tierra mojada sobre la que poder dibujar con mi dedo porrudo de troll y comienzo a pintar esquematicamente un poblado (el lanza negra) y en cada esquina retrato el simbolo de un elemento, de forma que el poblado quede en medio y lo rodeen los cuatro elementos. Por último lo rodeo todo trazando un circulo con el dedo en la arena que representa un escudo protector.

"Ala, yah ta. Ahora un último detalle"

Cierro la mano con mucha fuerza clavandome mis largas uñas en la carne hasta hacerla sangrar y derramo unas gotas sobre el dibujo.

- ¡ESPIRITU Y ESENSIAH DE LA NATURALESA, CARMÁ VUESTRA IRA Y CUMPLÍ MI VOLUNTÁ! con sangre firmo mi deseo de que protejaih er poblao lansa negra y a su gente...

Tras eso me quito la poca ropa que suelo llevar y comienzo a meterme en el agua como la madre tierra me trajo al mundo y me dedico a dar caza a un Cangrejo rojo con mis manos para hacer tiempo hasta que termine de subir la marea.

Cuando termino veo que la marea ha subido lo suficiente como para tragarse el símbolo que había dibujado, lo que me hace sonreir porque lo considero como plegaria escuchada.

Por el camino de vuelta, ya vestido y con el cangrejo muerto en brazos me paro y arranco unas cuantas hojas de una planta y me pongo a frotarlas contra el caparazón dibujando en él una concha parecida a la de mi pecho.

"¡Qué bonita ma salio! ya verá como le gusta pa comerselo mañana."

Cuando llego al poblado, ya bastante tarde y con la mayoría de la gente durmiendo lo que puede me acerco sigilosamente a una choza y me coloco debajo de una "ventana".

"Ahí está durmiendo, mírala que guapa." - unos sonoros y profundos ronquidos provinientes de la dama acompañan el simpático pensamiento. " le voy a deja esto ahí que como se despierte me raja..."

Lanzo con fuerza el cangrejo para que caiga encima de ella y salgo corriendo a toda velocidad a mi choza para poder descansar al fin tras un día tan duro y lo que queda por venir al día siguiente.

Tu pregunta sobre los demonios parece incomodar al líder, que suspira moviendo la cabeza.

- Buena pregunta, Lok. ¿De dónde vienen loh demonioh? Po' yo te lo diré: de un montón de sitioh. No sé cómo nacieron esah criaturah maligna', pero sé que e'tán en musho' sitioh. En lah profundidade' de la' montañah, bajo er má, en lah cavernah... Hay arguno lugare' en lo' que viven demonioh ocurto. Pero argo me dice que no son el mi'mo tipo de demonioh, porque eso' nunca salen a no sé que tú te metah con ello' y entreh en su' terrible' dominioh. - dice Tek'jin - Pero ahora no te preocupe' por esah cosah, así que vete a de'cansah.

Los tres trolls se despiden de ti mientras sales de la cabaña. Después de pasar el rato en la playa haciendo tu ritual y cazar el cangrejo que le dejas a una troll en su choza, te vas a la tuya para descansar. No tardas mucho en quedarte dormido, y en el poblado Lanza Negra se alza un coro de ronquidos, solo escuchado por los lugareños a los que les toca vigilar esa noche...

Por la mañana, te despiertas como siempre con los rayos de sol dándote de pleno en la cara. Tu hamaca está estratégicamente situada para hacer de despertador. Hoy es el día en el que tienes que partir a Los Baldíos con Val'jin, así que no estaría de más empezar a preparar las cosas.

Por la mañana temprano, en cuanto sale el sol, me despierto estirandome a más no poder y soltando un alarido digno de un dragón, acompañado posteriormente de unos sonidos salivales de lo más desagradables que denotan una boca pastosa.

Me incorporo y decido terminar con esa sensación de boca llena de paja cogiendo agua de un cuenco y enjuagandomela con hojas de menta.

"Voy a desayuná no vaya a sé que luego no pueda comé na..." Me dirijo a un cesto donde hay frutas variadas del lugar y cojo de tambíen algo de carne que hay metida en una tinaja que contiene vinagre para mantenerla varios días. Procuro escurrir bien el trozo de carne para que no sepa a rayos e intercalo bocados de cada cosa.

"AGG,,, odio comé.... como se llamaba... ¡conservah! Sabe a pieh." - A pesar de que no me agrada mucho el sabor acabo comiendomelo todo de todas formas y chupandome los dedos que saben tanto a vinagre que me producen un escalofrío.

Tras desayunar me visto colocandome las ropas de expedición, que solo lleva algunas partes metálicas para no hacerlas pesadas y que resulten cómodas para viajes largos. También cojo mi lanza y me cuelgo en la espalda con la cinta de cuero que tiene anudada arriba y abajo del palo. Como guerrero decido que un solo arma es una apuesta arriesgada, dado que si le pasa algo a la lanza me vería en serior apuros así que decido llevar también conmigo mi espada corta que tiene el filo semi curvo.

Después preparo tambien un saquillo donde guardo varias cosas como algunas monedas sueltas, comida para un par de días, yesca y pedernal para hacer fuego, y demás utensilios básicos para andar por ahí.

"A ve, no se me orvida nah ¿no? Y si no que mah da, si yo voy a visitá los poblao vecino a ve que me cuentan y seguro que allí son buena gente... Mejó ma seguro que nunca se sabe de los desgraciao de por ahí fuera."

Tras dedicarme a pensar que me podría llevar durante un buen rato decido que lo que llevo está bien y pongo rumbo a la choza de Tek' Jin para reunirme con Van' Jin.

Dedicas un rato a comer y a prepararte para el viaje. Siempre es emocionante salir fuera de las islas, y más aún a Los Baldíos, que se encuentra un poco más lejos de lo que sueles ir normalmente. Tras vestirte y llenar una bolsa con tus cosas, sales hacia la cabaña de Tek'jin. El pueblo todavía parece dormir, pero algunos de los pescadores comienzan ya a levantarse para iniciar su jornada de trabajo.

Cuando llegas a la choza del jefe, te encuentras a Val'jin esperando en la puerta. Conoces a este troll de piel azulada y pelo oscuro desde que érais niños, de hecho has compartido más de una fechoría con él en tus tiempos mozos. Van'jin no ha salido apenas de las islas Eco, por lo que no deja de dar saltos con nerviosismo. Parece ser que el hecho de ir a la gran capital a dar el aviso de lo ocurrido aviva su imaginación y le hace creerse un importante mensajero. El troll te da una fuerte palmada en el hombro en cuanto llegas a su lado.

- ¡Buenoh díah tronco! ¡Qué pasa tío! - empieza a andar hacia fuera del poblado, dirigiéndose a la jungla para ir hasta la orilla donde guardáis las barcas. Algún anciano buena gente os habrá cedido una para que podáis ir hasta Durotar - ¡E'to eh increíble, yo yendo pa Orgrimá a darle un mensaje ar mismízimo Thrall!

Comienzo a andar con él, un poco confundido porque parece que el jefe no viene a despedirnos o ya lo ha hecho y yo he llegado tarde.

Aunque mis nervios están a flor de piel logro mantenerme impasible para intentar transmitirle a Van'Jin algo de serenidad, cosa que me hace sentirme un tipo duro, lo que acaba ayudandome más a mi que a él.

- Eh tio, tranquilo... - Digo mientras me dejo llevar por él avanzando a traves de la jungla - ¿Donde tah er jefe? Yo creí que nos iba a vení a despedí o argo, ar fin y ar cabo somo casi la sarvasión de loh Lanza Negra... A tí y a mi noh van a dibujá en loh libro eso que nunca leemo, ya verá ¡te lo digo yo!

Mi compostura se va perdiendo conforme avanzamos por la jungla, no debí darme tantos aires porque ahora estoy en otro mundo y eso no es bueno, no se puede estar en dos sitios a la vez.

- Vale colega, tu tranquilo que tah mu nervioso. Ya lo celebraremo cuando hayamo cumplio nuestra funsión, ¡que ahora no noh podemo fia ni de nuestra sombra! Cuarquiera puede se un demonio, que yo lo sé, cambian de forma costantemente así que ten cuidaillo.

Le advertí mientras caminabamos por la selva camino de las barcas.

Van'jin se ríe ante tu comentario sobre el jefe. El joven troll parece muy seguro de sí mismo mientras anda a zancadas, y observas que lleva una vieja espada al cinto, seguramente heredada de su padre.

- ¿Er jefe? ¡Si su' ronquíoh se escuchaban de'de el otro lao de la i'la! ¡E'taba to sopa, nuehtro jefe! - Van'jin sonríe recordando los celestiales sonidos que hacía el viejo chamán mientras dormía - He decidío que mejó lo dejábamoh descansá.

Sigue parloteando mientras atravesáis la misteriosa jungla, pero se achanta un poco cuando mencionas a los demonios. Parece desinflarse ante la mención de que pueden cambiar de forma, es evidente que esas criaturas tenebrosas le dan bastante miedo. Aún así, avanzáis a buen paso entre las altísimas palmeras y la frondosa vegetación de vuestra isla, que crea un microclima húmedo y en el que resulta difícil respirar. Pero los Lanza Negra estáis acostumbrados a esto, sois bastante resistentes.

Finalmente llegáis a la orilla, cuya marea en ese momento está realmente tranquila. Muchos cangrejillos van corriendo de un lado a otro por la arena, se ve que no esperaban visita a estas horas de la mañana. Una pequeña barca flota al ritmo de las olas, atada a un poste de la orilla mediante una cuerda. Van'jin te hace una seña para que te montes y después desata la cuerda, apresurándose a correr para trepar de un salto a la embarcación.

- ¡Joé tío qué fría que e'tá er agua! - dice cuando se encuentra por fin a bordo. Coge uno de los remos y te tiende a ti el otro, y se pone a cantar mientras empieza a remar con energía - ¡Amonoh! ¡Camino de la capitá, colega!

Cuando llegamos a la playa y salimos de la jungla, respiro profundamente un aire menos húmedo que el otro y me pregunto a mi mismo ¿y esto por qué es así?

"Esto tiene que se curpa de lah planta, que respiran "mojao" y contra mah planta mah mojao ta el aire."

Cuando comienzo a andar me fijo en que los cangrejillos corretean de un lado para otro totalmente confundidos, la verdad es que no se si alguna vez he visto tantos juntos. Ver tantos a estas horas me hace pensar que tal vez los cangrejos nos temen más de lo que creiamos y por eso salen temprano... En cualquier caso, ese pensamiento me hace gracia y comienzo a correr de un lado a otro agitando la lanza por encima de mi cabeza y dando unos absurdos gritos para asustar a las confusas criaturas.

- BLURU BLURU BLURU BLU, ¡CORRÉ A VUESTROH AGUJEROH! HIAAAAAAAAGGHH - grito saltando de un lado para otro mientras contemplo como los cangrejos salen despavoridos formandose un círculo de vacio por donde paso.

En ese momento Van' Jin me hace una señal para que suba a la barca, así que me voy corriendo hacia ella para montarme. Cuando subo y me fijo en los cangrejos desde lejos, me acuerdo del poblado y del susto que nos dieron ayer aquellos demonioh y que para esos cangrejos yo he debido de ser como un demonio, lo que hace que me sienta realmente mal.

-¡Malditoh cangrejo! mabeis ganao la batalla, ya no vuervo a asustaro mah a no sé que sea pa comero... ¡Pero no porque sí!

Rapidamente se me pasa el mal estar debido a que al fin y al cabo solo son cangrejos y me pongo a cantar con Van' Jin la misma canción que él.