Partida Rol por web

Os llevan de vuelta a las celdas con algún que otro empujón. 

Sin duda alguna, ahora que saben a ciencia cierta, que al menos uno de vosotros es un criminal, tienen menos consideración con vosotros.

Esta vez os meten en una celda distinta, es un poco más pequeña, de unos tres metros de largo por otros tres de ancho. tiene tres bancos anchos pegados a las paredes que no tienen barrotes y está limpia y en buen estado. Pasados unos minutos os llevan una jarra con agua y dos vasos para que podáis beber.

-Bueno, parece que nos hemos quedado solos-dice la mujer con una sonrisa y un leve gesto de dolor cuando cambia de posición-esto ahora va a ser un poco aburrido sin tanta gente ¿no crees?.

Se tumba sobre uno de los bancos y entrecierra los ojos.

-Por cierto ¿cómo te llamabas?

Antes de salir de la posada, el capitán habla contigo por saber cómo van las cosas arriba. Después de esto, te comenta que permanecerá allí con sus hombres.

No te cuesta encontrar el cuartel de la guardia y cuando llegas allí no tienes problemas, ya que con todos los problemas, los guardias te identifican y te permiten pasar a las celdas para preguntar, ya que el cabo al mando considera que es normal.

Una vez en la zona de las celdas, uno de los guardias te conduce hasta la de Gerard y le despierta, después de esto abandona el lugar diciéndote que si necesitas algo que le avises.

Han curado las heridas de Gerard y aunque intenta no dar muestras de dolor, percibes en sus labios una leve tensión cuando se levanta y se dirige hacia ti con sus ojos mirándote fijamente. 

Alan suspira y se acerca a las rejas, pasando una mano por el interior y enroscándola en uno de los barrotes. Después de mirar inquisitivamente a Gerard unos cuantos segundos, abre la boca para preguntar.

-¿Por qué?

No le miraba con ojos acusadores, pero tampoco creía en su inocencia. Al fin y al cabo había matado a una persona, pero Alan no estaba allí por eso. Lo único que quería eran respuestas, saber porque había actuado así y que le había impulsado a hundir su acero en el cuerpo de Ethan. Quería entenderlo todo un poco mejor.

Gerard sonríe ante la escueta pregunta.

-¿Por qué dormí a la chica? o ¿por qué maté a tu compañero? dice mientras retrocede hacia el banco que hay junto a la pared que tampoco está muy lejos.

-Dormí a la chica para ganar dinero. Me ofrecieron una buena suma de dinero por llevarla a un lugar esta noche, bueno, hace una hora o algo así y sinceramente ella no significaba nada para mí y no me iba a reportar mucho más beneficio.

Carraspea un poco mientras se recoloca un poco en el banco, buscando una buena posición en la que las heridas no le molesten tanto.

-Y maté a tu compañero...porque él quería matarme. Le ofrecí un trato con el que todos podríamos haber salido beneficiados, pero él quiso luchar hasta el final y mentiría si digo que no me alegro de que haya muerto, ya que si no, ahora mismo yo estaría en su lugar.

Te mira detenidamente y continúa.

-De todas formas no era tu amigo, el otro chico se lanzó a por mi en cuanto aparecisteis, pero tu no le ayudaste. Entre los tres podríais haberme vencido aunque el chico habría perdido su pierna de todas formas, lo que me lleva a pensar que él tampoco era amigo del muerto.

Se levanta intrigado y se dirige hacia ti lentamente, sin mostrarse agresivo

Tal vez no erais ni compañeros ¿me equivoco?  solo unos conocidos dispuestos a ayudar...o a sacar algún beneficio como quería hacer yo...

-¿compañeros?- dice una voz desde tu espalda.

Cuando echas un vistazo, observas que en la celda de enfrente está la mujer que os atacó para llevarse a las chicas. Te sonríe y saluda como si viera a un viejo amigo.

-Estuvieron tentados de dejarle aquí encerrado, conmigo solo porque fue más sensato que el resto y no quiso enfrentarse a la guardia.

Alan desenfocó la mirada mientras pensaba. La idea de que alguien fuera capaz de drogar y secuestrar a una niña sólo por un poco de dinero le repugnaba y no era algo que se pudiera deducir del comportamiento de Gerard. Lo cierto era que sus palabras le habían chocado, y más teniendo en cuenta que él se mostró colaborador a la hora de ayudar a Ai…a no ser que la oferta se la hubieran hecho antes del intento de secuestro y no después.

Se giró hacia la asaltante y le dedicó la misma mirada que a su interlocutor. Sin sentimiento aparente, fría como el hielo.

-Tienes razón-Dijo a modo de respuesta-No les conocía de nada. No eran mis amigos y tampoco mis compañeros, pero eso no quita que haya presenciado la muerte a sangre fría de uno de ellos. Entiendo tu postura-Miró a Gerard a los ojos-pero opino que la de Ethan era mucho más noble. No se en que estabais pensando para secuestrar a una niña pero quiero creer que hay algo más que el dinero.

Con un suspiro, desenroscó la mano de la verja y se sentó en el suelo de tal forma que a su izquierda quedaba la asaltante y a la derecha Gerard.

-Parece lógico pensar que fue la misma persona la que os ofreció el trato, no es casualidad que os mandasen secuestrar a las mismas personas. ¿Podéis decirme cómo era o cómo se puso en contacto con vosotros?

-Me contrataron ellos -dice señalando a la celda de enfrente-uno de sus compañeros me abordó cuando iba del cuartel hacia la posada, el mismo tipo de ropas, el mismo olor a alcantarilla...

Te mira con curiosidad ahí sentado.

-Me ofrecieron una buena suma por la chica, al parecer no estaban seguros de tener a la chica apropiada o algo así y por eso querían a la otra.

Claramente Gerard no da importancia a los hechos que está relatando. El dinero para él es lo primero.

-Total, si tienen familia, más tarde podría haberme ganado una recompensa al rescatar a las chicas. Eso es lo que le ofrecí a tu compañero chico, le ofrecí que fuerais al encuentro de la banda para salvar a la chica y así todos ganábamos, pero no, os creéis los jóvenes que el honor sirve de algo en esta vida.

Cierra los ojos al decir esto, tarnquílamente, como si él no fuera el que está encerrado.

La mujer ha estado sonriendo mientras Gerard hablaba.

-No nos habrías encontrado y si lo hubieras hecho, te habríamos vencido viejo -dice con un tono bromista.

-¿Para qué quieres saber quién nos contrató?, ya os ofrecí mi ayuda antes a cambio de que no me dejarais entre rejas y mira-se agarra a los barrotes y se columpia un poco en ellos- aquí estoy, en una de las celdas de Lucrecio, en la maravillosa ciudad de Malakai...

Te das cuenta de que no deja de mirar a Gerard intensamente.

-Sabes...opino como el viejo...el honor, la nobleza...no te va a llenar los bolsillos ni te va a dar una vida larga...júntate con gente en la que puedas confiar y que sepas que no te va a dejar tirada...y vivirás.

Estas últimas palabras las ha dicho muy lentamente, sin duda se dirigía tanto a Gerard como a ti.

-El honor y la nobleza no te llenarán los bolsillos-Contesta Alan tranquilamente mientras dibuja símbolos incomprensibles en el suelo-Pero el dinero puede darte algunos dolores de cabeza. A vosotros os pidieron una niña, el trabajo era sencillo, nadie con esa edad sería capaz de defenderse pero, ¿Acaso sabéis para qué la querían? Podrían haber hecho cualquier cosa con ella y cuanto mayor fuera el crimen mayores serían las repercusiones para vosotros. A veces el dinero no te salva de la condena y no puedes confiar en nadie que no seas tu mismo.

Sacudiendo la tierra que tenía en frente para borrar las marcas que había hecho y volviéndola a extender para volver a dibujar, levantó la vista y dedicó una breve mirada tanto a Gerard como a la asaltante.

-Entonces el hombre que os mandó el encargo fue el mismo…Parece que tiene mucho interés en conseguir a Rev.

Es posible que intente contactar con alguno de sus cuidadores o que vuelva a mandar a alguien para secuestrarla.

-Gerard, ¿Cómo contactó ése hombre contigo?

-El hombre me asaltó por la calle. Sin duda alguna me vigilaron todo el rato y pensaron que sería una buena oportunidad comprarme.

Te observa cada vez más intrigado.

-Ideales...sin duda este chico los tiene...cuando uno es joven, es fácil tener ideales, luego te patean el trasero y te das cuenta de que el mundo es...complicado.

-Mira chico, lo más probable es que ya se hayan llevado a la chica o lo estén haciendo en este momento, ya que cuando me dijeron el lugar y la hora , insistieron mucho en que no llegara tarde o no cobraría.

La mujer parece estar atenta a algo. ¿Ha sido un leve silbido?

Después de eso, te mira con una sonrisa.

-No nos vas a ayudar a escapar ¿verdad chico?

Alan observa a Gerard.

-¿Dónde concertasteis el intercambio y a que hora?

Después, se gira hacia la asaltante, respondiendo a su pregunta.

-¿Por qué debería hacerlo? Ayudaros a escapar, quiero decir.

-Porque si no nos ayudas a escapar, seguro que no encontraréis a la chica, pero si nos ayudas...tal vez tengáis una posibilidad.

La mujer te sonríe, como siempre, de forma divertida y pícara, como si lo tuviera todo controlado.

Gerard observa a la mujer cuando le propone que les ayude.

-La entrega debía ser a media noche, y de eso hace demasiado tiempo y el lugar...

Duda unos instantes, pensando en usar la misma táctica que la mujer.

-El lugar era la plaza de los manzanos, está un poco más al su que la posada, es fácil de encontrar y es un lugar sencillo para montar una huida.

Tras esto vuelve a echar un vistazo a la mujer detenidamente.

-No hagas caso a esa mujer Alan...y corre, ¡sal de aquí cuanto antes!

Alan se sorprendió con la última frase de Gerard, sin embargo, decidió hacerle caso y se puso en pie de un salto. Ya iba a salir de allí cuando se giró hacia el hombre.

-Gracias por la ayuda. Haré saber a la guardia que has colaborado, puede que sirva para sacarte de aquí antes.

Después, se volvió hacia la asaltante con cara inexpresiva y la observó un segundo, pero sacudió la cabeza y salió de allí sin decir nada, directo a la plaza de los manzanos.

Con un poco de suerte todavía habría esperanzas.

Sales del cuartel en dirección a la plaza de los manzanos que te ha indicado Gerard. Apenas has recorrido unos metros cuando de reojo observas bastante lejos a Nyphel que viene en tu dirección, probablemente hacia el cuartel.

Alan observa a Nyphel y hace ademán de parar un momento a hablar con él, sin embargo, antes de hacerlo, niega con la cabeza y le hace un gesto al chico para que le siga.

El capitán te recibe en el cuartel y te acompaña hasta el corredor de las celdas, permitiéndote estar allí a solas con los presos. Te indica que si necesitas algo, solo tienes que avisar.

Una vez dentro, avanzas hasta la celda donde está Gerard que te mira casi sorprendido y observas que justo en la celda de enfrente está la asaltante que intentó llevarse a Aijentarinji pero a la que conseguisteis atrapar.

Aprieto con fuera mi ceño, y compongo mi figura.

-Creo... creo que hay por explicar. ¿No creen?