Partida Rol por web

Te encuentras por la ciudad de Lawrence, empiezan a salir los primeros rayos de sol, aun tienes el frio en el cuerpo y observas como los primeros rayos de sol empiezan a impactar contra los edificios mas alejados de la ciudad y observas impaciente que el sol se levante para calentarte.

Sacas tu telefono marca bateria baja, queda un 8%, son las 7:03 de la madrugada, has dormido quizas un par de horas si es que se puede decir sueño...pero ha sido una noche bastante movida tanto por tierra como por aire, toda la noche no han parado de pasar aviones hacia y alejandose de la parte norte de la ciudad, seguramente al aerodromo de la ciudad.

Desbloqueas la puerta del bar que esta medio partida al suelo, hay manchas de sangre repartidas por todo el local, aunque no muchas...

Muy lentamente, Alice sale por la puerta del bar, aterrorizada por el olor y los restos de sangre que ve a su alrededor. Su cerebro no es capaz de procesar qué es lo que está pasando.

-Joder, Alice, joder, joder, ¿pero qué coño está pasando?-murmura para sí misma. 

A pesar del pánico, intenta ser lógica y pensar sus próximos pasos. Mete la mano en el bolso y busca las llaves del coche para tenerlas a mano y se dirige hacia su vehículo, pegada a la pared y mirando hacia todos lados, aterrorizada, atenta al menor signo de ruido o movimiento. Cuando consiga llegar al coche, conectará el cargador del móvil y seguirá intentando contactar con su novio Michael mientras se dirige a casa. También pondrá la radio para escuchar las noticias.

Sales del bar, asi cierras ligeramente los ojos para adaptarte a la luz del dia, miras a lado y lado de la calle y no hay nada ni nadie, asi que localizas el coche a unos 50 metros, suspiras alegre al haber encontrado sitio tan cerca del trabajo, algo normalmente raro...asi que sales corriendo hacia el coche, el clock clock de las chancletas resuenan por la calle, practicamente la ciudad no hay ni un ruido, pones las llaves giras entras en el vehiculo y pones a cargar el telefono y enciendes el vehiculo para poner la radio. Al encender el motor, te extraña que haga tanto ruido...siempre ha sido el mismo? o simplemente es que nunca habia tanto silencio en la calle.?

Una vez dentro del coche, Alice exhala un largo suspiro de alivio por haber llegado sin encontrarse con nadie.

Con dedos temblorosos echa el cierre de seguridad de las puertas del vehículo y arranca el coche después de un par de intentos al introducir la llave.

Pone a cargar el móvil y conecta el manos libres e intenta llamar a Michael, a sus padres y a la policía. Después pone la radio e intenta buscar una emisora en la que estén echando las noticias.

Muy atentamente, comienza a circular por las calles vacías de la ciudad en dirección a su casa.

Cuando estas arrancando , por una esquina sale un chico, intenta avanzar discretamente sin mucha soltura y mira el coche fijamente...este se queda quieto observando...

Alice se queda mirando al joven durante unos segundos mientras prosigue su camino, atenta a los movimientos del chico.

Después de lo que ha oído durante la noche no sabe quién o qué puede estar por las calles de Lawrence.

cuando lo sobrepasas, ves que sale al medio de la calle y levanta la mano, como si saludara o parara un taxi. No sabes si dice algo, por el ruido de radio que aun no has encontrado ninguna emisora en funcionamiento. 

Los nervios, el miedo y las ganas de saber algo sobre lo que está pasando obligan a Alice a detener el coche y recular hasta una distancia prudencial del chico a la misma altura.

Con el motor aún en marcha, apaga la radio y baja la ventanilla mientras observa detenidamente a al hombre en busca de algún rasgo que pueda identificarlo con los locos que han estado gritando y atacando durante la noche. Se fija en sus ropas, busca alguna herida, los rasgos de su cara... Cualquier detalle.

Después de todo, quizás sea una persona normal como ella que ha pasado la noche escondido, o puede que sepa lo que está pasando...

Perdona... Llevo toda la noche incomunicada y no sé qué es lo que está pasando. Mi teléfono no funciona y... y... y no entiendo nada...de verdad... Esto parece una pesadilla... Alice no puede evitar desahogarse con la primera persona con la que consigue hablar después de toda la noche, y comienza a llorar desesperadamente.

El chico sonrie de manera comprensiva, asintiendo levemente con la cabeza, como dando a entender que se de lo que está hablando.

¿Qué me vas a contar? He pasado la noche en esa azotea de allí - señalo mi azotea- tras huir de una especie de maníacos y apenas he dormido un par de horas. Me dirigía a mi apartamento a por comida y agua y quizás recabar alguna noticia de lo que está pasando aunque, a tenor de lo que he visto y oído, me voy haciendo una idea.

Doy un par de pasos hacia el coche.

No está muy lejos de aquí y menos aún en coche, ¿por qué no me acercas y a cambio te hago un estupendo desayuno con tostadas, huevos y una jarra de café? No se tú pero ayer no me dio tiempo ni a cenar y estoy hambriento de veras.

De repente me doy cuenta de que ni me he presentado.

Soy Spade, el mago más dicharachero a este lado del Missisipi. Y lanzo mi mejor sonrisa en plan "quizás me recuerdes de..." rematando la presentación haciendo aparecer una moneda de mis manos. Y también soy un buen tipo.

Alice duda unos segundos sobre qué hacer a continuación. El chico no parece sospechoso, un poco raro quizás sí, pero nada más... Si lo dejo aquí, seguramente le pase algo y no podría perdonármelo...

Hola... Spade. Mi nombre es Alice Evergreen. Se presenta con una tímida sonrisa. Sube y te acerco a casa. Yo estoy intentando llegar a la mía. ¿Tú sabes algo de lo que está pasando? Yo estaba trabajando cuando pasó todo y todavía no entiendo nada.

Con un suspiro de alivio me apresuro a entrar en el asiento del copiloto, accionando el seguro de la puerta al cerrarla, así nadie podrá entrar. 

Muchas gracias, Alice, mi verdadero nombre es Kevin, Kevin Masters, Spade es solo mi nombre del trabajo, soy mago, ¿sabes? Muchas gracias por pararme, vivo en Hood Street. Vamos, lo del café iba en serio...

Ya una vez acomodado, la miro de refilón. 

Todo era normal hasta que unos tarados empezaron a morder a otros e intentaron morderme a mí pero fui más rápido y me subí a una azotea. No se que ha pasado pero la noche ha estado llena de gritos y muchísimos aviones entrando y saliendo del aeródromo del Norte. 

Recuerdo que, en algún lugar de mi traje llevo un teléfono y, hurgando en los bolsillos, lo saco para acceder a safari, el navegador de Apple...