Partida Rol por web

Sin poco tiempo a reaccionar ves como Alice se marcha apenas habiendo probado el cafe y marchandose hacia su coche...

Sorprendido por la inesperada reacción de Alice me giro hacia la puerta intentando llamar su atención

- Espera... - comienzo a decir, pero únicamente un borrón de pelo rubio girando hacia el pasillo responde a mis palabras.

Después de haber encontrado a otra persona en esta pesadilla vuelvo a quedarme sólo en mi apartamento. Aunque esto sea una auténtica locura, si quiero seguir vivo tendré que usar la cabeza... pienso mientras decido si salir corriendo tras ella o cumplir mis planes iniciales de supervivencia a corto plazo.

Finalmente decidió quedarse a terminar su café (quién sabe cuando podría disfrutar de un buen café otra vez) mientras repasaba mentalmente todas aquellas cosas de utilidad que pudiera tener en su piso...

Después de terminar mi café mientras disfruto de la relativa paz de mi apartamento, decido que ha llegado la hora de ponerme en marcha. Voy a mi habitación y rebusco en el armario hasta encontrar una mochila donde poder llevar conmigo algo de utilidad.

Lo primero que hago es cambiarme de ropa, quitándome el traje y poniéndome algo de ropa más informal, como unos vaqueros y una camiseta y sobre todo me deshago de mis zapatos poniéndome unas zapatillas Converse. Si tengo que volver a correr por mi vida, mejor no ir en zapatos... me digo a mi mismo con una media sonrisa triste. Un par de camisetas... ropa interior... todo va al fondo de la mochila. Me pongo una sudadera encima de la camiseta y voy al cajón de la mesita donde tengo una caja cerrada por combinación con mis ahorros. Cojo el dinero y lo guardo en mi cartera.

Saliendo de la habitación vuelvo al salón donde cojo el cargador del móvil aunque este no funcione. Un par de libretas y de bolígrafos también van al interior de la mochila. La cocina es la siguiente parada e intento buscar alimentos que pueda llevar conmigo sin riesgo a que se caduquen: galletas y alguna lata de conserva... agua. En el fondo de la nevera veo una lata de Monster que también va al interior de la mochila.

Cuando ya estaba a punto de salir de la cocina me detengo y miro hacia los cajones de la encimera. Necesito un arma... digo en voz alta aunque no hay nadie más en la vivienda y abriendo el cajón cojo dos cuchillos del cajón. En primer lugar cojo el cuchillo más grande que tenga y lo guardo en la mochila, no sin antes envolver la hoja en un rodillo para evitar que rompa el interior de la mochila. Después rebusco hasta encontrar otro cuchillo más pequeño que pueda llevar en el bolsillo de la sudadera.

Dispuesto ya a salir de mi casa recojo las dos cajetillas de tabaco y un par de mecheros que tengo en el aparador de la entrada y no puedo evitar una mirada de tristeza a mi casa que dejo atrás...

Respirando hondo me decido a salir de mi casa y mientras cierro la puerta con llave me pregunto si podré volver a descansar en mi sofá. Guardo la llave en uno de los bolsillos de la mochila y miro a mi alrededor. Me encuentro en el pasillo de la segunda planta de mi edificio. El pasillo tiene forma de I con las cuatro viviendas enfrentadas en los extremos del pasillo.

Me acerco a la puerta D, que se encuentra frente a mi casa, y acerco mi cabeza a la misma intentado oír ruidos en el interior. Aunque en ocasiones pueda parecer una bruja, la señora Smith no resulta mala vecina. A sus setenta y muchos años de edad y sin otra afición que la cocina, en muchas ocasiones me ha llevado trozos de pastel y otras viandas. Espero que se encuentre bien...

Tras unos segundos de escucha llamo a la puerta con los nudillos...

No escuchas nada, cuando golpeas la puerta se abre unos milimetros hacia el interior, te fijas y el marco de madera esta rebentado, continuas sin escuchar nada. Abres algo mas la puerta, no hay luz al interior solo hay la poca que entra desde el pasillo del exterior, las persianas asumes que estan bajadas.

Para mi sorpresa la puerta está abierta y con el golpe de mis nudillos se abre unos milímetros. Al observar la puerta, esta parece haber sido reventada ya que el marco está astillado. Me fijo con atención para intentar averiguar si el golpe ha sido desde dentro de la vivienda hacia el pasillo o si ha sido desde el pasillo hacia el interior.

Meto la mano en el bolsillo de la sudadera en el que llevo el cuchillo y noto su tacto tranquilizador.

- Señora Smith... - llamo desde la puerta abriéndola unos centímetros mientras presto atención por si escucho una posible respuesta. - ¿Se encuentra bien? -  abro la puerta completamente, aunque sin llegar a entrar todavía en la vivienda...

No hay ninguna respuesta, tampoco hay suficiente luz para poder ver algo mas que el recibidor...

Al no oír ningún ruido en el interior de la vivienda decido empujar con fuerza la puerta, con la intención de que se abra completamente y golpee a la pared haciendo ruido. Saco uno de los mecheros del bolso y lo enciendo para intentar alumbrar delante de mi y poder ver mejor.

- Señora Smith - vuelvo a llamar al tiempo que entro en el recibidor con el mechero en una mano y el cuchillo en la otra...

Cuando entras justo despues de golpear la puerta contra la pared en el fondo se escucha otro golpe, muy parecido al tuyo...junto con una especie de gruñido...no recuerdas que tubiera perro....

Mi sangre se hiela al oír el gruñido que proviene del fondo del piso...

Del fondo aparece una mole, con batin de flores, lleva una especie de moño ensangrentado blanco y unas gafas colgando con el cristal roto, claramente es o mas bien era la señora smith, parece ser que te ha estado alimentando para ahora disfrutar del menu.

Corre hacia ti precipitadamente haciendo ruido con la mandibula.

Hostia puta... pienso al ver el engendro en el que se había convertido la señora Smith abalanzarse sobre mi desde el fondo de la habitación.

No puedo evitar recordar a la amable viuda que vivía frente a mi casa... el apetecible olor de los guisos que solía hacer y que se podían oler desde el rellano de las escaleras... el instinto maternal que solía tener... como me regañaba cada vez que entraba en su casa desde la calle empapado por no haber llevado paraguas. Kevin, querido... siempre te digo que cojas un paraguas. Haz como yo... - solía decir señalando el pesado paragüero de bronce que tenía al lado de la puerta.

Ahora ese instinto maternal había sido sustituido por otro instinto mucho más primario. Joder!!! ¿qué coño esta pasando aquí?...

Cogiendo el paragüero intento golpear con él al ser en el que se ha convertido la señora Smith antes de que me alcance...

Intentas golpearle con el paraguero pero era demasiado pesado y te hacia hacer movimientos torpes. Por suerte el mismo paraguero impide que te muerda* Aunque pone todo su peso hacia ti para morderte.

Con el paragüero actuando de improvisada barrera entre el ser en que se ha convertido la señora Smith y yo intento pensar que hacer a continuación. Un nauseabundo olor invade mis fosas nasales mientras el ser empuja con todas sus fuerzas hacia mi.

En ese momento tengo una idea que tal vez pueda funcionar, o al menos en mi mente funciona cuando se me ocurre. El plan es apartame bruscamente a un lado, dejando que la señora Smith con la propia inercia de su fuerza se vaya hacia delante cayendo al suelo y una vez allí, aplastar su cabeza con el paragüero. Cojo aire y me dispongo a poner en marcha mi plan...