Partida Rol por web

La habitación era ordinaria a las demás, salvo por el cuerpo sin cabeza en medio. Al entrar se podía observar la cama a la derecha pegada junto a las esquinas de la pared, una mesita de noche al lado de esta junto a uno que otro adorno, seguida por un escritorio con diferentes libros y una nota.

A la izquierda de la habitación había un bote de basura aparentemente vacío, al pie de la cama de encontraba un pequeño baúl donde seguramente estaban las vestimentas de Bright.

La nota estaba escrita a mano en cursiva: "Monte Galahad".

Te has dirigido primero a los aposentos a dejar la cabeza, sorprendentemente la puerta estaba abierta y te has encontrado con el cuerpo de Uriel.

Nueva escena desbloqueada, esta escena podría mantenerse en secreto o no, como prefieras.

Ya no podrás dirigirte a la cabina de mando hasta la próxima hora.

Scrafy se choco con los pies de un cuerpo sin cabeza o lo que antes era su jefe. -Vaya... no se ni por donde empezar. -Pensaba en alto, mientras dejaba con cuidado la cabeza encima de la cama y procuraba no tocar demasiado el cuerpo sin cabeza, mas que nada por el repelus que pudiera dar.

Hecho un vistazo a su alrededor reparando en la nota primero. -¿Monte Gahalad? Que raro. -Dándole la vuelta esperando encontrar algo mas escrito, para después reparar en la papelera y el baúl. -Me pregunto cual fue la razón de matarlo tan teatralmente, ¿Sera actor su asesino?

La nota parecía como si la hubieran escrito de manera apresurada, detrás no contenía nada.

El cuerpo a primera vista se veía intacto más que la obvia ausencia de la cabeza; la cama estaba impecablemente tendida y dentro del baúl había ropa bien doblada del señor Bright. También había un papel arrugado que apenas se podía ver sobresalir de uno de los bolsillos de un pantalón, al desdoblar la nota había un mensaje: J'arkza Th'uul.

El resto de la habitación parecía ordinariamente intacta.

Scrafy al mas puro estilo detective privado, analizo la escena del crimen o lo que podría ser la escena si es que encontraba sangre claro... Aunque la nota doblada en sus pantalones le demostró que realmente algo malo le pasaba al Señor J antes de morir. -¿Jota ark za tu ul? -Se rasco la gorra confundido y le dio la vuelta ala nota una vez mas. -Esto empieza a ser raro...

Un considerable charco de sangre se derramaba del cuello de Bright, quizá se necesite limpiar pronto antes que se coagule y sea complicado, queda a consideración del conserje.

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La habitación era ordinaria a las demás, salvo por el cuerpo con la cabeza separada en la cama ubicada a la derecha de la habitación pegada junto a las esquinas de la pared, una mesita de noche al lado de esta junto a uno que otro adorno seguida por un escritorio con diferentes libros y una nota.

A la izquierda de la habitación había un bote de basura aparentemente vacío, al pie de la cama de encontraba un pequeño baúl abierto donde estaban las vestimentas de Bright.

La nota del escritorio rezaba en cursiva: "Monte Galahad".

En medio de la habitación había una gran mancha de lo que antes era sangre, la cual Scrafy se encargó de limpiar.

Había muchas cosas en la habitación que le llamaban la atención en un único y rápido vistazo.

Para empezar que el cuerpo estuviera en la cama cuando la sangre, o lo que antaño era, estaba bañando el suelo de la habitación. Conserje inepto.- Sólo acordarse de que ese hombre con sendo bigote acababa de dificultarle con creces su trabajo hizo que sus engranajes se movieran al ritmo contrario de lo que tenía acostumbrado, dándole un dolor en los metálicos huesos como si de una migraña ósea se tratase.

Lo siguiente era la nota del escritorio, ¿pero no había dos? Recordaba que comentó sobre una segunda nota con unas extrañas palabras que bien podían ser extranjeros pero, a simple vista, no la localizaba.

Lo último fue la basura vacía, acercándose para ver si encontraba algo en su interior, y el baúl abierto imaginándose que quiera fuera le pillaría desprevenido.

Dejó el bastón al lado de la cama para acercarse al cuerpo y observarlo más de cerca. Quería asegurarse de si el corte había sido limpio o tosco comprobando la columna; de si las ropas estaban manchadas mientras le desvestía para dejarle totalmente desnudo y comprobar así minuciosamente cualquier tipo de herida o reacción de la piel, dándole incluso la vuelta para ver también la espalda. Cualquier dato que pudiera ayudar al médico.

Dentro de la papelera no había nada de interés mas que una bolsa de plástico recubriendo sus interiores como era usual. Dentro del baúl había ropa del señor Bright pero uno de los pantalones parecía extrañamente movido ya que el resto de la ropa se encontraba impecablemente doblada, encima de estos pantalones había otra nota escrita a mano con una letra un poco torpe que decía:

"J'arkza Th'uul"

El cuerpo de Bright estaba intacto, salvo por su cuello el cual parecía no haber sido cortado ya que la herida era inestable y poco profesional, como su hubieran halado o desprendido con mucha fuerza y lo suficientemente rápido para no gritar, no mostraba marcas de combate.

Desnudo como el Superior lo trajo al mundo, el cuerpo separado de Uriel no presentaba nada inusual algo que en primera instancia impresionó al doctor.

La importancia, claramente, estaba en el corte. Le sorprendía que alguien con tanta fuerza pudiera haber hecho aquél desastre de fuerza bruta, sobre todo teniendo en cuenta que los integrantes del navío eran todos enclenques sin ningún tipo de aparato mecánico que potenciara sus fuerzas. Ni siquiera Callahan, quien sin duda era el más fuerte de los presentes, podía despegar una cabeza de su cuerpo como si de un tapón de botella se tratase.

¿A quién has cabreado, Uriel? – Habló al aire mientras miraba a la cabeza, pensativo. Sabía que no iba a encontrar nada más ahí y el resto correrían un serio peligro, eso si no había extrañas fuerzas sobrehumanas entre ellos.

Debía moverse cuanto antes, así que a la velocidad que sus delicados huesos y oxidados mecanismos se lo permitían, se puso en marcha: Cogió la nota del pantalón para guardarla en uno de sus bolsillos de la túnica y cerró el baúl; Puso únicamente la camisa de Uriel sobre sus partes nobles para tapar esa zona aunque el resto del cuerpo siguiera desnudo por respeto a su “intimidad”, aunque las personas de su profesión estaban más que acostumbradas a ver todo tipo de anatomías; Por último, cogió la cabeza del fallecido.

Al margen de lo que podría caber, como si supiera él mismo lo que estaba haciendo, agarró con una mano a Uriel del cabello para sostener la cabeza mientras gotas de sangre descendían al suelo, por otro lado su mano restante se encargaba de quitar la calavera de animal que decoraba la cabeza de su bastón para dejarla sobre la cama.

Muchos ya sabían de la rareza del doctor y apenas se atrevían a contradecirle, aunque el grado de sus excentricidades en varias ocasiones llegaba a rozar lo macabro. Esta vez era una de esas ocasiones, incrustando la cabeza donde antes estaba la calavera para que Uriel, o lo que quedaba de él, coronara su bastón y le siguiera a todas partes. Mientras tanto la sangre seguía descendiendo, tiñendo parte de la madera y cableado con un oscuro rojizo que poco parecía importarle.

Lo sé, amigo. Sé cómo encontrar a tu asesino.- Respondió al difunto como si estuviera a su lado moviendo los labios y mirándole desde esas gafas de cristal implantadas por él mismo antes de soltar una carcajada al aire, pareciendo que el propio Uriel le hubiera respondido aunque sólo él escuchara su voz.

Estaba claro que sería su único compañero en esta extraña aventura.

El excéntrico médico regresa junto al grupo dejando una leve línea de sangre que seguramente tendrá que encargarse el conserje de limpiar, este le da una última vista a la habitación haciendo chirrear su cuerpo y finalmente se marcha.

INICIO HORA 3 - Aposentos de Uriel J. Bright

INICIO HORA 4 - Aposentos de Uriel J. Bright

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La habitación era ordinaria a las demás, salvo por el cuerpo sin cabeza y desnudo en la cama ubicada a la derecha de la habitación pegada junto a las esquinas de la pared, este estaba cubierto por una manta blanca que probablemente colocó allí Poxviridae al hacer la autopsia; una mesita de noche al lado de esta junto a uno que otro adorno seguida por un escritorio con diferentes libros y una nota.

A la izquierda de la habitación había un bote de basura aparentemente vacío, al pie de la cama de encontraba un pequeño baúl abierto donde estaban las vestimentas de Bright.

La nota del escritorio rezaba en cursiva: "Monte Galahad".

En medio de la habitación había una gran mancha de lo que antes era sangre, la cual Scrafy se encargó de limpiar.

Abby entro a los aposentos que en un principio, se podrían ver de lo mas cómodos y acogedores si no fuera por el cadáver de lo que fue su anfitrión, se tomo un momento para respirar pues evidentemente no era nada buena con el tema de ver muertos, aquellas escenas simplemente le parecían de lo peor aunque su porte y posición no dejaran esto tan a la vista. Después de lograr pasar aquella escena (Evidentemente lo primero que cualquiera notaría estando dentro de aquel lugar) comenzó a mirar alrededor, como buena amante de lo refinado podía notar lo hermosa que era aquella habitación, digna de alguien como Uriel, sin duda una lastima haber perdido a tan semejante figura, como era de esperar no pudo evitar pasar por alto lo que decía aquella nota que había cerca de los libros.

—Bueno debo decir... Que si usted quería una cita intima, sin duda alguna esta es la mejor habitación para llevarla a cabo, aunque mi estomago tiene sentimientos encontrado con ello— Comentó, intentando sonar un tanto divertida a pesar de toda aquella situación, bromeaba con el hombre que consideraba mayor inocente en todo ese caos, por lo que suponía que estaba bien sin llegar al limite, pues tampoco le hacía mucha gracia todo lo que estaba pasando, solo era una forma tranquila de pasar el rato (Y el mal sabor de boca de ver el cuerpo que los estaba acompañando)

—Debo decir, primeramente que sus sospechas contra Di Palmare al final fueron efectivas, me alegro demasiado que todo hubiera salido a favor de Scrafy— Y no mentía, no quería realmente que un inocente hubiera sido asesinado en vez del propio ente, uno que el maquinista había resultado ser a pesar de todo —Por lo que cuenta con mi apoyo en futuras votaciones, sin dejar de seguir mi instinto por buscar la lógica en todo momento claro esta, aunque considero que es dificil encontrar alguna en todo esto por el momento— Y de nuevo hablaba sinceramente, apoyar a Callahan era lo mejor que se podía hacer en esos momentos, al menos mientras no hubiera alguna prueba contundente contra alguien en particular, misma prueba que en esos momentos, era completamente inexistente. Dicho esto, miró al buen Callahan, con una actitud serena y tomando una calada de su pipa, no sabía si sería interrogada como tal pero estaba dispuesta a ayudar en la medida de lo posible.

Era la primera vez que Callahan entraba en el despacho del señor Uriel J. Bright desde el incidente, y lo cierto es que agradecía que el doctor Poxviridae se hubiera dignado al menos a cubrir el cadáver del anfitrión. Ya había sido impactante ver su cabeza decapitada, por lo que le hubiera dolido contemplar también el cuerpo.

El hombretón esbozó una sonrisa divertida al escuchar la broma de la joven millonaria. Era agradable que escuchar que alguien bromeara en medio de los tensos momentos que estaban viviendo, al menos para relajar la situación.

-Debo reconocer que me he planteado invitarla a una cita -reconoció Callahan, sonriendo, mostrando su faceta entre galán y rudo que le había funcionado en anteriores empleos, antes de conocer al señor Bright-. Si me lo permite decirlo, la encuentro realmente atractiva. No sólo es bonita, sino que hay algo en usted que me fascina, señorita Porter. -El jefe de seguridad miró a la joven a los ojos, como si intentase discernir que era lo que le atraía de aquella adinerada invitada del zeppelin que se guiaba siempre por la lógica. Adoptó un tono más serio y añadió-: Agradezco que me muestre su apoyo, pero intente seguir mostrándose neutral de cara al resto. Si los entes llegan a saber que está colaborando conmigo... irán a por usted.

Porter se había aproximado más a la señorita Porter, quedando a un palmo el uno del otro. El jefe de seguridad dirigió una mirada desconfiada alrededor, como si temiese que oídos indiscretos pudiera escucharlo. Uno nunca sabía si los entes podían espiar las otras estancias. Callahan agachó la cabeza ligeramente para hablar en tono bajo, casi al oído de Abby Nell.

-No le he traído para interrogarla, señorita Porter -le habló, intentando que nadie más pudiera escucharla-. Confío en usted. Más de lo que afirmaré decir ante los demás, y es por ello que le he pedido que viniera aquí para hablar a solas. -La miró a los ojos, tratando de que ella viera en su mirada que era sincero-. La única forma de que salgamos vivos de aquí la mayor parte de nosotros es la confianza mutua. Señorita Porter, tengo alguna teoría sobre lo que puede hacer, pero quiero oírlo de su boca. ¿Cuál es su habilidad? No me importa cuán extraña pueda parecer. Mi prioridad ahora es garantizar su supervivencia.

Abby comenzó a soltar el humo suavemente, de manera tranquila y un tanto divertida al escuchar las palabras del hombre que estaba frente a ella, correspondiendo al pequeño juego que había dicho ella misma anteriormente, a pesar de toda aquella situación tener charlas un poco mas cotidianas y divertidas siempre venía bien, ayudaba a aclarar la mente en muchos casos y la agitación del momento, algo que sin duda ayudaba para poder centrarse despues en la situación —Me halagan mucho sus palabras señor Callahan, aunque ahora me da mucha curiosidad el saber ese algo atrayente que menciona respecto a mi persona...— Respondió de manera divertida, esbozando una sonrisa en sus labios por unos instantes ¿A quien no le gustaba un buen halago? —Respecto a la cita, bueno digamos que seguramente usted tiene mayores probabilidades a comparación del resto— Terminó de decir, no quería indicarlo de otra manera mas salvaje pero de entre todos, el buen Callahan sin duda tenía tanto la edad como el porte que seguramente ella aceptaría a salir al menos en algún momento (Si no moría a manos de algún ente o algo por el estilo antes claro estaba) El resto de los invitados eran demasiado viejos para su gusto.

—Al menos... que el doctor se quite esa mascara y resulte ser un modelo en todo su esplendor— Bromeó una vez mas, esta vez con el hecho de no saber absolutamente nadie de la persona debajo de ese atuendo tan característico del doctor que había sido invitado al zeppelin. Dejando esto de lado, asintió cuando el hombre comentó aquello de mantener una neutralidad, estando totalmente de acuerdo a sus palabras, considerar que pudiera haber una alianza mas grande seguramente terminaría por alertar a los entes que quedaran a bordo y no se podían tomar ese tipo de lujos.

—La confianza es algo que sin duda es importante en estos momentos, y considerando que usted fue el primero en revelar algo tan importante como ello, considere esto como muestra de mi confianza— Mas que confianza ante el, era ante la causa en la que estaban ambos, el detener a esos entes era lo mas importante, por lo que terminó dando una pequeña calada mas a su pipa antes de responder como era debido a la pregunta del hombre —Describir algo como lo que me pregunta es un tanto fácil, considerando que no tengo algo tan complejo como otros de los invitados, digamos que tengo las habilidades suficientes para zafarme de esos entes si decidieran atacarme, claro que tengo un limite en mis capacidades, no creo que pueda salvarme todo el tiempo— Terminó de decir, sacando el humo de su boca en forma de anillos como ya lo había hecho alguna otra vez frente al propio Callahan.

Esperaba no tener que recurrir nunca a huir de algún posible ataque, pero considerando la situación, todos los invitados que por el momento tenía un grado menor o mayor de inocencia podían ser victimas de estos ataques, ella por supuesto no era la excepción en lo mas mínimo. Dicho esto, miró detenidamente al jefe de seguridad por unos segundos. Antes de regresar su vista alrededor de la habitación, no sabía si los entes podrían ver o escuchar incluso a través de las paredes pero igualmente, y aprovechando la cercanía con el hombre, pudo decir esto también en un tono bajo y sutil.

-Diría que lo que me resulta tan atrayente de usted es su inteligencia y elegancia -afirmó Callahan, tras pensar durante un instante en cuál era el motivo por el que la millonaria había llamado tanto su atención-. A los demás, se les ve venir desde lejos. Pero, ¿usted? -Sonrió, divertido-. Es lista, prudente, reflexiva y misteriosa. Es difícil saber qué esperar de usted, señorita Porter.

El jefe de seguridad rió al escuchar que él tenía más posibilidades de tener una cita con la joven que el resto de los invitados. Porter había bromeado acerca del doctor Poxiviridae y con la idea de que, bajo su máscara de pájaro, se encontrase el rostro de un bello modelo.

-Algo me dice que el doctor es mujer -comentó, divertido, aunque era difícil saber si sus palabras iban en broma o estaba hablando muy en serio-. Y posiblemente más joven de lo que pensamos... En cualquier caso, Poxviridae es un aliado. Si yo muero, puede confiar en él. -El rostro del hombretón mostró un ligero atisbo de duda y posó una de sus grandes manos sobre el hombro derecho de la joven. Bajó su tono-. Escuche. Si en algún momento sus capacidades para zafarse de los entes llegan a un límite y queda indefensa, sólo cíteme aquí y dígamelo. Poxviridae afirma estar garantizando mi seguridad y le creo. Puedo convencerle de hacer lo mismo con usted. -En la expresión de Callahan se notaba una sincera preocupación hacia la millonaria-. Quiero que salga viva de este zeppelin, señorita Porter. -Alzando más el tono, añadió-: Ahora haré llamar a Poxviridae y Scrafy. Puede quedarse aquí, confío en usted. Si alguno de los dos revela detalles importantes sobre sus sospechas, me gustaría que usted también estuviera presente.

Abby terminó alzando una de sus cejas de forma divertida ante la respuesta de Callahan, por unos segundos —Bueno, ese tipo de halagos son los que sin duda, dan mucho gusto de escuchar señor Callahan. Después de todo, una mujer de negocios debe ser impredecible si quiere triunfar en un mundo tan competitivo ¿No le parece?— Terminó de decir tranquilamente, había aprendido mucho en sus años de juventud a ser como es en esos momentos, algo que como había dicho, era un halago saber que alguien como el jefe de seguridad lo mencionaba.

De igual manera que el hombre, soltó una expresión un tanto divertida ante las palabras siguientes que este comentaba, pensando un poco en la posibilidad que le había puesto sobre la mesa —Podría ser... sin duda es todo un misterio y no creo que podamos verlo pronto— Soltó tranquilamente tomando una calada de su pipa, ahora tenía mucha curiosidad de saber cual era la identidad del buen doctor que estaba a bordo de ese Zeppelin, sea como fuere, al final esto era un tema por demas casual, posiblemente despues tendrían mas tiempo para averiguar algo como aquello, en esos momentos aun tenían el problema de los entes entre manos y perder mucho tiempo en trivialidades no era algo que fuera conveniente.

—Lo tendré en mente en ese caso señor Callahan, puede contar con que le comentare cualquier situación que suceda al respecto... como usted mismo dijo anteriormente, es importante la confianza en estos momentos con el fin de salir vivos de aquí.— Respondió de manera firme, confiaba en Callahan y si en algún momento quedaba desprotegida como este mismo mencionaba, tenía que estar pendiente de comentarle justo como el quería.

—Por otro lado...— Recobró su postura al decir esto, mirando alrededor mientras sacaba el humo de su boca de manera pausada, como haciendo ciertas ondulaciones con este —Creo que el acierto que hubo con Di Palmare nos deja en una posición de ventaja ante el ente, o entes que lleguen a quedar dentro del Zeppelin— Terminó de decir, no estaba segura de cuantas de esas cosas (Lo que fueran) quedaban a bordo, pero al menos haber atrapado a uno era un punto bueno para la causa que tenían la gran mayoría de invitados, salir vivos de allí.

-Estoy de acuerdo -coincidió Callahan, mientras observaba los anillos de humo que formaba con su pipa la señorita Porter-. Haber acertado con Di Palmare nos proporciona una ventaja sobre los entes o el ente que no debemos desperdiciar. Si mi instinto no me falla, entre Roxanne Silver y Konrad Eggstein tiene que estar el restante o los restantes. -El jefe de seguridad reparó entonces en la presencia de Scrafy, quien había llegado a los aposentos del señor Bright. Sabía que el conserje había confirmado prácticamente su inocencia, por lo que le preguntó-: Y bien, Scrafy, ¿qué era eso tan urgente que quería contarme?