Partida Rol por web

Montáis en la canoa, ambos, junto con la bebé y vuestros equipajes. El agua está gélida, y una suave brisa helada os empaña los ojos. Cada uno tomáis un remo, y envueltos por el frío y le humedad os adentráis en las aguas, perturbándolas. La bebé está en el interior de la canoa, a los pies de Mara, tranquila.

A lo lejos distinguís algunas islas de distinto tamaño. Una de ellas debe ser Santuario. Atrás queda Daniella y la cabaña, ya una fina línea oscura en el horizonte, igual que lo que tenéis delante. Os encontráis completamente rodeados de agua, kilómetros y kilómetros de agua calma. Y frío, mucho frío.

-Debemos agradecer que el lago esté tranquilo- comento entre remada y remada -no suelen ser demasiado peligrosos pero mojarnos con este frío puede ser hasta letal-. Pensé luego en lo que decía y lo inconveniente del asunto, poner nerviosa a mi compañera no sería productivo pero quizás la salvaría si usaba aquel miedo para enfocarse.

-Y dime- comenté intentando cambiar de tema -¿Qué hacías antes de todo esto?-. Mientras esperaba la respuesta noté que ya habíamos pasado la mitad por lo que tomé un corto descanso en el que levanté a la bebé y la acerqué a mi cuerpo, quería comprobar que no tuviese frío.

Tras tres horas remando, calculáis que estáis como a la mitad, entre la cabaña y la isla de Beaver. Cuanto más os alejáis de la costa menos la distinguís, ahora es una simple líena oscura en el horizonte, al igual que frente a vosotros. A los lados no percibís esa línea oscura, y con eso os podéis orientar. Nos obstante el cansancio empieza a hacer mella en vosotros. El hambre, la sed, el frío.

Zack, durante uno de los descansos tomas a la bebé en brazos y compruebas su estado de salud. Notas algo raro. La bebé está como en trance, o algo ausente. Puede que sea por el frío, pero parece sana, físicamente. Cierra los ojos como si estuviese muy cansada, y no responde a tus estímulos. No va a morir, pero deberíais daros prisa y llegar a la isla cuanto antes.

Hacía bastante frío y notaba como la cara se me quedaba acartonada y los labios se me agrietaban. Instintivamente apretaba al bebé contra mi pecho para que no sintiera frío.

A la pregunta de Zack le contesto: -Soy de las Islas Canarias, un grupo de islas en el Atlántico y antes de que todo se fuera al garete tenía el sueño de venir a América y montar mi propio Foodtrack- Se me hacía raro hablar de todo aquello sin pensar en el maldito virus o lo que sea que había producido esto, también me hacía acordarme de mi familia....mi familia...Tal vez allí no llegó nada y están a salvo esperando noticias mías.....

Como Mara se encargaba de la criatura me dispuse a remar con todas mis fuerzas, el bebé no podía seguir así mucho tiempo y no pretendía ver otra muerte, no la de un infante al menos. Me conocía, sabía que siempre había estado en forma y por lo tanto debería poder acelerar un poco la marcha -cubre al bebé, así es- le comenté para felicitarla -debemos asegurarnos de que sobreviva-.

La isla estaba más cerca cada vez, Mara podría abrigar a la niña mientras yo remaba. Considerando que su rol era más importante y teníamos bastante tiempo, de hecho, quizás sería buena idea de que solamente yo remara -de hecho, encárgate de protegerla, yo nos haré llegar-.

Mara, aprietas a la bebé contra ti, mientras Zack, remas con fuerza sin perder de vista una pequeña isla a la que os acercáis. Detrás de ésta, un poco más lejos, podéis distinguir la inmensa isla Beaver. Aunque sobre esta pequeña isla, completamente plana, distinguís tiendas de campaña, lonas de color blanco, y movimiento. Hay figuras de personas moviéndose allí, y no parecen zombies.

Tras vosotros una densa neblina comienza a formarse sobre la superficie del lago, y un ruido como de motor se hace presente. Por estribor se acerca una pequeña embarcación a motor, y se coloca junto a vosotros. Hay dos hombres en la cubierta, y otro en la cabina, pilotando.

Cuando están lo bastante cerca, paran el motor y se dirigen a vosotros.

- ¡Hola! Soy el capitán Chris. -os saludo amigablemente, mientras mis dos hombres os apuntan con pistolas- No vamos a haceros daño. Parece que venís de muy lejos. ¿Qué andáis haciendo por aquí?

No te quedan muy claras sus intenciones. Y la verdad es que tampoco tienes muchas opciones. Os superan en número, tienen un barco a motor, y os están apuntando con armas. Parecen tipos duros, pero ¿acaso no son los tipos duros los que sobreviven en este mundo? Eso sí, ves claramente que vienen de la isla, probablemente de Sanctuary, o al menos de esa dirección; y parecen tranquilos.

Noto que el hombre de la canoa me mira con aire desconfiado, y no le falta razón. Antes de darle tiempo a responder, veo al bebé, y no puedo salir de mi asombro: - ¿¡Eso es un bebé!?

-Si, y seguramente tiene frío. Conseguimos esta canoa e intentamos llegar a Sanctuary- respondí al hombre subiendo el remo a mis piernas y levantando los brazos -Soy Zack y preferiría que no me disparen-.

Pensé en las muchas posibilidades pero, ciertamente, estábamos a merced de ellos. Por lo tanto decidí poner toda la carne en el asador -tenemos a otra superviviente, una doctora ¡pero la embarcación era muy pequeña!- señalé hacia la costa -debemos volver por ella-.

Si algo había aprendido en mi vida era: cuando te superan en número, tienen armas y desean tener el control; déjalos tener el control. Al menos así se salvaba el cuello durante un rato y a la chica.

Miro al hombre con curiosidad. De repente parece confiar en mí, y eso no sé si me tranquiliza o todo lo contrario. Intento recordar el protocolo, para no mezclar impresiones personales con todo esto. "El primer paso es asegurarme de que no son peligrosos": - Tranquilízate. Por favor. Somos de Sanctuary, una patrulla. Buscamos supervivientes por la costa, como vosotros. - hago una pausa para dejaros asimilar la información - Debo pediros que me deis las mochilas y que os desvistáis completamente. Necesitamos ver que no estáis heridos.

Miraba la situación mientras Zack hablaba con aquellos hombres y mi instinto me hizo apretar un poco mas al bebé contra mi pecho, protegiéndolo instintivamente. Hacía muchísimo frío y estaba preocupada por la salud del bebé : - Entiendo todo el protocolo, pero el bebé está pasando mucho frío. Os pido, aunque sea por compasión, que nos llevéis s un sitio seguro y caliente, luego nos podéis registrar e interrogar, no nos negaremos- . Sin darme cuenta estaba castañeando los dientes. 

-Chris ¿Verdad?- consulté sin bajar mis brazos -mira, está un poco frío aquí, como dice Mara, y probáblemente nos enfermemos con solo quitarnos la ropa- señalé a la canoa -además en este tipo de vehículos la estabilidad se pierde fácil y deberíamos estar parados, hasta levantar las piernas, para que nos puedan ver de cuerpo entero-.

Hice una pausa, quizás lo convenciera -se sabe que la infección genera enfermedad, similar al estado febril intenso ¿Cierto?- señalé hacia la isla -ninguno de nosotros coincide con la descripción y son ustedes los que tienen armas apuntadas a nosotros. Si en tierra ven algo que no les guste nos pueden disparar y ya-.

Chris mira a sus hombres divertido, soltando una carcajada: - ¿En serio os estáis negando? ¿No ha quedado claro quien manda aquí? -insiste con algo más de agresividad- Luego ya te llevaré yo a un sitio calentito si quieres preciosa. -se dirige a Mara, mirándola lascivamente, mientras ríe divertido y los otros dos le siguen la gracia.

- Tenéis dos opciones: o bien os desnudáis ahora mismo, o de aquí no pasáis.

No doy crédito a lo que oigo : -Y que tal si te vas a tomar por el culo gilipollas, yo me largo porque si esto es lo que hay en la isla prefiero a los muertos al otro lado- Miro a Zack esperando su respuesta: -Zack, desnúdate tu si quieres pero yo no paso por esta vejación, me vuelvo al otro lado- y sin más vuelvo a sentarme en la canoa.

-Un placer Chris- comento a la zaga de lo dicho por Mara, me sentía aliviado de que la muchacha poseyese aquella tan famosa actitud latina. Una persona más reprimida no podría sobrevivir a este mundo.

Dicho aquello me dispongo para comenzar a remar hacia Daniella, con las malas noticias. Al parecer los habitantes del santuario no tenían la sapiencia necesaria para analizar la situación particular, aquello los llevaría a la muerte.

Temía por el bebé, así que añadí algo más -llevenla a ella, al menos-. Dije indicando claramente a la infante.