Galería Umbriana

Umbrionada 2010: LIDS.

34. Luciendo un bonito turbante en la cabeza.

34. Luciendo un bonito turbante en la cabeza.

Subida por Venifer

Estábamos en casa de la chica que el año pasado hizo el tutú para el Comando Umbriano. Básicamente su rubro es el diseño de indumentaria, por lo que ella cosía mientras Montano y yo debatíamos sobre nuestra propia incapacidad hacia los trabajos manuales y una sincera admiración hacia lo que estábamos viendo hacer. Entre charlas, comencé a mirar una especie de mobiliario que tenía a un costado, rebosante de telas de todo tipo, color y textura. Permanecí mirando unos minutos, preguntándome si podía llegar a haber allí una que midiese lo suficiente. Al final, pedí permiso a la dueña y me puse a explorar hasta dar con una blanca larguísima, aunque demasiado ancha para lo que necesitaba. Allí empezó el show.

Una aclaración: jamás supe hacer un turbante. Cuando leí la prueba, creí que no iban a aceptar un turbante hecho con una toalla como si recién saliera de la ducha, pues me parecía demasiado fácil y obvio para que fuese cierto [sí, aquí el clásico problema entre la Navaja de Occam y lo que yo llamaría la paradoja de la lógica: cuanto más lógico y autoevidente te parece algo, más probabilidades de creer que hay algo que no estás considerando]. Busqué turbantes por Internet y me informé de algunas clases, e incluso llegué a ver un video de un hombre explicando cómo hacerse un turbante al estilo sikh. Hice una serie de infructuosos intentos a mi persona y otros intentos a otros [vaya pifia] en ese estilo, pero siempre el material quedaba muy corto o se enredaba como un nudo gorgiano, por lo que abandoné.

Entonces allí estaba yo, en el medio de una especie de salón, de pie e intentando enroscar en mi cabeza una tela de cuatro metros de largo y unos dos de ancho, doblados en ocho. Me paseaba de un lado a otro intentando manejar toda esa extensión, sin éxito. Llegué incluso a quedarme doblada hacia adelante, cabeza inclinada, tanteando a ciegas sobre mi propia piel y nuca. Entonces, acepté mi posición indigna, me levanté y desenrosqué la tela.

Yo: No, definitivamente no puedo hacérmelo.

Montano: Y, decime. ¿No se te ocurrió que vos me lo hicieras a mí? Digo.

No fui capaz de rebatir semejante alarde de sentido común. Así que, tras un par de intentos sobre la honrosa cabeza que tuvo la idea, logré algo parecido al otro tipo de turbante que recordaba... o que creía recordar, en realidad. Obtuve el sello de aprobación de la dueña de la casa ["Sí, qué sé yo. A mí me parece un turbante"], y Montano se prestó para sacarse una fotografía sentado junto con parte de su harén.

25/08/2010, 07:33

Tratando de encajar el modelo de turbante made in improvisacionis, diría que es una mezcla entre un turbante afgano, uno de líder iraní, y alguna especie de delirio místico personal de que eso tenía forma de "cosa que usaría un hombre del desierto en la cabeza".

26/08/2010, 02:30

Mu mono

http://www.comunidadumbria.com/imgs/web/40.jpg