Hombre Lobo: el Exilio

Hombre Lobo: el Exilio

Hubo un tiempo, muy lejano, en el que el mundo de los humanos y el mundo de los espíritus estaban unidos. Los espíritus campaban a sus anchas por las ciudades humanas, y los humanos se realcionaban con ellos de la misma manera que podían relacionarse con otros de su especie. Ambas especies predaban unas sobre otras, y todo se encontraba en un equilibrio en el que la única ley que imperaba era la del más fuerte. Eran los tiempos de Pangea. 
Padre Lobo era el guardián de Pangea, un poderoso espíritu cazador cuya misión era velar por el equilibrio. Su valor, su poderoso físico y su voluntad indomable sedujeron a Selene, la Madre Luna, uno de los espíritus más bellos y poderosos que existían entonces. Se amaron y tuvieron descendencia. Los hijos de Padre Lobo y Madre Luna eran espíritus muy poderosos, como sus padres, y pronto cada uno destacaron en diferentes habilidades. Estos espíritus se emparejaron con humanos y lobos normales, y sus hijos fueron los Hombres Lobo. Así se formaron las manadas de hombres lobo que patrullaban por Pangea, cazando y eliminando a espíritus y humanos que representaban un peligro para el equilibrio, y los hijos y los hijos de los hijos de Padre Lobo se hicieron poderosos. Fue una época dura y sangrienta, pero para los hombres lobo fue un paraíso. 
Sin embargo, Padre Lobo fue envejeciendo y se fue haciendo más débil. Se volvio lento y torpe, y las presas empezaron a escapar de su implacable persecución. Los hombres lobo vieron que esto no podía seguir así; si el lobo alfa de la manada no era capaz de guiarla en la cacería, la manada fracasaría en su cometido. Así que, de la misma manera que una manada de lobos matan a su alfa cuando este se vuelve viejo y torpe, los hombres lobo se lanzaron sobre Padre Lobo. Padre Lobo no se defendió; su tabú se lo impidió, ya que sabía que su hora había llegado. Pero lo que nadie sabía es lo que ocurriría cuando el asesinato se consumara. 
Cuando recibió el golpe letal, Padre Lobo emitió un aullido estremecedor que se escuchó en toda Pangea, y del que algunos afirman que aún quedan ecos que a veces transporta el viento. La tierra tembló y apareció un muro invisible que dividió el mundo mortal del mundo espiritual. Y Selene y sus hijos, viendo lo que los hombres lobo habían hecho, los maldijo y los apartó de su lado. Y así se perdió el paraiso, y los hombres lobo que participaron en este crimen se convirtieron en los Exiliados. 

Pero pese al crimen cometido y al rechazo de aquellos hermanos que no participaron en él (los Puros, como se autodenominan), los Exiliados siguieron cumpliendo con la misión de Padre Lobo, patrullando por ambos mundos y eliminado a aquellos espíritus que causaban demasiados problemas en el mundo material. Y ello hizo que se ganaran el perdón de Selene . Hicieron un pacto por el cual los Exiliados se comprometían a seguir con su misión, y a cambio la Madre Luna les otorgaría beneficios. Los hombres lobo extraerían su poder la Luna, y sus habilidades estarían determinadas por la fase de la luna bajo la cual experimentasen su primer cambio. Sin embargo, Selene les dejó la aversión a la plata (el metal sagrado de la Luna) como recordatorio de su crimen. 

A dia de hoy, los hombres lobo Exiliados siguen con su tarea de patrullar entre ambos mundos para preservar el equilibrio y evitar que los espíritus causen problemas en el mundo mortal y viceversa. En su misión no solo deben hacer frente a espíritus y a Anfitriones (amalgamas de espíritu y animal que en realidad son fragmentos dispersos de un espíritu mayor y más poderoso); también deben enfrentarse a los Puros, que han renegado de Selene y no les han perdonado por el crimen que cometieron en el pasado. 

Publicado en España por La Factoría, para MdT 2.0

 

(Reseña: Drakenhof)

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