Partida Rol por web

Telion lleva la pistola en una cartuchera en el pecho. Los cargadores en el cinturón debajo del manto rojo que lo caracteriza como tecnosacerdote.

Lleva la carabina láser a la espalda, cruzada. Normalmente si está en la nave solamente lleva encima la pequeña pistola laser y un cargador ya que para las tareas de mantenimiento podrían molestarle más cosas, pero Telion ahora se supone que es un inquisidor así que va adoptando su papel poco a poco y empieza a ser consciente de su condición y su misión, así que va armado con todo lo que tiene.

Lleva también un bastón metálico que sabe usar como un arma bastante efectiva.

La escena es bastante amedrentadora y Telion no se encuentra cómodo del todo, ha visto heridos muchas veces pero nunca ha tenido que enfrentarse a algo que podría causarle heridas físicas.

Después de engullir rápidamente una de las barritas energéticas que venían con las raciones de combate di un largo buche al agua de la cantimplora,  llenándola de nuevo antes de dejarla en su soporte especial de la mochila. Estuve a punto de encenderme un cigarrillo mientras repasaba el equipo, pero al instante recordé que, si íbamos a realizar un cursillo de supervivencia en medio desértico, no sería recomendable tomar nada que pudiera deshidratarme, como el tabaco y la recafeina, precisamente por ello dejé en la pequeña taquilla el termo y los paquetes de lho, en orden de evitar futuras tentaciones . Sabía que lo mejor era ir casi en ayunas pues de lo contrario, en cuanto corrieras un poco, acabarías echando hasta la primera papilla, deshidratándote aun más. 

Aunque lo recomendable era llevar todo el equipo para acostumbrarse a su peso decidí dejar parte de mi equipaje, para evitar su rotura por culpa de un mal movimiento o un cabo instructor demasiado “aplicado” en su trabajo.  Por ello también dejé los magnoculares, las mudas de ropa, la linterna , el silenciador. A punto estuve de dejar los visores fotosensibles y la mascara de gas, pero teniendo en cuenta lo de “supervivencia extrema” acabe metiéndolos también en la mochila.
Repasé los cierres de los guanteletes antifrag y del chaleco acolchado que portaba bajo la ropa de la secta marciana. También comprobé los enganches de los cargadores, de los cuchillos arrojadizos y de la pistolera, además de cerciorarme de que la vaina de la espada no me estorbaba al andar. Por último, antes de salir tras mis compañeros,  volví a sintonizar con el micro la misma banda que el día anterior habíamos usado con Veritus.

Anduvimos a través de los corredores del gigantesco leviatán hasta que fuimos a desembocar a un gigantesco y amplio pasillo donde se amontonaban los soldados de distintos regimientos a juzgar por las insignias que portaban sus uniformes. Su aspecto era realmente lamentable, rostros con la palidez del mármol blatiano, manchas de vómitos y sangre en las guerreras… y por encima de todo se alzaba un coro de quejidos y maldiciones, lo cual aumentaba el patetismo de la escena que se nos mostraba.  Los enfermeros y demás personal médico hacían lo que podían, pero su bisoñez y la ingente cantidad de pacientes los desbordaba.

Parece que lo de extremo va realmente en serio- pensé viendo aquello.

Me acerqué a Telion III, el cual, por su anterior destino, no debía estar acostumbrado a este tipo de cosas.

Maestro, no os dejéis impresionar por lo que estáis viendo, la mayoría de estos hombres han acabado en ese estado tras dejar que el miedo penetrará en sus corazones- dije poniéndole una mano en el hombro-. Si prestáis atención al instructor, actuáis con decisión, sin pensar mucho las cosas, volveréis de una pieza al camarote. Sobre todo fijaos en Glask. Se que parece un indeseable, pero a fin de cuentas ha sido formado en Tallarn y posiblemente reúna más conocimientos sobre el desierto que todos nosotros.

Muy sabias palabras, Hamildo.

Atreus estaba aterrado. Acojonado como dirían los soldados regulares. Aquella palabra, extrema, era lo que más le asustaba. Empezó a dudar sobre la conveniencia de haber venido aquí. Seguro que se podría librar de aquello de algún modo, no yendo, por ejemplo.

Un hombre con un equipo completo de camuflaje marrón, negro y gris apareció al cabo de poco delante de ellos. Tenia una abundante barba y miraba con cara de pocos amigos y ciertamente extrañado, le hizo una señal a cada uno del grupo casi como contando para que pasaran.

El ruido del pasillo desapareció, y pudieron comprobar lo atestado de personal y ruido ambiente de tuberías, recicladores y demás que había por la zona. Una vez en silencio pasaron por un pasillo que doblaba a la derecha y entraron en una sala. Habia 6 trajes colgados en la pared y unas 12 sillas colocadas delante de un tablero. A los lados de la sala había mas sillas, pudiendo añadir mas personal al mismo. El suelo tenia unas alfombras con dibujos bordados, aunque era vieja no estaba desgastada. En este momento el instructor hablo:

-Soy el Sargento Instructor Hark – dijo presentándose, mientras lo decía saco una vara larga que estaba sobre una mesa cercana – me han destacado en esta nave para enseñar a los nuevos reclutas técnicas sencillas de supervivencia, en este caso serán en el desierto. - hizo una pausa y respiro – os invito a dejar el equipo de momento en el suelo a un lado o sobre la mesa como prefiráis – señalando con la vara la mesa y a su lado una mesa algo mas pequeña – aquí tenéis un refrigerador con bebidas. Termine aquí por un incidente con una mina – en este momento se dio unos golpes sobre las piernas, todos pudieron escuchar el sonido de la vara pegando el metal – son unas fantásticos potenciadores para andar y saltar, aunque reconozco que echo de menos mis antiguos pies. - dijo sin un ápice de ironía, apoyándose en la mesa – el alto mando me ha indicado que sea discretos con ustedes, reconozco que no esperaba tener que entrenar a un grupo de adeptvs de marte pero prometo hacer mi trabajo como con cualquier grupo, aunque el de ustedes sea especialmente reducido.

En este momento el grupo había dejado parte del equipo a un lado y escuchaban atentos las palabras del instructor, este empezó con su trabajo, pidiéndoles que se sentaran y estuviera atengo a las instrucciones. Describió con esmero el traje que iban ha utilizar, y la forma de colocarlo. Explico como limpiar las mascarillas de respiración y que pastillas debían de añadir al traje según las circunstancias. Estuvo hablando cerca de una hora estándar, y reconoció que terminaría en las próximas 14 horas estándar, y luego reconoció que esperaba que no se alargaran.

Me impresioné cuando el hombre apareció sin previo aviso, pero retuve mis impulsos de sacar mi escopeta y disparar, pues entiendo la situación en la que estamos y sé que nada malo (Realmente malo) querría hacernos. Le seguí junto con el resto del grupo por toda la ruta que nos mostró, si despegar ni un momento la vista de él. ¿Por qué? Pues porque nada sé de naves ni esas cosas, pero siempre he visto humanos, de todos tipos y oficios, y aprendo mucho más de lo que un hombre porta y viste que de por donde se mueve.

Cuando llegamos a la zona designada, saludé con la cabeza y las palabras y tomé asiento, siguiendo sus ordenes de sacarse el equipo, y dejarlo sobre la mesa, donde mis ojos lo vean. Luego le escuché, a través de todo el tiempo que habló. Me considero un tipo inteligente y las clases se me dan bien, aunque aun estamos por ver cuantas horas estándar seguidas puedo mantener mi atención en el instructor. Espero que sean por lo menos 14.

Telion estaba asustado pese a las palabras de animo de su compañero Hamido, esto era todo nuevo para él. La situación era extraña y las palabras del instructor, pese a que había dicho que tendrían trato especial, no le tranquilizaban. El desierto....Telion nunca había estado en el desierto ni lo había visto desde otro sitio que no fuese la escotilla de la Orgullo situada en órbita alrededor de algún planeta desértico.

Ahora sólo faltaba saber en que consistiría el entrenamiento y si había posibilidad de abortar cuando hubiese una situación comprometida.

No parecía tan terrible como lo había imaginado. Atreus supuso que era debido al uniforme del Adeptus. Aunque en el instante que lo pensó discrepó sobre si era buena idea estar aquí con esas ropas. ¿Borden había visto alguna vez a miembros del Adeptus Mechanicus entrenarse? Si era así no lo recordaba.

Los refrigerios y los modales (os invito, prometo, contarnos su historia...) le hciieron sobre si la denominación "extrema" era un tanto extrema en sí misma. Quiso ser amable con el hombre, pero teniendo muy en cuenta el metal de sus piernas.

El Emperador puede parecernos injusto con algunas de sus voluntades -dijo Borden mientras señalaba las piernas del hombre- Pero no hay duda de que cuando nos cierra una puerta, siempre nos abre otra. Usted es un vivo ejemplo de superación. El Omnisiah siempre estará presente para ayudar cuando la carne falle.

Sí, así ha estado bien...

No querríamos entretenerle más tiempo del necesario. Empecemos cuanto antes.

El instructor seguía hablando sobre los trajes, agarro el suyo propio e indico como colocarlo de forma eficiente. Enseño un bolsillo donde habían unas pastillas plastificadas y enseño donde colocarlas en las mascarillas que proporcionaban aire reciclado al instante. Unas eran verdes para situaciones de extrema toxicidad, y otras de color azul eran para cuando hubieran un porcentaje bajo de toxicidad las pastillas se utilizaban hasta que se gastaran. La mascara se podía utilizar sin pastillas pero no garantizaba el 100% de su funcionalidad.

Mirando a Atreus y haciendo caso de su comentario:
-Mi fe en él sentado en terra no ha desfallecido ni un solo momento, cada día lo aprecio mas viendo lo que es capaz de hacer en manos de sus tropas – cogió un botellin de un liquido claro y transparente y bebió – los milagros son posibles, un grupo mas o menos coherente de adeptvs de terra siendo entrenados para el desierto cuando con un implante y algunas agujas podrían evitarse este trabajo opino yo- y ahí quedo con aquella observación.

Después de casi dos horas, y de que cada uno pudiera ponerse el traje perfectamente en un tiempo no demasiado estándar. El instructor pidió que se pusieran sus trajes al completo menos la mascarilla. Estaba el peligro de la deshidrataban en uno de estos trajes. El propio traje podía filtrar el sudor y otros fluidos para ser reciclados y reutilizados, así que no era aconsejable llevarlo puesto sin mas.

-Dejad todo el equipo que tengáis aquí, no habrá peligro de que lo sustraigan y estaremos en la sala de al lado – dijo mientras se adelantaba a una puerta pequeña que se encontraba en el primer pasillo fácil de encontrar si sabes que esta ahí la habrio y dijo – cuando esteis preparados estaré aquí esperando no tardéis – dijo mientras se terminaba de ajustar su propio traje.

Glask siguió al resto por los corredores tranquilo,o al menos en apariencia a medida que pasaban el área médica algo en su cabeza chasqueaba dándole las luces de que la palabra extrema era exactamente lo que pretendía dar a entender.

No se sorprendió mucho con la aparición del oficial y simplemente siguió al resto al interior.-tranquilo Telion...evita que la arena entre en tus implantes o sufrirás unas consecuencias nada agradables.-Glask sonrió al pequeño hombre de marte intentando imprimirle fuerzas pero se quedó a mitad de sonrisa...tal vez no consiguió lo que pretendía.-Disculpad señor..es un entorno desértico como tallarn?o es un entorno desértico nocivo? si es un ambiente desértico cualquiera puedo prescindir de gran parte del traje.-Glask se fue acomodando el traje tal y como recordaba que era y desoyendo algunas de las palabras del oficial se ajustó la cincha de la pierna derecha y colocó el hacha en esta¨Entrenamiento extremo...y quiere que no lleve armas?...no te rías de mi¨después dejó en la bolsa el resto de sus cosas a excepción del encendedor.

     Con su inexpresividad habitual, Cadyk atendió a todas las explicaciones del instructor. Por la charla que estaba dando, empezó a temerse que eso de "entrenamiento extremo" era una burda denominación o al menos una exageración. De todas formas, la visión de aquellos soldados de camino al lugar, le hacía pensar que quizás luego habría mas de lo que parecía a simple vista. O eso, o los soldados de la guardia eran unos blandengues totales... 

    Sin abrir la boca ni para preguntar, intentó absorber todos los conocimientos y protocolos que les estaban explicando. Cuando aquel hombre (mas maquina que ellos, que se hacían pasar por mecanos) lo requirió, el dejo su equipo en el lugar indicado. Ya empezaba a impacientarse y quería acabar cuanto antes.

Despues de todas las horas que necesitamos para poder ponernos bien y rápido esos trajes, aun tenía energías como para continuar. Me gusta aprender cosas nuevas y la sobrevivencia en climas hostiles es algo de lo que jamás había sabido nada. La idea de verme capacitado para sobrevivir en entornos extremos me gustaba y me hacía sentir orgulloso de mi mismo.

Cuando el Sargento nos dijo que pasásemos a la próxima habitación sin nuestro equipo, hago caso completamente, dejando todo en la habitación actual y avanzando junto al grupo sin arma alguna, por incomodo que me sintiera.

Increiblemente logré no quedarme dormido mientras el sargento tullido nos daba las explicaciones pertinentes. Me amonesté mentalmente por asumir que la misión se desarrollaría en un simple desiert, debí haber deducido que un mundo como Dimmark, explotado industrialmente durante siglos o milenios, solo el Emperador lo sabía, estaría contaminado en exceso. Ueds donde los residuos tóxicos, capaces de quemar hasta los huesos a todo aquel que cayera en ellos, fluían caudalosos hasta desembocar en mares muertos, montañas de deshechos, zonas con altas radiaciones, fauna mutada... y a todo esto había que sumarle los rigores propios de los parajes desérticos.

Más nos valdrá hacernos con un medio de transporte una vez lleguemos allí.

Terminé de ajustarme los últimos cierres del traje y eché un último vistazo a mis cosas antes de pasar a la otra sala.

El grupo mas o menos unido fue pasando a la sala casi contigua a la que estaban. El traje no era el de mayor comodidad que habían tenido, pronto gotas de sudor aparecieron por sus frentes, y las camisas interiores empezaron a mojarse lentamente.

Al entrar en la sala el instructor ayudo a cada uno a ponerse la mascara. En la sala podían verse unos pesos, unas cuerdas y unos aparatos que hacían mover manivelas. Parecían unos juegos para niños pero con aquel equipo no lo eran. A un lado habían unas mochilas con varias sujeciones extras, entre las piernas, la cintura y el pecho. El instructor los puso por pareja y con la mascara puesta el mismo empezó ha hablar a voces.

-La mayor dificultad que tendréis es comunicarlos, así que deberéis tener un lenguaje por señas sencillo y claro si no tendréis que gritaros y no siempre os escuchareis – fue paseando por la sala deberéis -aprender a colocarlos vuestra propia mascara, pero siempre es aconsejable revisar la del compañero esto os salvara la vida mas de una vez, o lo aseguro, en especial en ataques con mortero o bombardeos – se acerco a una caja que había en la pared y movió la tapa con facilidad toco unos controles y una luz roja que había dentro parpadeo dos veces. Poco a poco la temperatura de la sala ascendió varios grados apenas lo sintieron porque los trajes los protegían, pero lo notarían algo después.

El instructor señalo los aparatos y señalando los guantes mientras volvía a gritar;
- Con estos guantes de seguridad es difícil manipular ciertos objetos así que os invito a practicar con elementos fáciles y luego pasaremos a las armas – cogiendo una pesa con cuidado y levantándola – id despacio si os agobiáis con la mascara dejad lo que hacéis e intentad respirar, si os vomitarais o sale sangre mi consejo es que intentéis aguantad con la mascara puesta, esto os puede salvar la vida, si no es así arrancaros la mascara tirando de esta manera -dijo cogiendo la mascara de una manera en particular y haciendo un gesto para sacarla de un tirón. Con un gesto invito a que probaran los elementos que allí habían y practicaran cuanto pudieran. Y por último dijo -si quereis podeis probar los ejercicios con estas mochilas, tienen un equipo base de supervivencia pero es pesado de narices - dijo sonriendo como si le trajeran buenos recuerdos.

Glask se sentía incómodo con todo ese equipamiento inútil y molesto,cosa que demostró en sus movimientos,el manejo de las pesas y las armas no le fue del todo mal,se manejaba como podía y sabía que sin tanto peso EXTRA podría manejarse mucho mejor en aquel ambiente.-Mierda¡.-Chasqueó la lengua cuando se tropezó con el sistema de cuerdas y sus manos simplemente comenzaron a hacer movimientos torpes,Glask simplemente gruñó por lo bajo visiblemente molesto con el maldito traje.-a ver si esto...-intentó seguir el movimiento concreto de las manivelas y parecía que así lo hacía bien,pero llegado un momento se percató de que lo hacía bastante mal.

Entre en la habitación y desde el primer momento me sentí incomodo. Había algo que no me gustaba y era el hecho de que los trajes eran terriblemente limitantes. Jamás he sido un tipo demasiado bueno para los ejercicios, pero esto era terrible.

La prueba de fuerza me fue fácil, pues a pesar de que las pesas eran un muy buen desafío, no sentí que los trajes interfirieran en aquello. No así con las cuerdas, pues mis movimientos eran torpes y descoordinados. El sudor que me producía la mascara y el sudor, no me dejaba pensar, por lo que no pude con las manivelas y antes de que acabase el ejercicio, yo ya quería estar en cualquier lugar menos ahí.

Telion nervioso no consigue hacer absolutamente ninguna prueba, desesperado y nervioso al menos consigue controlar sus pensamientos y se relaja, ha fallado todas las pruebas pero realmente la única en la que había tenido alguna posibilidad de éxito había sido la última la de inteligencia, pero el nerviosismo y ese maldito traje le habían nublado la mente. Pidiendo perdon a su compañero se puso a respirar al haber concluido las pruebas, estaba realmente exhausto.

     Cadyk comienza la prueba con ganas. Por fin algo interesante que hacer en mitad del tedio de ésta misión. Va resollando dentro del traje ambiental y con la máscara puesta. Rápidamente comienza a formarse sudor sobre su piel, debido a la condensación, hasta el punto de que comienza a notar rozaduras en las zonas de pliegue de la ropa. Aun así, apretando los dientes consigue mover las pesas que se han dispuesto para el ejercicio sin demasiados problemas.

     Los problemas llegaron después... acostumbrado a trabajar sin guantes o con unos de cuero fino, las cuerdas se le resbalaban de las manos, impidiéndole trabajar con soltura. Tras un rato de intentarlo lo dio por imposible.

     Molesto consigo mismo por el fracaso en la prueba de destreza manual, su frustración le impidió concentrarse para resolver la prueba de las manivelas. Agotado por el calor y estorbado sobremanera por el molesto traje, acabó por derrumbarse sin haber acabado las tareas de forma satisfactoria. De la forma que les enseñaron se quitó la máscara y por fin pudo tomar una buena bocanada del aire reciclado de la nave, mientras regueros de sudor le bañaban la frente. Esbozó una silenciosa sonrisa. Al final si que era dura la instrucción... ¡lo suficiente de hecho para que él no pudiese completarla!