Partida Rol por web

El arbitrador vuelve a disparar su escopeta contra el mutante que había herido, pero esta vez los perdigones se pierden contra la pared de la mina. 

- ¡Maldición! - Dijo entre dientes, mientras miraba de reojo a su alrededor para chequear a la situación de sus compañeros. 

Os unis en un fiero combate y lograis acabar con la vida del ultimo de los agresores.

En el retumbar de algun motor lejano y el hedor de las profundidades de la mina y la sangre parece que os encontrais solos...

Desde vuestra posicion veis que uno de los mutantes tiene una de las letras de la palabra Malicia tatuada en cada uno de los siete dedos de su mano izquierda.

El corredor avanza mas pero parece que hace demasiado tiempo que nada ni nadie ha pasado por él...

Tras estar todos los enemigos muertos, comienzo a concentrarme buscando indicios de más enemigos por la zona.

Kael'thos terminó el combate ileso aunque con sangre impía en la ropa. Limpió la hoja de su espada con algo de tela algún cuerpo mutante, y la enfundó en su cintura. Luego buscó su pistola, la que había dejado caer en el combate y la mantuvo en la mano... entonces vio a Vyper

— Mierda, ¿qué hacemos? —le preguntó a los demás— Se ve bastante grave.

La hermana de batalla se acercó a los cuerpos de los mutantes y aparto las armas de una patada. ¡Maldita escoria! Si dispusieran de tiempo podía pararse a inutilizar las armas para que ningún otro mutante las usase.

Ahora estaba el problema de Vyper, la joven asesina no había salido bien parada del primer encuentro. Creo que lo mejor será estabilizarla y llevarla a un lugar seguro, cerca de la ruta de salida. Cuando acabemos con esto ya habrá tiempo de llevarla ante un médico.

So...sobrevivire... dice Vyper mientras se incorpora y se administra algo de una jeringa que no identificais...

Tyr tenía una mano puesta en el estómago, donde el mutante había logrado sobrepasar la protección de su fiable armadura antifragmentación y le había propinado un buen golpe, aunque nada lo suficientemente fuerte como para tumbar al gigantón. Se cuelga su martillo en el hombro y luego recoge su escopeta, que también la había dejado caer y empieza a recargarla ante la probabilidad casi certera de encontrarse a más mutantes.

Mira a la asesina durante una milésima de segundo y al ver que esta misma se asegura de suministrarse algo para el dolor y también responde a sus compañeros simplemente asiente. Cuando termina su pequeña examinación de la zona, mira a sus compañeros - ¿Seguimos por el corredor? ¿O nos devolvemos y buscamos otro lugar? - dice ya con la escopeta de nuevo en sus manos.

El corredor parece perderse por una zona no transitada desde hace mucho tiempo, no le dais mas interes.

Octus percibe una forma de vida detras vuestra, en una zona que dejasteis atras... esta forma se aproxima hacia vosotros hostil.

Percibes formas de vida dispersas pero mas alejadas de lo que tus poderes permiten para definirlas.

Me giro rápidamente al tiempo que doy varios pasos hacia atrás, apuntando con mi arma.

Viene algo por ahí, manteneos alerta!

La hermana de batalla prepara el arma de nuevo y se cubre contra una de las paredes, esperando a que el primer mutante aparezca. Atentos. ¿Cuántos son? Pregunta en voz baja. 

Kael'thos, pistola en mano, buscó cobertura con alguna esquina cercana mientras apuntó a donde señaló Octus.

El hombre toma de su bolso cartuchos para su arma y los coloca en la recamara. Apoya su espalda contra la pared y apunta su escopeta contra la oscuridad del pasillo. 

- ¿Es el grandulón del que nos hablabas? - Susurró hacia el psiquico, sin quitar la vista del tunel. 

Escuchais algo aproximarse por el pasillo... un ruido húmedo y babeante, como si algo estuviera comiendo con ansia.

Algo se mueve en la oscuridad, algo grande, espantoso y más maloliente que todas las fosas comunes del Imperio juntas.

Camina dando tumbos, cimbreando su inmensa cabeza mientras os clava la mirada de ocho brillantes ojos rojos distribuidos asimétricamente por su cabeza vagamente humana.

Profiere un gruñido de satisfacción y corre hacia vosotros con andares de pato, ¡y en ese momento veis que aún viste los andrajos de su uniforme de la Guardia Imperial!

Acabad con esa cosa!

Digo al tiempo que disparo contra ella, aun que por la impresión de la criatura mi disparo acaba contra la pared.