Partida Rol por web

¡A Sangre y Fuego! (Iniciacion a Dark Heresy 2º 2015)

Capitulo 1: La Mina Gorgonida

Cargando editor
30/09/2015, 17:44
Sargento Raynard

¿Que qué es lo que pasa? Pues es bien sencillo: que el gobernador planetario no es capaz de controlar a la población. Nosotros somos la artillería pesada: venimos y aplastamos la sublevación. Misión cumplida, ¿no? Pues resulta que no. El comisario me ordenó que cogiese a unos cuantos pelotones y registrase la mina. Creía que la secta había establecido una base en ella. Así que entramos en ella, bajamos en el ascensor y exploramos el maldito lugar. Y entonces fue cuando se nos echaron encima esos mutantes. Estaban por todas partes. Perdí a una docena de hombres excelentes, mucho mejores que ustedes, por la pinta que tienen… Escuchen: ahí abajo hay algo que no debería existir. Ustedes están un poco verdes para este tipo de trabajo. Deberían subirse a su bonita nave y salir de aquí cuanto antes.

Cargando editor
30/09/2015, 17:44
Cabo Schmendt

Por el camino encontrais la fuente de las risas histericas. Provienen de una tienda de campaña con el sello de los Medicae fuera como "peligroso".

Veis a un joven de mirada enloquecida y grasientos cabellos castaños, inmovilizado con una camisa de fuerza y sujeto a un poste clavado en el suelo. En una chaqueta arrugada que hay tirada en el suelo veis que pone "Cabo Scmendt"

Profiere constantes risitas, deteniéndose únicamente para murmurar cosas como “tentáculos”, “¡los ojos!”, “el ojo de mi mente se abre, y todo lo que veo es sangre”, y cosas así. Está completamente loco... no creeis poder sacar nada de él.

Cargando editor
30/09/2015, 17:45
Guardia Imperial

Por el camino hablais con algunos guardias y estos os cuentan algunas cosas:

Sí, lo pasamos bastante mal hace algunos días. Había toda clase de bichos peligrosos en esa mina. Vayan a ver al comisario, él los pondrá al día.

¡Fue horrible, amigo! ¡Las cosas que vi! No creo que pueda volver a conciliar el sueño. Se cargaron a Horgen… le arrancaron la cara de cuajo. Gracias al Emperador que han venido ustedes a poner orden.

Sí, nos fue bastante mal, pero no mucho peor que en cualquier otro agujero infestado de mutantes. Si piensan bajar ahí abajo, será mejor que tengan a punto las pistolas láser.

La mayoría de los soldados les dirán que esas… criaturas… eran sectarios, pero no es verdad… no podían serlo. Aquellos horrores los masacraron a ellos igual que a nosotros. No sé qué eran, pero alguien debe detenerlos.

Cargando editor
30/09/2015, 17:45
Narrador

Pasais junto a un recinto de gran tamaño rodeado por una verja metálica. La verja tiene unos tres metros de altura y está coronada por alambre de espino, del que cuelgan jirones de tela mecidos por el viento. El suelo está cubierto de manchas de sangre. En el interior de la verja hay retenidos una docena de hombres y mujeres con expresión desesperada. Todos visten ropas de color gris claro ennegrecidas por el polvo y la suciedad. Sus mugrientos rostros os observan fijamente cuando pasan junto al recinto.

Unos guardias ataviados con negras armaduras antifragmentación patrullan el perímetro, vigilando tras cascos equipados con fotovisores. Van armados con rifles automáticos.

De repente uno de los prisioneros avanzará hacia Merek. Sus ojos se abren de par en par, y habla entre susurros y miradas furtivas hacia los guardias. “Por favor, ayúdeme… ¡Yo… yo no he hecho nada!”. En ese momento, uno de los guardias le vocifera una advertencia al prisionero para que se aleje de la verja, y el desgraciado obedece sin dejar de implorar piedad con la mirada al personaje.

Los guardias nos miran evaluandoos con cierto cuidado: “Son rebeldes a la espera de un juicio y posterior ejecución”. 

Cargando editor
30/09/2015, 17:45
Director

Notas de juego

Os dejo leyendo esto. Decid si quereis hacer algo mas o acompañais a Raynard hasta el Comisario.

Cargando editor
30/09/2015, 18:31
Kael'thos de Thenn

Kael escucha atentamente a Jurtz durante todo su desahogo. En ciertas partes de su relato, asiente o niega levemente con la cabeza, empatizando con la historia del chico. Cuando termina, le responde

No te prometo traerlo de regreso, pues no sabemos en qué estado se encuentra -le ofrece una sonrisa de condolencia-, pero te prometo que haré lo que pueda para averiguar qué le pasó. Lo juro por mi honor -da su palabra solemnemente.

Luego de que Jurtz se va, camina para reunirse con su escuadra. Sin embargo, primero ve a Tyr hablando con el Guardia Imperial. A menos que esté exagerando, esto pinta sumamente mal. Las únicas veces que he escuchado de cosas así, han terminado por bombardear el planeta desde la órbita piensa, sin decir nada y luego sigue su camino.

Seguidamente ve al Cabo atado. Uno que perdió la cabeza... Seguramente hay algunos más como ese. Y cada segundo que pasen en esa mina, más almas se pierden en la locura por culpa de los horrores de la Disformidad.

Finalmente pasa por el campo de los prisioneros, lentamente. El mundo parece detenerse para Kael, observando a los entristecidos prisioneros. Se le hace un nudo en la garganta, con un cúmulo de sentimientos que amenazan con abrumarlo. Se rebelaron porque sus señores no les brindaron el bienestar que merecían... quizá incluso intentaban escapar de las minas por los horrores de ahí abajo. Y al intentar salvar sus vidas, quienes debían protegerles, les condenaron por rebeldía. Esto... esto simplemente está mal. Aparta la mirada del campo de refugiados. Tiene mil pensamientos en la mente y no sabe encajarlos correctamente en su sistema moral; perdió por un momento el sentido del bien y del mal, lo correcto y lo incorrecto. Antes de llegar a alcanzar al Sargento entrando al edificio, emite un juicio mental sobre la situación:

Estas gentes me recuerdan a las personas de Thenn. Quisiera ayudarlas con todo mi corazón, pero simplemente, ahora no puedo. No puedo ayudarlas a escapar de la tiranía de los injustos e inhumanos señores de este mundo invernal. Ese sendero hacia la libertad lo deben recorrer por ellos mismos. Lo que sí puedo es liberar sus almas y sus cuerpos, protegerlos de los horrores de la Disformidad, ayudar al Emperador a que su luz llegue a todos los rincones donde hayan humanos, crean o no en él, pues él no quiere vasallaje; simplemente no lo necesita. Alguien tan altruista sólo querría proteger a todas las personas de la Humanidad, y yo seguiré su ejemplo. Sin embargo, viendo a los tiranos que gobiernan aquí me pregunto quiénes serán peores: ¿los monstruos de la humanidad o los peligros de la Disformidad a los que estamos por enfrentar? Supongo que no puedo saberlo aún... Pero mi divina tarea debe cumplirse.

Con su fe y convicción en su labor, se encamina al edificio de donde pende el águila imperial.

Cargando editor
30/09/2015, 21:58
Sor Ekaterina

Ekaterina escucho la explicación del sargento. Una misión demasiado grande para él.  Era obvio que alguien se había equivocado, o había aparecido algo que había desbaratado el plan. Una misión sencilla, llegar matar a los rebeldes y marchar, pero había algo mas. Todo esto olía a corrupción y nadie en su sano juicio mandaría a un pelotón de guardias imperiales a terminar con un foco de corrupción. Sargento, cuando terminemos de hablar Comisario, desearía interrogar a unos cuantos prisioneros. ¿Espero que esto no sea ningún inobediente? Seguramente esas ratas infectas que odiaban al emperador sabrían algo de la mina, seguramente mas que el Sargento.

Cargando editor
01/10/2015, 13:59
Vyper (Sujeto XXVII)

Vyper caminó por el campamento escuchando a los guardias, sin decir ni una sola palabra. 

No eran sectarios... eran otra cosa... podriamos estarnos enfrentando direcamente a...

Un escalofrio recorrió la espalda de Vyper, no había sentido el miedo desde que despertó en aquella celda de la inquisición.

Tras eso miró a aquel cabo atado a aquel poste. Esas palabras, ojos y tentáculos.

Allá donde miras... locura y demencia. 

Tras eso continuó con sus compañeros en busca del comisario.

Cargando editor
01/10/2015, 22:16
Octus

Camino tranquilamente tras el Sargento, mientras voy observando a mis compañeros hablando con soldados que hay en las cercanías. Voy asintiendo con la cabeza para mi mismo a medida que voy oyendo cosas e intentando sacar mis propias conclusiones.

Mutantes... un culto.... probablemente estén bajo los efectos de la disformidad, eso debe ser erradico directamente....

Notas de juego

Master, avisame cuando pueda volver a tirar por psiniscencia.

Cargando editor
02/10/2015, 15:56
Director

Notas de juego

En un rato post con el Comisario.

Cargando editor
02/10/2015, 20:37
Sargento Raynard

El Sargento mira a Ekaterina con una sonrisa forzada. 

Si desea perder el tiempo con esos indeseables... podra hacerlo mas tarde. Aunque si nuestros interrogadores no han podido sacarle mas informacion dudo que consigan algo mas...

 
Cargando editor
02/10/2015, 20:45
Comisario Nihilus

Acompañais al Sargento al Cuartel general donde os recibe un hombre bajito y rechoncho con un espeso bigote, la cabeza afeitada y un tatuaje del águila imperial en el cuello; va ataviado con un chaleco antifragmentación y armado con una pistola láser guardada en una funda al cinto.

El ordenanza se saca un puro muy masticado de la boca y os invita a reunirse con el comisario de inmediato.

El cuartel general ha sido instalado en un bloque habitable, una estructura prefabricada depositada sobre la
superficie del planeta. Construido con aleaciones metálicas y pintado con un práctico color rojo, el bloque ha sido marcado con el número del Batallón y decorado con el águila imperial. Una única escotilla de acceso situada en la parte frontal
de la estructura franquea el paso al interior. Una vez dentro, veis que el lugar tiene una decoración espartana, y tan sólo cuenta con un escritorio para el ordenanza y otro para el comisario.

Nihilius, el comisario, tiene casi cuarenta años, un cabello negro como el carbón, ojos del mismo color y un rostro huraño. Viste un uniforme negro decorado con los galones propios de su rango y algunas medallas de condecoración. Su gorra de
comisario descansa sobre una percha situada tras su escritorio, encima de su largo abrigo de cuero negro. El comisario os invita a tomar asiento y luego hace otro tanto, cruzando los dedos al tiempo que los examina detenidamente. 

–Bien, supongo que han sido enviados por la Inquisición, ¿no es así? Me dijeron que pronto acudirían en nuestra ayuda, pero he de admitir que nunca dejo de sorprenderme al ver el tipo de agentes de que disponen. Estoy seguro de que están ustedes sumamente cualifi cados para la tarea que nos ocupa, así que vayamos al grano y terminemos con esto cuanto antes, ¿de acuerdo? Como puede que ya sepan, este planeta es esencial para los intereses comerciales del sector, y todo lo que ponga en peligro a este mundo supone una amenaza para la comunidad galáctica. Por eso, cuando las actividades de los renegados de este planeta provocaron la destrucción de instalaciones valiosísimas y, en opinión de ciertos individuos, irreemplazables, se juzgó necesaria una exhibición de fuerza y la erradicación de todos los insurgentes de la mina Gorgónida y sus inmediaciones –al decir esto, describe un amplio gesto a su alrededor con el brazo.
–Como era de esperar, encargarnos de un puñado de rebeldes fue tarea fácil; esos granujas carecían de agallas, liderazgo y entrega a su causa. En cuestión de horas ya habíamos asegurado el lugar, capturado a algunos prisioneros y preparado nuestro regreso. Pero en una de mis inspecciones del terreno reparé en algo curioso. Uno de los rebeldes llevaba consigo un fajo de documentos. Los examiné por encima y me parecieron bastante extraños, seguramente copias de originales, pero el caso es que en ellos se describían actos inenarrables. Era evidente que aquellos rebeldes no eran más que soldados de infantería de una fuerza mucho peor.
–Conozco bien mi deber, así que envié a una docena de mis hombres a la mina. Muchos de nuestros enemigos habían huido de una muerte segura ante nuestra superior potencia de fuego y se habían resguardado en las galerías de la mina. Todo fue tal y como me temía. Los guardias imperiales descendieron a las entrañas del lugar, y regresaron al cabo de tres cuartos de hora con numerosas bajas y la moral por los suelos. Me informaron de la presencia de mutantes deformes, demonios y seres aún peores, por lo que decidí cerrar la mina y aguardar la llegada de refuerzos y ayuda capacitada.
–Está claro que el inquisidor no comparte mi preocupación… sin ánimo de ofender. Es sólo que esperaba un grupo más… numeroso para encargarse de esta situación. Pero en fin, ¿quién soy yo para cuestionar los métodos del Ordo, no? Eso decía. Aquí tienen un mapa. Si siguen las indicaciones, les llevará a través de los niveles superiores de la mina Gorgónida. Mis hombres no encontraron nada de interés en ellos, pero cuando entraron en la zona conocida como la Escombrera –dice señalando un lugar en el mapa– fue cuando todo empezó a ir mal.

–He de advertirles de que se requiere mucho tiempo y esfuerzo para levantar el sello. Huelga decir que les dejaremos salir cuando terminen, pero tardaremos un buen rato, así que procuren no venir con prisa. Supongo que irán armados, ¿no? La verdad es que no parecen llevar encima gran cosa. Es una lástima. Vayan a ver a nuestro furriel, él se encargará de equiparles convenientemente.
Reúnanse conmigo en el sello dentro de una hora; pueden verlo desde la puerta. Hay una media hora de caminata hasta él, así que más vale que no se entretengan.

Cargando editor
02/10/2015, 21:52
Kael'thos de Thenn

Kael'thos se queda en silencio mientras el comisario hace su monólogo hacia él mismo y sus compañeros. Asiente en silencio con la mirada sombría ante lo que describe el comisario. Una vez termina, pregunta

¿Selló toda la mina, o sólo el nivel de la Escombrera? Porque si selló toda la mina es posible que los rebeldes que expulsaron a esos niveles inferiores hayan regresado a los superiores luego de que la Guardia se retirase. Necesitaremos de algún tipo de escolta durante los niveles superiores para abrirnos paso. Y bueno, le daríamos gracias por el armamento, también necesitaremos alguna forma de iluminación, de ser posible -hace una pausa, pensando en algo, abre la boca, pero luego la cierra. Parece que prefiere no decir en lo que estaba pensando.

Cargando editor
03/10/2015, 15:46
Sor Ekaterina

Para la hermana de batalla no había más preguntas, tenían que entrar en la mina y destruir ese foco de deformidad. Ya no necesitaba habar con los prisioneros, el comisario le había dado toda la información que necesitaba.

La joven asintió a las palabras de Kael. Kael tiene razón, si nos ahorran munición con simples rebeldes sernos mucho más efectivos en el centro del problema, en la “escombrera”.

Luego comenzó a mirar el mapa con curiosidad, estudiando cual sería el camino más seguro y directo para llegar al centro del problema. También busco en el mapa los posibles lugares donde los rebeldes pudieran emboscarles o crear focos de resistencia.

Cargando editor
03/10/2015, 17:33
Tyr

Tyr mira al guardia imperial con gesto impasible mientras éste habla y, cuando finaliza, realiza un único asentimiento seco y le coloca una mano en el hombro en un intento de tranquilizarle - No te preocupes - dice en un extraño tono conciliador, que se hace aún más extraño en su gutural voz - Nos encargaremos de lo que sea que está ahí abajo en el nombre del Emperador. - concluye y sigue su camino hacia el bloque de edificios prefabricado que hace las veces de cuartel general.

Al llegar a la oficina del comisario, Tyr realiza un leve asentimiento ante lo minimalista del lugar. Muchos oficiales de alto rango prefieren las comodidades antes que lo práctico, pero no es el caso y eso en la mente de Tyr es una señal de que el hombre es competente. Tyr rechaza con educación la invitación a sentarse y prefiere apoyarse en la pared cercana al escritorio. Escucha con suma atención las palabras e indicaciones del comisario, todo con el mismo gesto impasible que tenía mientras escuchaba al guardia relatar su experiencia en lo profundo de la Mina Gorgónida. Se toma su tiempo para calar toda la información en su cabeza y compaginar algunas cosas con los relatos del Cadete Jurtz, el Sargento Raynard y los demás guardias imperiales con los que su grupo había conversado. Una vez más es el clérigo, Kael'thos, el que responde primero, aunque esta vez Tyr concuerda con lo que dice el joven iniciado, y asiente en señal de apoyo a su sugerencia - Es cierto lo que dice el clérigo, además, algunos guardias probablemente quieran venganza contra los rebeldes y un enfrentamiento exitoso podría hacer maravillas con la moral del campamento... Y también es cierto que no tenemos los suministros suficientes para una expedición de más de unas horas de duración, asi que toda ayuda que pueda proveernos, Comisario, es bien recibida. - conclue su intervención y vuelve apoyarse en la pared de la oficina.

Cargando editor
04/10/2015, 22:41
Octus

Tras llegar al lugar donde nos esperaba en Comisario, me hago a un lado, desde donde lo observo atentamente al tiempo que oigo sus palabras.
La charla deja claro que tipo de enemigos encontraremos, mutantes y cultistas, todo un problema para la Fe en el Emperador, si esas criaturas podían manejar la disformidad, entonces el problema sería mucho más grave de lo que cualquiera pudiera imaginar.

Finalmente tras eso, mis compañeros piden algo de apoyo para los niveles altos y munición, nunca iba mal tener armas, aun que no era por lo que yo destacaba precisamente.

Comisario, hay algún psíquico en su unidad? Si lo hay me gustaría saber la información que haya podido sentir.

Cargando editor
05/10/2015, 04:36
Balthazar Heinfried

El hombre había permanecido pensativo durante buena parte de la conversación. La sangre se arremolinaba en sus venas con solo la idea de purgar el lugar del caos. Apretó su mandíbula y salió de su trance. 

- Creo que esta todo dicho, Comisario. Tenga en consideración las palabras de mis compañeros, podríamos usar cualquier hombre del que pueda prescindir. Limpiaremos la mina de los herejes, aunque... - Entrecerró los ojos un tanto, mientras hacia una pausa. - ...aunque tal vez tengamos que tumbar todo el maldito lugar abajo. Sea lo que sea que este causando esas mutaciones debe ser purgado. 

Miro a su alrededor con solemnidad, reparo en los rostros de sus compañeros.

Cargando editor
05/10/2015, 13:29
Comisario Nihilus

No prescindire de ningun hombre. Iran solos ahi abajo. Las sectas son su problema, no el nuestro. Nosotros hemos hecho nuestro trabajo, ahora les toca a ustedes hacer el suyo.

No hay mas entradas que por la que entraran,usaran la que tenemos preparada pues tenemos montado alrededor armas pesadas para cualesquiera cosa que pueda estar esperandoos en la puerta. De ser necesario haremos una andanada de recibimiento aunque lo mejor seria que entrasen con sigilo... ya dedidis vosotros.

El Furriel les equipara adecuadamente en breve..

Si aceptan mi humilde opinion los rebeldes formaban parte de una organización mayor conocida como la Hermandad de la Malicia.
Se cree que la Hermandad podría estar asociada a otras actividades sectarias mucho más antiguas... se penso que estaba erradicada pero tras estos eventos... nada se sabe.

Notas de juego

Esta tarde/noche posteo visita al Furriel

Cargando editor
05/10/2015, 14:26
Sor Ekaterina

La hermana de batalla se levanta de la silla y se despide. Muy bien comisionado, nos volveremos a ver cuándo todo esté solucionado. Antes de llegar al planeta Ekateria estaba dispuesta a entrar en mina ella sola y terminar con todos los herejes a sangre y fuego, pero tras ver la desesperación de los soldados y las respuestas del comisionado vio que la misión era mucho más peligrosa y difícil. Eran un grupo demasiado pequeño para enfrentarse a todo un culto. Pero la hermana de batalla no se iba a acobardar, había recibido una orden de su superior e iba a cumplirla.

Cargando editor
05/10/2015, 19:33
Kael'thos de Thenn

Kael niega con la cabeza escuchando al Comisario, luego dice, resignado

Los herejes son nuestro problema, los rebeldes el vuestro. Y estos son ambas cosas, Comisario Nihilus. No pedíamos gran cosa, sólo una pequeña escolta hasta la Escombrera. Acompañarnos podría servir para elevar la moral de vuestras tropas, pero ya que está tan intransigente... Supongo que nos toca hacer nuestro trabajo y luego dar los informes al Inquisidor, de sobre cómo el glorioso Martillo del Emperador se limitó a observar, temeroso de unos rebeldes desnutridos y pobremente armados -se encoge de hombros-. Es vuestra credibilidad como oficial y vuestra reputación lo que está en juego, pues usted saldrá vivo de esta sí o sí; pero nosotros o volvemos con gloria, que podemos compartir con su regimiento, o morimos con honor allá abajo, sirviendo al Emperador.

Se gira tras dicho esto, esperando que le indiquen por donde ir al Furriel.

Notas de juego

Nuestra asesina ha tenido un problema, se le ha fundido el pc. Espero que me de más novedades.