Partida Rol por web

Parecía que la actuación había convencido a más gente de la que parecía, varias personas se acercaron a hacerse fotos con ella, o mejor dicho con Tony Stark, ella solo posaba un poco para tratar de hacer lo que el hombre haría, aunque realmente no sabía muy bien que es lo que el vengador haría. Lo mejor fue que parecía que el policía parecía estar convencido, así que se giró rápidamente antes de inclinarse para agradecer ya que estuvo a punto y camina hacia el autobús, una vez allí dice:

Parece que podemos pasar… ya a partir de este punto no sé muy bien que hacer… lo siento

El sonido de las sirenas de policía y el griterío de todas aquellas personas despertaron a Edo. Al abrir los ojos, un repentino y fuerte dolor de cabeza le hizo llevarse la mano a la frente. ¿Qué ha pasado? Siento una resaca como si hubiera salido de fiesta y me hubiera bebido 10 cubatas. A medida que iba recordando los acontecimientos desde que se tomó la pastilla, aquellas migrañas iban perdiendo fuerza. Le vinieron a la mente aquellas personas que había estado confundiendo, y se sintió estúpido por aquellas equivocaciones. Después miró a su derecha, y vio en un asiento, una bolsa con mascarillas. Entonces recordó el pequeño despiste que había tenido en la tienda del "excéntrico Osamu" y por qué aquellas mascarillas eran importantes. Nunca me habían producido estos efectos las pastillas del mareo, ¿por qué me habrá pasado?

Levantó la mirada del asiento y vio a todos sus compañeros menos a Eun Bi, además de ver a un chico y una chica nuevos, con los que todavía no había tenido la oportunidad de presentarse. Siguió mirando y volvió a ver a Tony Stark, pero en una versión más tímida de él, y esta vez no se sintió tan emocionado como la primera vez al verle. Su cabeza por fin comenzaba a hacer razonamientos lógicos. Si no recuerdo mal, íbamos a dirigirnos a la Universidad para encargarnos del secuestro. Miró por la ventana y vio como el autobús pasaba un control policial. Ya entiendo, Eun Bi debió de tomar la forma de Tony Stark para que nos dejaran pasar, muy astuta.

Tras escuchar las palabras de Eun Bi, Edo se levantó del asiento y se dirigió a todos sus compañeros.

- No sé qué me ha pasado antes, pero si he ofendido a alguien me disculpo, las pastillas me han debido producir una mala reacción o algo. - Inclinó levemente la cabeza en señal de disculpa, sonrió a todos y volvió a mostrar su rostro de siempre. - Pero ahora ya estoy bien, así que podéis estar tranquilos. - Sacó pecho orgullosamente. - Y además, tengo una buena y una mala noticia que daros. - Cogió la bolsa con las mascarillas que había en el asiento de al lado y la mostró a todos.

- La buena noticia es que conseguimos hacernos con las mascarillas, pero la mala es que contando las que tenemos entre Ayase y yo, en total disponemos solamente de 7. Obviamente, no hay mascarillas suficientes para todos, y ya sabéis lo que esto significa. - Observó la reacción de sus compañeros y rápidamente se dispuso a continuar hablando para evitar que cundiera el pánico.

- Sabemos que hay un gas que deja fuera de combate al que lo respira, y sabemos que solo tenemos 7 mascarillas, así que respecto a eso no podemos hacer nada. Por lo tanto, solo 7 personas podremos entrar ahí. - Señaló con la mirada la entrada al edificio. Así que el siguiente paso es tomar una decisión: ¿quiénes se ofrecen voluntarios para entrar en la universidad? - Miró en silencio a sus compañeros para ver quienes estaban dispuestos a llevar a cabo aquella peligrosa misión.

Edowado hizo un apresurado aunque bien dirigido discurso explicando que sólo tenían siete de las mascarillas. Afuera la gente se había intentado acercar a Tony Stark pero éste retrocedió para volver al autobús.

Los policías maniobraron para apartar las vallas que protegían. Eso permitiría al transporte aproximarse hasta la universidad. Sin embargo algo cambió pues las puertas se abrieron hacia dentro y unas volutas de humo amarillo surgieron. Una criatura deforme emergió entonces caminando con unas torpes patas. Sin embargo poseía dos torsos y una cabeza de características extrañas.

El ser se detuvo un momento y después al ver el autobús color azul comenzó a correr hacia él como podía con sus otro patas.

Los dos profesores quedaron estupefactos y detrás del monstruo las puertas se cerraron de nuevo.

- ¡Se nos viene encima!

Exclamó Teppei mirando en vuestra dirección ya que él no tenía ningún recurso especial para ese momento. Fuera, los policías se apartaron y comenzaron a abrir fuego pero esa cosa parecía enfocada en vosotros y simplemente los ignoró.

Antes de que nadie pudiera responder a sus palabras, las puertas de la universidad se abrieron de par en par. Edo entrecerró los ojos para agudizar su visión y observó a una extraña criatura salir de allí. Levantó las cejas en señal de sorpresa. ¿Qué demonios es eso? Nunca había visto algo parecido. Reflexionó sobre el posible objetivo de aquella criatura cuando repentinamente, comenzó su carrera hacia ellos con lo que parecía ser un intento por arremeter contra ellos.

Escuchó la voz de Teppei al tiempo que trató de analizar rápidamente la situación. Sabía que en momentos de pánico, había personas que podían permanecer inmóviles sin saber qué hacer, y cada segundo podría resultar vital.

- ¡Todo el mundo fuera!, ¡aquí dentro somos un blanco fácil para él!

Exclamó sin percatarse si el resto le haría caso o no. Corrió hacia la parte delantera del autobús y tiró del brazo de Teppei para sacarlo fuera.

- Vamos maestro, debemos salir de aquí. Póngase detrás mía y estará a salvo.

Mientras tiraba de Teppei para salir del vehículo, Edo ya estaba pensando en su próximo movimiento. A pesar de estar tan musculado, seguro que su cabeza es su punto débil. En cuanto salga del autobús, salto hacia ella e intento hacerle una presa de Aikido para dejarle sin respiración.

Aún estaba batallando con mi conciencia cuando llega la noticia de que la estratagema había resultado un éxito. Nos dejaban pasar, ahora solo era cuestión de mover el autobús a través de la barrera policial y estaríamos en frente de nuestro objetivo.

Edo se despierta de la siesta más corta en la historia de las siestas. Hago amago de acercarme para preguntar por su estado pero me veo interrumpido por él mismo, nos pide disculpas por su actuación bajo la influencia de las pastillas y nos resume que el número de máscaras es limitado y que solamente un grupo reducido de personas podrá hacerse con una. ¿Soy digno de estar entre los elegidos? ¿Resultaría útil para superar las pruebas que nos esperan ahí dentro?

Las dudas me asaltan unos instantes, la prudencia se apodera de mí y espero a que las voces de los presentes expresen sus opiniones. No sabía si mi particular y poco desarrolladas grupo de habilidades sería lo que se necesitaría ahí dentro. Las dudas tienen un precio y los acontecimientos evolucionan.

Las puertas del edificio se abren confirmándonos que en efecto ahí dentro estaba lleno del gas amarillo que provocaba la inconsciencia, nuestras preparaciones no habían sido en vano. Pero las nuevas noticias no se quedaban solamente ahí, una criatura emerge por entre el humo. Solamente vacila un instante tras aparecer hasta que posa su atención en el autobús y carga contra nosotros como un toro embravecido.

Una cacofonía de voces y gritos estalla en el interior del autobús. Pero lejos de ser gritos de pánico son de otra naturaleza, son gritos que instan a la acción, que instan a ponerse a salvo, no solo a nosotros mismos sino a los que tenemos cerca. El momento para las dudas había pasado. 

Mis instintos se apoderan de mí. Salto sobre el pequeño soporte que separaba las escaleras de salida del autobús de los asientos puesto que estaba entre los primeros asientos. Caigo, me incorporo en el exterior lanzándome contra la criatura a una velocidad mayor a la imaginable para una persona. Un pequeña estela de partículas luminosas que se genera en torno a mis pies es dejada a mi paso y se deshace antes de llegar a tocar el suelo. Noto como la sangre me hierve ante la posibilidad de mi primera batalla real.

En mitad de mi camino más partículas se acumulan en torno a mi cuerpo hasta condensarse en una armadura y armas tradicionales de origen nipón. Suspiro aliviado cuando noto el característico mango de la katana entre mis manos, ya había intentado algo así en múltiples ocasiones y los resultados habían sido de lo más variopintos. Alejo las memorias de mi mente, frente a mí tenía un adversario real y merecía toda mi atención.

Alzo ambos brazos y el arma por encima de mi cabeza en busca de un golpe letal. Pero mi entrenamiento me traiciona, había sido entrenado para luchar contra personas normales y corrientes, el movimiento que pensaba realizar no alcanzaría la cabeza de mi objetivo por lo que me esfuerzo por cambiar la postura y lanzar un tajo lateral con objetivo de ralentizar o desarmar completamente la carga de la criatura. Esperando que al herirla atraiga su atención me presento y lanzo el guante.

Mi nombre es Atshusi Ishiguro, del Clan Ishiguro. Identifícate abominación y enfréntate a mí si tienes una pizca de honor.

Mientras lanzo mi desafío realizo un movimiento súbito con la katana destinado a proyectar la sangre en la hoja hacia el suelo aumentando el énfasis de mis palabras y me coloco en postura defensiva esperando una respuesta de la criatura.  

Espero que esto compre el tiempo necesario.

Por fortuna habían conseguido pasar, Eun Bi se sentó y se dejó caer aliviada, había sido de utilidad al grupo y eso le hacía estar bastante contenta, procuraba no mostrarlo, pero la realidad era que estaba realmente contenta por haber podido desempeñar su papel. Sin embargo, su alegría no duro demasiado ya que mientras Edo hablaba sobre que solo había siete mascarillas hizo su aparición un gran ser monstruoso y deforme, la cara de Eun Bi era de sorpresa ya que no se imaginaba que existían esa clase de seres.

Realmente era la primera vez que Eun Bi veía algo como eso y no sabía qué hacer, sus compañeros se lanzan a luchar contra la criatura, pero ella no era alguien que supiese pelear ni nada por el estilo, ella solo era una chica normal y corriente que podía tomar la forma de cualquier persona dentro de lo poco normal y corriente que era eso y esa clase de criaturas realmente le asustaban, no sabía qué hacer y su cuerpo lo demostró, no siendo realmente capaz de moverse.

Atenta a la reacción del policía, parece que no va a haber problemas para superar el cordón policial. Fue entonces cuando veo que la criatura vigilante se mueve. Chicos la criatura se está moviendo. 

Edo se despierta al poco y explica lo de las mascarillas Yo me ofrezco voluntaria, dame una la cogo para disponer de ella cuando sea necesario.

Entonces se abre una de las puertas de la universidad y sale la criatura deforme. Salgo del bus y apartándome lo que pueda de su camino le empiezo a lanzar shurikens. 

Takeshi se sumergio en un estado de crispo total.-¿Qué…que…esa cosa….que rayos…?-No tenía la certeza de que era, como había llegado a invadir la universidad y porque les atacaba, pero era seguro que tenía que defenderse y él era el indicado. ¡Pero todo pasaba tan rápido! Todos mencionaban cosas que él no entendía, que le dejaban alucinado y en misma medida confundido, pero su instinto de protección era lo primero que saltaba en situaciones así. Se preparó mentalmente, un refuerzo de su brazo expandido y podría servir de torre de defensa para que los ataques de los demás fueran seguros.

-¡No hay manera de que atravieses mi defensa!-Mencionaba alegórico mientras su cuerpo se moldeaba. Su brazo se inflo como un deforme globo y en un paso se reforzó como acero, un revestimiento genético para proteger a quien debía.

La criatura usaba sus patas para correr a toda prisa o todo lo rápido que le era posible. No todos podían salir a la vez del autobús pero Edo logró llegar al exterior el primero, posicionándose. El ser cargaba directo hacia el autobús, para sorpresa de todos Takeshi había salido con prontitud y colocado justo enfrente. Su brazo comenzó a engordar y la musculatura se hinchó de forma espectacular, endureciéndose además. Entonces el monstruo le golpeó de lleno y el joven sintió un dolor casi incapacitador fruto del choque, ¡casi le había destrozado el brazo! Gracias a su acción, ¡había evitado que el autobús saltara por los aires!

El monstruo a pesar de haber atacado a Takeshi, giró parte de su torso asestando un nuevo golpe estaba vez a Edo. El puño del torso superior impactó de lleno en la cara del antes adormecido adolescente causando que escupiera sangre.

Atshusi bajaba embutido en una espectacular armadura metálica, creada de la nada gracias a su poder y la gran capacidad del honorable joven para manipular el metal cuando este le envolvía. Con su katana, realizó un entrenado movimiento de arriba hacia abajo que sajó una de sus muchas piernas, haciéndole gritar.

El ser entonces se detuvo y habló, del mismo modo dificultoso con el que se movía.

- Soy Akira Tsubi, siervo de... los emperadores gemelos y ahora, ¡apartaos! ¡decidle al vengador que salga y luche!

Saya, que había sido la última en abandonar el vehículo, lanzó con precisión uno de sus shurikens el cual cortó levemente el abdomen e hizo que esa cosa a la que os enfrentábais gruñera.

Eun había permanecido a salvo en el interior. Shun Oguri, el chico de los terremotos se le acercó.

- ¿Estás bien? ¡Esa cosa viene buscando a Tony Stark!

Me sorprende que bajo la terrible apariencia de la criatura se encontrase alguien capaz de raciocinio, pero tenía un deber y no fracasaría.

Olvídate del vengador, trátalo como sino estuviese aquí. Estas personas están bajo mi protección, antes de ir a ningún sitio tendrás que pasar por encima de mí.

Vuelvo a descargar mi arma, esta vez sabiendo que atentaba contra la vida de Akira y no de una criatura de pesadilla anónima. Mi voluntad es férrea, la misión clara y las consecuencias de un error nefastas. Me había incorporado a la batalla tras las intervenciones del chico nuevo y Edo, ellos habían cargado con el peor trato en esta batalla. No podía permitir que su situación empeorase por hacer lo correcto.

Ríndete y se te tratará con misericordia, persevera en tus acciones y vive para arrepentirte de tus elecciones.

Edo vio como su nuevo compañero, de quien todavía no conocía su nombre, había realizado una acción heroica al interponerse entre aquella criatura de gran tamaño y el autobús, salvando así a todos los que se encontraban allí dentro. También se fijó en el duro golpe que este había recibido.

- ¡Buen trabajo compañero! Ahora déjanos el resto a nosot...

No llegó a acabar la frase cuando una fuerte sacudida impactó en su joven rostro, lanzándolo unos metros en dirección contraria y tirándolo contra el suelo. Razón por la cual, el joven no pudo presenciar las acciones de Atshusi y Saya. Mientras intentaba levantarse, una fuerte tos le vino a Edo. Se trataba de sangre. Al ver aquel efecto, el pelirrojo no pudo contener una pequeña carcajada. Vaya, con lo grande que es, pensaba que iba a pegar más fuerte. Pero he sufrido heridas peores. Aún así, esto no es un juego de niños, será mejor que me lo tome en serio antes de que pase algo grave.

Una vez en pie, se sacudió el polvo de la ropa y miró a su alrededor para ver quienes le acompañaban en ese instante. Pensó en las personas que todavía estaban en el autobús, pero su atención se centró en Akira y en aquella armadura viviente sacada de la época de Nobunaga, que cargaba contra la criatura. Edo ordenó sus prioridades y con su habitual sonrisa, caminó a paso lento y tranquilo, sabiendo que Akira estaba distraído por Atshusi.

Mientras caminaba hacia ellos, un recuerdo de su antiguo dojo le vino a la mente. Edo se acordó de aquel día cuando los senseis de distintos dojos, le hicieron entrega de su bien merecido cinturón negro 9º Dan. En aquel momento, su antiguo sensei se acercó a él y le dijo que todavía había una técnica secreta que no conocía, y que surgía de la mezcla de distintas artes marciales. Era una técnica que solo su sensei y otra persona en el mundo habían llegado a dominar y que, si se hacía bien, era capaz de incapacitar los músculos, tendones y articulaciones de cualquier persona.
Durante mucho tiempo, Edo estuvo practicando aquella técnica pero nunca llegó a dominarla. En varias ocasiones no tenía efecto sobre la persona y en otra, llegó a dejar paralítico a un padre de tres hijos. Por aquel motivo, decidió que nunca más volvería a realizarla.

Hasta aquel día.

Edo llegó hasta donde se encontraba Akira, le miró y luego su rostro perdió aquella afable sonrisa. Adelantó un pie, cerró su puño y lo acercó hasta 15 cm del torso de la criatura. Entonces inspiró y exhaló aire para relajarse, y susurró:

- Six Inch Punch.

Como si fuera un resorte explotado, una gran cantidad de sangre se concentró en aquella mano cerrada, sus músculos se tensaron al instante y su puño tardó 0,002 segundos en golpear el torso de la criatura, deseando que causara los efectos que él esperaba.

Fue cuando aquella criatura dijo que buscaba a Tony Stark que ella se dio cuenta que aún mantenía la forma del hombre y que le estaba persiguiendo a ella. En un principio se asustó, pero después se dijo a si misma:

Espera Eun Bi… los chicos están peleando con esa enorme criatura, pero está buscando a la persona que has tomado su imagen… espera… si pudiera distraerle o algo ellos podrían… y así tampoco iría contra la gente que está ahí… y si… y si…consigo ponerme de forma que pueda hacer que su impulso destroce la barrera

Eun Bi se queda unos segundos pensando mientras escucha a sus compañeros, finalmente se arma de valor y sin cambiar de forma sale de allí, estaba nerviosa y asustada, pero no podía dejar que eso le afectara, mira a la criatura y dice:

Aquí estoy… que quieres… ¿Por qué estáis haciendo eso en la universidad?

Decía mientras se alejaba caminando hacia un lugar que si le embestía no hiriese a nadie, pero su intención era la de tratar de ponerse de forma que quedara detrás suya la barrera que les bloqueaba el paso o al menos una pared del edificio en donde los rehenes se encontraban.

La criatura parecía peligrosa, así que Saya mantuvo la distancia para seguir lanzando Shurikens, en combate era como mejor podía ayudar. Era impresionante como estaban actuando sus compañeros por lo que intentó esforzarse apuntando a una zona que hiciera realmente daño aunque sin mucho éxito.

La maniobra del joven de pelo teñido hizo que la mole se tambaleara, teniendo que recurrir a la potencia de sus varias patas para sostenerse. Se había desorientado así que el siguiente golpe que dirigió a Edo quedó en extremo corto, surcando el aire con sus manazas.

Giró su cuerpo entonces y buscó un nuevo objetivo, lanzando un derecho hacia Takeshi y esta vez guardó el suficiente equilibrio y le golpeó con contundencia.

Después de eso vuestro compañero Atshusi embutido en su poderosa armadura envalentonó a sus compañeros gracias a su potente voz. Takeshi respondió al instante usando su ahora abultado brazo para solgar un gancho que dio de lleno en la mandíbula del monstruo.

Saya arrojó uno de sus shurikens pero este acabó desviado, aún así había captado que el tal Akira tenía movimientos inestables debido a su constitución, hecho que acabaría aprovechando.

Tony Stark decidió entonces bajar. La criatura fijó su atención en él de inmediato.

- Largo de esta país, intruso...

Su mirada se entrecerró mostrando su disgusto y ya no dejaba de fijarse en él.

Tres figuras descendieron ahora del bus. Masami saltó directa hacia aquella cosa pero pasó de largo debido a un exceso de ímpetu. Sayumi Nishima se había remangado mostrando un brazal blanco el cual emitió un fulgor que se condensó formando lo que semejaba un gran disco de energía. Lo lanzó logrando impactarle y causándole gran dolor. 

Fue el turno de Misuzima. Transformándose en un león ante los ojos de todos saltó hacia el tiparraco yendo a arañar justo en sus ojos. Vuestro oponente se tambaló pero a pesar de todo el castigo recibido seguía en pie y su expresión no dejaba de mostrar su rabia.

Parecía que aquella criatura quería que Tony Stark se marchara del país y por desgracia estaba resistiendo todos los ataques de sus compañeros, el comentario hizo que Eun Bi se quedara unos momentos pensando:

Quiere que Tony Stark se marche y le ha llamado invasor… es verdad los japoneses son muy racistas y yo lo he sufrido… lo bueno es que no deja de mirarme y este entretenido conmigo…

Eun da un paso hacia delante mientras observa a la criatura, ella no tenía las habilidades que tenían sus compañeros, pero podía al menos entretenerlo, mira a Akira la criatura y dice:

¿Invasor? Porque dices eso… yo seré un invasor, pero al menos no ha tomado la universidad y a la gente que está dentro como rehenes… diría que tú y tus amigos estáis haciendo más daño a este país que yo

Si no hubiera sido por su curiosa composición, ese último ataque hubiera hecho añicos a Takeshi. Suerte era la de el, que su moldeable cuerpo lograba aguantar lo que a una persona comun destrozaria. Sentíase emocionado pero a la vez aterrado en medio del conflicto, una inmersiva sensacion de querer proteger a sus companeros le llenaba entre tantos sentimientos diversos. 

Una vez mas dejo que su maleable cuerpo tomará forma letal, estirando su brazo en tiras que lentamente formaban un ramillete de tentáculos listos para enredar a quien quisera bailar con ellos.Esto es... ¡Hora de liberar al Kraken!. Se entusiasmaba en su mente aunque el dolor le dijera otra cosa a la par que estiraba sus calamitosas extremidades en un intento de enrollar los pies de aquella bestia sacada de una pesadilla grotesca. 

-¡No en mi guardia! No me interesa a que te hayan enviado tus bizarros gemelos... ¿Quienes son, a todas estas? ¡No interesa! Con tu hostilidad te ganaste el derecho a sentir la furia de un Kraken.