Partida Rol por web

El policía observó directamente a Edo mientras le comentaba que su padre fue un miembro del cuerpo, pero por su mutismo no pareció reconocer el nombre.

Habría negado pero entonces un joven de raza negra apareció atravesando la puerta del aseo y se sentó al lado, atravesando también parte del asiento. Eso hizo que el agente abriera los ojos como platos.

- Por el gran fundador.

Se llevó la mano a la frente y sacudió la cabeza sin entender bien lo que pasaba.

- Está bien, procurad cumplir las normas muchachos. Espero que esa academia vuestra os forme adecuadamente como por las que nosotros tenemos la suerte de pasar.

El hombre se veía joven por lo que parecía aceptar un poco vuestra naturaleza. Hizo una ligera inclinación un poco fuera de lugar lo que demostraba que se había puesto un poco nervioso. Dando la vuelta se encaminó hacia la salida.

Conforme el agente se alejaba, Saionji comenzó a jadear y se llevó la mano al pecho.

- Uffff.

No era un suspiro de alivio sino como si el corazón le estuviera latiendo demasiado rápido. Semejaba que hubiera terminado de correr.

El que sí parecía más tranquilo ahora fue Ken Tegoshi, el cual cerró los ojos un momento.

- Menos mal, casi suelto que era Obama.

Negó con la cabeza. Ueto por su parte seguía ocultando sus ojos. Misuzima bufó pero al parecer decepcionado porque no había pasado nada de interés. Se sentó y estiró los brazos hacia arriba, relajándose.

Ayase sonrió a Atshushi y se encogió de hombros.

- Vale, parece que no venía de mal rollo.

Saionji seguía jadeando y se levantó del asiento, sacudiendo las manos tratando de controlarse.

- ¿Estás bien? - Le preguntó Ueto mostrando preocupación en su mirada y él negó.

- Uf, demasiada tensión. - Trató de sonreir. - La mía más la vuestra, más la del poli... Ha debido de pensar que era un fantasma o algo así.

El anciano entonces ascendió los escalones y sonrió ampliamente.

- ¿Todos bien entonces? Enseguida nos iremos de aquí. ¿Alguien tiene algo que decir, o tiene que ir al aseo? No me pongáis en un aprieto a mitad del trayecto.

Comentó jocoso.

- Buen trabajo muchachos, veo que habéis controlado la situación.

Se refería a los "encargados", Edo y Ryota. El profesor comenzó a reparar a todos y debió de advertir que Eun Bi, Ueto y Ryota estaban un poco alterados.

- ¿Va todo bien?

Preguntó del mismo modo que hiciera el policía poco antes.

Mi dilema se resuelve por sí solo cuando el policía se despide y marcha. Noto como un nudo en el estómago que desconocía tener se desata y suelto la respiración que había contenido subconscientemente. 

Ahora el profesor que estaba pasando lista en la puerta del autobús entra y nos hace un par de preguntas. 

-Sí, todo bien por mi parte instructor tan solo nos estábamos conociendo mejor.

-¿Cuanto va a durar el viaje? Me apetecía preguntar también cuanto tiempo era un "enseguida" pero dudaba que la respuesta fuese a ser satisfactoria y no sabía si se tomaría bien la pregunta.

No me atrevía a preguntar por los acontecimientos recientes mientras aún estuviera el profesor indagando. ¿Qué mierda había sido ese fantasma? Estaba claro que era cosa de Ryota, pero no comprendía de que se trataba. ¿Tiene el poder de simular las cosas que decía? Descarto el pensamiento inmediatamente. Ryota carecía de autocontrol, si fuera así el autobús se nos hubiese llenado de actores famosos, drogas y todo lo que se le escapaba por la boca.

Edo se encontraba mirando al policía hasta que este abrió los ojos e hizo una exclamación ante algo que le había parecido sorprendente. Pero para cuando Edo se giró, no vio nada, así que supuso que sería obra de Ryota o Atshusi. Durante un primer instante, se preocupó ante la reacción del agente, pero finalmente se tranquilizó al ver como este parecía conocer que ellos eran personas especiales.

Le hizo una reverencia al agente cuando se despidió, y se dirigió hacia su sitio para sentarse cuando el profesor Teppei apareció en el pasillo.

- De nada jefe, ya sabe que puede contar con nosotros siempre que quiera. - Comentó orgulloso, con la cabeza bien alta y sacando pecho.

Edo esperó a que Ueto respondiera al profesor, y ya había abierto la boca para hablar cuando Atshusi inició una conversación con él. Mientras esperaba callado a que estos hablaran, Edo se mostraba nervioso. Definitivamente algo le rondaba la cabeza y no podía esperar, por lo que antes de que Teppei pudiera responder a Atshusi, Edo con la voz un poco titubeante, se dirigió a él.

- Esto... no sé si es el mejor momento profesor, pero hay un pequeño problema más. Lo cierto es que no me gustan mucho los transportes... - Edo miraba al suelo de forma tímida mientras decía estas palabras. Se mantuvo unos segundos callado y finalmente miró al profesor. - Me mareo bastante en los autobuses, y cuando digo bastante, digo bastante. Y no tengo conmigo las pastillas para el mareo. ¿Quizás usted pueda hacer algo o haya alguien en el autobús que las tenga?

El pelirrojo mostró por primera vez una cara de preocupación, que ni siquiera había llegado a mostrar en el incidente de Shun.

Por fortuna el policía decidió marcharse, parecía que sabía perfectamente que ellos eran en cierta forma especiales, eso hizo que se calmara un poco, pero aun así se sentía realmente avergonzada por haber causado esa situación bastante tensa y haber puesto en peligro a todos allí. Eun Bi se encogió más sobre sí misma en el sillón. Algunos de sus compañeros hablaban, pero ella no dijo nada, no fue hasta que el hombre le hablo directamente que ella simplemente le miro y asintió.

Era mentira, no estaba bien porque se sentía avergonzada por lo que había hecho, pero no quería que le preguntaran por aquello, pero sí que pensaba:

Ya la he liado… he intentado impresionar y porque he usado mi poder he creado esa situación… no debo usar mi habilidad… lo único que hago es crear problemas

La jugada le salió mal a Ryota al no estar concentrado del todo, pero bueno, de algo sirvió. El muchacho suspiró en cuanto el agente se fue, y la persona que "había creado" desapareció sin más, volviendo a abrir los ojos mientras miraba a su alrededor con su expresión habitual. Parecía que había gente que había experimentado una gran tensión, pero todo quedó ahí. En cuanto el anciano entró y les felicitó, el japonés sacó pecho, orgulloso.

- Tengo madera de líder. - Dijo con una sonrisa socarrona. 

Vinieron entonces preguntas en relación al viaje, pero al muchacho no le pasó desapercibido el gesto de Eun. No hacía falta leer mentes como para saber que la chica estaba disgustada. Rebuscó entre sus cosas y cogió un paquetito de pañuelitos de papel, tirándoselo pero no a mala gana, sino para llamarle la atención "discretamente". Tan discreto como podía ser Ryota, osease, nada. Cuando así fue, le sonrió a la chica y le levantó el pulgar. Fue todo lo que hizo, en temas de palabrería iba bastante justo. Se acomodó de nuevo en el asiento y escuchó ahora a Edo.

- ¿En serio tío? Que problema. Eres algo así como Bill el Potas. - Comentó, sonriendo ampliamente, ladino, mirando alrededor. - Yoh, va, si alguien tiene pastillas que le de una. O que le duerma o lo que sea, ¿nadie tiene superpoder de dormir a otra persona? - 

El profesor al escuchar el problema de Edo se encogió de hombros.

- Seguro que hay una farmacia cerca. Vamos y resolvemos esto ya, ¿no te parece?

Parecía una persona afable y enseguida se había ofrecido para ayudarle.

- El viaje durará media hora. Parte debido al tráfico. Así que tampoco hay que preocuparse por mareos.

Aya subió las cortas escaleras. Su aspecto permanecía inmaculado a pesar de los problemas con Shun. Al entrar echó al joven una mirada rápida y él pareció sentirse algo incómodo.

La mujer de aspecto juvenil llevaba su teléfono en la mano y este estaba marcando hasta que se desconectaba la llamada. Entonces volvía a marcar y repetía el proceso.

Shiro subió tras ella.

- Todo resuelto. Tenemos los permisos en orden y todo ha quedado en un mero susto.

Apoyó la mano en Shun el cual volvió a sentirse incómodo.

La subdirectora insistía en marcar el número pero nadie descolgaba. Cansada guardó el teléfono. Cuando iba a hablar, Teppei le interrumpió.

- Hay que ir a la farmacia a por unas pastillas para el mareo, enseguida estamos de vuelta.

Iban a salir cuando un sonido intenso precedió la aparición de gran cantidad de vehículos policiales avanzando por la calle. Atravesándola pasando de largo. Enseguida vino otro, seguido por otros dos. Los tres profesores miraron la escena y la subdirectora entonces sonrió levemente.

- Bien, será mejor que os deis prisa. Yo llegaré más tarde. Ánimo a todos, nos vemos luego.

Ambos profesores parecieron entender lo que estaba sucediendo y apartándose la dejaron bajar. Un nuevo coche de policía cruzó la calle. ¡Ya iban ocho!

Edo escuchó el comentario de Ryota, y solo pudo hacerle una sonrisa un tanto forzada y con cierta ansiedad. Cuando su compañero preguntó al resto del bús, Edo miró a todos con expectación, como esperando a que ocurriera un milagro. Pero nadie dijo nada.

Ya iba a darlo todo por perdido cuando Teppei le ofreció ir a una farmacia. De repente, el pelirrojo creyó ver una especie de luz brillante y cegadora detrás del maestro. Esta luz parecía venir de un astro como el Sol, o quizás algo sagrado. Por un momento, sintió que solo ellos dos existían en aquel autobús. ¿Acaso era producto de su imaginación?, ¿o quizás era otra de las ilusiones de Ryota? No, lo más probable es que aquella luz proviniera del mismísimo cielo y que Teppei fuera un ángel enviado por el paraíso para salvarle. Al menos, eso pensaba él.

De vuelta a la realidad, Edo asentía a las palabras del profesor mostrando una amplía sonrisa, y con un rostro embobado, mientras Teppei le miraba un tanto extrañado por aquella inesperada reacción. Al cabo de unos segundos, un fuerte estruendo le sacó de su realidad paralela, y observó como no paraban de pasar coches de policía por la calle.

- ¿Teppei-sama, vamos a por las pastillas o esperamos a que pase todo esto?

Eun Bi se sobresaltó un poco cuando escucho que había una gran cantidad de sirenas de policía, aquello le llamo la atención. Fue contándolas, una, dos… hasta llegar a ocho, aquello sin duda no era algo normal y el hecho que la subdirectora se marchara así indicaba que seguramente ella supiera algo.

Edo iba a ir con el anciano a comprar pastillas para el mareo, ella no se solía marear en los vehículos, pero aun así se sentía muy nerviosa y levanta la mano mientras se incorpora, también en parte quería quitarse un poco de en medio de allí por la vergüenza que estaba sintiendo por haberla liado de esa forma:

Esto… ¿puedo acompañaros? Quiero comprar también algo en la farmacia

Decía tímidamente esperando no importunar a nadie realmente con su petición.

Media hora no es mucho, he tardado yo más en llegar a la estación pasarme de parada y correr hasta aquí. La escuela debía de estar muy cerca si contaban con media hora de viaje incluyendo el tráfico o el autobús tenía más tecnología de lo que aparentaba. 

Atiendo a la charla entre los profesores, todo estaba bien y saldríamos tan pronto Edowado consiguiese pastillas anti-mareos. Debería de haberlas llevado de casa, sabíamos que teníamos que buscar un autobús. Lo cual añadiría unos minutos más a la espera.

Mis pensamientos se ven perturbados por la actividad policial, un coche patrulla con prisas no era tan raro. Pero ocho quemando rueda en la misma dirección.

-Está pasando algo gordo. 

Echo mano al móvil y busco en los tablones de mensajes que se hayan vuelto trending en los últimos minutos. Si había pasado algo digno de mención habría fotos y comentarios para todos los gustos. Era la maldición y bendición de hoy en día.

-¿Alguien puede encontrar de que se trata?

El viaje no sería muy largo. Media hora se pasarían en nada con la música a todo volumen. Quizás tenían hasta “espectáculo” si Edo se mareaba mucho, quién sabía, y lo mismo alguien más se unía a él. Se le formó una sonrisilla divertida. Prometía el viaje y la estancia en la academia.

En vista de que nadie tenía para darle pastillas, se había dicho que fueran a la farmacia a por ellas. Eun se unió también, ¿ella también se mareaba? Se le veía nerviosa… Pero claro, no había dejado de estarlo en todo el rato. Quizás era su estado natural, como el suyo era el pasotismo exacerbado. Sin embargo, todo pensamiento quedó atrás con el sonido de los coches de policía. Uno, tras otro, tras otro... ¿Cuántos iban? Miró al resto con cierta curiosidad.

- Ni idea. – Comentó a Atsushi. No utilizaba para nada las redes sociales. Volviendo a apoyarse en el respaldo, clavó la mirada en el muchacho. - ¿Ves algo? – Observó a los profesores, sonriendo de forma socarrona. - ¡Yoh, podría ser nuestro primer trabajo! – O su pasaporte a la cárcel en caso de que la liaran más de lo que podía estar liándose. 

Aya salió inmediatamente del bus y rodeándose de una energía rojiza emprendió una carrera y se elevó dejando un rastro escarlata que la seguía. En unos pocos segundos desapareció de la vista. Ahora iba tras la policía en busca de ese problema al parecer bastante acuciante.

Edo y Eun Bi no tuvieron problemas en llegar hasta la farmacia más cercana y ser atendidos. Teppei les acompañaba. Todo transcurrió con normalidad.

Mientras, en vuestro transporte, Kudo Shiro parecía haber retomado la actividad de Aya con el móvil. No paraba de llamar por teléfono, al parecer a diferentes números, pero nadie respondía. Cada vez parecía más desconcertado, al igual que todos vosotros. Los minutos pasaron y ya con Teppei de vuelta la enseñó la lista de llamadas.

- No me coge el teléfono nadie.

Atshusi y Nishima no habían perdido el tiempo y usando sus propios smartphones analizaron las diferentes páginas de noticias.

- La universidad, algo ha pasado allí. Han cerrado las puertas mientras el alcalde, Toru Hashimoto, conferenciaba a los alumnos. Han visto una figura escarlata llegar volando y entrar pero no se ha vuelto a saber nada. La policía no puede acceder, hay una masa orgánica bloqueando los accesos.

Teppei y Shiro se miraron el uno al otro. Shiro fue quien acabó por decir algo.

- No responde nadie en la academia. Me da muy mala espina. Tendríamos que ir hacia allí de todos modos.

Eun Bi acompaño al profesor y a Edo en silencio, cuando llegaron a la farmacia se mantuvo un poco alejada, como si realmente le diese vergüenza que vieran lo que iba a comprar, espero en silencio a que compraran y cuando terminaron mira al profesor dice:

Esto… me da un poco de vergüenza que me vean comprar…

Dijo tímidamente con intención que se alejaran un poco. Una vez dejaran de mirarla se acercó al farmacéutico y le dijo no muy alto:

Esto… podría darme unas pastillas o algo relajante, no me importa si son de hiervas o no, algo para calmar los nervios.

Una vez compraron se marcharon de la tienda asegurándose que no vieran lo que había comprado. Se sentía realmente inquieta y nerviosa y sentía como que le hacía falta tomar algo para tranquilizarse un poco. Lo que empezaron a decir allí era realmente preocupante, parecía que no sabían que era lo que sucedía dentro de la universidad y al parecer la academia a la que debían ir no respondían, Eun Bi mira a los profesores mientras hablan, cuando dijeron que tenían que ir, les mira preocupada y pregunta:

¿Ir?... ¿qué es lo que quieren decir con que tenemos que ir?

- Sí claro, puedes venir con nosotros. Tú siempre eres bienvenida. - Respondió sonriente a Eun Bi. Quizás necesite pastillas para sus asuntos de mujer.

Tras bajar del autobús, pudo ver una especie de rastro escarlata que acababa por desaparecer. Aunque Edo siguió caminando hacia la farmacia, más pendiente de Teppei que de los coches patrulla o de aquel rastro de color escarlata. Ya en la farmacia, se dirigió al mostrador.

- Deme dos cajas de Biodramina, por favor.

Tras comprar sus medicinas, Edo accedió al deseo de Eun Bi y se alejó del mostrador junto con Teppei, momento que el pelirrojo aprovechó para agradecer al maestro, el hecho de haberle acompañado a la farmacia. Hechas las compras, los tres volvieron al autobús y mientras iban de camino, Edo no perdió el tiempo y se tomó la medicina contra el mareo. Tarda unos minutos en hacer efecto, así que cuanto antes me la tome, mejor.

Una vez en el autobús, se encontraron un clima más tenso del que había cuando se fueron. El motivo parecía ser un suceso que había ocurrido en la universidad. Academia o universidad, acabaremos por dirigirnos a un lugar.

- ¿Quizás se trate de un ataque terrorista? - Dijo mirando a Shiro y Teppei, aunque la pregunta también iba dirigida a todo el grupo, por si alguien tenía idea de algo.

De pronto, Edo se sintió invadido por un repentino ataque de somnolencia y se sentó en uno de los asientos que estaban libres, cerca de la primera fila. Vaya, esta vez los efectos están viniendo antes de lo que me esperaba. Quien mirara al chico, vería en su rostro una cara como si hubiera dormido 4 horas aquella noche y no hubiera descansado lo suficiente.

Alucino un poco ante las acciones de Aya, no solo saca una especie de campo de fuerza sino que sale volando tras los coches patrulla y pronto se pierde de vista. 

-Alucinante. 

Devuelvo mi atención al móvil y a las noticias haciendo un pequeño descubrimiento. Comparto lo descubierto con el resto del autobús.

-Parece que tienen tomada la universidad de algún modo. Estaba allí el alcalde casualmente dando una charla por lo que es probable que fuese el objetivo. Y... 

Observo bien las imágenes viendo la misma estela escarlata que ha dejado la subdirectora. ¿Pero a que velocidad iba?

-... la instructora parece haber llegado a la escena y ha entrado en el edificio. Ahora se puede ver que las puertas están bloqueadas con algo. Una especie de masa que no he visto nunca. Sea lo que sea lo que está ocurriendo es chungo, la policía no puede entrar y no se ve ni rastro de la instructora.

Tras compartir lo que había descubierto sigo buscando por actualizaciones de la situación. Ni me entero de que Edo o Eun bi han vuelto al autobus junto a Teppei mientras buscaba información debían de haberse enterado de todo lo dicho.

Ryota volvió a reír de aquella forma suya tipo "¡que guapada!" cuando Aya hizo aquel despliegue de sus poderes. Seguía siendo algo sorprendente para él ese tipo de cosas, a pesar de que sabía que no estaban solos ni eran pocos precisamente. Pero había tantos poderes y tan variados...

Escuchó atentamente lo que dijo Atshusi. Si, era una situación tensa desde luego. Pronto Edo y Eun Bin volvieron al autobús, alzando una ceja al ver la expresión del pelirrojo. ¿Pero que le habían dado, marihuana? Fuera como fuera, estaba más centrado en lo que decían.

- Yoh, puede ser. - Secundó la idea de Edo. - Pero sea lo que sea no creo que se deba tardar mucho en actuar. Si la policía no puede hacer nada, el tiempo es oro. -

El profesor Shiro observó hasta el fondo del autobús, prestando atención a Eun Bi cuando esta le preguntó. Negó con la cabeza y pensó qué decir, sonriendo momentáneamente.

- Me refería a ir a la academia. Nosotros dos no tenemos poderes y vosotros aún no estáis listos. Además del gran problema, tanto para vuestras familias como mediático, que supondría si os pasara algo.

Kudo hizo un gesto a Teppei el cual fue a sentarse como conductor.

- La directora estará ya al tanto y estará actuando.

Se escuchó el sonido del autobús arrancando.

Ueto, la joven de cuatro ojos, se levantó de su asiento.

- ¿Y si no viene nadie a ayudar a la señorita Hara? Si dicen que hay una masa extraña, eso significa que hay superpoderes implicados. Nosotros tenemos superpoderes pero la policía no...

Varios de los presentes mostraron algo parecido a estar de acuerdo, asintiendo o murmurando, concretamente todos menos María, Ken y Masi.