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Ad intra mare (Mar adentro)

Parte VIII. El mal delante de los ojos

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24/03/2021, 11:54
Dalmau Font de Tossa

Por si no fuese suficiente con traer el infierno a la tierra, la voluntad diablo volvía a hacer acto de presencia pues aunque fuese en contra de nuestra voluntad. La única opción era cruzar la maldita puerta, no había otro camino.

Me santigüe y encomendé mi alma al Señor antes de desenvainar mi espada y dirigirme a la puerta dispuesto a internarme en lo que hubiese tras ella.- Abriré el camino.

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26/03/2021, 12:58
Eguzki el Calvo

   - Kaka zaharra, - musito para mi. Luego visto lo visto, me sacudo el polvo de las ropas y avanzo con los demás.

   Con cierto nerviosismo, por supuesto. ¡Eso pintaba una puerta a los infiernos! Iba a necesitar toda la ayuda, tanto del dios de los Cristianos, como los dioses de sus antepasados. - Que Akerbeltz y la Dama de Amboto nos protegan, - murmuro quédamente para mi, procurando que no me escuchen los caballeros, que andarán nerviosillos.

Notas de juego

Kaka zaharra = Mierda.
Akerbeltz como deidad Vasca, no como el Diablo. Lo mismo La Dama de Amboto.

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27/03/2021, 12:02
Director

El caballero Dalmau, con su montante en la mano ahora desenvainado, dio, literalmente, el primer paso. La tierra aún temblaba, y las lenguas de fuego seguían saliendo de las grietas del suelo. Los pináculos allí dispuestos parecían ahora un cepillo de púas gigantes colocado bocarriba. Sin más preámbulo que las maldiciones y pesares de Eguzki y Damiá, entrásteis en la gruta descendente. El caballero Sebastián cerraba la marcha, escudo y espada en mano.

Nada más cruzar por la puerta, en cuanto Sebastián, que era el ultimo, puso pie en la escalera, la puerta se clausuró desde dentro y en un horizonte cercano pudísteis contemplar una roca alta. Allí estaba, sumido entre tormentas, un caballero con una armadura roja montado sobre un caballo, de barda y pelaje del mismo color... El caballo estaba sobre su cuartos traseros y el jinete parecía estar riéndose a carcajadas, mezcladas con los estruendos de la tormenta. A su alrededor, unas llamas se retorcían y se elevaban furiosas, como cuando pasó más arriba, en el exterior antes de entrar... Ahora sabíais que el portón estaba clausurado, y solo os tocaba avanzar hacia abajo...

Poco a poco, las escaleras parecían no acabar nunca, pues se perdían hasta donde la vista podía alcanzar. Allá abajo, a un lado y a otro de los escalones que debíais descender, todo eran llamas de tonos rojizos-anaranjados. Además, un hedor terrible a azufre era insoportable, como también el calor que hacía en aquel sitio.

Al cabo de un rato (no sabríais especificar si habían sido segundos, minutos o tal vez alguna que otra hora), llegásteis a una llanura de considerables dimensiones. El suelo estaba totalmente arietado, hacía muchísimo tiempo que no debía haber caído lluvia en esta región, si es que alguna vez la hubo. El cielo era una constante variedad de tonos rojizos, y el calor era sofocante.

Notas de juego

Con vuestro siguiente post, haced una tirada, voluntaria, de Teología o CULx1.

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27/03/2021, 12:49
Eguzki el Calvo

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   Miro nervioso a mi alrededor, algo me dice, que los métodos clásicos de orientación no van a servir en este lugar desolado, así que agudizo mi vista y mi ingenio, intentando encontrar puntos de referencia y a ver si se me ocurre como salir de este caldeado lugar.

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- Tiradas (1)

Notas de juego

   Pelín raspado, je.

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28/03/2021, 17:09
Damiá, el Gavinet

El pirata iba todo lo pegado que podía a Eguxki, que era lo más parecido a un cura que tenía. Y todo el mundo sabía que contra los maleficios del demonio lo mejor era el agua bendita y las ostias consagradas.

Válgame dios si esto no es el mismísimo infierno. Repetía una y otra vez mientras bajaba las escaleras con pies temblorosos. Su aventura parecía tener todo la pinta de acabar mal, con una condena hasta la eternidad sirviendo a belcebú.

- Tiradas (1)
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29/03/2021, 12:29
Eguzki el Calvo

.

   Pongo cara de espanto y comento en un susurro, - shhhh, no mentes al diablo, - mientras camino con cuidado mirando a todos lados.

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29/03/2021, 20:33
Dalmau Font de Tossa

Había visto ya a ese maldito caballero de armadura roja antes y su presencia no presagiaba absolutamente nada bueno. Aún así, las puestas estaban cerradas y la única opción era seguir adelante y eso es precisamente lo que hice.

- Tiradas (1)
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29/03/2021, 23:52
Sebastián de la Torre Quebrada

El maldito diablo no pensaba dejarles salida posible. Allá a dónde tratasen de ir se encontraban con aquella puerta al infierno, porque no creía Sebastián que pudiese llevar a ningún otro lugar.  Atento estaba a su sortija y al bastón, el cual portaba, pues no pensaba dejarlo atrás en aquella empresa, si aquel anciano monje había deseado entregárselo a él por alguna razón sería, y por algún motivo el de la Torre Quebrada sentía que podría resultar de vital importancia hacer uso de él en el momento preciso. ¿Pero cuál sería? Ojalá hubiese podido hablar con aquel religioso moribundo.

Dalmau fue el más decidido y valeroso, tomando la iniciativa de cruzar las puertas, aunque Sebastián era muy reacio a ello. Hubiese deseado probar otras alternativas, mas viendo como los demás cruzaban no quiso abandonarles y cubrió la retaguardia.

-Esto no me gusta nada- comunicó a sus compañeros, los cuales seguramente pensarían lo mismo -el diablo es embaucador et mentiroso, debemos permanecer unidos, que no pueda ponernos unos contra otros- porque nada más agradaría al bajísimo intuía Sebastián, que hacer que se matasen entre ellos, o que se traicionasen. Debían mostrarse firmes y dignos del favor divino, pues sin él jamás podrían derrotar a aquel enemigo.

El jinete de fuego les aguardaba, riendo por supuesto, debía estar muy feliz pues el campo de batalla era en su casa, su terreno. Pero nada estaba decidido aun. 

- Tiradas (1)
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31/03/2021, 16:36
Director

Algo en vuestras mente os decía que conocíais ese lugar. No de haberlo visto o visitado antes, sino de algún tipo de descripción o pasaje bíblico. Aquella pradera calurosa y bajo el cielo rojizo debía ser el Valle de la Soledad, hogar del demonio Barbatos, donde todos los que mueren habiendo despreciado el amor verdadero, a Dios o a la familia, vienen aquí a parar; y donde vagan por dichas tierras sin compañía alguna y sirviendo de alimento a las bestias que merodean por tal lugar...

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31/03/2021, 16:36
Director

Mientras estábais allí, sin detener vuestro avance, vísteis a cierta proximidad un par de bestias gigantes, de aspecto humanoide, con un único ojo en la frente y cubiertos de pelo espeso por todo el cuerpo. Éstas estaban devorando a otros seres humaonides con mucho ímpetu, por lo cual vuestro estómago se os revolvió...

Poniendo de nuevos pasos en el camino, avanzásteis por la llanura, sin saber muy bien a dónde ir. Y vuestro devenir os llevó a varios lugares que cualquiera se maravillaría al verlos (y otros se escandalizarían por el temor que podría infundirles):

En primer lugar, dejando atrás la llanura, llegásteis aun gran barranco (a modo de acantilado) que daba paso a una gran caída y abajo un mar de lava burbujeante, donde además había mucha gente caminando despacio hacia el barranco para después dejarse caer en él...

Dejando a un lado el barranco, escuchásteis un sonido bestial de guerra, un entrechocar de armas y gritos de dolor con relinchos de caballos. En una hondonada descendente se celebraba una batalla de dimensiones extraordinarias, aunque lo curioso era que los contendientes eran hombres y mujeres en avanzado estado de descomposición. Algunos de esos seres eran simplemente un par de piernas luchando como podían, o un torso con cabeza y dos brazos que no se podían sostener en pie...

Bordeásteis la batalla para acceder ahora aun bosque cuyos árboles estaban totalmente secos, seguramente desde hacía muchísimo tiempo. Entre ellos vísteis a gente que corría como poseída, pasando a vuestro lado sin inmutarse, con los ojos en blanco y perdiendo una espesa baba por la boca. De vez en cuando, de las ramas bajas de las copas de algún árbol surgía un aguijón retráctil atravesando los cuerpos de los condenados que corrían por dicho bosque.

Poco después, tras dejar atrás el bosque, escuchásteis unas voces, risillas, gemidos y gritos contenidos, que parecían proceder desde detrás de unas rocas altas. Tras bordearlas, observásteis una ciénaga oscura, donde se estaba realizando una gran orgía. Hombres y mujeres copulando frenéticamente. Parejas, tríos y todos tipo de posturas y tendencias. Algunos participantes caían desmayados, otros gritaban de auténtico placer, y otros no eran sino bestias no humanas, seres que bien podrían ser demonios a vuestros ojos.

Sin atravesar la virulenta ciénaga, sino más bien quedarla a un lado, pronto encontrásteis unos prados de hierba alta hasta los muslos. No sabíais si en vuestro periplo llevaba horas de marcha, o si tal vez sólo minutos. En el prado había un grupo bastante nutrido de unos extraños seres de apariencia humanoide, salvo porque sólo tenían una pierna tan gruesa como dos, rematada por un pie gigantesco y un único brazo que les crecía dentro del pecho. A su alrededor había algunas criaturas que encontrásteis a los seres de un ojo que observárais antes (los que devoraban a personas), y parecía como algún tipo de rebaño. La escena era estrambótica y surrealista. Mientras mirábais la escena, comenzó a llover una mezcla de sangre y azufre.

El único refugio que puede ser viable en esos momentos parece la montaña de roca negra coronada por una gran torre oscura, en la cual se concentraban los rayos que producían la tormenta que cada vez era más fuerte. ¿Sería  aquel lugar el mismo sitio donde el jinete de armadura roja aguardaba con su infernal bestia?

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07/04/2021, 19:38
Damiá, el Gavinet

Al ver los horrores que albergaba ese lugar el pirata no podía estar mas convencido que donde se encontraba era el infierno. Pero no había muerto, que el supiera o se diera cuenta. Tampoco había sido juzgado por sus actos, que, aunque era cierto que alguna tropelía había hecho, no había hecho nada que todo el mundo hubiera hecho en su vida.

No comprendía lo que veía, primero la gente arrojándose por el precipicio, la batalla, el boque, las ciénagas. ¿Qué significa todo esto? Seguro que el moje o el caballero sabían ver que se escondía tras tremendas escenas.

Miro la torre con recelo, pero después de haber atravesado tan extrañas tierras, el introducirse en una torre no le parecía una idea tan descabellada. ¿Qué más podía pasar? Ya estaban en el infierno, nada podía ir a peor. ¿o sí?

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08/04/2021, 18:50
Eguzki el Calvo

.

   Avanzo agarrado al brazo de Damia, mientras voy murmurando por lo bajo.

   - Ay ama, que se nos habrá perdido pro aquí... -

   Voy mirando arriba y abajo, y a los lados. Y voy recitando lo que recuerdo de las escrituras religiosas.

   - La pradera calurosa bajo el cielo rojizo esa... está escrito en los textos sasgrados que se llama el Valle de la Soledad, aquí manda el dem... esto.. que está... - y bajo la voz más aún, - Barbatos. - Miro nervioso a mi alrededor y sigo.

   - Aqui vienen los que mueren despreciando el amor verdadero, al Dios o a la familia, sirviendo de alimento a las bestias que merodean por el lugar. -

   Luego pienso y añado como recordando algo.

   - Es extraño, los vascos tenemos una leyenda igual. Cuando se acerca la hora de tu muerte un espíritu animal te guía al lugar del descanso eterno, pero a los que desprecian el amor verdadero, la familia y a los buenos ideales de los Jentiles, se pierden de camino en el inframundo, y vagan por dichas tierras sin compañía alguna sirviendo de alimento al as bestias que allí merodean... -

   Hablando, al menos se me pasa algo el temblor y examino con determinación la "torre".

   - Parece que tendremos que subir a esa torre, quizás para poder salir. ¿Que opinan mis señores? -

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08/04/2021, 23:20
Dalmau Font de Tossa

Por suerte, recorrimos los dominios del caballero rojo son ser molestados. En cualquiera de los páramos que atravesamos podíamos haber perdido la vida en un ataque de los habitantes, pero parecía que nos dejaban pasar sin preocuparse por nuestro grupo.

Miestras mis compañeros hablaban entre ellos, yo anduve todo el camino casi en silencio, rezando un par de gloriosos rosarios con un hilo de voz que apenas salía de mi boca.

Cuando empezó a llover azufre y sangre el único refugio era la torre. En mi interior sabía que el caballero nos había conducido hasta allí como simple ganado llevado al matadero, pero poco más podía hacerse.

Agarrando tan fuertemente la espada que mis dedos habían perdido su color habitual me encaminé a la torre, dispuesto a hacer saltar la trampa que nos habían preparado.

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09/04/2021, 21:52
Sebastián de la Torre Quebrada

Estaba convencido el de la Torre que no estaban solos ante el maligno. Tantos horrores que vieron allí, no había descanso para los condenados, y al fin y al cabo aquellos eran también los designios de Dios. Por eso Sebastián sabía en su fuero interno que la luz les acompañaría incluso en aquel lugar de oscuridad, pues también tenía poder allí.

-Así es curandero- respaldó las palabras de Eguzki cuando hablaba del valle de la Soledad. Se notaba que aquel hombre temeroso y calvo acudía a misa y atendía a los religiosos. Incluso era posible que hubiese leído las sagradas escrituras, pues parecía algo cultivado.

La lluvia de sangre y azufre era claramente demoníaca, el azufre era siempre mala señal, ese olor tan característico de los infiernos, y la lluvia de sangre... 

-No nos van a dar opción, mucho me temo que deberemos entrar en esa maldita torre. No puedo deciros qué encontraremos allí dentro, nada bueno con toda seguridad. Pero recordad, al demonio le gustan los juegos macabros, no perdáis la fe, el Señor está con nosotros, no permitáis que el demonio os haga dudar de ello ni nos vuelva a unos contra otros.- Intentaba parecer estar listo, aunque sentía unas ganas terribles de orinar, tal vez morirían en aquel lugar infernal, sin gloria ni testigos, pero lo harían luchando hasta su último aliento. 

Aferró con fuerza su espada en una mano, el bastón en la otra, aguardando a que ese trozo de madera desvelase sus poderes, los poderes que esperaba que tuviese, y atendiendo también al anillo.

Murmuró algo también al otro caballero poniéndose a su lado en la marcha, a la cabeza del grupo.

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09/04/2021, 22:02
Sebastián de la Torre Quebrada

-¿Sientes algo?¿te arde la piel o alguna otra cosa?- preguntó en un susurro a Dalmau. Por alguna razón habían marcado a Font de Tossa, y el de la Torre Quebrada creía que había sido el diablo. Igual que su anillo había refulgido y librado de cualquier juicio como herejes, ahora los símbolos marcados en la piel de Dalmau podrían hacer algo también. 

-Llegados a este punto debemos ser sinceros entre nosotros- los dos villanos quizás no pudiesen comprenderlo, pero ellos dos, caballeros de Dios, estarían a la altura.

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11/04/2021, 11:35
Director

Lo cierto es que a Dalmau le dolía el pecho levemente (como con un picor molesto), a la altura de la marca que portaba en el pecho... 

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11/04/2021, 12:07
Director

Muchas cosas había visto Damiá, el Gavinet, en su vida anterior de marino, en el mar. El mar siempre daba libertad y simpleza frente al mundo, pero también ofrecía peligros: los vaivenes de un barco, tormentas, frío o calor extremos, asaltos y casi lo peor: hambre y sed. Sin embargo, aquel lugar en el que Damiá caminaba era realmente mucho peor, a su juicio (y sobre todo, extraño).

Por su parte Eguzki trataba de recordar algo en su mente, y así lo hacía, logrando hilar unas finas voces lo que podía saber de las Sagradas Escrituras y tal vez de las leyendas de su tierra mágica; parecía tener claro que el punto más lógico al que acudir, dentro de todo ese infierno (¿literalmente?), no era sino la torre oscura que se alzaba no muy lejos. La lluvia de azufre y sangre seguía cayendo.

El caballero Dalmau no se fiaba (y bien que hacía) de todo aquel paraje. Por eso llevaba su montante entre sus manos, mientras lo acompañaba con su pensamiento algunas oraciones rápidas. En cuanto al caballero Sebastián también mantenía la compostura como podía, recordando a sus compañero las maldades del diablo, y las pruebas que a cada uno podría ofrecérsele. Por ello agarró fuertemente su espada también mientras avanzaba.

Avanzásteis hacia la montaña, entonces, a pie, pues ahora vuestras armadura, ropas, rostro y manos eran de color rojiza por la sangre caída del cielo. No tardásteis mucho en llegar a la falda de la montaña, y ahora se presentaba ante vosotros una subida resbaladiza, llena de pedruscos y laderas áridas y llenas de ceniza... Subísteis un trecho practicable, y al llegar a un punto intermedio entre el suelo y la roca, vísteis que una horda de cadáveres se levantaba desde el suelo que antes pisábais, allá abajo, y comenzaba a subir penosamente la montaña (arrastrándose con pies y manos). Ello os obligó a seguir subiendo, pues la torre ahora parecía ser de nuevo el único refugio para vuestro pesar...

Aquella construcción de piedra negra y altura considerable tendría una base de... ¿cómo decirlo? Cualquier altura descrita sería hablar por hablar, suponer sin ningún fundamente. Era tremendamente alta. Su base era mayor que cualquier castillo que antes hubiérais visto, y la torre en sí se perdía en lo alto, entre las las nubes que seguían martilleando vuestros oídos con truenos... ¿habría realmente algún lugar seguro en este infierno?

Una vez arriba, comprobásteis que las paredes de la torre eran de una piedra realmente pulida y negra, digna de un trabajo fuera de este mundo. Ahora, delante de vosotros, apareció una única puerta rectangular con finísimos grabados en sus extremos (grabados ininteligibles), y aquella era la única decoración. No había otra opción ahora, por lo que nada más cruzar esa puerta estalló un tremendo ruido... 

¡¡PAAAMMMM!!

¡Un trueno golpeó la mismísima torre!

Y entonces se iluminó delante de vosotros un pasillo igualmente labrado de manera increíble; recto y alargado, cuyo final no podía ahora verse. La luz no procedía de ninguna antorcha ni candela, y no podíais saber de dónde aparecía (al menos no estábais a oscuras...). Y tras cruzar el pasillo lo suficiente, una compuerta de piedra descendió a vuestra espalda, justo en la entrada, encerrándoos en aquella inimaginable construcción con un chasquido atronador.

El camino que seguísteis os llevó por el pasillo, estrecho todo él (tanto que ni Dalmau ni Sebastián podían mantener sus espadas en alto). Finalente el pasillo terminó, dando lugar a una sala tenuemente iluminada. Sin embargo, otro estruendo de tormenta hizo mella en vuestros oídos...

¡¡PAAAMMMM!!

El trueno pareció iluminar, de igual manera, la sala que ahora pisábais. A vuestro alrededor, a unas siete u ocho varas por encima de vuestras cabezas, sobre los muros laterales (que eran circulares, realmente) sobre salía hasta lo alto de la torre las cabezas y rostros de bestias surgidas de las mas horribles pesadillas, que se movían como tratando de salir de aquel encierro en el que estaban sumergidas. Sus ojos inyectados en sangre y sus sonrisas maléficas os hizo temblar de pavor.

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11/04/2021, 12:07
Beherito

Sin embargo, aquello no fue lo único que atrajo vuestra atención. Delante de vosotros, a la altura del suelo, había un pedestal circular (del mismo material que el pasillo y el exterior de la torre). Y sobre él un trono negro y frío, sobre el cual se encontraba sentado el tipo de las armadura roja, esta vez sin caballo. Sobre su frente llevaba una corona ardiente y resplandeciente. Entonces os miró, sonriendo, y os habló.

Nuestros caminos se han vuelto a encontrar. Habéis realizado un largo camino superando muchos obstáculos, pero aún os quedan algunos más. El Enviado -continuó explicando- ya ha sido plenamente poseído; ahora solo falta que llegue la noche en que las estrellas estarán en posición, la reina de la noche oscurecerá y entonces el gran Maestro subirá a la Tierra. Ese será el fin de vuestras creencias -mirando ahora a los dos caballero religiosos-, y el principio de una nueva era: la era de la Oscuridad.

En este punto hizo una pausa mientras sonreía, y todas las criaturas de la sala acompañaban con sonoras carcajadas de tonos graves. Entonces continuó.

Se acerca la gran ceremonia. Mi Amo vendrá entre nosotros desde lo más profundo de los nueve círculos. Hace tiempo que se de vosotros; se todo sobre vuestro viaje, sobre el ungüento y las plantas que fuísteis a buscar... Eso no son más que tonterías.

Entonces levantó su mano, dio un chasquido con sus dedos y Eguzki notó que el tarro de cristal con el líquido oloroso de Adelaida reventó, esparciéndose por el suelo y su propio pantalón y bota...

En ese momento, aquel ser comenzó a reir, dejando ver sus horribles colmillos...

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13/04/2021, 20:39
Eguzki el Calvo

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   Al sentir que el frasco se rompe, deseo para mis adentros que las notas que tome, miré, examiné y lo que pueda haber oído basten para preparar un sustituto, o le sirvan a la anciana bruja que parecía ayudarnos... pero primero, había que salir vivo de aquí. Que no las tenía todas consigo...

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Notas de juego

   Minipost XD.

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14/04/2021, 10:49
Damiá, el Gavinet

Al ver a los muertos alzarse el pirata comenzó a apretar el paso, evitando mirar a los muertos andantes. Si no los veo, no son reales. Se repetía mientras apretaba más el paso para llegar a la torre. Todo parecía indicar que una mano maligna los estaba llevando de manera inexorable a la torre, pero el era un simple marinero y pensamientos tan elevados escapaban a su entendimiento.

Antes de entrar en la torre, miro a sus compañeros con resignación. No me esperaba que esta aventura terminara así. Murmuro para si mismo. ¿En que momento hemos tenido tratos con el maligno para terminar aquí? Con cada nuevo estruendo, Damiá se estremecía un poco mas y apretaba mas el paso. Pasara lo que pasara, sería mejor que pasara cuanto antes.

Al llegar delante del caballero de la armadura roja, el pirata no supo como actuar. ¿hacer una reverencia? ¿Desenvainar su daga a modo de amenaza? ¿Saludar simplemente con la mano y decir hola? Simplemente se quedó de pie, tratando de disimular los temblores que recorrían su cuerpo.

¿El enviado? Consiguió balbucear. ¿Quién es el enviado? Seria aquel moje maldito del convento.

Entonces el frasco que tantos dolores de cabeza les había costado conseguir estallo en mil pedazos. ¡NO! Grito sin poder contener su frustración, algo en el interior del pirata se había roto. ¿Por qué? Entonces cayo de rodillas, tratando de ocultar su cara con las manos para evitar que sus compañeros vieran que había comenzado a llorar.