La mudanza a casa de Jordan no duró demasiado. Tan sólo éramos mi petate y yo. En casa de Emyl si tenía varias cosas guardadas, pero no las necesitaba por el momento.
Procuraba no pensar en Jean ni en el resultado del análisis, aunque eso no dependía de mi. Mi cabeza era la que se encargaba de bombardearme continuamente con su imagen, sus palabras.. Las pesadillas nocturas eran el pan de cada día, en ellas, un teniente cariñoso me seducía y acababa entre sus brazos o en su cama para, instantes después abrir los ojos y verle convertido en un ser terrorífico cuya única obsesión es matarme.
El funeral de Hammer fue realmente emotivo. Asistí a él permaneciendo todo el tiempo junto a Charlotte. Se me hacía raro llamarla por su nombre de pila, pero quedamos en eso: fuera del cuartel, fuera rangos.
Supuse que Vatraski se encargó de dejar bien claro que mi Teniente Jean Rasczak traicionó al Cuerpo de Marines, a su país y a su escuadrón, o al menos a lo que quedó de él al final, pues no tuve noticias de que se realizase ningún funeral en su nombre por parte del ejército. Ojala viviesen. Hammer fue un gran hombre con un buen futuro y Jean... me han quedado demasiadas preguntas sin respuesta y un enorme vacío dentro de mi. Agarré con fuerza la mano de Jordan con ese pensamiento en mi cabeza.
El dolor que procesaba por dentro, las dudas, los sentimientos enfrentados.. comencé a guardarlos en mi interior y a permanecer en silencio, aislándome cada vez más de mi entorno. Que se hablase sobre mi teniente delante mía ya me hacía apretar los puños con fuerza reviviendo el dolor en mi interior, si hablaban mal de él, me encendía y tenía que encontrar la manera de controlarme para no arrancarle la cabeza a alguien. Dolía tanto. Le amaba y odiaba por igual. A pesar de todo, le deseaba con pasión y soñaba con tenerle como mi prisionero, donde le torturaría o amaría según la necesidad. Algo que jamás ocurriría.
El primer día fue el peor de todos. Según me comentó Charlie, me pasé las horas muertas sentada en el quicio de la ventana, con la mirada perdida y con "Mi Teniente" en mis manos. No reaccioné a nada y permanecí en esa posición y en ese lugar hasta que, en algún momento, decidí irme a la cama y me quedé dormida.
A la mañana siguiente, durante el desayuno, Jordan me preguntó por mi estado catatónico del día anterior y no supe responderla, pero me di cuenta de que si no ponía nada de mi parte, iría a peor. Además Cassidy había vuelto muy tocado de todo aquello, se había distanciado de mi y de todos. Casi era un fantasma entre nosotros. No me quedó otra que diseñar una rutina diaria la cual debía realizar a rajatabla durante el tiempo de permiso.
Por las mañanas salía a correr por las calles para luego ir a entrenar al gimansio. Durante ese tiempo, si no era capaz de centrarme en el ejercicio, procuraba hacerlo en lo bueno que vi en Jean. Cogía fuerzas recordando el entrenamiento tan duro que nos puso durante aquellos interminables días, recordándole como era y lo que me hizo enamorarme de él.
No sólo me entrenaba en la sala de pesas, sino que además me ejercitaba con técnicas de combate cuerpo a cuerpo. Si iba a seguir como Marine, debía ser la mejor, aunque pasase un tiempo indefinido en el cuartel.
Luego disfrutaba de una buena ducha, de la sauna, de la piscina y de todo lo que pudiese hacer durante la mañana en aquel lugar. Me ayudaba a mantenerme centrada y viva, aunque a veces la cabeza me traicionaba y acababa rendida y dolorida en el vestuario del gimnasio. Y es que llevaba las chapas siempre puestas, las suyas y las mías. Me gustaba sentirlas sobre mi piel, habían estado en contacto con la suya durante años y era casi como si me estuviese acariciando permanentemente. Saber que eso no ocurriría jamás me dejaba herida, pero debía acostumbrarme a ellas.
Tras esto regresaba a casa para comer. Lo ideal, una dieta estricta y dura para mantenerme centrada al menos durante el tiempo de la realización de la misma. Además en casa de... en casa, habían batidos y pastillas de entrenamiento de Hammer que ya no se iban a usar, era un buen momento para irlas gastando. Luego me hechaba un rato y al levantarme me iba a la galería de tiro.
Llevaba a "Mi Teniente" conmigo. Era esencial que me acostumbrase al arma, que verla no me hiciese sentir dolor o tristeza si quería poder usar la con normalidad y poder llevarla siempre encima.
Regresaba a casa a tiempo de hacer alguna tarea en el hogar, pasar algo de tiempo con Jordan, tratar de distraerme con algo, cenar y a la cama. Allí era donde la pesadilla renacía sin tan siquiera llegar a dormirme. Pensar en él me encendía de tal manera que enseguida notaba la humedad entre mis piernas. Revivía aquel momento en el cual le vi entrar por primera vez, su forma de hablarnos y esa mirada suya que me cautivó. Y esa misma mirada traía consigo la traición, lo que había visto y escuchado antes de que esa bala le quitase la vida. Pero seguía negándome a mi misma la verdad.
Y así pasaron los días, aguantando el dolor, ocultándolo dentro de mi. Buscando un camino que no acabase en locura para luego añorarle cada noche sobre la cama y despertar el tormento en la misma.
Pero los días que lograron hacer mella en mi fueron los que Jordan pasó con su padre en la casa del lago. Una parte de mi quería ir, conocer a un hombre el cual combatió junto a Jean. El hombre por el cual Rasczak perdió el brazo izquierdo por salvarle la vida. Recordar eso me hizo verle nuevamente como lo que fue, un jodido heroe al que le quitaron la venda de los ojos y eligió un mal camino al final. Me hubiese encantado ir y escuchar las historias que el padre de Charlie podría contarme sobre él...
Pero a estas alturas, él ya sabría todo sobre el final de Rasczak. No sólo la traición, sino la ruptura de aquella promesa de proteger a su hija y devolvérsela viva, disparando el mismo contra ella, precisamente con el arma que yo atesoraba. No. Era mejor no ir. Ese tiempo de soledad debió ser el que me hizo consumirme poco a poco, donde el dolor y la amargura lograron apoderarse de mi, sellando mis labios y haciendo las cosas sin pensar.
Necesitaba ese subidón de adrenalina para recordarme a mi misma que aún vivía, para sentirme viva. Así pues buscaba situaciones de riesgo que disparasen ese estado y pudiese sentir mi corazón latir con fuerza de nuevo.
La dualidad frente a lo que sentía por Rasczak y lo que pensaba de él, continuaba peleando en mi interior, hasta tal punto que decidí hacerme un tatuaje al respecto. Quizás excesivo, pero representaba perfectamente mi estado interior.
El permiso llegaba a su fin. Jordan volvería en horas de su viaje y yo me sentía lo suficientemente estable y con fuerzas para no dejar el Cuerpo de Marines y menos aún permaneciendo destinada en el cuartel, alejada de las misiones. Tenía ganas de empezar con aquella rutina a pesar de tener que dejar el gimnasio para las tardes..
Resumiendo: eso hice en el tiempo de descanso xD
Edito: He corregido un par de errores de escritura. No ha cambiado nada en el post.
Todos os habías ido a la nevera por separado. Primero el grupo de “Vips” Formado por Illanka, Rufus , Fenix y Price. Después Burke y por ultimo el grupo de marines con David.
Pero todos ibais al mismo destino Lv426 para averiguar que es lo había pasado en la Colonia de Hadle´s Hope.
Vuestros sueños fueron vuestros y solo vuestros ya fueran con amores pasados, Robopilinguis o sueños de poder.
Poco a poco los criotubos se fueron abriendo y fuisteis despertando con una gran sensación de malestar y debilidad, salvo David el cual no tenia problemas de ningún tipo.
Pues venga todos a morir.
En la medida de lo posible no os mateis vosotros XD
y podeis terminar alguna escena en la que estuvierais si es importante.
La ducha de agua fría después de golpear con tanta fuerza aquel saco, me hizo despejarme lo justo para poder llegar a los congeladores y meterme en uno de ellos. "Mi Teniente" vino conmigo. No iba a dejar lo poco que me quedaba de él a merced de cualquiera que pudiese entrar en la nave mientras íbamos hibernando.
Desperté más cansada de lo habitual, o al menos que la otra vez... Joder... creo que la paliza con el saco aquel me ha pasado factura. Murmuré para mi mientras me estiraba un poco.
Buenos días Asimov. ¿O es de noche? Mierda de espacio... Sin mirar si había alguien más despierto, me encaminé a las duchas, pensando que una me haría espabilarme un poco más, ¿más sopa de pollo para el despertar? Pregunté al sintético antes de entrar en las duchas.
Motivo: Pesadillas
Dificultad: 7
Tirada (7 dados): 1, 9, 3, 7, 9, 10, 1
Éxitos: 2
Vuestros sueños fueron vuestros y solo vuestros ya fueran con amores pasados, Robopilinguis o sueños de poder.
Valeeee lo pillooo, no doy la brasa con el sueño xDD
El viaje había sido un verdadero tormento, no sabía que hacía allí, ni en que demonios podría ayudar, además algún simpático le había hecho "la petaca" en la cámara de criosueño, y había tenido que dormir medio encogido con lo que le dolían hasta los músculos de las uñas. Rufus abrió lo ojos, echó un vistazo y vió que una de las marines ya se había despertado, el sindicalista se hubiera levantado para estirar sus miembros, pero tras ver a semejante armario empotrado, prefirió dejarse un ratito más en la cámara, no fuera a ser que le diera a la señorita por soltarle un guantazo y acabara poniendolo en órbita.
Mejor fingir un ratito más que estamos dormidos, y cuando ya se levanten unos cuantos pasaremos más desapercibidos... pensó.
Fénix despertó casi peor de como se fue a dormir. Tuvo un montón de sueños recurrentes que se estaban volviendo cotidianos en su vida. Jeringas enormes queriendo entrar por todos sus orificios, doctoras locas...Kendra...gente a la que le reventaba el estómago... todo eso amenizado con una criatura salido del mismo culo de Lucifer con ácido por sangre y una extraña tendencia a matar todo lo que se movía... amenizando la velada con algún beso un poco Homo, no deseado claro.
El piloto se incorporó frotándose la cabeza. A su lado yacían John e Illanka, sus amigos, su única familia...
Fénix necesitaba despejarse, así que sin fijarse en lo que tenía alrededor, el piloto se fue directo a las duchas. Entonces se encontró con aquella...¿mujer?
-Emmm...hola. Es usted uno -o tres por el tamaño- de esos marines, ¿no? Mi nombre es Fénix, piloto.
Sin más se lanzo el agua en toda su potencia directa a la cabeza, a ver si así se despejaba y ahuyentaba a los demonios del pasado.
El sargento despertó dolorido y con unas imperiosas ganas de potar todo lo que aun pudiera conservar en su estomago.
El crio-sueño le sentaba siempre mal y la única diferencia entre una y otra vez era cuanto potaba finalmente.
Tras beber un poco de agua para paliar el resabio amargo que tenía en la boca y un poco mas reanimado tras los mareos iniciales el hombretón negro fue ayudando a cuanto tripulante podía para hacer de sus despertares algo lo más soportable posible.
Finalmente y cuando hasta el último de ellos estuvo despierto se marcho con rumbo a las duchas y tras esto, a recibir las ordenes de los mandos para poder disponer lo que hiciera falta ser hecho.
Era por ese mal cuerpo al salir del criosueño. No se había sentido así desde que abandonó su planetoide natal y sentía cierta añoranza. Para ella la vida de marine, incluído el criosueño, la comida o la calidad del aire era un lujo comparada con la vida de un minero. Nunca se había despertado tan mal en una nave militar.
Pisó el suelo como si la fuerza de la gravedad fuera inmensa, cerró los ojos y respiró hondo.
Saludó a su sargento poniendose firme.
-Buenos días, señor.
Y echó a andar pensando que había pocas cosas que una buena ducha no pudiera arreglar. Pasó de largo cuando ese chico le decía nosequé a la comehombres.
El chorro de “agua” fresco le devolvió un poco a la vida pero seguía sintiéndose débil. Tenía menos hambre que de costumbre y eso le hacía sentir incómoda.
Nuevamente la situación se repitió, solo que los actores eran otros en su mayoría, pero el resto de la parafernalia continuaba igual.
El sintético observó con atención el despertar de los pasajeros de su nave. Había personal no militar y marines por igual, aunque a todas vistas eran lo mismo. Orgánicos…
Como de costumbre Asimov preparó alimentos líquidos para los recién despertados, de modo que podrían consumir a gusto en el salón comedor.
Hola especialista Lopez. En realidad siempre es de noche, aquí en el vacio astral. Y si, lamentablemente es sopa de pollo, aunque me tomé la molestia de reemplazar el jugo de naranja artificial por autentico jugo de frutas exprimido personalmente por mi persona. – respondió el sintético con su sonrisa de siempre.
Luego se dirigió a todos los despertados. – En el salón comedor tienen alimentos no sólidos, aptos para vuestros organismos. No olviden respirar. – agrego al final, quizás falseando un chiste o quien sabe qué.
En el momento en el que me despierto, me levanto para luego estirar mis músculos. Este sueñecito me había venido muy bien. Veo que todos comienzan a levantarse, pero tampoco hago mucho caso. Una vez vestido, me dirijo hacia el comedor. cuando veo la comida, un gesto de medio asco se cruzó en mi cara: siempre la misma bazofia.
- Otro día en el glorioso cuerpo de marines.
La oscuridad lo inundaba todo, una criatura sin forma corría detrás mio y no parecía que consiguiera dejarla atrás. La trapa del criotubo empieza a abrirse y la sensación que me había dejado el sueño empieza a difuminarse. No había tenido mucha opción para negarme a realizar este viaje y ahora me encontraba despertándome dentro de un criotubo. Diferentes voces se escuchaban ya en la cubierta médica, voces animadas en un principio....ya se vería si esto duraría mucho.Salgo con cuidado de mi lecho temporal las piernas aun no me respondían y prefería no chupar el suelo sin conocer a mis nuevos compañeros.
- Buenos días....o noches, no me queda muy claro como va esto del espacio.
De vuelta al congelador.
Podían haberlos llamado camas tubulares que tampoco hubiera sonado mejor. Seguramente por el hecho de que estábamos en animación suspendida y nuestra temperatura corporal bajaba casi como lo haría al estar en una nevera real, se les llamaba a si.
Para mi, después de la última vez significaba que tenía que andarme con ojo. Sobre todo si una andaba cachonda perdida y había un androide rubio cerca. Lo cual no fue demasiado malo de no ser por que el resto de la tripulación se quedó mirando.
La portilla de plexiglás se abrió lentamente al igual que mis ojos y empecé a oir el trasiego de los que ya se estaban levantando. Me incorporé en la camilla y agité mi pelo para despegarlo de las gotas de condensación que se formaban veces. Y mientras bostezaba, apareció Pixer, mi roedor, para darme los buenos días. - Hey! Bueno días a ti también granuja!- Dije delicadamente.
Salí del tubo y vi a mis hombres ponerse en marcha. Joder que alguien me pegue un tiro! Mas personas de las que cuidar! Pensé al mirar al resto de la nueva tripulación.
- David-Asimov. Esta vez no estabas ahí para despertarme.- Dije jocosamente al androide.
Lopez estaba como siempre. Algo mas cansada de lo normal. La pelea del... ¿día, días? ... anterior la dejó un poco mas chafada de lo normal, aunque fuera precisamente el esfuerzo físico lo que dudaba que la hiciera estar tan tensa. Eso me hizo pensar en Vratasky. Miré como Lopez hacia nuevos amigos, o eso parecía con el que decía ser el piloto. Eraser parecía ponerse de nuevo el chip de trabajador y eso estaba bien. Y con Lopez cubierta y el sargento Kenai fuera del tubo me acerque al de Vratasky.
Ahí estaba, aún durmiendo. Aun no teníamos muy claro si realmente era una replicante o simplemente habían borrado su disco duro mental por cachos. Y a su lado Chase.
Le miré fijamente, aun con los ojos cerrados. Sabia que tanto Vrack como Chase estaban despiertos. Una vez los tubos se abren para todos, el sistema nos inyecta el estimulo para despertar. A algunos les tarda mas en hacer efecto, pero lo que es despertar, estábamos despiertos casi todos al mismo tiempo. Otra cosa es que que quisieran remolonear.
-Despierta, príncipe sapo...- dije suavemente acercándome al oído de Chase-... te toca despertar con un beso a tu Bella durmiente- Añadí refiriéndome a Vratasky.
Ojala hubiera sido yo.
Pero Vrack era mi amiga perdida y yo necesitaba recuperarla. No creo que meterme en medio de ellos fuera algo bueno. Ni para ellos ni para mi.
Sobre todo para mi.
Fue consuelo descubrir que, en aquella ocasion, habiamos tardado mucho menos en despertar. Y es que, al fin y al cabo, después de nuestra reciente experiencia, aún no habíamos logrado recuperar el 100% de nuestras capacidades, despues de aquella siesta que se habia prolongado durante demasiado tiempo.
En cualquier caso, al abrir los ojos, fue un consuelo ver el rostro de Price en el criotubo adyacente. Parecia que, al menos, el rubito hasta ahora no habia faltado a su palabra. Por ahora. Habria que ver qué pasaba de ahi en adelante. Sonreir ligeramente, una sonrisa que paso practicamente desapercibida, en un rostro tan inexpresivo como el mio. Y, tras incorporarme lentamente, acabe por salir de aque criotubo, mirando a mi alrededor, buscando algun rostro conocido entre todos los presentes.
-Buen día- comente entonces, en alto, mientras buscaba entre mi ropa, en busca de aquel arrugado paquete de tabaco que no tarde en sacar. Deslice entonces un cigarrillo hasta mis labios, y pasee mi mirada sobre el resto, mientras buscaba ahora un mechero con el que poder dar aquella primera y placentera calada. Hasta que, de repente, mi mirada se paro en uno de los presentes. -Hijo de la grran puta. - fue lo unico que dije, mientras miraba fijamente a David, tensandome total y absolutamente antes aquella vision de pesadilla, como un felino que se agazapa justo antes de atacar a su presa. Aquel hijo de perra.... No podia creerme que siguieran existiendo mas como el despues de lo que habia sucedido. Debia ser broma. Una de muy mal gusto. Y asi, aún con aquel cigarrillo apagado entre mis labios, eché a caminar en dirección al humanoide, con una actitud que dejaba claro que, lo mejor que podia pasar en cualquiera de los casos es que acabara estampando mi puño ruso en su cara robótica.
Si, tenia que ser coña.
Ciento cincuenta millones y un pasaje vitalicio a un crucero de primera linea era una oferta más que tentadora como para que uno se pensara en volver al Pais de las Maravillas a visitar al Hijo de Puta más mortal de la Galaxía. La alternativa no era mucho más divertida, así que la oferta además de tentadora, representaba una huída hacia adelante en toda regla. Y solo tenía que jugar a la caza mayor con sus nuevos amigos.
Al abrirse la nevera, dejó escapar un vaho que rapidamente empañó el cristal que exponía a Price al mundo. Y aun no se había disipado aquel vaho, cuando un estridente sonido metálico resonó en la habitación, y el chirriar del metal doblándose dejó claro que a alguien no el gustaba que le congelaran los cojones.
Apartó la puerta con el codo, y salió al paso mientras escupía a un lado. - De puta madre. - se quejó, estirándose. Justo antes de ponerse la gabardina y taparse, pudo verse que el hombre que debía rondar los cuarenta y largos tenía el brazo izquierdo totalmente sustituido por una replica mecánica y cibernética. Se puso la gabardina y abrió y cerró la mano mecánica mientras caminaba hacia la parte trasera del criotubo, recogiendo una bolsa y abriendola, donde rebuscó algo.
- Para Illanka, tabaco sin congelar. - Le lanzó un paquete de cigarrillos recién sacados de la bolsa. Después sacó una botella de whisky. - Fénix. - Lo llamó y le lanzó la botella. - Escocés de 75 años, el desayuno de los campeones. - Y para él, un puro que abrió, cortó y encendió para su disfrute personal.
Entonces reparó en el driode y sonrió. Aun recordaba haber destrozado a puñetazos en la cabeza al último David que vio. Se creían algo esos sintéticos, hasta que se ponía un hombre de verdad delante de ellos y les arrancaba la cabeza a puñetazos para después hacerse un collar con sus módulos neuronales.
- Illanka. - Llamó la atención a la rusa antes de que saltara contra el hombre de hojalata. - Antes de eso, consigue una recortada y mira quien pilota esta bañera. - Señaló, hacia atrás, a la puerta con el dedo pulgar. Pero entonces el que habla es Burke, y la sonrisa de Price aumenta según van asomando dientes que sujetan el puro.
- Pero que ven mis ojos... Burke... ¿Que te apetecía un paseo de puta madre por el Pais de las Maravillas? - Avanzó un par de pasos hacia él, parándose ante la bella duermiente del Rojillo. Llevó el puño metálico hasta el cristal, golpeandolo varias veces hasta amenazar de romperlo ante la fuerza.
El saludo del cabo Jordan no pasó desapercibido a los sentidos del sintético. Ciertamente se encontraba en ese momento explicando la disponibilidad de los alimentos cuando la rubia se pronunció.
Hola cabo. ¿Durmió correctamente? Supongo que no como la última vez. – respondió Asimov al ayudar a Jordan a incorporarse, siempre sin dejar la atención de lado sobre todos aquellos que aun continuaban en sus tubos criogénicos. Quien despertaba antes y quien al final dependía de la capacidad física. Algunos orgánicos por ende eran más débiles que otros.
Entonces el desorden sucedió, y de la mano de los invitados más bien llamados civiles en apariencia y comportamiento. Asimov leyó sus fichas poco tiempo antes y realizó una devolución en base a sus perfiles psicológicos. En base a tal información podía actuar en consecuencia y vaticinar el comportamiento de los orgánicos.
Alto ahí, ustedes dos. – ordenó al último par de despertados, la mujer de cabellos oscuros y al hombre del implante cibernético. La plena sonrisa desapareció, para dar estreno a su rostro amenazante – Se encuentran en mi puta nave y nadie aparte de los marines va a portar un arma. Cualquier estupidez y con el simple pensamiento descomprimiré esta sala hasta que vomiten sus intestinos. – terminó por amenazar a los dos nuevos, cuyo comportamiento errático y paranoico raya el sinónimo de problemas.
Y no era para menos, ya que los últimos lunáticos volvieron a la Tierra en bolsas de plástico.