Partida Rol por web

Finalmente la hora llega, el sol se ha puesto y ha oscurecido Hariel extiende uno de sus báculos hacia Jofiel, pero es Astharode el primero que cambia de posición, corriendo a toda velocidad hacia Jofiel, alzando el puño, cargándolo con un poder divino

Que dios me perdone, pero, ningún otro ángel morirá aquí

Jofiel comienza a brillar, pero el puño de Ashtarode ya esta dirigiéndose hacia el pecho de Jofiel atravesándola, sacando su corazón por detrás, mientras, esta cae muerta.

Astharode mira el corazón

Lo siento.....

Pero el corazón comienza a Latir, tomando a Astharode por sorpresa, haciendo que lo suelte, y nada mas tocar el suelo, las venas comienzan a ramificarse, a crecer, tomando la estructura de un ángel, comenzando a crecer luego músculos, huesos y finalmente piel, Gisiel ha retornado del otro mundo.

Todo comienza a temblar, y como la primera vez, el cielo comienza a desquebrajarse a romperse.

Pero entonces, el cuerpo de Jofiel comienza a convulsionar, y su estomago comienza a hincharse, y una pequeña explosión, salpicando sus vísceras, y del interior de Jofiel, Chariel sale volando, mirándoos con odio

Malditos!

Grita, mientras su cuerpo comienza a brillar con una luz purpura y comienza a cambiar de forma.

Todos los reconocéis, no es ni mas ni menos que Lucifer, aquel que os a encerrado en este lugar

Mi plan... mi plan ha fallado, pero esto no acabara aquí. Quedareis aquí encerrados, PARA SIEMPRE!

Grita lucifer mientras vuela hacia la brecha del cielo, rompiéndola, atravesándola, y enseguida, se cierra, quedando nuevamente atrapados

Que... que vamos.. a hacer ahora?

Pregunta una tímida Somiel

Azrael le pone una mano en el hombro

Saldremos de aquí

Sentencia Imamiah

Tomaros todos de las manos

todos vais haciéndolo, Astharod se queda atrás, no se atreve aun a hacerlo

pero, finalmente, Imamiah, el ángel del perdón, le tiende una mano al nuevo ángel, y os unís en un circulo, mientras todos comenzáis a rezar, a brillar, y un rayo de luz surge de todos vosotros hacia el cielo, volviendo a romperlo, abriendo así una salida. Y sin soltaros, todos alzáis el vuelo, atravesando esa brecha, saliendo por fin de ese lugar regresando por fin al lado de vuestro padre