Partida Rol por web

el ocaso se acerca, la hora comienza a llegar, el sol desciende, y las sombras de la ciudad crecen, por un momento casi parece que la ciudad vaya a ser consumida por las sombras, pero, vuestra atención se centra en otra cosa, en aquel que debe caer

Reiyel, Ylahiah, Vasariah miran a Uriel, parece que la decisión esta tomada, pero, no es así.

Sitael, Jeliel,Jofiel son los primeros en actuar, lanzándose directos hacia Andariel

sitael a una gran velocidad que apenas podéis ver da vueltas alrededor de Andariel, cerrando-le cualquier posibilidad de escape

Jeliel despliega sus alas, empuñando su estoque en la mano izquierda, y en su mano derecha comienza a formar una pequeña esfera de luz, que luego añade a su estoque, haciéndolo brillar para lanzarse luego en un picado contra Andariel, pero este, bloquea el golpe con su escudo, el cual se rompe en varios pedazos mientras este sale despedido hacia atrás, pero es interceptado por Sitael, el cual le sujeta de los brazos inmovilizándole, momento que aprovecha Jofiel, que hasta ahora aguardo, cargando todo su poder en su espada, y se acerca hacia Andariel a paso lento

guárdate tus mentiras, traidor

dice la mujer ángel, a la vez que hace un corte oblicuo descendente de izquierda a derecha, cortando el pecho de Andariel, una herida que atraviesa su armadura, una herida demasiado profunda, una herida.... mortal....

cuando la batalla termina, os dais cuenta, de que todo vuestro alrededor ha cambiado, esa ciudad que tanto os recordaba al reino celestial, ahora solo os recuerda a la misma muerte

Nuevamente entre brumas, la Muerte hace su aparición tras el ocaso, con un pergamino entre las manos.

Dos sentencias han sido firmadas hoy: Uriel y Andariel.

Acto seguido materializa una pequeña libreta de cuero vieja como el propio tiempo y la observa.

Andariel.

Sentencia finalmente, mientras la ejecución tiene lugar.

Al terminar, extiende su mano y entre sus dedos los vapores del alma de Andariel toma una forma semiesférica... Y se desvanece en la nada.

La Marca estaba sobre él. Ahora comienza su tránsito. Y vuestra espera. Por vuestra Libertad ha caído uno más. Al Alba nos veremos, y sabréis si restan traidores, o no.

Y con esa sentencia, que tanto recuerda a la del día anterior, comienza a desvanecerse.

Nos veremos al Alba. _Recordad...

Me acerco al cuerpo de Andarel y digo.

-Lo siento hermano por haber dudado en un momento de tu inocencia, pero parece que otros no han comprendido vuestras intenciones.

Me giro para dirigirme a Sitael, Jeliel y Jofiel y les pregunto.

-¿Hermanos de verdad creiais que Andariel era culpable? Puede que tengais razón, pero eso ahora no lo sabremos nunca. Solo espero que hayais acertado en vuestro reflexiones.
 

La luz del sol se ocultaba en el horizonte y el baño de luz sobre Uriel comenzaba a abandonarle poco a poco. En un momento Uriel se encontró a solas rodeado de plumas blancas y acero afilado. Los rostros de los que consideraba hermanos le rodearon por cada lado, y entre ellas, el rostro de Ylahiah, sucumbido por la demencia de sus dudas.

Pero entonces, al otro lado de la esquina, lo gritos de una jauría y dolor se hicieron con la atención de todos, y las sombras que ahora la luna proyectaba en la pared se tiñeron de la sangre de Andariel, aquél que había vuelto de entre los muertos.

Observó el rostro de la Muerte cuando ésta apareció y su respiración se entrecortó boquiabierto, ésta se había anticipado y tomó la vida de Andariel en vez de la suya. Por un momento, su escudo le pesó, y la vaina de su espada le estorbó. Sabía que le debía su vida a la propia Muerte.
Entonces su mirada se volvió a los tres que estaban dispuesto a privarle de seguir viviendo.

-Parece que ya van asomando los cuernos de los demonios...

Gisiel vuela hasta el cuerpo de Andariel y se arrodilla a su lado, la inunda la tristeza y hace una silenciosa plegaria. Luego se levanta y con severidad dice:

-Me decepcionais hermanos, y en gran manera!.. si un demonio hubiera tomado la vida de uno de los Angeles autenticos, lo hubiese lamentado, pero si de la voluntad de mis propios hermanos la muerte se cobra la vida de otro inocente, al igual que se hizo con Imamiah, ciertamente me dais miedo, no hace falta de demonios para que nos matemos entre nosotros!!- su enfado es perceptible a simple vista

-Jofiel, Sitael, que los llevo a cometer esta locura?... y tu Jeliel, entiendo tu escepticismo pero eso no justifica desearle la muerte a alguien que tenia mas merito de ser considerado autentico que tu o que yo- luego mira a Uriel y se acerca a el - Hermano, no te confundas, los que quisieron tomar tu vida no son malignos, pero toman el silenlcio como evidencia del mal, y no se dan cuenta que el Padre nos enseño a guardar silencio y solo hablar lo necesario, me alegro de que estes con vida- 

- Hermanos, aquellos que por la razon y por la fe aun siguen siendo Angeles autenticos, porque no dejan a un lado las dudas sin sentido, la desconfianza y el miedo, y se unen entre ustedes? no es claro que al dividirse se debilitan y dan lugar a que el maligno juegue con nuestro destino? Les suplico que asuman la responsabilidad que llevan, que es la de representar a nuestro Dios, sois la luz entre tanta duda pero actuais ciegamente-

Mebael se había estado preparando para lo que caería encima: la muerte de un compañero. Pero grande fue su sorpresa al ver qué compañero era el que caía. Nuevamente Andariel, quien hacía tan solo unas horas había regresado de entre los muertos.

Todos se habían inclinado por uno u otro solo a base de corazonadas, pero a Mebael la elección de algunos le sorprendió tanto que se puso junto a Yuriel para apoyarla en su pedido de explicaciones.

_Ciertamente han tomando una decisión inesperada -dijo a Sitael, Jeliel y Jofiel-. ¿Qué los ha llevado a pensar que Andariel nos había dejado para pasarse al bando del Maligno?

Negó con la cabeza al ver como caía Andariel, y luego, como el lugar volvía a cambiar.

Suspiro, y la silla de cristal se materializo a su espalda, junto con el Libro de la Creación. Rápidamente anotó entre las páginas todo lo sucedido, todo lo que había visto, una labor corta, puesto en solo un suspiro podía escribir lo hecho por cada ser viviente en la creación de Dios, más ahora en estos lugares tan inciertos prefería tomarse su tiempo, anotando cada detalle posible. Y así como veía, escuchaba, y algunas de estas solo traían inquietud a su corazón. Se planteó si sería necesario arrancar una de las hojas del libro.

Negó con la cabeza al escuchar a sus hermanas, más decidió no participar, las acusaciones y razonamientos de algunos y algunas eran equivocados, pero cuando trato de ser imparcial y traer claridad fueron pocos quienes le escucharon, y a su pesar, afirmando algunas de sus sospechas, fueron otros pocos los que prácticamente no hicieron caso a sus palabras. 

Añadiendo una ultima anotación al libro, busco la figura de Azrael, esperando sus palabras, su juicio, mirándole con cierta preocupación.

Veo como al acabar con la vida de Andariel todo se vuelve oscuro y siniestro.

-Hermanos ¿será que nos hemos equivocado al juzgar mal a Andariel?

Toda la ciudad se vuelve oscura, como si pasaramos del cielo al infierno. No. Como si se nos hubiera ocultado el infierno con brillantes y dulces colores. Noto crecer la ira dentro de mi, sin control, mientras miro a Uriel, de quien más dudo en estos momentos. Empiezo a percibir la perdida de control de mi cuerpo, que se quiere entregar a la cosecha, y por tanto ejecución de un hermano. Pero antes de dar siquiera un paso, antes de extender las alas o de que mi espada aparezca en mi mano, son otros tres hermanos quienes arremeten contra un cuarto. Todo pasa deprisa, demasiado, y me imagino que todos se sentirán anclados al suelo como yo mientras todo ocurre. No puedo entrometerme, no se me permite, no puedo moverme... ¿Qué extraño lugar es este?

La Muerte aparece de nuevo a reclamar su alma, con su frialdad infinita. ¿Qué papel tiene realmente en este... juego? ¿es realmente ella? Esperaba que las dudas fueran a menos con el tiempo en vez de a mas... 

Vuelvo la atención sobre Uriel cuando habla.

- Con esa frase no haces más que acrecentar mis dudas, hermano. Y no creo que mi postura debiera ser una sorpresa, ya la había expuesto con anterioridad... Lo que no quiero... es que este mundo me vuelva a cargar de ira homicida obligando a mi cuerpo a cargar contra un hermano. - 

Yo ya no tenía que demostrar nada, era la voz de los muertos ¿aunque por cuanto tiempo? 

- Andariel... Haber sucumbido ante un ataque y regresar de la muerte le concedía más crédito que a muchos, y aun así habéis decidido que debe de ser uno de los traidores. Igual deberíais haber esperado a que hubieran hecho un juicio sobre su alma. - 

No tenía mucho mas que decir, por ahora. Sin embargo si que quería escuchar la sentencia que darían Azrael y Metatron, y quizás cierta explicación del primero.

- Y bien, Azrael, Metatron ¿cuál es vuestro veredicto?- los miro a ambos, acercándome poco a poco. Centrando finalmente la mirada en Azrael. - Y dime, hermano, ¿cómo es que albergas tantas dudas sobre ti mismo?- giro mi atención hacia somiel. - ¿y tu, hermana? -

Aquello era raro, ¿acaso dudaban de si mismos más que de cualquier hermano? ¿planteándose quizás que sean sus cuerpos dominados e inconscientes los que atacan aprovechando la oscuridad? Todo esto tiene cada vez menos sentido... 

La muerte cae obre nosotros, como un manto con le cual nosotros mismos nos cubrimos, en le que nos regocijamos. Aun nadie entiende la metafora en la que nos encontramos. La muerte, la vida, el pecado... Todos caen, caemos en el infierno. Hermano contra hermano, hermana contra hermana. Todo es un caos que nosotros alimentamos. La ciudad de la luz, ahora es la ciudad de la muerte.

-Dejarse llevar por las dudas no es bueno, y menos ahora. Los callados ahora sacan conjeturas, los sabios cambian. Traidores y traiciones. Todos se lamentan por el hermano muerto... y empuñan sus armas contra el primer sospechoso para lamentarlo. ¿no les parece eso pecaminoso y lamentable? Si pensamos entre los que han defendido voluntariamente su inocencia y los que no... ¿que podemos deducir?.

-En realidad es algo más... complicado de lo que esperaba.

Extiendo mis alas.

-El Juicio del hermano Imamiah fue claro como el agua: su alma es inocente. Pero con el hermano Chariel me asaltan las brumas, los susurros. Ví su alma, muerta, y tras su alma se alzaba el antaño conocido como Lucero del Alba, corruptor y tentador orgulloso donde los hayan.

Agacho mi cabeza.

-Lamento no poder ser más claro, pero es lo que he visto en el Juicio.

Entonces alzo mi tez tras mi capucha y mis ojos se clavan desde las sombras que ésta me proporciona en los de Ylahiah.

-Hermano Ylahiah, no dudo sobre mí. Pero necesito una certeza mayor de que alguien ha de caer antes de ir por él.

Limpié mi estoque. Había vuelto a matar a otro hermano por mano de la muerte. Ser una herramienta nunca es agradable para nadie.

-Me estáis cansando hermanos... Ya argumenté mis sospechas sobre Andariel. Di mis razones. Expuse mis argumentos. Y abrí el debate. Nadie contraargumentó. Nadie dio razones de lo contrario. Nadie expuso mi error al descubierto. ¿Y ahora lamentáis su muerte? Pues sois igual de culpables que yo. Yo sospechaba, vosotros hacíais acto de omisión. - Mi gesto era frío y serio - No creo que sea el momento de ser tan duro, pero de verdad, me desespera con la parsimonia que os lo estáis tomando... ¡Estamos muriendo! Y nadie hace nada para evitarlo... - Negué con al cabeza y miré al suelo - También debo decir que Andariel no se defendió en ningún momento... ¿Y visteis su mirada? Si hubiera sido por él, me habría matado. ¿Por qué, si no he dado pie a ninguna sospecha? - Alcé la mirada hacia mis hermanos y hermanas - Yo sé porqué. Porque se sentía amenazado por mí, por un argumento que no podía contrarrestar al revelar éste su maléfico plan. - Suspiré un poco hasta calmarme - Hermanos, no es que lo odiara ni nada por estilo. Es que simplemente era el que más dudas me producía.

Escuché atentamente a Azrael. Y asentí.

-Ahora, ¿alguien puede decir que Azrael está diciendo la verdad? - Mi voz sonaba cansada.

-Hemano Ylahiah...-dije tras escuchar sus palabras y las de Azrael -Yo no dudo de mí misma, sé con certeza que mi alma y mi corazón pertenecen a nuestro señor Dios pero como he dicho con anterioridad aún confío demasiado en cada uno de vosotros como para ser responsable de la muerte de alguno...-miré de reojo a Azrael, nunca hubiera imaginado que otro hermano hiciera lo mismo que yo había hecho, aquello creó un extraño sentimiento en mi interior. Pensé que estaba siendo rara por votarme a mí misma pero una vez más Azrael me demostró que no estaba sola y esta vez lo había hecho involuntariamente. Sonreí ante aquel pensamiento y entonces alcé mi voz para responder a Jeliel -Yo confío en que dice la verdad-

Mis ojos mostraban tristeza, aunque mi rostro intentaba no mostrar ningún tipo de sentimiento que me hiciese parecer débil. Tras la muerte de otro hermano más, el cual hacía relativamente poco que había resucitado, la ciudad blanca y parecida a la ciudad celestial se volvio oscura y siniestra, como si la propia muerte nos cubriese a todos. Ante las palabras que escucho de Jeliel contesto con una voz algo rota
-Yo intento confiar en todos, pero después de lo que está pasando me dejo llevar má por mis instintos... Claro que tu sólo dejaste ver tu opinión ante lo que ocurrió con Andariel, y puesto que yo no podía ni apoyarlo ni negarlo decidí ver los comportamientos de unos y otros, aunque claro que puedo estar equivocada. No me sale ninguna palabra más, no sé qué más decir, asique decido guardar silencio y rezar de nuevo por el alma del hermano que se ha ido de nuevo.

Observa fijamente a Azrael mientras, pero su mano mueve la pluma sobre las páginas del libro de forma casi frenética. Una vez sus palabras cesaron, leyó lo escrito, y suspiro.

- Yo no solo confío, hermana Somiel... - Menciona, antes de ponerse de píe, dejando así la silla y el libro desvanecerse, más se dirige a todos.

- Si bien, la esencia de Azrael es genuinamente angelical, su voluntad, la cual imagino - Observa a Azrael.- quedo claro en el... juicio a Imamiah, fue manipulada por otro ángel entre nosotros, o demonio. Su don para juzgar a los caídos también fue manipulado... veo corrupción creciendo dentro de él, lentamente, poco a poco. - Mantiene su mirada fija en el encapuchado, un tanto preocupado.

Observé lo que ocurría, aunque mi mirada se mostraba ausente. No era para mi plato de buen gusto tener que ajusticiar a mis propios hermanos... pero tampoco podía mostrarme triste cuando no sabía si habíamos acertado en nuestro juicio.

Luego miré a Metatron y finalmente a Azrael.

- Explícate. -Apunté con el báculo a este último.

- Me temo que las dudas es lo único que tenemos. Suposiciones, dudas, lagrimas y muerte. - 

Doy un par de pasos, esta vez alejándome de Arzael. 

- Un gesto muy bonito. Y yo os he dado la entrada. Lastima que por muy respetada, sensata y sabia que me parezca la decisión, no demuestre nada. Podría bien ser una estratagema. - 

Quería creerles, a los dos, a todos. Pero la verdad es que teníamos traidores y debíamos dar con ellos...

- Entonces, si podemos confiar en ambas palabras, Chariel estaba bajo el influjo de Lucifer y Azrael esta siendo corrompido poco a poco. Eso es un problema... Si Metatron no miente ¿como sabemos que Azrael no ha caído ante el enemigo y ha mentido ya sobre Chariel? ¿que debemos hacer con él, que esta siendo tentado? ¿acaso no apoyara al resto la próxima noche? ¿o será la siguiente? - aquella situación era cada vez más compleja. No solo habían traidores entre ellos, sino que Lucifer podía estar intentando ampliar sus filas... - ¿Podemos salvar a nuestro hermano de alguna forma? - miro los rostros de los presentes y acabo en el de Metatron. - ¿y si es Metatron quien miente? ¿o si también esta siendo corrompida su alma poco a poco? O incluso si están intentando corromper la mía ¿como podemos mantener fe en cualquiera que en un principio parecía inocente? ¿como puedo saber si mi alma sufre el influjo de Lucifer? Pues quizás los mismos actos de ejecución pudren mi alma... No me extrañaría nada... 

Acabo cabizbajo, me sentía frustrado...

-También he de mencionar el dato de aquellos de nosotros que han dirigido a la Muerte a poner una cruz sobre hermanos que parecen, como poco, más útiles que el resto. Contra hermanos cuyas almas iban a someterse a juicio o a someter otras a juicio. Me resulta, como poco, curioso... Y no quiero decir con esto que otros merezcan morir más que otros. Yo mismo solo quiero mantenerme con vida para ser útil en nuestra huida, nada más. Me sacrificaría con gusto si supiera que eso fuera a ayudar. - 

Sonaba más frío de lo que debía tratando temas de esa índole. Pero al poder mantener contacto en uno y otro lado yo nunca he sufrido la misma perdida que el resto de mis hermanos. 

Miro como el sol cae al mismo tiempo que mis hermanos están haciendo amago de herir a Andariel. En mi cabeza esto no encaja para nada con todo lo que había pensado… ¿por qué es llamado traidor un hermano? ¿Quizás haya hecho algo malo mientras …? No sé, esto es demasiado confuso.

En el momento en que Jofiel da la última estocada, una lágrima salta de mi ojo izquierdo. Odiaba la muerte. Me fijo ahora en el nuevo paisaje que tenemos, esto está todavía peor de lo que esperaba.

Con gesto frágil me acerco al cuerpo del recién muerto hermano y sólo alcanzo a decirle una cosa, nada más:

- Lo siento.

Ya nada podía escapar a la muerte.

- El fin de nosotros se acerca, si cada vez que muere alguien éste no es considerado como demonio, ¿qué estamos haciendo? Les estamos dando ventaja para hacer lo que ellos quieran. Nos estamos disminuyendo en número, ¿es que no lo entendéis?

Miro a Jofiel con gesto enfadado.

- ¿Por qué le llamaste traidor?

Sitael volvió a su sitio mirando sus manos en silencio, pero sus hermanos le pedían una respuesta.

-Si vote por Andariel, es por la misma razón que vosotros votasteis a uno u otro. Por que albergaba dudas de sus palabras y de su mismo regreso. Nunca pareció defenderse por mas que le preguntaron y tenia demasiadas dudas al respecto. Por eso albergaba dudas hacia el y la muerte recogió mi voto contra mi hermano. La lucha que vino después no era mas que el desenlace de nuestras decisiones. A lo mismo que ayer gran parte de vosotros culpasteis y atacasteis a nuestro hermano. Por eso, todo aquel que me ha preguntado, no hace mas que acentuarme dudas respecto hacia él.-Sitael deseaba ser sincero sin llegar a herir a sus hermanos.
-Pero si me he equivocado en mi juicio que dios padre me perdone.

-Me temo que todos en algún u otro momento llegaremos a luchar contra alguno de nuestros hermanos.-Concluyo volviendo a mirar sus manos quienes se alzaron contra uno de sus hermanos.

Luego de ocurrir el juicio en contra de Andariel afirma su espada y la enfunda nuevamente.

- Lo siento Uriel, espero que la elección sea correcta y Andariel sea culpable... Por otro lado, me diculpo contigo en caso de que seas inocente, pero mientras sigan los decesos vas a seguir siendo sospechoso para mi... Dice Vasariah con una voz plana y seria.

Vasariah alza su espada con fuerza.

- Hermanos, recuerden que nos encontramos en una batalla diferente, esta batalla es en contra de nosotros mismos, en donde el remordimiento no puede existir, sino hasta después que todo esto acabe... Es difícil tener que seleccionar a uno de los nuestros para ser ejecutado por nuestras propias manos, pero somos ángeles de nuestro señor padre y tenemos que seguir a cabalidad su legado y mientras existan ángeles corrompidos no podremos detenernos, ninguno de ellos puede volver al paraíso con un demonio dentro... ENTREGUEMOS NUESTRA VIDA SI ES NECESARIO!! Aunque quede uno o ninguno de nosotros vivos!!!