Partida Rol por web

- Ejem... y si no quisieramos regresar a nuestro mundo? Podríamos quedarnos por aquí? La verdad es que no me hace mucha ilu regresar.- Dice el cabrón mientras se fuma el piti.- Por cierto, aquí como se gana la vida la people? Trabaja a cambio de pasta para comprar en el supermercado o como narices funciona?.
Sigue reclinado en el árbol, ahora apoyando sólo una pezuña en el suelo, la otra apoyada en el árbol.

Se sonroja ante el comentario de Sirius, aunque estuviera mal que la hubiera olfateado... oye, que le había dicho que olía muy bien. Pero Zack actúa más rápido, y cuándo la abraza, ella coloca las manos en su cintura. Mirando al tigre de reojo - Ya lo sé que huelo muy bien; soy una gatita muy limpia. Psché - responde, esbozando una sonrisa finalmente.

Se separa un poco de Zack y pica de manos - ¡Bien! ¡Pues nos vamos a Ciudad de Oro! ¡Tenemos que hacer unas compras! Pues Akira y Bryan se han quedado con las tiendas de campaña y demás... hum... y espero que tengan Pomada suficiente por si se hacen daño... - saca de su zurrón la bola de cristal que recibió antes y la observa, el dragón va moviéndose a su interior; Kairi mira a Zack - Bueno... espero que esto funcione cuando lo necesitemos... solo se puede usar una vez al día... - pensando en algo se la vuelve a guardar en su zurrón.

Bien, chicos, ¡nos vamos! - esboza una sonrisa y se gira, para empezar a dirigirse a la dirección contraria de las montañas nevadas - Ciudad de Oro no está lejos, llegaremos por la tarde.

Al decir esto Kairi, todos los que lleváis reloj o móbil, tenéis la intención de mirar la hora... pero os dais cuenta que nada funciona; solo los relojes de pulsera tradicional* (Y marcan las 10:34)

Bola de Cristal:

Al no estar acostumbrado a andar sin pies, Faust va a rápidas zancadas, con algún que otro salto, hasta llegar a una roca grande o árbol al que apoyarse y esperar al grupo.

Había estado todo el tiempo sentadita en el cesped (o lo que fuera eso), asintiendo siempre con la cabeza, aunque no se enterara de nada...

¿Qué nos vamos?...
¿A Ciudad de Oro...?
Se levanta sacudiendose las ropas para luego seguir a Kairi para ir...¿De compras?
Esto cada vez le parecia mas raro, y convencida de que en cualquier momento se despertaria y se encontraría en su querida habitación normal con sus queridas cosas normales y con su familia normal decide seguirles el juego.

Daylen echó a andar junto con el resto. Permaneció un buen rato en silencio, pues con la información que Zack y Kairi les habían dado tenía las cosas más claras con respecto a ese nuevo mundo.

Kairi sacó una extraña bola de cristal que llamó muchísimo la atención al joven, con una criatura que parecía moverse en su interior.

¿Kairi, puedo preguntar qué es eso o para qué sirve?

La joven miró a Daylen y puso la mano dentro del zurrón de nuevo... se lo mostró, permitiéndole ver el dragón que se movía por dentro, cómo si nadara y haciendo piruetas y demás.

Lo acabo de adquirir, no lo he probado nunca - confiesa, mirándolo con la misma curiosidad que el chico halcón - Según lo que me han dicho es la forma que tengo de comunicarme con... la otra gata de las Mokonas, Akira. Por si pasa algo... - se encoge de hombros y sonríe, mientras vuelve a guardar la bola - al fin y al cabo yo soy médico, y seguro que los chicos del otro grupo se meten en problemas peligrosos... cómo han estado haciendo hasta ahora - se ríe, divertida, y vuelve mirar a enfrente mientras no deja de caminar.

Mientras escuchaba con atención, Daylen continuaba caminando erguido, parecía estar sacando pecho ligeramente, más no lo hacía a propósito sino debido al peso de sus alas. Éstas permanecían plegadas, sobresaliendo unos treinta centímetros hacia atras y prolongándose desde su nacimiento hasta un poco más abajo de las rodillas, y ondeando acompasadas con el caminar del chico.

Es increible todo esto... es tan distinto y al mismo tiempo tan similar... Creo que nos llevará un tiempo adaptarnos Kairi. Por cierto, ¿Qué tipo de medicina utilizais aquí? Visto lo visto dudo que sea igual que la de La Tierra.

Me ha gustado que la gatita se diera cuenta de que sólo había sido un cumplido y que no tenía intención alguna de hacerla sentir incómoda... y mucho menos que el pesado de su novio se metiera en medio montando una escenita de celos. Pero bueno, no ha pasado a mayores y creo que todo se ha resuelto muy bien.

Comienzo a caminar detrás del grupo, lentamente, de manera felina. Mi nariz aún no se acostumbra a todos los aromas del lugar. Siento todos los aromas de lo que me rodea, algunos me hacen fruncir el ceño en cambio otros me parecen maravillosos... como el olor de nuestra amiga la gatita.

Me pregunto si ella también viene de la tierra... creo que si se lo pregunto no se enfadará.

- Oye, Kairi... -, le digo con una sonrisa. - ¿Todos los habitantes de Mokona Modoki son como nosotros... es decir... estem... antiguos habitantes de la tierra? -

Bueno, Ciudad de Oro... allá vamos.

Me dolía mucho la cabeza. Sin embargo, mi tono de piel se iba relajando.
Buh, esta gata, a saber que se ha creído... ¿qué huele bien? Huele a orina de hurón... será la orina de su acompañante... le habrá meado encima para marcarla, como el territorio y demás...
No puedo evitar soltar una pequeña risilla al pensar en tal cosa, aunque segun ella fuera muy limpia...
- ¡CIUDAD DE ORO, PRÓXIMO OBJETIVO!
Y acto seguido, adquiere una pose molona y mira a la gata.
- No hace falta que me golpees otra vez, violenta ¬.¬...

Kairi camina al lado de Zack y al lado de Daylen, detrás de ellos están Sirius, Jinmu y Rion. Layla los sigue cerrando el grupo, controlando que nadie se rezagara y al lado de Haruka, que es la que va más lenta.

No creas - le responde a Daylen, mirándolo - Es fácil acostumbrarse a este mundo, las ciudades son pequeñas y acogedoras, se saluda todo el mundo y no acostumbran a haber peleas... cada uno va a su bola - se encoge de hombros - no tenemos aparatos electrónicos que nos obliguen a quedarnos a casa, así que siempre están los críos corriendo por las calles armando jaleo, y los vendedores yendo de casa en casa. - cuando le pregunta por la medicina, niega con la cabeza - Aquí usamos las plantas medicinales, haciendo mezclas y estas cosas... aunque mi especialización es una crema que te cura las heridas abiertas más graves con un récord de dos noches ^^

Para hablar con el tigre, Kairi se gira levemente, para mirarlo unos instantes y volver a mirar enfrente - No, que va. La gran mayoría somos nacidos aquí, de hecho, nunca hemos procedido de los terrícolas. Cuando se instauró la barrera electromagnética se mezcló nuestra genética con la de los animales, y a partir de entonces tenemos rasgos animales, y carácter también. Aunque bien es cierto, que algún terrícola al que hemos tenido que llamar, siempre al azar, ha decidido quedarse.

Finalmente, mira a Jinmu, sonriéndole - No te golpearé si no te lo mereces ^^

Zack escucha la conversación mientras camina en cabeza del grupo, al lado de Kairi, con una amable sonrisa en el rostro. Ni rastro de los celos anteriores. Nunca se ha considerado violento... es más, dentro de los 4 guías de los grupos, quizá sea el más pacífico justo por delante de Akira. ¿Es que los terrícolas no se cabrean cuando alguien piropea a su novia delante de sus narices?

Niega con la cabeza para olvidar el malentendido y sigue caminando sin más.

Escucha atentamente la explicación de Kairi sobre si era verdad que ellos también fueron algún día terrícolas, prestando mayor atención a lo de la barrera electromagnética.
Pero después intenta preguntar algo que se le pasaba por la cabeza desde hacía tiempo.
¿Y qué pinta ese dragón ahí dentro?- indicando que se refería al dragón de dentro de la esfera que les acababa de enseñar.

Mira a Haruka y se queda pensando... finalmente se encoge de hombros.

Será el guardián de la bola de cristal y el encargado de crear el espejismo... no lo sé, ya he dicho que aun no he provado cómo funciona - vuelve a mirar enfrente y sigue caminando tranquilamente, dando algun golpe a alguna rama de vez en cuando por pura distracción.

El Joven Halcón continuó caminando en silencio. Deseaba llegar cuanto antes a Ciudad de Oro para comenzar a aprender sobre su nuevo cuerpo. Mientras tanto... él siguió a lo suyo abriendo y cerrando sus alas de forma manual.

Es gracioso, pienso mientras voy caminando detrás de mis "compañeros" de viaje. (uñas fuera) Je, je... nunca pensé que me divertiría con tan poco. (uñas dentro) Bah... es normal que me sienta extraño, ahora soy medio animalito, pero (uñas fuera) nunca pensé que fuera tan divertido juguetear con mis manos de esta manera. (uñas dentro)

Dejo de presionar la base de mis dedos cuando me doy cuenta que el chico alado comienza a abrir y cerrar las alas, como intentando acostumbrarse a ellas. Veo que todos tenemos algún que otro tipo de inconveniente con esto de ser medio-algo.

- ¡Hey! ¡Birdman! (Daylen)-, le digo con una sonrisa graciosa. - Como molan tus alas... -, le digo esperando no ver un ovillo de lana gigante y lanzarme sobre el.

Jeje Sonrió Daylen al tigre. La verdad es que me encantan... pero es un engorro tenerlas así, tan muertas. Me muero de ganas por qué me sirvan para cumplir mi sueño de volar. Tras ésto, vaciló unos instantes en los que quedó pensativo. Bueno... o tal vez vuelva a volar en un sueño, aquí.

Te veo muy "atigrado", tienes unas reacciones curiosas. Bromeó el Halcón.

- Creo que soy una mezcla de tigre naranja y cebra... o es que mi pelo me créció por todos lados... no sé. -, le digo a Daylen. - Pero bueno, hay que apechugar y tirar para delante... Oye, por que no intentas desplegarlas del todo y correr un poco... no sé... quien sabe si con el roce del aire no se vuelvan más animadas... -

Continuamos caminando.

- Mis uñas si que molan... mira... (uñas fuera) mira... (uñas dentro) -

Jajajaja. Rió Daylen divertido con lo de las uñas del tigre. Tras lo cual extendió sus alas cual niño extiende su abrigo para simularlas y comenzó a correr para sentir el aire hincharlas por primera vez.

Vais caminando entre charlas y algunas risas... cogiendo confianza unos con otros y acostumbrándoos a vuestro nuevo cuerpo, y también a vuestras nuevas habilidades, incluso Daylen consigue desplegar las alas sin ayuda de las manos del todo, pero con gran esfuerzo y concentración (cuando iba corriendo con las alas extendidas perdió el equilibrio, se tropezó con una piedra y se cayó... convirtiéndose en la risa de todo el grupo, así que esperó a avanzar un poco más).

Cuando está oscureciendo, llegáis a Ciudad de Oro.