Partida Rol por web

Se ríe divertida - Pues con pachups triturados y azúcar... - responde simplemente, encogiéndose de hombros - Pero ya te he dicho que los pachups son dulces de por sí... esta es la bebida favorita de los pequeños.

Ella misma coge el vaso y se lo termina, luego se relame los morros, divertida - ¡Hmmmm...! ¡Qué rico!

Me quedo mirando a como la camarera termina de beberse todo el zumo sin pestañar con cara de asombro. Hum... me pregunto si podré decirle algo sin que se ofenda... Pues nada, no creo que me pegue por un comentario...

- Ahora deberías tener los labios super dulces... ¿no es así? -, le digo risueño... - La verdad que me gustaría probar un poco más de Zumo de Pachups, ¿puedo hacerlo de tus labios? -

Zack sale de la posada y enseguida ve a Kairi. Se acerca hasta ella, apoyándose en el árbol, a su lado.

¿Estás bien? Pregunta, mirando a la gata de reojo, con cara de preocupación.

Con una sonrisa, la camarera levanta la bandeja, y con una marcada vena en la sien, la deja ir con parte de sus fuerzas en toda la cara de Sirius, con un sonoro golpe. Las personas que hay alrededor no pueden evitar escapar algunas risas divertidas.

Aquí, las relaciones de las personas se basan en el respeto... no sé si esta táctica de ligoteo barata te servirá en tu mundo, pero aquí desde luego que no; y mucho menos conmigo.

La chica conejo recoge su bandeja y la llena de jarras de pochicubos, sale de la barra y pasando por el lado de Sirius va a servir a las mesas.

Rápidamente se seca los ojos húmedos, esperando que Zack no se haya dado cuenta.

Cómo más egoístas son los primeros, más egoístas son los segundos...

Responde simplemente, mirando hacia la oscuridad del bosque.

Zack mira también hacia el bosque... Kairi ha querido disimular y no será él quien le lleve la contraria.

Quieren ayudar a esa chica... eso es todo. Gira la cara para mirarla de frente ahora... Suspira y pasa un brazo por encima de sus hombros, acariciándole la cabeza un par de veces y atrayéndola hacia él.

Además, a estos les has caído muy bien, ¿no? Pregunta... sabe que no es momento para bromear, pero quiere evitar una discusión a toda costa... y más si se trata de arriesgar su vida por la profecía.

Frunce el ceño y se aparta de él.

¿Y a mí qué me importa haberles caído bien? Han venido aquí para hacer su trabajo, cuando terminen se volverán a ir... y a mí ya me parece bien, oye. Psché.

Se sonrojó levemente al recordar el comentario de Sirius diciendo que "olía bien", aunque se quitó aquel pensamiento de la cabeza inmediatamente.

Zack suspira, resignado... pues no hace mucho tuvieron una charla sobre qué impresion daba Kairi a los demás... pero no va a volver a sacarla a la luz.

Levanta la mirada.

¿Qué te pasa? Estaba visto que cambiar de tema no era una buena táctica.

En el respeto... como si le hubiese faltado el respeto... ains... que sabrán aquí de relaciones... Bueno, siendo así, creo que lo mejor será que me disculpe de una manera honorable... es decir, arrastrándome para pedir perdón...

Auch, como me duele la cara...

Me acerco a la camarera, a la cual llamo, guardando una distancia prudencial mientras le digo:

- Te pido disculpas por lo de antes, no sé que es lo que puedo decir o no puedo decir, lo que en mi país resulta gracioso, por lo visto aquí no tiene gracia... recuerda que vengo de allí arriba... -, le señalo el techo indicando el cielo. - Si te he ofendido, te pido disculpas, y aunque un poco excesivo, el bandejazo me lo merecía. -

La chica sonríe con normalidad.

Está bien, no lo sabías. Pero debes saber que aquí los besos son muy importantes, al igual que las relaciones que van más allá de la amistad - pasa un trapo por la bandeja - no nos lo tomamos a la ligera.

Sonríe amistosamente a Sirius y vuelve a ir a atender a otra mesa.

Le echa una mirada fugaz a Zack, pasando por sus ojos y volviendo a bajar hasta el suelo. Aprieta los nudillos, cogiendo un trozo de tela con fuerza.

A ellos quizás no les importa, pero... yo no quiero que te mueras.

Daylen observó la escena de maltrato a sirius riendo a carcajadas, mientras esperaba que el resto de compañeros terminasen de cenar y decidieran qué hacer.

Ya...

Suspira de nuevo...

Kairi... yo tampoco quiero morirme, créeme. Sonríe. Y voy a hacer lo imposible por estar para siempre a tu lado. Hace ademán de acercarse a ella, alargando un brazo... pero lo baja antes de tocarla...

Pero... Mira al suelo... Soy un anciano y mi deber es conseguir reestablecer el equilibrio de este mundo... pagando el precio que sea.

La felina se levanta, con las orejas hacia atrás y la cola completamente alerta; enfadada.

¡Ah, claro! ¡Siempre estará tu deber de Anciano que yo! ¿¡No!? Pues me parece muy bien, sí, sí... genial. ¬¬

Hace ademán de volver a dentro de la posada.

- Vale, lo entiendo perfectamente... -, le digo mientras le sonrio. - ¿Entonces darse la mano sería correcto? ¿O siendo tu una chica es mejor besarte el dorso de la mano? Dime que sería correcto para una relación de amistad. -, continúo diciendo mientras le extiendo la mano para estrechar la suya.

Zack suspira, cogiendo a la gata de un brazo para encararla a él... y después cogiéndola de ambos brazos. Zack siempre ha sido dulce y cariñoso, pero... ahora Kairi puede ver que realmente también es fuerte.

Mírame, Kairi. Dice con tono estricto, buscando su mirada. Mirame y dime que no eres lo más importante para mí. Cuando le haya mirado, Zack preguntará... ¿de verdad lo crees?

Uuuu... el tigre va a saco ¿Eh? Comentó Daylen por la mesa a fin de animar la conversación.

No hacemos nada de eso, nos saludamos y ya está, el contacto físico es completamente inecesario - responde con una sonrisa... le mira la mano y se encoge de hombros, se la da - Aunque si a ti te gusta esto... a mí no me importa.

Con miedo, Kairi le devuelve la mirada... con miedo por lo que pueda pasar, miedo a perder a Zack, aunque evidentemente esto no lo va a decir... al igual que cuando se despidió de Akira. Akira... ¿qué estará haciendo?

Solo digo... que siempre tienes a tu deber por delante de mí, y ya lo sé que es así. Yo también debería de tener el mío por delante de cualquier cosa - aunque sabe que esto no es así.

- Bien... perdón por lo de antes. -, le digo con cara de pena. - Mi nombre es Sirius, encantado de conocerte. -