Partida Rol por web

Apocalipsis

Un nuevo hogar

Cargando editor
29/08/2010, 00:37
Director

Notas de juego

Hazla, no pasa nada. Me espero :)

Cargando editor
29/08/2010, 00:46
"Death" Johnson

Death escuchó a Ian, parecía un hombre listo. Algo ingenuo o idealista, pero buen tipo. Las cosas que decía sobre compartir sin intercambiar, joder, sonaban bien. Todo lo que hasta entonces parecía seguro e inmutable habían desaparecido. No era ninguna tontería volver a empezar de cero.

Pero ya tendrían tiempo de discutir sobre esas cosas en el viaje, a donde quiera que fuese.

- Bueno amigo, entonces estamos de acuerdo. El viejo rockero sonrió debajo de su bigote. - Vayamos a buscar comida, armas o lo que cojones encontremos, mientras buscamos la salida de este vertedero. Miró hacia delante, y con las manos repicando contra sus muslos, improvisó un pequeño solo de batería. - Y por cierto... Giró la cabeza para mirar a Ian. - No me trate de usted, soy viejo, pero no tanto. Soltando una sonora carcajada. - Sabe que, yo ahora mismo, me bebería hasta una botella de aguarrás. Y volvió a reír mientras reclinaba el respaldo de su asiento.

Cargando editor
29/08/2010, 15:49
Erika Stevens

A Erika le pilló dormitando cuando se acercaron a los campos de maíz, pero algo... algo en el aire, la hizo despertarse. Se desveló y parpadeó mirando alrededor, y luego por la ventana.

Este sitio lo conozco...

El lugar era hermoso, pero aunque nunca había estado, le era tremendamente familiar. Bajó la ventanilla para sentir el aire en la cara y el olor del campo, cada vez más ilusionada y más impaciente estaba.

Al llegar junto a la casa y ver a Abygail, cogió con fuerza la mano de su abuelo, y de esa guisa, sin darse cuenta, salió del coche. Tragó saliva, y como en un latigazo, todo lo malo de aquellos días pasó por su recuerdo... pero era como si se despidieran. Al menos por un tiempo, como si fueran a darle tregua el aquél lugar.

Se emocionó mucho y abrazó con fuerza a sus dos familiares, cayéndosele las lágrimas. Había perdido mucho, pero pese a todo sabía que debía considerarse muy, muy afortunada. Dos familiares vivos (Aunque por los pelos) era más de lo que podía esperarse.
Tragando saliva y quitándose alguna lagrimita, se separó de Kevin y el abuelo, y escuchó lo que dijeron los demás.

Aquél hombre se había arrepentido, no era creyente y había hecho cosas malas... Cuando Erika miró a Abygail, sintió que tal vez debía disculparse por lo ser creyente... pero era algo que no le salía. Nuncahabía confiado en ninguna religión, si no en una... filosofía. Una que simplemente le salía del corazón.

Se acercó, separándose de los suyos, y llegó junto a Abygail, un tanto temblorosa.
Lo... siento Dijo. Nunca he sido... creyente, y aún así... me llamaste. Tragó saliva. Gracias... d-de verdad... porque... Miró de reojo hacia atrás, a su abuelo y hermano. Porque tengo la impresión... de que si están aquí es solo gracias a... b-bueno... ¿A una enorme suerte...? N... no... es difícil dejar de creer con... con lo que tengo delante...
Trago saliva.
A Él. Y no he escuchado a la religión... nunca.
Incómoda, no sabía donde poner las manos, y encogió el cuello un poco. Para ella, o más bien para su abuela, la religión había sido mucha autoridad y poca comprensión, y era una concepción que costaba quitarse en un momento.

Aunque tenía la cara algo baja, levantó la mirada para cruzarla con la de Abygail.

Cargando editor
29/08/2010, 19:02
Yomara Doumbouya

Las provisiones nuevamente escaseaban lo mismo que el agua. Llevaba muchas horas manejando bajo un sol abrasador, muchas más de las legalmente permitidas. A esas alturas del viaje el paisaje distaba mucho de ser agradable. Autos abandonados, olor pestilente, cuervos y aves de rapiña dando cuenta de los cuerpos en descomposición, un espectáculo que Yomara procuraba por todos los medios a su alcance evitar fuese visto por Jimmy.

En una de las paradas que habían hecho, y mientras esperaba que Jimmy vaciara la vejiga, se había permitido cerrar los ojos y al hacerlo inevitablemente comenzó a pensar en cómo habrían sido las cosas de haber insistido en que ese año, en lugar de reunirse la familia en casa de sus padres, lo hubieran hecho en la suya, en Sacramento, California. Pero Lance, que quería a sus suegros como si se tratase de sus padres, y lo cierto es que entendiendo que aquél, por mucho que se hiciera en avión, era un viaje pesado para personas de la edad de sus progenitores, la convenció de viajar y Oluchi, que tenía planes también, había estado de acuerdo.

Jimmy regresó y ella reemprendió el viaje. Se sentía cansada pero le daba mucho miedo detenerse a mitad de camino pues temía que algún animal o, lo que es peor, algún loco les saliera al paso. No se habían topado con nadie a lo largo de todos los kilómetros recorridos y posiblemente no se toparan con nadie en muchos kilómetros más, pero no por ello dejaba de sentir miedo y preocupación, aunque bien lo disimulaba.

Siempre que se acercaban a alguna ciudad su temor se acrecentaba, conducir por las carreteras parecíale más seguro que en una urbe, siempre tuvo esa sensación y dadas como estaban las cosas aquello, para ella, resultaba una verdad absoluta. Respiró profundo y sujetó el volante con fuerza para evitar perder el control del vehículo, lamentablemente, pese a sus esfuerzos, no consiguió controlar el zangoloteo del todoterreno y Jimmy acabó despertándose.

-Lo siento -le dijo mirándolo un breve instante por el retrovisor y centrando rápidamente su vista al frente- pero me temo que ni con un camión minero consigo pasar sin sacudidas -bromeó intentado liberar un poco de la tensión acumulada- No te vayas a quitar el cinturón de seguridad, sujétate bien, ya falta poco, estamos entrando a Boston... Vamos a buscar víveres, agua, llenar el estanque de bencina y a ver si nos hacemos con algo más de ropa. ¿Quieres?

Cargando editor
30/08/2010, 10:15
Stanley Westen

Stanley oye todo, pero se queda en su lugar unos instantes, en silencio. Nunca había sido muy creyente, aunque iba a la iglesia con su familia los domingos, cuando su vida era “normal”, no había prestado demasiada atención al tema, consideraba todo aquello como a un protocolo de su forma de vida, aunque de manera inconsciente, pues no le daba muchas vueltas al asunto. Nunca se habría definido como a una persona espiritual, por lo que todo aquello le desorienta un poco, incluso le pone de mal humor a medida que le da vueltas al asunto. Oír los “delirios místicos” de los demás, como si todo eso se tratara de un milagro, le dan ganas de gritar al aire, lleno de cólera, pero se contiene. Ya no hay mas alegría, ni hay un lugar mejor. No hay nada bueno en aquella situación, ni puede sentirse aliviado. La imagen de su esposa, de sus hijas, a quien siquiera les pudo dar una despedida respetable, no pueden irse de su cabeza, y no le permite pensar en todo aquello con el mismo optimismo que sus compañeros. Incluso la idea de que todos hayan soñado con aquel lugar, aquel sitio que ahora se muestra como real, y que fundamenta la reacción de quienes le acompañan, esa idea no le es suficiente para borrar aquella imagen que tiene en su cabeza desde que abandonara a su familia por segunda vez.

Lentamente levanta la mirada. Observa al resto, y trata de ocultar aquello que le incomoda, lo que piensa. No cree oportuno hacer ningún escándalo, ni tampoco cree que a los demás les importe lo que piense. Y aun siendo así, no tiene ganas de decirlo. Ve la “alegría” que hay en sus compañeros de viaje, y la mirada de Abygail, que le transmite tranquilidad, aunque se resista a ella, y no le resulte suficiente.

Da un paso adelante, y tras saludar a la muchacha que habían encontrado de camino, Erika, Stanley le extiende la mano a Abygail, como si se tratara de un niño asustado. Trata de decir algo, pero de su boca tan solo sale un balbuceo imperceptible y que apenas se puede oír. Tan solo extiende la mano hacia la mujer y la mira a los ojos, sin verse capaz de decir mas.

Cargando editor
31/08/2010, 16:20
Director

La gasolinera de las afueras estaba tras un cordón militar, y por eso, quizá, todavía le quedaba gasolina. Ian estaba reponiendo el depósito, y miraba con una mezcla de sentimientos extraños a los bloques de pisos que se alzaban a unos centenares de metros más allá, tras los carriles de la autopista.

Johnson había cargado bastantes chucherías de las que pudo encontrar dentro de la estación de servicio, reventando el cristal con la M-16 que había encontrado dentro de una caja llena de ellas, en el interior del maletero de un humvee. De momento, preferían no coger nada que hubiera estado en contacto directo con los muertos, por si acaso.

Alimentarse a base de sandwiches envasados, bollitos, patatas fritas y chocolatinas no era muy sano, pero al fin y al cabo, era comida, y como tal la iban a necesitar. Johnson estaba cerrando el maletero, cuando sonó algo parecido a un golpe, que levantó un poco de polvo junto al surtidor, y luego el sonido, como el zurreo de una mosca al aproximarse.

Instintivamente, Ian agachó la cabeza, reconociendo el fúnebre sonido: francotirador. El depósito estaba casi lleno, sin embargo, aunque sabía que la prioridad era salir de allí. Ponerse a cubierto en una gasolinera con los surtidores abiertos, hubiera sido la mayor estupidez de su vida.

Y él no era un estúpido.

Notas de juego

Cosas útiles que habéis encontrado en el control:

  • Una caja de M-16A4 básicas.
  • Una mirilla ACOG.
  • Cuatro raciones MRE.
  • Un equipo de radio MBITR con baterías de repuesto.

Si alguno ha querido coger algo de los muertos, tenían lo siguiente:

  • M-16A4 y M4A1, algunas con SOPMOD con mirillas ACOG, lanzagranadas M203 y empuñadura delantera.
  • Chalecos antibalas.
  • Pistolas reglemantarias Beretta 92FS con sus cartucheras.
  • Dos granadas de fragmentación.
  • 4 granadas de humo para lanzagranadas M203.
Cargando editor
01/09/2010, 01:27
Ian Mason

Les ha costado un rato largo llegar hasta aquí, sorteando centenares, miles de vehículos abandonados en las calles, por voluntad propia o simplemente porque sus propietarios murieron al volante, pero - ¡por fin! – han coseguido dejar la ciudad atrás. Más o menos, porque todavía está muy cerca, y es una sensación rara, no, irreal, ver tan tranquila a la Gran Manzana. Como un extraño sueño. Como una extraña pesadilla.

-Y ahora ¿qué?. ¿Hacia donde tirar?. El interior, las montañas... eso no suena mal. Algún parque natural. O algún pequeño pueblo. Si encontráramos más gente “normal”... ¿Qué índice de mortalidad tendría la puta gripe? ¿99.99%? Eso todavía nos dejaría más de treinta mil supervivientes y eso solo en los Estados Unidos. Tiene que haber más como nosotros por ahí, y seguro que muchos se están planteando volarse la cabeza. Si conseguimos hacer que la radio funcione y manejarnos con ella, igual pescamos a alguien más en onda.
 
Death parece un tipo agradable, diferente a él, pero son las diferencias las que enriquecen. Mientras llena el depósito le ve meter en el maletero todo lo que ha podido pillar. Lo que daría por tomar una buena taza del caldo de pollo que hacía su madre, y luego el resto del pollo, bien asado, con patatas. Solo de pensarlo empieza a salivar, joder, que hambre.
 
-Hey, mejor deja algo fuera, y damos un bocado, o dos. No sé la de horas que hace que no me llevo algo al estómago – le comenta, con un ojo puesto en lo que está haciendo. Ya casi ha terminado.
 
¿Quién le iba a decir a él que acabaría llevando medio arsenal en su coche? Hay que joderse, la de vueltas que da la vida. Sigue sin hacerle gracia, pero está claro que por desgracia es necesario. Todo aquello les vendrá bien, y las Beretta también. Por si acaso. Hubiera cogido los chalecos, pero quitárselo a los muertos... Todavía le queda algo de moral, sería como desnudarlos. Sobre las granadas y el resto de armas, ha dejado a elección de su compañero lo que hacer, si meterlo en el coche o no.
 
-¿Has cogido también algo de beber? Porque... –empieza a decir.
 
De repente, no se sabe ni como ni porqué – puro instinto de supervivencia, naturalmente – se encuentra agachado, todavía con la manguera en la mano. Acción-Reacción. Ha escuchado el zumbido y se ha medio agachado.
 
-¡Mierda! ¡Joder! ¡Al coche! – grita al viejo rockero mientras, todavía medio agachado, da unos pasos buscando la puerta del copiloto, no va a rodear el automóvil para entrar por la otra puerta - ¡Francotiradores! ¡Serán hijos de puta! ¡Nos largamos pero ya! – le dice a Death por si no se hubiera enterado de lo que pasa, que espera que si.
 
Cargando editor
01/09/2010, 11:48
Debbie Scott

Las palabras de James, aún sorprendentes, no hicieron que me cuestionara su cordura. El era sensato y muy inteligente.

Si bien la idea no me parecía lógica, esa palabra había perdido todo su significado en los últimos días (¿o a caso era lógico que el gobierno de este país, para el cual trabajaba, famoso por su política de defensa de los derechos de sus ciudadanos, haya sido de alguna forma responsable de este infierno?). En cualquier caso no sería yo quien echara por tierra alguna fuente de esperanza, por mínima que ésta fuera.

-Comprobaremos esa revelación tuya, James. Pues es lo único que tenemos…

-Continuaremos nuestro plan de camino a nuestro nuevo destino: Nebraska.

Ordené al físico buscar en el mapa la mejor ruta hasta allí, mientras yo conducía, recorriendo la carretera según sus indicaciones.

Si Abigail realmente existiera, entonces su advertencia sobre el hombre oscuro también, ¿pero de quién se trataba? La primera imagen que me viene a la mente es la de nuestro señor presidente…

Esa imagen hace que se me escape una breve e incontrolable carcajada.

Cargando editor
01/09/2010, 16:22
"Death" Johnson

Death estaba cargando lo que habían encontrado en el puesto militar. Pero no se atrevió a registrar a los muertos. Prefería alejarse de granadas y armamento pesado. Si ya le costaba manejar un M-16, no quería ni imaginarse lo que harían él, con un lanza granadas acoplado al arma. - Mejor lo dejamos donde está.

La comida que había conseguido en la estación de servicio, no era, lo que se podría llamar, dieta equilibrada, pero que coño, era comida. Él tenía la esperanza de conseguir alguna botella de ron o bourbon, pero por lo visto ni tubo esa suerte.

Estaba a punto de cerrar el maletero, cuando Ian le pidió que cogiera algo para comer y beber. La verdad era que tenían que aprovecharque habían encontrado algo que llevarse a la boca, para comer un poco. - Claro amigo. Cogeré un par de botellas de agua, y estas deliciosas... Miró extrañado el nombre en letras grandes y chillonas, que había en el envoltorio de lo que parecían ser dos bollitos de chocolate. -... Bueno, estas deliciosas... cosas de chocolate. Y lo dijo sin demasiado convencimiento. - Joder... Que nombres más raros.

Al cerrar la puerta del maletero, aun mirando los bollos en su mano, Death oyó una especie de golpe en el suelo. Una pequeña nube de polvo que se levantaba cerca de surtidor donde estaba Ian. Parecía un disparo. Ian se agacho, intentado ponerse a cubierto. El rockero se deslizó, tan rápido como pudo hacia la puerta del copiloto, mientras Ian le avisaba del francotirador. - Joder, la virgen!! Vamos tio, corre!! O nos harán un agujero nuevo!!

Death se agazapó en su sillín, intentado cubrirse lo máximo posible. Se estiró cuanto pudo para alcanzar la palanca de obertura de la puerta del conductor. - Vamos Ian!! Corre!! Con la puerta abierta, hacia señas a su compañero de viaje para que se diera prisa en subir.

Cargando editor
01/09/2010, 23:35
Ian Mason

Notas de juego

Prefiero preguntar antes de meter la pata :) Así, por regla general, ¿Podemos rolear nosotros a nuestro aire, hasta que tu nos digas "quietos parados" y/o postees? ¿O te esperamos tras cada turno? Por no arruinar tus planes, por ejemplo ahora, si nos quieres pegar dos tiros, y posteo que nos largamos o algo parecido :D

Cargando editor
01/09/2010, 23:42
Director

Notas de juego

Realmente no tenía pensado mataros en la primera escena xD. Hubiera sido muy heavy. Así que como tu quieras. Lo roleo yo, lo roleáis vosotros... Como te seduzca más :)

Cargando editor
02/09/2010, 00:10
Ian Mason

Ian entra en el automóvil todavía gritando a Death - para que mueva el culo y rápido -  que estaba diciendo algo de agua y no-se-qué más. Por supuesto no ha entrado para sentarse y quedarse esperando, sino para deslizarse hasta el asiento del conductor y no erguido sino, todo lo que puede inclinado y más, darle al contacto y salir de allí zumbando. Como las putas balas.

Aún está girando la llave, encogido – lo que no resulta fácil por su altura – cuando mira a través de los cristales de las ventanillas, que afortunadamente y siendo invierno están subidos, y del parabrisas delantero, y por el espejo retrovisor. ¿Pero donde cojones está ese cabrón?. Tampoco se para para averiguarlo y en cuanto el motor ruge, mete  la primera marcha y salen de allí como alma que lleva el diablo.
 
Todavía se toma un tiempo antes de sentarse con “normalidad” y conducir carretera abajo, rápido, rápido. Hay que  alejarse de la gasolinera y el puesto militar lo más deprisa que puedan. Siente el corazón palpitando en las sienes, bum, bum, como si fuese un bombardeo, hasta que pasado un tiempo el flujo sanguíneo empieza a recuperar el ritmo habitual.
 
Sin dejar de mirar al frente, no vayan a tener un accidente, porque el servicio de ayuda en carretera, en estos momentos, no debe funcionar muy bien, se reclina en el asiento y exhala un suspiro que un poco más fuerte y se llevaría por delante medio salpicadero.
 
-¡Joder! ¡La madre que los parió! – grita el periodista golpeando el volante con el puño derecho – Pero... ¿¡Cuántos psicópatas deben de haber sueltos por ahí!? – se pasa la mano por el rostro y se frota la frente, apartando el pelo que le molesta hacia atrás - ¡Ya se los podía haber llevado la supergripe con ellos!.
 
-Vamos a tener que ir con cuidado a partir de ahora, que no nos vuelvan a pillar con la guardia bajada – a la palpa, saca un cigarrillo del paquete que lleva en el bolsillo y lo enciende – sobre todo cuando nos acerquemos a núcleos urbanos. Lo que me recuerda que deberíamos decidir hacia donde vamos. ¿Alguna preferencia en especial? Menos volver a Nueva York, o meternos en cualquier ciudad, lo que sea.

Notas de juego

Hubiera sido una partida muy corta XD Pero tu me entiendes lo que quería decir :P

Cargando editor
02/09/2010, 17:39
"Death" Johnson

Se alejaron a toda velocidad de aquel lugar. Ian maldecía, y con razón, a la madre del francotirador. Death se había quedado pálido durante unos segundos, había sentido la muerte muy cerca.Cuando el peligro pareció alejarse, el color volvió a la cara del músico. - JAJAJAJA. Estalló en una risotada espontánea. - Joder!! JAJAJAJA, casi nos vuelan la cabeza... JAJAJAJA No había pasado tanto miedo desde el 82, en un concierto en Texas, aquel día casi no salimos vivos de la sala... JAJAJAJA A faltado poco. Con una sonrisa en los labios, se relajó en el asiento, y suspiró profundamente aliviado.

- Ten. Le pasó a Ian uno de aquellos bollos que había cogido de la estación de servicio. Lo miró, y vio que estaba todo aplastado. - Joder, perdona tio, con los nervios de la huida a quedado algo pocho... jajajaja. Y lo dejó en el salpicadero para que lo pudiera coger su compañero.

Death abrió el bollo que tenía para él, y empezó a comerlo. - Pues no están nada mal... Masculló mientras saboreaba el bocado. - Vamos donde quieras, nunca me plantee donde ir, solo que tenía que salir de New York... Y volvió a propinarle otro mordico al bollo. - Por cierto amigo, ¿No tendrás un pitillo para mi?

 

Cargando editor
02/09/2010, 22:00
Director

Se aproximaba un coche, aunque más bien se trataba de una pickup de color negro. Iban subidos varios hombres en la parte trasera, y viste que asomaban las bocachas de algunos fusiles. Risas, pitillos cambiando de mano y un tipo vigilando, de pie, mirando los coches con atención.

Lo mejor sería agachar la cabeza y no hacer ningún ruido. Parecía que el camino iba a ser movidito, y que se estaba cociendo algo con tanto tipo armado pululando por los antiguos Estados Unidos.

Notas de juego

Miniturno, pero intenso xD.

Cargando editor
03/09/2010, 01:50
Ian Mason

-Como una puta cabra…

Ian mira de reojo a Death cuando estalla en carcajadas, dios, menudas risas. Pero cada uno libera su estrés como puede, mejor que lo haga así que poniéndose de mala hostia y que otro – que en este caso sería él – acabe por pagar los platos rotos. Y sin embargo, al final, no puede por menos que relajarse un poco y sonreír. Si algo necesita este planeta ahora son risas.
 
-Te aseguro que no es nada agradable que te peguen dos tiros, y más ahora, con los hospitales tan finiquitados como todo lo demas. ¡Pero que hijos de puta! – sacude la cabeza, da un par de caladas y asiente – Claro, espera.
 
Rebusca en el bolsillo de la parka, que ni tiempo para quitársela ha tenido, y deja el paquete de cigarrillos y un encendedor sobre el salpicadero, junto al bollo.
 
-Detrás llevo más, pero si tu también fumas es algo que hay que tener en cuenta para futuras... adquisiciones – le comenta mientras coge el bollo, chafado, pero bollo al fin y al cabo. Corta la parte superior del envoltorio con los dientes, y lo engulle en dos bocados. Tampoco da para mas, solo es un pastelillo industrial. – Me comería media docena, y a la mierda con el colesterol - La gloria de la comida americana, junto a los consabidos locales de Fast Food.
 
-Pues estamos más o menos en las mismas. Yo solo quería salir de aquel cementerio – el periodista se encoge ligeramente de hombros – y tampoco le di más vueltas al destino. Veamos, ir a cualquier ciudad es una mala idea, lo que hay en Nueva York se repetirá en todas partes, y cuanto mayor sea la población, mayor será el riesgo. Aunque supongo que también quedará por ahí buena gente. No sé – resopla, mirando por el parabrisas hacia el horizonte.
 
-Quizás alguna pequeña población, un lugar de esos que ya antes eran tranquilos – prosigue, pensando en las opciones que tienen – O algún parque nacional. O... yo que sé. Estoy tan perdido como tu. Lo que está claro es que algo tenemos que hacer, no vamos a pasarnos lo que nos queda de vida haciendo carretera. Por cierto ¿supongo que sabes conducir? – desvía un momento la mirada de la carretera para mirar al rockero - A mi me gusta hacerlo, no me importa conducir durante horas, pero no sé si sería una buena idea, mientras todavía circulemos por estas zonas que fueron tan hiperpobladas, parar para hacer noche y echarnos a dormir los dos. Que igual ya no volvemos a despertarnos.
 
Cargando editor
03/09/2010, 03:18
Vanessa Evans
Sólo para el director

Preferí pasar desapercibida, o al menos intentarlo. Así que me agacho en el interior del vehículo, encogiendo mis piernas, casi poniéndome en posición fetal. Esperando, mejor dicho deseando que la carrocería me oculte a la vista de aquellos hombres armados, por la poca experiencia que me había dado la vida en aquellos tiempos oscuros, un grupo de hombres armados y en posesión de un vehículo a motor, no eran precisamente un grupo de príncipes azules...

Notas de juego

Bueno, mejor un mini-turno que ningún turno. ;)

Cargando editor
03/09/2010, 16:27
"Death" Johnson

Death cogió el paquete de cigarros que Ian había dejado en el salpicadero. Sacó uno, y se lo llevó a la boca. Lo encendió con parsimonia, saboreando la primera calada y expulsando el humo lentamente, mientras abría un poco la ventanilla. - La verdad es que hace 5 años que lo estoy dejando. Pero aun no lo he conseguido. Miro a su compañero con una media sonrisa divertida. - Y cuando estés cansado, ya conduciré yo. Es buena idea turnarnos para descansar. Miró el paisaje durante unos segundos. - Por el momento, es una graaan idea.

- Cuanto más nos alejemos de aquí, mejor, esta ciudad está llena de locos... Hizo una pausa mientras volvía a dar una fuerte calada al cigarrillo. - ...Solo tienes que mirarnos JAJAJAJAJA

- ¿Y si buscamos algún motelito apartado?... no se, escondemos el coche y pasamos una noche cómodamente en una cama. Death lo dijo por decir algo, no estaba muy seguro de que fuera buena idea. - Lo que si tenemos que hacer, es plantearnos algún objetivo. No podemos pasarnos el tiempo que nos queda, dando tumbos por la carretera sin saber a donde ir. ¿No crees?

Cargando editor
04/09/2010, 00:06
Ian Mason

 

Ian empieza a jugar con el dial de la radio, intentando sintonizar con alguna emisora. Pero, naturalmente, no encuentra ninguna, así que rebusca entre los CDS, descarta un par y pone el tercero.
 
-¿Qué tal un poco de música? - ¿Y a quien no le gusta El Jefe?.
 
 
-Si, nacido en los Estados Unidos. Dos veces.
 
-Je. Yo ni siquiera me he llegado a plantear el dejarlo. La verdad es que fumo poco – da un par de largas caladas que casi terminan con el cigarrillo – ocho, diez, doce... depende del día, aunque ahora si que nos lo tendremos que plantear, porque alguna vez se acabará, o se pudrirá, o vete a saber.
 
Se calla para escuchar que tiene que decir Death a su propuesta y entonces, de repente, se echa a reir. No a carcajadas, pero si bastante.
 
-¿Sabes como ha sonado eso? ¿Lo de buscar un motelito apartado y pasar una buena noche en la cama? – Ian casi no puede dejar de reirse – Joder, hace una semana me habrías puesto los pelos de punta – al final consigue dejar de reirse y asiente.
 
-Vale, pues entonces estamos de acuerdo en que tenemos que plantearnos un objetivo, que hacer – dá la última calada y apaga el cigarrillo en el cenicero – Así que un motelito apartado – señala delante, el cartel de la autopista que señala una salida – Pues vámonos hacia la vieja Pennsylvania, sin acercarnos a Filadelfia ni nada por el estilo. Pero algo encontraremos por el camino entre Scranton y Pittsburgh, otro lugar a evitar. Ahí en la guantera hay un mapa. Aunque sigo pensando que es mejor que uno haga guardia mientras el otro duerme, por si acaso. Y... ya veremos luego hacia donde tiramos.

 

Cargando editor
04/09/2010, 00:21
"Death" Johnson

Death se une a la carcajada de Ian, ante el comentario del motel y la cama. - Joder, si que ha sonado algo marica, si. JAJAJA. Apagó el cigarrillo mientras intenta contener la risa.

- Gran canción, y gran tipo ese Boss. Lo conocí en el 92, durante un macro concierto en Jersey. Que ciegos que íbamos los dos... Un gran tipo. Parecía recordar el momento, y se dibujó una sonrisa en su rostro,mientras contemplaba el paisaje.

Alargó la mano, y cogió el mapa de la guantera, echando un breve vistazo. - Me parece bien la idea. Hagamos turnos de vigilancia, para poder dormir más tranquilos, y mañana ya trazaremos algún plan.

El músico volvió a sumirse en sus pensamientos, mientras contemplaba el paisaje. Tras unos instantes, él mismo rompió el silencio.- ¿A que te dedicabas antes...? Ya sabes, antes de toda esta mierda.

Cargando editor
04/09/2010, 01:38
Ian Mason

El susto de la gasolinera parece olvidado, por ahora, al igual que los kilómetros y salidas que el automóvil va dejando atrás, y poblaciones que se ven desde la autopista. El paisaje cambia, empieza a ser más rural, menos urbano, más verde, mientras de fondo se escucha la característica voz de El Jefe.

No se puede alcanzar una gran velocidad debido a los coches – con sus muertos – que tienen que ir sorteando a cada poco, algunos estrellados contra otros, pero van tirando, a su marcha.
 
 
-Si, mejor hacer turnos, cualquiera baja la guardia – comenta mirando un instante a Death – Tal y como están las cosas no podemos confiarnos, ya ves lo que pasó cuando paramos – joder, que cerca ha estado - Me parece más prudente si conducimos hasta un par de horas antes del anochecer, dejamos la autopista en cuanto veamos alguna salida hacia cualquier pueblecito y de camino seguro que encontramos algún motel.  
 
-Has debido conocer a bastante gente. Springsteen, Bono y demás – Ian está más relajado, es posible que incluso tranquilo, pero probablemente todavía no ha terminado de asumir todo lo que ha ocurrido – Yo no iba a muchos conciertos, ya sabes, falta de tiempo y todo eso, pero me daban pases y se los regalaba a algún amigo, o a mi hermana.
 
-Yo soy... era... - se frota un momento la frente, desconcertado – soy periodista. Si, supongo que todavía lo soy, aunque lo que pueda escribir no vaya a tener muchos lectores. Prensa, nada de radio o televisión. Je, ya ves, la noticia del siglo, no, calla, la puta noticia del milenio y los periódicos no publican nada al respecto – añade con cierta amargura – Estuve unos años por ahí, como corresponsal de guerra, pero también me interesaba mucho la investigación y la denuncia. Pero son campos que ahora no podré practicar demasiado, lo que en cierto modo es un alivio. Aunque lo de la investigación... Death, ¿por qué seguimos vivos? ¿Por qué no nos ha jodido la supergripe de los cojones como al resto?.