Partida Rol por web

El ascensor da directamente a una elegante sala de reuniones. Las paredes, el suelo y el techo son de color gris oscuro. La iluminación en la periferia consiste en unas pocas lámparas de luz ambiental que, junto con el color de la sala y la ausencia de ventanas confieren a la periferia de la estancia un aire misterioso. En una de las paredes hay un gran monitor en el que la bandera del país ondea detrás del logo del FBI.

En el centro de la estancia hay una gran mesa de madera oscura y alargada rodeada por 8 sillas de directivo forradas en cuero negro. El área de la mesa está mejor iluminada gracias a una serie de focos encastrados en el techo.

La decoración de la sala consiste en una serie de esculturas de enrejado y varias banderas estadounidenses. Encima de la mesa también hay un par de banderitas y delante de cada silla hay un cuaderno con el logo del FBI junto a un lápiz apoyado en un protector de escritorio del tamaño de una hoja de papel. Daniel y Kyle asumen que debe tratarse de cuadernos en blanco para tomar notas. En la cabecera de la mesa, junto al monitor, hay un ordenador portátil que posiblemente se use para hacer presentaciones.

Tan pronto como Daniel y Kyle ponen un pie en la moqueta de la sala de reuniones, el ascensor se cierra detrás de ellos. Un panel al fondo de la habitación se desplaza. Un hombre de mediana edad que luce unas espléndidas entradas y unas gafas de sol muy poco apropiadas para la poca luz del lugar entra en la sala. Tiene el pelo castaño y es de estatura media. El hombre viste una camisa blanca y un elegante traje gris oscuro, sobre los que desentona una chirriante corbata roja.

- Bienvenidos agentes White y Tyler. Mi nombre es Jim Lewis. Por favor tomen asiento.-  saluda indicando a la mesa mientras él se dirige hacia la cabecera en la que está el ordenador. En la mano lleva una carpeta que apoya sobre la mesa junto al ordenador.

Tan pronto como ves la corbata lo entiendes todo. Jim Lewis debe formar parte de la División de la Corbata Roja, la división secreta dentro del FBI que se dedica a la investigación de aquellos casos relacionados con lo sobrenatural. Para la mayor parte de los aficionados a la conspiración esta división es solo una leyenda urbana, y tú mismo nunca has conseguido encontrar nada sólido sobre ella desde dentro del FBI. Solo rumores de pasillos.

Antes de que aparezca Lewis te das cuenta de que tu smartphone se ha quedado sin cobertura, dejándote sin acceso a la red.

Cuando ves la corbata un nombre viene a tu mente, la División de la Corbata Roja. En tu deambular por la red del FBI, en las contadas ocasiones en las que has llegado realmente profundo y antes de tener que retirarte porque estaban a punto de pillarte, has conseguido ver ese nombre. Pero tu conocimiento acaba ahí. Una vez intentaste desvelar de qué se trataba, pero el sistema de seguridad que te encontraste fue tan sumamente abrumador que no quisiste arriesgarte.

Inmediatamente detrás de Lewis aparece... ¡Susan! Aparece tan sonriente como siempre pero ahora, en lugar de ser la sonrisa de la recepcionista ideal, tiene un claro matiz pícaro. Parece estar disfrutando de lo lindo con esto.

Susan dedica un guiño a Daniel y a Kyle y, según se van sentando, deja delante de ellos una carpeta en cuya portada se lee un código: 4509385535 y un gran sello rojo que pone CONFIDENCIAL.

Cuando termina se situa junto a Lewis, con una tercera carpeta aún en su poder.

Lewis permanece unos segundos en silencio, dubitativo. Finalmente pregunta

- Ummm, ¿Susan? ¿No habíamos convocado a tres agentes? Me habías dicho que ya estaban todos en la sede. -

Susan frunce el ceño y responde

- Sí, habían llegado todos. Los agentes White y Tyler aquí presentes y el agente Murray. Vi como los tres se dirigían hacia el ascensor. ¿Saben qué ha sido del agente Murray? - pregunta finalmente a Daniel y Kyle. 

Kyle estaba al borde del éxtasis, secretos, le encantaba descubrir secretos y cuanto más rebuscados eran estos mejor se sentía y ahora, si bien todavía no lo había descubierto, estaba dentro de uno de los secretos más importantes que había imaginado.  Una sonrisa alegre se dibujó en su rostro cuando el código del ascensor funcionó y cuando las puertas de este se abrieron le hizo una seña a su compañero para que avance mientras decía.   -Las puertas del área treinta y uno se han abierto para nosotros-  Se sentía como un niño con un juguete nuevo entregado por el mismo Santa.  Observó cada detalle en aquella habitación y cuando Lewis apareció comenzó a comprender un poco más donde se había metido, su atención fue captada por la llamativa corbata, su expresión mostró todavía más entusiasmo.  -Corbatas Rojas- susurró como alguien que acaba de encontrar el santo grial.

Saludó a Lewis con un gesto afirmativo de su cabeza mientras se le ocurrían un montón de comentarios para hacer, pero lo cierto es que si habían llegado allí era porque habían sido metidos en algo importante y no sería para nada profesional realizar cualquiera de aquellos comentarios.  Era algo serio y con seriedad debería comportarse.  Desconocía el rango de Lewis por lo que decidió que señor sería suficiente por el momento.  -Créame, señor Lewis, que es un placer para mí estar aquí.  Aunque también me resulta preocupante, entiendo que no todos pueden lucir una Corbata Roja y el hecho de que usted lo haga me hace pensar que fuimos involucrados en algo más serio de lo que imaginaba al comienzo.  En cuanto al agente... ¿Murray? si, creo que ese es su apellido.  Abordó el ascensor antes que nosotros y lo último que llegué a ver es que subía al piso veinte.  Ignoro si el agente iba en él, porque me pareció que antes de pulsar el botón de llamada este no se había movido, pero para ser sincero mi atención no estaba completamente centrada en el elevador así que es todo lo que puedo decirle.-

Miró a Susan y una media sonrisa volvió a dibujarse en su rostro, de golpe aquella mujer se había vuelto un poco más interesante conforme el misterio que la rodeaba había crecido.

Cuando Tyler introdujo la secuencia correcta (su segunda opción puesto que "stop" solo podía significar o esperar a que parase en el otro piso y luego ir al segundo, o el botón de parada en sí mismo) el ascensor comenzó a bajar como era de esperar. Porque si iban a una sala secreta y un piso que oficialmente no parecía existir, tenía que ser bajo tierra que era donde se construían los secretos, a buen recaudo.

Cuando las hojas del ascensor se abren para revelar la sala secreto Daniel se mordió la lengua. Lo sabía. Jim Lewis no parecía existir y aquel piso tampoco. Aquello era algo que su insconsciente llevaba esperando desde el primer día que puso un pie en el FBI y salió del ascensor, observando la sala con la bandera en el monitor y entonces Jim Lewis hace acto de presencia al desplazarse un panel en la pared. Edad media, gafas de sol que ocultaban su mirada, camisa blanca, traje elegante y...
-Corbatas rojas... -susurró. Justo al mismo tiempo en que Tyler lo mencionó a su lado. Era lo último que se esperaba (menos aún que acabar en un misterioso piso bajo tierra) y Daniel le miró de reojo, una pizca de asombro se le escapó en el rostro, sin esperarse que Tyler (ese hombre que trataba de ligar con la secretaria y, si no era posible, con el secretario) hubiese reconocido un simbolo así y mencionado el área treinta y uno con tanta facilidad.

Le hubiese gustado tener dos minutos para agarrarle del codo e interrogarle en voz baja pero no había tiempo: la recepcionista (eso explicaba muchas cosas y Daniel se maldijo interiormente por haberse podido creer que solo era una recepcionista más. Claro que "no sabía nada" sobre Lewis, claro que les había dado una indicación aparentemente imposible... Ahora todo tenía sentido) habia aparecido desde detrás de Lewis y Tyler había avanzado para hablar. Mientras Daniel aprovechó para examinar un poco mejor al que les había convocado...

-Veo que esta reunión ha sido convocada con cuidado -apreció cuando el otro acabó, mirando a la rubia que parecía tan afable como en la recepción-, si es así imagino que Murray llegará eventualmente o si no estoy seguro de que sabrán encontrarlo. Pero como dice el agente Tyler, venía por delante de nosotros -Mientras miraba la habitación a su alrededor Daniel parecía buscar cualquier dato fuera de lugar. Se entremezclaban la desconfianza instintiva y la alerta de por fin abrirsele las puertas a lo que llevaba tanto tiempo buscando y sospechando-. Encantado de conocer al misterioso Jim Lewis por fin -añadió después, dirigiendose hacia la primera de las sillas, la más cercana a él, para tomar asiento pero sin inclinarse hacia la mesa, mirando al resto del grupo.

- Gracias por la información. - responde Susan. La mujer saca un teléfono del bolsillo e inicia una conversación destinada a encontrar a Murray a partir de la pista que Kyle y Daniel han proporcionado. Pronto se pone en marcha hacia el ascensor y Kyle y Daniel captan retazos de la conversación como "¿Qué hace en la azotea?" y "¡¿Que primero estuvo examinando el armario de la limpieza?!".

Lewis observa como Susan se aleja y, cuando está seguro de que no le puede oír, se adelanta un poco en la silla y le dice a los dos agentes en un susurro confidencial:

- Un consejo, no hagan que se enfade. - y sonríe mientras vuelve a su postura inicial, presidiendo la reunión.

- Mientras esperamos quiero ofrecerles mis disculpas por todo este misterio, pero como ustedes muy bien han apuntado, los asuntos que vamos a tratar son muy serios y requieren de un cuidado extremo, empezando por la misma reunión. - 

Se levanta y se acerca a un armario situado en una pared. Lo abre y en su interior se pueden ver unas pocas botellas de bebidas tanto alcohólicas como no que, por lo bien seleccionadas, podrían satisfacer casi cualquier gusto. Además de las bebidas hay material diverso para preparar y servir las bebidas.

- ¿Puedo ofrecerles algo? - dice y escoge una botella de agua con gas para él. Mientras se prepara un vaso de cristal con hielo para su bebida continúa.  -Han sido escogidos para asistir a esta reunión, además de por su intachable hoja de servicios en el FBI, por sus, digámoslo así, actividades extraescolares. Como veo que saben apreciar ciertos detalles en el vestir, y antes de que les ponga al corriente de las tendencias actuales, tengo curiosidad por conocer qué saben exactamente sobre nuestra división. Tómenselo como una pequeña encuesta para hacernos una idea de lo bien que lo estamos haciendo para ser discretos.-

Lewis coge una cucharilla para dar un par de vueltas a su agua, le da un sorbo y vuelve a su puesto en la cabecera de la mesa sin cerrar el armario, dejando así su invitación a un refrigerio abierta a los agentes. Cuando ha dado un paso parece acordarse de algo, se gira, recoge un posavasos y finalmente se sienta detrás del ordenador. Coloca su bebida en un lugar que le queda a mano pero que evitará que la derrame por accidente mientras trabaja. Luego se acomoda, cruza las manos sobre su estómago y espera una respuesta mientras sus pulgares juguetean con su corbata.

Pasados unos minutos ves que Susan sale a la azotea por la misma puerta que tú has utilizado. Viene preparada para la intemperie y lleva una gabardina beige. Con la misma sonrisa y tono servicial que mostraba en la recepción hace un rato, te dice indicando hacia la puerta que lleva al interior del edificio de nuevo

- Agente Murray. La reunión está a punto de comenzar. ¿Sería tan amable de acompañarme? - 

y queda esperando tu respuesta mientras el viento empieza a causar estragos en su perfecto alisado.

Ni sillas, ni calma. Era el típico ambiente de la rusa soviética. Solo me faltaban unos abrigos de pieles y una botella de vodka destilado bien frio. Lo cual no era una mala idea. La situación dándole a la piedra una y otra vez se iba siendo más desesperada. Cada vez que le daba fuertemente al encendedor, más se me irritaba el pulgar. La primera calada al menos, se disfrutó como un oasis en un desierto y el frio calmaba el escozor del pulgar.

Empecé a pasear por todo el lugar. Zigzagueando por las campanas, viendo si alguno de ellos era un extractor y podía calentarme algo. La zona final de la azotea estaba más cercana, y tuve la necesidad de subirme al borde. Y de un salto, pude vislumbrar el vacio. Como hormiguitas, los puntitos salían y entraban en el edificio. Cogían sus coches oficiales del FBI y se marchaban por la entrada principal. Me preguntaba cómo se sentiría saltar, que pasaría si mi cuerpo daba la vuelta entera y veía el cielo mientras caía. Sería mucho mejor que ver el suelo haciéndose más y más grande.

Justo cuando iba a dar el primer y último paso.  La puerta de entrada a la azotea se abrió de un portazo y me hizo cambiar de idea. Aquella mujer rubia estaba quieta en la puerta, sin querer salir a la azotea. En cierta manera, me reforzaba la idea de aquel gulag. Imaginaba a la tal Ivanova hablándome de los malos tiempos y preguntándome cuanto duraríamos aquí dando una calada al cigarro con un acento ruso bien marcado. ¿Usted fuma? Dije sacándome la cajetilla después de bajar del pequeñito muro de seguridad.

Su respuesta era evidente. Pues tenía trabajo que hacer. Ni siquiera me pregunte que hacia ahí y como sabia donde estaba. Estaba acostumbrado a que me tuvieran vigilado por un mando superior desde siempre, y se muy bien donde me encuentro trabajando. Seguir insistiendo en que se quedaría conmigo un rato era inútil, pues seguía insistiendo cada vez con más energía. Está bien, después de usted. Le dije señalando con la mano la puerta. Pensando en si la puerta se abriría solo por dentro y descartando esa idea rápidamente . No quería saber que hubiese pasado si no hubiese parecido Ivana.

Kyle rechazó la oferta de beber algo, estaba sediento, pero de conocimiento, de información.  Escuchó las palabras de Lewis y esperó un momento para ver si su compañero hablaba, como no lo hizo habló él.

-Me atrevería a decir que son bastantes discretos, si no contamos el color de las corbatas, están bastante bien protegidos, pero aún así no son invisibles.  Alguien con el dinero, el equipo y el tiempo suficiente podría adentrarse un poco más- bajó un poco el tono de voz para que Susan no escuchaba. -No es por delatar a su agente, pero debería pensar una forma mejor en la que simular la búsqueda de datos.  Resultó muy obvio que Susan no ingresaba datos en el ordenador y que no estaba verificando nuestras identidades, o al menos no de la forma que se suponía debía hacerlo.- volvió al tono normal de voz -No tengo mucho más que decir, al menos de momento.- mientras terminaba de hablar abrió la carpeta y comenzó a ojearla.

Lewis escucha atentamente a Kyle. Esboza una sonrisa cuando menciona el color de las corbatas, pero se pone serio y parece tomar en seria consideración el comentario respecto a la vulnerabilidad de su seguridad. Vuelve a sonreír ante el comentario sobre Susan. Cuando Kyle ha terminado, Lewis le responde

- Muchas gracias, tendremos en cuenta sus comentarios. Quizá cuando vuelvan de su misión pueda asesorarnos sobre cómo evitar incluso esos pequeños atisbos de nuestra presencia que ha mencionado. En cuanto a Susan - en este punto vuelve a sonreír - le sugeriré que se apunte a unas clases de interpretación para estos casos. Aunque en su defensa diré que no se suele ver obligada a tener que interceptar a los nuevos agentes ella misma.- 

En este momento, y antes de que Daniel tenga tiempo de comentar algo, las puertas del ascensor se abren de nuevo. De la cabina sale John acompañado de Susan. El pelo de Susan está un poco revuelto, algo ha dado al traste con su impecable alisado. Sigue sonriendo, pero parece ligeramente molesta. Lewis enarca una ceja.

Susan le indica a John que tome asiento por favor y cuando el hombre lo hace le pone delante, sobre la mesa, una carpeta aparentemente idéntica a la que tienen delante Kyle y Daniel. Cuando lo hace es ligeramente menos delicada que cuando hizo lo mismo con Kyle y Daniel. 

La mujer le echa un vistazo al armario de bebidas abierto, a la bebida que Lewis tiene sobre la mesa y finalmente dice dirigiéndose a Lewis

- Si me lo permite señor, me retiraré unos instantes. -

Lewis asiente y Susan se dirige a la sección de la pared que oculta el panel por el que ella y Lewis entraron en la habitación. Al acercarse, el panel se desplaza hacia un lado y ella desaparece por la abertura. La puerta se vuelve a cerrar detrás de ella.

Susan te guía hacia el mismo ascensor que usaste para llegar a la planta 20. Una vez dentro pulsa en secuencia el botón del piso tres, el botón de stop y el botón del piso 2. Las puertas del ascensor se cierran y la cabina empieza a moverse hacia abajo. De acuerdo al indicador del ascensor, la cabina vuelve a llegar al piso de la recepción, pero en lugar de detenerse en él, sigue descendiendo. En se momento el indicador de planta se queda en blanco.

El resto del viaje no dura más que unos segundos, pero no eres capaz de precisar cuántos niveles bajo el suelo te has desplazado antes de llegar a tu destino, 2 ó 3 si es un ascensor normal, 20 si el ascensor es como los que uno puede encontrar en los rascacielos del centro.

Susan no ha dicho nada durante todo el viaje. Se ha limitado a indicarte el camino.

Finalmente llegas a tu destino, las puertas se abren.

El ascensor da directamente a una elegante sala de reuniones. Las paredes, el suelo y el techo son de color gris oscuro. La iluminación en la periferia consiste en unas pocas lámparas de luz ambiental que, junto con el color de la sala y la ausencia de ventanas confieren a la periferia de la estancia un aire misterioso. En una de las paredes hay un gran monitor en el que la bandera del país ondea detrás del logo del FBI.

En el centro de la estancia hay una gran mesa de madera oscura y alargada rodeada por 8 sillas de directivo forradas en cuero negro. El área de la mesa está mejor iluminada gracias a una serie de focos encastrados en el techo.

La decoración de la sala consiste en una serie de esculturas de enrejado y varias banderas estadounidenses. Encima de la mesa también hay un par de banderitas y delante de cada silla hay un cuaderno con el logo del FBI junto a un lápiz apoyado en un protector de escritorio del tamaño de una hoja de papel. Asumes que debe tratarse de cuadernos en blanco para tomar notas. En la cabecera de la mesa, junto al monitor, hay un ordenador portátil que posiblemente se use para hacer presentaciones. En una de las paredes hay un pequeño mueble bar que tiene las puertas abiertas permitiéndote ver que está bastante bien surtido.

Sentado en la cabecera de la mesa, detrás del ordenador, hay un hombre de mediana edad que luce unas espléndidas entradas y unas gafas de sol muy poco apropiadas para la poca luz del lugar. Tiene el pelo castaño y es de estatura media. El hombre viste una camisa blanca y un elegante traje gris oscuro, sobre los que desentona una chirriante corbata roja. Delante de él hay una carpeta abierta y junto a ella una bebida gaseosa transparente reposa sobre un posavasos. Enarca una ceja cuando os ve entrar a ti y a Susan en la sala.

A la mesa también están sentados otros dos hombres que reconoces como los agentes Tyler y White que Susan te presentó en la recepción. 

Susan te pide que tomes asiento y cuando lo haces te pone delante, sobre la mesa, una carpeta aparentemente idéntica a la que tienen delante los otros dos agentes. En la portada se lee un código: 4509385535 y un gran sello rojo que pone CONFIDENCIAL.

Susan le echa un vistazo al armario de bebidas abierto, a la bebida que el hombre de la corbata roja tiene sobre la mesa y finalmente dice dirigiéndose a él

- Si me lo permite señor, me retiraré unos instantes. -

El hombre asiente y Susan se dirige hacia una pared en la que no parece haber ninguna puerta. Al acercarse, un panel se desplaza hacia un lado y ella desaparece por la abertura. La puerta se vuelve a cerrar detrás de ella.

- Me alegro de que finalmente se haya unido a nosotros agente Murray. Por favor, sírvase algo si lo desea. - dice el hombre de la corbata roja indicando al armario de las bebidas - Permitan que me presente formalmente. - continúa - Mi nombre es Jim Lewis y soy el Director Regional de la División de la Corbata Roja, una división secreta del FBI que se ocupa de casos excepcionales. -

- Les he convocado a esta apresurada reunión - explica - porque tenemos un caso entre manos que requiere de la intervención rápida de un equipo con una cierta combinación de habilidades. Ustedes, además de contar con una impresionante hoja de servicios, reúnen el perfil necesario. - 

- El caso que tenemos entre manos es el de un asesino en serie. - continúa - Quizá hayan oído algo sobre él en los medios de comunicación. Los periodistas le han bautizado con el colorista nombre de "Frankenstein". Pueden consultar los detalles del caso en el dossier que tienen delante, pero a modo de resumen les diré que este hombre o mujer está asesinando jóvenes universitarias y coleccionando trozos de ellas. Y lo que es peor, ha asesinado a una agente del FBI, la agente Val Parker. - 

- Por favor, dediquen unos momentos a leer el informe antes de que prosigamos. Si tienen alguna pregunta, háganmelo saber. - termina y le da un sorbo a su bebida