Partida Rol por web

El enano tras su última actuación en el turno anterior quería resharcirse con sus compañeros de armas, pero quizá el golpe no fue lo suficiente preciso para golpear a uno de los grandes trasgos.

Motivado por su golpe certero Yenian vuelve a agarrar el bastón con fuerza para intentar dar un golpe a otro trasgo , pero falla con gran estrepito.

Ante el repentino ataque del helmita y el golpe de bastón del mago, los otros tres goblins se detienen en el acto al ver como caen sus compañeros. Sin pensarlo dos veces se giran para correr. Los tres aventureros sin pender un instante, aprovechan para alcanzarlos. Lorenzo se apresura pero sólo consigue resbalar y caer al suelo mientras el enano con un grito alcanza por la espalda a uno de ellos, incrustando su hacha en la cabeza del trasgo, que se agita entre convulsiones. El mago, mientras tanto trata de alcanzar a un segundo pero su bastón se va a estrellar contra el marco de la puerta partiéndose en dos.

El enano sabe que estos momento siniciales son muy importantes en un combate siempre que se lleva la iniciativa, y causar el máximo daño y pavor a los enemigos puede ser bueno para el futuro. Así que sale corriendo tras los dos trasgos que han conseguido huir y lanza un golpe contra uno de ellos, pero las patas de los trasgos son más veloces que las del enano que prefiere combatir con los pies en el suelo y sin moverlos demasiado:

- ¡Maldición, perros huidizos moriréis corred cuanto queráis!

 Ahogando una maldición el helmita se levanta apretando los dientes a la par que recoge la espada, para intentar sumarse a Durin, no fuera a ser que los trasgos se lo pensaran y atacaran en superioridad al enano.

Yenian deja los restos de lo que fuese su bastón y siguió al helmita en la carrera hacia Durin , del cinto saco una espada corta que portaba para ocasiones como esta.

Cuando giráis para seguir a los trasgos os adentráis en un salón amplio. Una gran mesa ocupa la mayor parte de la estancia. Encima de la mesa hay dos goblins más, los dos que huían se reúnen junto a ellos. Por el rabillo veis un movimiento fugaz. Por las escaleras sitas en el rincón más alejada de la estancia surgen 4 trasgos de mayor tamaño y detrás de ella, el más grande de todos. Éste último, de hocico achatado lleva un enorme escudo y una maza "lucero del alba" y grita órdenes a los grandes trasgos.
Un silbido de una flecha que se clava a escasos metros vuestra revela la posición de dos arqueros goblin que están junto a la balaustrada de una balconada situada a unos cinco metros más alto junto a las escaleras. El techo de esta estancia está mucho más alta, parece abarcar dos pisos.
La gran chimenea permanece apagada y parece que no se ha encendido en mucho tiempo, a juzgar por la cantidad de fragmentos de escultura que hay yacen amontonados en su interior

Las odiosas criaturas lanzaron una mueca burlesca y se lanzaron sobre los aventureros. Dos de ellos se lanzaron sobre el enano que era el más adelantado mientras que los restantes se repartían a los otros otros dos aventureros. Tanto el enano como el helmita repelieron los ataques de las criaturas, pero Yenian estaba más acostumbrados a leer que a luchar y recibió varios heridas.

La enorme criatura comenzó a vociferar órdenes a los otros hobgoblins. Su rostro reflejaba un odio desmesurado.

Los cautro hobgoblins comenzaron a avanzar hacia los aventureros salteando los escombros

 Habían picado, si bien no era premeditada, había resultado ser una encerrona. Y ahora allí estaban, ellos tres contra nueve contrincantes, una proporción de tres a uno. Sí, Enghir y Lezort estaban, pero como si no estuvieran...

 El helmita dio un salto atras levantando su escudo blasonado.

 - Helmo danos gracia y vigor para expulsar a estas herejes criaturas de estas tierras.

 Al parecer Helmo estaba atento a las súplicas de su siervo, pues una oleada de energía innundó alos compañeros, aumentando su determinación.

Tras recibir la bendición del helmita y verse rodeado por las criaturas el enano vió claro que sería una lucha como las de antaño contra los goblinoides. Sin olvidar ninguno de los consejos que había recibido de enanos más sabios que él en la materia, Durin golpeo y retrocedió para volver a obtener una posición ventajosa o por lo menos no en inferioridad como en la que se encontraban ahora. Mientras ordenaba a sus compañeros de armas:

-¡Retroceded o acabarán con nosotros y no habrá gloria, si las cosas se ponen feas yo cierro la guardia y vosotros escapad!

La cosa se había puesto muy turbia para el grupo Yenian retrocedía espada en mano mientras la cabeza no dejaba de pensar en alguna solución , de pronto algo le vino en mente con un rápido movimiento guardo la espada corta y extrajo el libro de hechizos . El mago dio un paso hacia adelante parando su retirada y quedándose el primero del grupo de aventureros, recitando unas palabras que retumbaban entre las ruinas la magia comenzó a fluir por el cuerpo del mago, extendiendo la mano derecha en dirección a los Trasgoides el mago finaliza su hechizo.

`Yenian usa el hechizo de dormir´

Una luz cegadora surgió de las manos del mago y se extiendó por toda la gran sala. Poco a poco, empezando por los goblin fueron cayendo en un sopor mágico. En cuestión de segundos, los trasgos estaban roncando. El osgo se detiene de inmediato y al verse solo corre por la escalera sita al final de la sala. Los trasgos arqueros han desaparecidos de la balconada, no sabéis si han sido víctimas del conjuro de Yenian o simplemente se han retirado, igual que el osgo.
La sala mostraba signos de destrucción: pendones rasgados, cuadros acuchillados que yacen destrozados esparcidos por el suelo, estatuas sin cabeza...Podéis ver cuatro calderos de aceite en cada esquina y dos cortinas, una en el extremo opuesto a la balconada y otra enfrente de la entrada a la gran sala.

Parece que su idea tuvo éxito, de ser perseguidos a perseguir pero antes podrían acabar con aquellos trasgoides que dormían plácidamente antes de que los aceros se incrustaran en sus cuerpos.

-Acabemos con ellos y sigamos adelante.

Yenian guarda el libro y de nuevo espada en mano se dirige hacia uno de los trasgos que duermen. El mago clava la espada en la garganta de la criatura manchando de sangre la hoja

Miro a los trasgos caídos y empiezo a quitarles las armas y buscar algo para atarlos. Miro al mago al escuchar sus duras palabras:

-No mataré a un ser indefenso.- Y sigo a lo mío.

-Durin admito que no es la manera más honorable de acabar con estos monstruos pero ¿ cuando el hechizo deje de hacer efecto crees que no van a intentar acabar contigo de cualquier manera?

Yenian deja que Durin inmovilice al resto.

Mientras mago y enano discutían sobre que acción era más ético en esa situación dada, el helmita parecía estar sumido en sus pensamientos. No se había decantado por ninguna de las dos opciones, pero conociéndolo, seguro que sería partidario de inmovilizarlo maniatándolos y despojándoles de sus armas.

Al final Yenian cede al método del enano tras entrar en razón y haberse dejado llevar por la ira.

Tras atar a los trasgos y quitarles las armas miro al mago y le digo:

-Matarlos sólo hubiera servido para derrotar tu alma y pensar que su raza debe ser exterminada por que tiende a la maldad y al caos y no son como nosotros, y eso te llevaría finalmente a aborrecer toda forma de vida diferente de ti.

-Bueno, esto ya está, continuemos a ver que tal ese osgo.- Dicho eso preparo mi escudo y mi hacha de batalla y empiezo a andar hacia adelante- Cuidado con las trampas.