Partida Rol por web

Totalmente hundido dentro de la capucha, bajo levemente la cabeza para que no se me vea el rostro encendido y completamente rojo ante los comentarios de las chicas.

-Ser chafardera es de muy mala educación, y espiar a los demás si no es estrictamente necesario, más -finalicé la frase dándole un coscorrón en la frente a Vehexa con la calavera de mi bastón- y matar caballos a cabezazos me parece que no es estrictamente necesario en esta región del mundo.

Luego mas relajado, pero sin terminar de salir de mi túnica, les dije:

-¿Y bien, habéis descubierto algo interesante, que no tenga que ver con la vida personal de ninguno de nosotros?

Digo esperando algo de información de las chicas:

-Yo sólo pude sabotear alguna función y escuchar una linda historia sobre como la Diosa logró dominar al Murciélago Carmesí para aplastar a los enemigos del Imperio y cómo su luz fortalece todas las tierras del imperio.

- Yo he conocido niña que no es de imperio. Iba vestida parecido a mi, pero era de las montañas - dice rascándose el lado de la cabeza donde ha recibido el coscorrón - Fuerza en mujer es importante, chico. Y cuerpo. - apunta con un dedo a Kilder y le dice, en un tono demasido alto - ¡Mujer de vestido largo no buena para ti! ¡Caderas pequeñas, niños pequeños! ¡Busca mujer con culo más grande! - la gente de alrededor se da la vuelta curiosa

-¡SHHH, SHHHH, SHHH! -digo mientras me pongo un dedo delante de los labios indicando que guarde silencio.-tus estereotipos no son los míos me parece, además, ella me parece mas que bien para mi, ¿no ves que yo soy pequeño? -doy un golpe con el bastón en el suelo. Queda zanjado este tema.

Sigo embotado dentro de la capucha:

-Y cambiando de tema, ¿qué te ha pasado Loranda?

Clavo los ojos en Vehexa y olvido lo que estaba diciendo sobre Kilder centrandome en lo que acaba de contar. 

-Que acabas de decir? A que niña  has conocido? Donde esta esa niña?!- desvio la mirada un minuto hacia Kilder respondiendo-No me pasa nada, es obvio que estoy perfectamente, no se porque me preguntais los dos que me ha pasado. Entre en el edificio y no pude descubrir nada interesante porque me interrumpieron y tuve que salir- miro de nuevo a Vehexa con interes ignorando a todos los que estan a mi alrededor- Cuentame todo sobre esa niña, por favor. Puede que sea la niña que estoy buscando y es importante para mi conocer cada detalle. 

- Mmm... pues no se... se llamaba Arrhya, de las montañas... Tenía un tío - dice encogiéndose de hombros - no he hablado mucho con ella. Niña normal.

Arrhya..., la niña esta alli. Mi cuerpo se tensa no solo por la presencia de la niña, tengo que tomar una decision y debe ser rapido. Como si un resorte hubiera puesto en movimiento mi lengua, comienzo a hablar muy rapidamente. 

-Escucha Vehexa, presta mucha atencion. Busca a esa niña, ve a buscarla y no vuelvas hasta que la encuentres, traemela, es muy importante para mi, por favor. Hace poco que has hablado con ella, no debe andar muy lejos. Traela cueste lo que cueste, tengo que hablar con esa niña de las montañas ahora mismo- me muerdo el labio pensando, pero no tengo dudas, esta decidido- Kilder, tengo que hablar contigo, pero no aqui. Salgamos al jardin, no vas a creer lo que me ha pasado. Sabes que puedo comunicarme mentalmente con las personas, verdad?...- miro de reojo a un lado y a otro. Empiezo a caminar despacio en direccion al jardin esperando que Kilder me siga- Vehexa, date prisa. 

Arryah -repetí mentalmente-

Me percaté que Loranda estaba nerviosa, muy nerviosa, hablaba, y casi no la entendía yo, esperaba que Vehexa si lo hiciese, pero cuando me comentó aquello, ese poder, esa gracia que tenía, y se suponía que yo sabía, la miré a la cara, levanté una ceja y torcí los labios:

-¿qué puedes qué?

Me agarré a su brazo para que em llevase un poco mas lejos y me lo explicase todo mejor, aunque aparecieron dudas en mi mente:

¿Y por qué no me lo explica telepáticamente?

Vehexa sale andando rápidamente a buscar a la niña, en dirección a donde la vio marchar.

Recuerdas que la niña dijo que iría a descansar ya que no le gustaba demasiado la fiesta. Los dormitorios están arriba y allí buscas habitación por habitación sin saber el porqué de la urgencia de Loranda.

Finalmente llegas a una enorme sala repleta de libros y con un enorme balcón abierto en el que la niña contempla la luna roja que brilla en el cielo. Pero cuando vas a entrar te das cuenta de que hay alguien más en la sala; Alguien disfrazado de bárbaro se acerca a la niña por la espalda y puedes asegurar que no se trata de ningún estudiante; Su torso musculoso está al descubierto y cubierto de tatuajes rúnicos. La niña no ha reparado en su presencia.

-Que puedo comunicarme mentalmente con las personas, Kilder. Es el regalo que me hizo Swen antes de separarnos. Recuerdas a Swen, no?- lo miro mientras camino hacia el jardin y sigo hablando sin alzar mucho la voz- No uso muy a menudo esa clase de magia, en realidad no lo creo necesario a no ser que la persona con la que quiera hablar este lejos o no pueda hablar. Asi es como supe lo que queria hacer la niña muda que rescatamos en aquella casa, la que estaba con el vagabundo- suspiro y me paro ya fuera del edificio lejos de la gente- Veras, creo que Swen esta por aqui y apuesto a que no esta solo, y eso solo significa una cosa, estan buscando a Arryha, y Arryha esta aqui, la ha visto Vehexa. Ellos no son lunares, mas bien son..., bueno ya sabes lo que son. Pero son amigos mios y tuyos tambien. Yo..., me gustaria verlos y poder saludarlos, si estan buscando a la niña de las montañas me gustaria ayudarlos- cojo aire y respiro profundamente clavando la mirada en los ojos de Kilder, estoy tranquila y espero a que me responda antes de que regrese Vehexa. 

Me meso la barbilla...

-Si está Swen, y Aldar ha sobrevivido, eso significa que nuestra principal obligación es dar la voz de alarma para que se busquen a los traidores, o como mínimo a Aldar. -sigo diciendo- podrían poner en peligro las celebraciones, ya sabes que nunca fueron de pensar mucho sus actos asalvajados, además, sería una buena maniobra para nuestra carrera lunar.

Medito unos instantes:

-Igualmente, sería conveniente encontrar a la niña, y tenerla bajo nuestra protección. Por un lado u otro, todo nos puede ir bien para nosotros personalmente.

Le comento en voz baja:

-¿por qué este secretismo con nuestra Vehexa?, parece que le queramos ocultar algo, y no es así.

Aprieto la mano en mi báculo mientras pienso en voz alta muy serio:

-Hay que dar caza a esos perros, y hacerles entrar en combustión, seremos el azote de los traidores e infieles. Igual podríamos conseguir que claven sus cabezas en unas picas a la entrada de la ciudad como ejemplo para todo el mundo.

Miro a Loranda, y entonces le guiño un ojo:

-Es broma :D, aunque no me importaría demasiado dar una reprimenda a Aldar, aun tendrá mi arco el muy tramposo... Vamos a ver a quien encontramos antes, a tus amigos  o a  tu niña...

Mi expresion va cambiando a medida que escucho a Kilder. Mi rostro denota preocupacion, pero luego me pongo roja de rabia al oir que pretende apresarlos, finalmente en mi cara se refleja el alivio que siento al comprobar que Kilder sigue siendo el mismo con que el siempre he estado. Me aclaro la garganta y pongo en orden mis sentimientos.

-No hay secretismos con nuestra querida Vehexa. Simplemente ella no los conoce, hubiera sido muy largo explicarle lo que te acabo de explicar a ti ahora mismo en un minuto, ya sabes que a veces no entiende las cosas a la primera, por otra parte no habia tiempo que perder. Ella fue quien vio a la niña y quien sabe donde encontrarla. En cuanto nos reunamos con ella me tomare todo el tiempo del mundo para explicarle que ocurre,, respondere a todas sus preguntas y saciare su curiosidad. Aprecio mucho a esa chiquilla, es tosca pero tiene el corazon limpio-sonrio y me acerco a Kilder para besarlo timidamente- Eres un cielo, a pesar de todo lo eres. Ahora sera mejor que regresemos, quiero estar alli cuando Vehexa vuelva con la niña. Nuestros amigos..., estoy segura de que nos siguen de cerca, ellos nos encontraran. 

-Vale, vale, ya está -le digo cuando termina de darme un beso en la cara- ya le explicaré yo a Vehexa todo esto de forma que lo entienda ella, y bastante resumido. -medito un instante- le podrías haber dicho que nos nombrase, igual sería mas fácil de convencer a la niña, aunque conociendo a nuestra bestia, igual se la trae sobre el hombro.

Comienzo a caminar:

-No se si cubriríamos mas zona si nos separamos.

- Korsakhan! - Vehexa llama al barbaro en su propia lengua, preguntandose si tal vez sera del desierto como ella, y lo suficientemente alto como para que la ninya le oiga tambien... por si acaso tiene malas intenciones - Que haces aqui escondido detras de ninya? Aqui fiesta privada, no mayores excepto mi vexilla... - Le mira con tono desafiante, clavando el mango de su hacha en el suelo frente a ella y agarrandolo con fuerza, dispuesta a atacar si es necesario. 

Vuelvo al pasillo para coger aliento y susurrar la poderosa magia del silencio que me enseñó Yorsar. Noto como una burbuja que parece amortiguar los sonidos empieza a rodearme. Camino un poco y noto asombrado que el ruido de mis pies por el pasillo ha desaparecido casi por completo. Animado, intento deslizarme en el interior de la habitación y buscar un lugar desde donde pueda sorprender a la guerrera y ayudar al orlanthi.

Logro mi objetivo y aprovecho un hueco tras un triclinio y la tibia luz de la luna para esconderme.

-Creo que no hace falta que nos separemos, pero Vehexa no viene no se porque, asi que sera mejor que la busquemos. Es una mujer grande y destaca entre los demas, no sera dificil dar con ella. Vamos- pensativa y extrañada por la tardanza de Vehexa apresuro el paso caminando a lado de Kilder. 

Doy un respingo al oír el grito de la mujer de la gran hacha y, mientras me vuelvo alarmado, dirijo la mano instintivamente hacia la empuñadura de mi fiel espada, pero los dedos se cierran en el vacío y compruebo que no está ni la vaina ni el arma. ¡Rayos! ¡La he dejado en la posada! -refunfuño para mis adentros. Detrás de mi máscara orlanthi, frunzo el ceño al comprobar el tamaño del hacha de la extraña mujer y, durante unos instantes, miro alternativamente a Arhya y a la mujer de cabello rojo, sin saber qué hacer. Finalmente, alzo las manos en tono conciliador: -Yo... solo soy un orlanthi -digo señalando mi máscara. Echo una ojeada rápida a Arhya-. Soy un noble orlanthi de Brolia, un pueblo libre -añado con cierta sorna. ¿Reconocerá Arhya mi voz? ¿Podré volver a verla algún día si me marcho ahora? A regañadientes, vuelvo a dirigirme hacia la mujer armada-. Y tú, ¿quién eres tú? -le espeto.

- Yo soy Vehexa, hija de Kastok, hijo de Gronk, de la tribu de las tierras rojas - la mujer se estira con orgullo y se golpea el pecho - el dios caballo me concedió honor y yo pagué la deuda con fuerza. Se queda mirando suspicaz al hombre - ¿Por qué tapas cara? ¿Por qué escondido?