Partida Rol por web

Wolf llevaba en silencio todo el rato desde que comprobó su equipo practicamente, y el lugar le hacia necesitar hablar, como si de no hacerlo estuviera solo ante todo el misterio y la oscuridad de la zona:

- Sargento... ¿Qué pasó exactamente aqui? Esto parece muy... Abandonado. - Dijo mientras mantenia con mano férrea la empuñadura y el grip de su fusil a mano.- No es que temamos a nada, por supuesto, es solo que me gusta conocer el lugar donde me meto.

Tras un par de minutos, Ráccor se vuelve a hacer notar bajando por aquellas escaleras por las cuales se había metido hacía unos instantes. Primero lo escuchan bajar, y luego lo ven caer de un salto desde aquel túnel en el cual se adentran las escaleras.

Se incorpora rápidamente y se frota las mejillas con las manos, corriendo el sudor que cae desde su cabeza, bajo el casco.

- Ese lugar es una ratonera – dice finalmente, tras dar una bocanada de aire – apenas hay espacio para una persona, pero no hay ningún peligro... salvo por el aire viciado. Sobre los dispositivos técnicos... creo que alguien con mas preparación tendrá que echarles un vistazo para ver que sucede, pero no huele bien... literalmente – dice mientras mira a Tanaka.

- Creo que aquí es donde entro yo – contesta rápidamente Tanaka, dándose por aludido ante el comentario de su compañero, mientras se cuelga el fusil al hombro y se acerca a las escaleras, dispuesto a subir para cumplir con su papel.

Foley y Madeiros se lanzan en una carrera hasta aquellas escaleras, mientras los disparos se siguen intercambiando entre enemigos y aliados. Al cruzar hacia el bloque pueden ver a Frost y Tamir que hacen lo propio, siguiendo con su parte del plan.

Ambos, Foley y su compañero, suben lentamente las escaleras, tratando de no hacer ruido, aunque es difícil que alguien los pueda oir entre tantos disparos, los cuales se hacen cada vez mas fuertes y se escuchan mas cercanos a medida que avanzan.

Cuando están por llegar a la desembocadura de la escalera, cerca de la esquina que da a las pasarelas desde las cuales supuestamente están disparando los enemigos, vuelven a tener noticias de Frost, quien da un informe de su situación, y muchos de los datos puede corroborarlos Foley desde su lugar, espiando mientras asoma la pirada por la esquina.

La voz del soldado vuelve a escucharse por la radio.

- Aquí Frost, estamos en la tercera planta del bloque este, tenemos vista despejada hacia el objetivo - hace una pausa antes de seguir. Mientras tanto los disparos se siguen escuchando – Son Bothanianos... no me sorprende, hijos de puta... van armados con armas automáticas, pero no parecen profesionales, tal vez esclavistas, no lo se. Son solo cuatro, y no se han percatado de nuestra posición. No parece haber nadie dentro de los departamentos. No veo disparos que salgan desde esa posición.

Hace una pausa antes de seguir.

- Foley, desde esta posición Tamir y yo podemos despachar a dos de ellos de un solo disparo, tu y Madeiros tendrán que asomar y cargar con los otros dos, pero tendremos que coordinar, así los tomaremos de sorpresa a los bastardos. Edward, será mejor que no sigan disparando en cuando ataquemos, hay mucho fuego amigo en la posición. A la cuenta de tres, cuando estés listo, Foley.

La voz de Frost vuelve a callar.

- Arriba Techie entonces, asiente Pavlo con aspecto de aburrido.

Se gira luego, observando nuevamente el lugar. Camina con paso pesado, de esos que afianzan el peso en cada pisada y te re-afirman que tienes soporte sólido bajo tí.

De un pequeño bolsillo en la pechera, bajo la placa de armadura, extrae un arrugado atado de cigarrillos. Prende uno, y suelta el humo lentamente por la nariz.

- Muchacho, dice por fin volviéndose a Wolf, no es nuestro asunto. O sea, no nos han dicho. Comprobación de rutina, agrega haciendo con falsete una imitación de la voz del Teniente Anders. En el servicio tomas el arma, apuntas a donde te dicen, y aprietas el gatillo. Te libra de pensar... su voz baja el tono, como si hubiera repetido la frase solo para sí.

- Pero bueno, aquí estamos. Y como no tenemos nada que hacer mientras Tanaka revisa que no haya un cable suelto por allí, buscadme el asiento más cómodo.

 Recibido. 

 Esta es la buena, para esto nos hemos estado preparando.

-De acuerdo, Frost, cuenta tu, y cuando termines nosostros a disparar y James a parar de hacerlo.

- Empieza cuando estes preparado, nosostros ya lo estamos.

y dicho eso nos ponemos a dos alturas, yo por abajo y mi compañero por arriba para poder disparar desde la esquina sin que se tenga uno que esponer demasiado.

Tanaka rápidamente desaparece por el tubo que da a la parte superior, dispuesto a cumplir con su trabajo. Lo escuchan subir lentamente por aquellas escaleras, el sonido rebota por el claustrofobico tubo, alejándose cada vez, hasta llegar a oídos del sargento y de quienes lo acompañan en su posición, hasta que finalmente se vuelve a hacer el silencio, un silencio que se prolonga por un par de minutos, en los cuales no sucede nada, ni hay noticias de Tanaka, y comienzan a darse cuenta de la naturaleza aburrida de aquella misión, posiblemente la primera de otras tantas misiones de rutina a las cuales les habían asignado. Sin duda muchos de los presentes no pensaron en cumplir aquella parte del oficio a la hora de enlistarse, pero es lo que les a tocado.

Piensan en ello y escuchan el silencio cuando la voz de Tanaka se vuelve a hacer oir por la radio del casco.

- Aquí Tanaka – dice en primer lugar, comprobando que puede comunicarse – esto no se ve bien... y por varios motivos – hace una pausa antes de seguir – los sistemas están fritos, se sobrecalentaron y colapsaron, prácticamente hay que cambiar todo el tablero por uno nuevo, y el cableado interno. Hay repuestos y gente mas capacitada que yo para hacerlo en la nave, pero podría tomar un día o dos... eso es lo normal. Lo extraño es que esto parece haber sido intencional, los indicadores se congelaron en los niveles óptimos de funcionamiento... señor, los sistemas no dejaron de funcionar por un desperfecto, alguien los saboteó – sentencia finalmente Tanaka a través de la radio.

Una larga pausa se hace en los auriculares de las radios de todos antes de que Foley vuelve a hablar, ya completamente decidido.

- Bien, estamos en posición – hace una pausa – uno... dos...

La voz de Tamir, quien acompaña a Frost en su posicion, se escucha por la radio, interrumpiendo el conteo.

- Espera, espera, ¿es “uno, dos...” y atacamos? ¿o “uno, dos, tres” y atacamos? - pregunta, un tanto nervioso según se puede notar por su tono.

- ¿¡Que!? Mierda.... a la cuenta de tres... “'¡tres!” y le vuelas la cabeza al hijo de puta que esta frente a ti, no “cuatro”, “tres” - contesta Frost a su compañero, bastante irritado, cosa que pueden oír todos por la radio.

- Quiero evitar cualquier malentendido... esto es demasiado serio como para dejarlo a la interpretacion, ¿sabes? - responde Tamir

- Ya, basta... - contesta, un poco frustrado – hagamos esto. Uno, dos, ¡Tres! - exclama Frost, dando la orden a todos los que escuchan en aquella frecuencia, mientras los disparos se siguen oyendo de fondo.

Pavlo se levantó inmediatamente del borde de la mesa donde estaba sentado. Hechó mano de su petaca de licor, dió un rápido sorbo para "afilar la mente", y luego abrio el comunicador.

- Eso es serio, Tanaka. Asegúrate de lo que dices y luego fíjate si se puede poner a funcionar el lugar, aunque sea en forma precaria. Si no puedes, baja y ya. Más te vale ir pensando en el reporte cuando volvamos, porque no va a ser fácil.

Luego se gira a los demás.

- Revisad este agujero de nuevo. Estaba lleno de polvo: todo lo que no sean marcas de nuestras botas o vuestros culos, dice mientras se sacude el polvo de su propio trasero, es una prueba. Tomad nota, no toquen nada si no se los ordeno... y mantengan las armas listas. Por las dudas, agregó mientras sentía la excitación correrle de arriba a abajo por la espina dorsal.

Lo inesperado es malo para el soldado. Lo inesperado quiere decir que puedes perderte la cena. Y si te pierdes la cena, puede que seas porque estás muerto.

Con su propio rifle en ristra y una mano, floja, lista sobre el gatillo, comenzó a recorrer el piso.

 Levanto el brazo, para hacer que los hombres que quedan conmigo paren el fuego y rezo por que los que están arriba tengan suerte, ahora no hay nada más que podamos hacer. 

 Me vuelvo a chequear como están mis chicos, ayudarles en la medida de lo posible, ha sido nuestro primer enfrentamiento deben estar echos polvo.

al contar 3 asomamos la cabeza y las armas por la esquina y como habiamos quedado disparo al que me corresponde, esperando verlo pronto caer. mientras me digo a mi mismo, Vamos, que ya la cosa esta terminada.