Partida Rol por web

Turno 706

Vaya, cuantas sorpresas voy a pasar con esta gente... pensaba cuando aquellos enanos conversaban en su lengua. Me levanté del suelo y me retiré hacia un lado, esperando a ver la reacción de ellos. Al principio parecían enfadados y pensaba que las cosas no iban a salir bien, pero al ver los prisioneros se calmaron. Parecía que Arlan tenía amistad con ellos, por lo que al final se pusieron en su sitio y todos se calmaron.

De nuevo comenzamos a caminar, pasé gran parte del camino al lado de la carreta observando a Theonor, que daba descansaba todo el rato, aunque su color de cara parecía otro, más sano. Al parecer, la ciudad no estaba lejos y el camino que llevábamos era rápido, más que nada también porque Tangul tenía que montar su puesto ya que se jugaba el dinero de muchos kilómetros de viaje.

Así que llegamos a la espléndida ciudad enana.

- Por la comarca...

Dije con la boca abierta mientras obserbava las grandes puertas y sus grandes arcos de piedra. En mi vida había visto tan majestuosa arquitectura y mucho menos de ese tamaño.

- ¿Cuánto tiempo abrán tardado en construir esto? - preguntaré al aire con la boca abierta esperando a que nadie me contestase. Estaba maravillado.

Pero de nuevo, me sacaron de mi alelamiento. Ahora eran los guardias de la puerta. Nos miraron de arriba a abajo y nos pidieron explicaciones.

- Mi nombre es Bolgo Villaseca señor y vengo de la Comarca, desde lejanas tierras, me gustaría comerciar en el mercado y por eso me dirijo con esta compañia.

Aquel hombre, Ithar, conocía a los guardias y ellos a él, así que no tuvimos problemas al entrar, aunque nos metieron un poco de prisa para llevar los prisioneros ante el aguacil. Yo tenía que entregar mi carta, pero pensaba acompañarlos ante el alguacil, así al menos me haría un poco con la idea de la ciudad.

- ¿Y usted Sr. Elendur, qué hará después?

Turno 707/Elendur

El montaraz que había estado hablando unas escuetas palabras con el guardia de la ciudad enana se volvió a acercar al grupo tan nuemeroso con el que había venido, sobretodo cerca del pequeño hobby al que conocía de mas tiempo. Sabia que ellos tenían prisa por llevar a esos presos para que fueran juzgados y su camino le llevaba a otro lugar. En el fondo le hubiera guayado ver como funciona la justicia en esta impresionante ciudad, pero asuntos mas importantes requerían de su presencia, así que dijo en voz alta y clara

-Bueno amable compañeros, yo he de separarme ya, me dirijo a la Posada del yunque de Dorado, ha sido un placer viajar con vosotros y si necesitáis algo mas de mi sin duda ofreceré mi ayuda!

Luego miro a la enana y le dijo
-Espero que se recupere el rohir lo antes posible, sois una buena curandera y de por seguro que lo hará.

Por último miro a Bolgo, su ya afianzado amigo mediano, y le dijo
-Debo ir a la Posada para encontrarme con alguien, así que si lo deseas puedes acompañarme. Aunque no se si tienes ya cosas que hacer....

Turno 706

El humano se dio cuenta de que el grupo se disponía a disgregarse y triste en cierto modo al final del camino y presintiendo el inicio de una nueva etapa en su viaje se dispuso a despedirse de Tangul. Pidióp referencias a Bolgo sobre donde iria a estar en el mercado pero antes de nada quiso despedirse de quienes le habían librado de su cautiverio, al percibir el mal humor de Draupner estas palabras le dirigió.

Buen compañero, recuerda las penurias que pasamos y alegrate de haberlas dejado atrás sano y entero, como lo hago yo. Si me toleras quisiera tomar contigo una de esas cervezas que comentas son tan buenas para quitar las telarañas de las tripas y despejar la mente.

Luego pensó un segundo y terminó diciendo a todos antes de que se fuesen, cada uno por su lado.

De hecho amigos, creo que deberíamos ir todos juntos a despedirnos como es debido. No siempre se juega uno la vida en los caminos y cuando se hace hay una ley no escrita que obliga a compartir mesa y bebidas antes de despedirse, para espantar los temores y reir a gusto. No soy dado a las fiestas pero creo que merecemos divertirnos.

Dicho esto se ofreció a declarar en el juicio sobre los bandidos si fuese necesario y acompañó a Draupner y a quien más quisiese a una buena taberna donde sentar los huesos.

Turno 706/Elendur

Antes de irse Elendur escucha las palabras del humano Gelion y sonrie, y responde a modo de propuesta

A dónde me dirijo, la posada del Yunque Dorado, me han dicho que sirven la mejor cerveza de la ciudad...así que si quereis luego nos vemos allí.

Dijo el montaraz antes de despedirse, mientras afianzaba su mochila.

RESOLUCION DEL TURNO 706

Draupner se había enfadado bastante con las risas de Ithar, Arlan y los guardias de la puerta. Incluso le pidió a  Oin que trasmitiera su renuncia al jefe de su grupo. Después de aquello, continuaron su marcha guiados por el jefe, que sencillamente había hecho oídos sordos a las palabras de Draupner.

El guardia, caminaba a grandes zancadas, un poco por delante del grupo. Ilidan, con grandes pasos le seguía algunos metros por detrás. Elendur iba tras ellos.

El resto del grupo caminaba algo mas relajado, al ritmo de la carreta. Cuando llevaban varios minutos caminando, Tangul anuncio que debía dejarla compañía de los aventureros, para ir a montar su puesto.

Theonor bajo del carro, junto a Gelion. Marga ayudo al rohir a ponerse en pie y a intentar caminar. Oin presto, se ofrece para ayudar al humano a andar.

Todos se detuvieron para despedirse de el, todos excepto eleve de la guardia, que no se había percatado. Incluso sus hombres, se pararon para que Tangul se marchase.

Ilidan, que caminaba muy cerca del guardia, le insta a detenerse. Mientras el enano sopesaba la situación, y decidía si esperar u ordenar a sus hombres que continuasen, Ilidan se dirigió su mirada al mercado, vigilando y observando a todo el que pasaba.

Eledur, llega poco después hasta el guardia, y comienzan a hablar sobre algo. Nadie oye de qué se trata.

Cuando Elendur y el enano terminan su conversación, este último retrocede, en dirección al grupo, varios metros. Después con un sonoro grito y un gesto de su mano, hace que sus hombres cogan a los prisioneros y comiencen a camiar de nuevo.

Galindum invito al grupo a continuar para poder presentarse cuanto antes al alguacil, y poder así tomar algunas cervezas después.

Gelion, con una emotiva exposición, intenta convencer al grupo para continuar todos juntos hasta el momento de poder festejar el regreso.

No estaban todos convencidos, Draupner estaba decidido a marcharse, y Elendur iría directamente a una posada llamada “El Yunque Dorado”. Bolgo quería ir a ve al alguacil, mas por curiosidad que por necesidad.

Todos caminaban juntos aun, pues parecían llevar el mismo camino.

En el mercado, todo era una ebullición de trabajo, varios hombres cargaban grandes cestos de frutas, un carnicero enano preparaba el corte de una buena pieza de buey y algunos compradores miraban el género inspeccionando su calidad. El grupo aun permanecía unido por el momento.

Pasado un buen rato, el guardia, ahora bajando su ritmo para no distanciarse, se detuvo y con otro gesto ordeno a sus hombres hacer lo mismo. Lo habían hecho justo delante de una entrada a un pasillo lateral.  Después e dio a vuelta. Para hablar.

Turno 707

- Bien, aquí es. Los que hayáis atrapado a estos malhechores, que me siga- Dijo mirando a Draupner con algo de recelo. – Es la hora de dar explicaciones y judgar a los enanos.

Turno 707 (Daupner y Oin)

Tanto Draupner, como Oin, conocen la mayoria de cervecerias de la ciudad. Y cuando Elendur dice el nombre de la posada "El Yunque Dorado", ambos recuerdan el sabor de la cerveza. Realmente es la mejor de la ciudad. Ambos sabian llegar perfectamente hasta ella, incluso con los ojos vendados.

Turno 707

El yunque dorado parece un buen nombre. Sin embargo creo que deberíamos reunirnos todavía para una despedida en condiciones. Señor guardia, si en algo puedo ayudar a la investigación ruego me avise en el yunque dorado, donde creo que me encontraré a gusto. Si cambiase de lugar de residencia y fuere necesario contactarme dejaré nota al posadero para ser localizado.

Gelion se despidió de sus amigos e intentó que se juntasen todos en alguna posada antes de dirigirse junto con Elendur al Yunque Dorado, que parecía un lugar agradable, según decía Elendur.

TURNO 706

Bolgo/Turno 707

Al ver que el alguacil pedía que les acompañase los que tenía que ver con los presos, lo pensé dos veces, no por nada, sino que porque no tenía nada que ver y el Sr. Elendur se marchaba a la posada, donde podría averiguar a quien tenía que entregar la carta.
- Señores, creo que finalmente me dirigiré a la posada con el Sr. Elendur, tengo algo pendiente. Si es buena excusa también para reunirnos y descansar, nos veremos dentro de un rato. Dentro de unos minutos nos veremos allí, tengo que buscar a una persona.

Y separándome del grupo fui en busca de Egorant, quería entregarle el sobre y recibir mi parte.
- Mejor dicho, Sr. Elendur, le importaría acompañarme un momento por el mercado, debo encontrar a alguien y entregarle una cosa. Después le acompañare a donde quiera, que me dice?

Draupner / Turno 707

Como el camino que había decidido tomar era el mismo que el del resto del grupo prosiguió con ellos hasta que llegó el punto en el que parecía que la comitiva debía dividirse.

No dándose por aludido por el comentario del guardia, marchó hacia una taberna.

- Os acompaño al Yunque Dorado, al menos hasta que el aire se enrarezca y ya no se pueda estar ahí - dijo a los compañeros que marchaban también hacia allí.

La posada del "Yunque Dorado" es una buena posada, con alojamientos muy comodos, que hacen de ella un lugar codiciado para la gente relevante que visita la ciudad.

Ademas posee una gran planta baja con mesas y una barra, que sirve la mejor cerveza de la ciudad. La guardia no suele ir alli por estar frecuentada por sus superiores.

No queda lejos de alli, de hecho a pesar de estar a casi quince minutos de vuestra posicion, es la mas cercana. Conoces muchas de la taernas, posadas y cervecerias de la ciudad.

Turno 707/Elendur

El montaraz del norte escuchó a Bolgo, al parecer queria ir priemro al mercado pero sabia que si se dirigian al mercado, con la gente que habia hoy, tardaría un buen rato a lo que respondio al pqueño amigo

Lo siento bolgo, es que debo entregar una hierbas medicinales para alguien que se muere, por eso mi urgencia, y debo hacerlo lo antes posible, si quieres después de hacer mi entrega podré acompañarte sin problemas.

Elendur se alegró de que no solo Bolgo le acompañaba tambien Gelion y parecia que Draupner el enano también vendria.
Se acicaló el pelo y revisó que llevaba en correcto estado la medicina. Y tras eso prosigió hasta el Yunque Dorado, posada que visitaban frecuentemente, personas importantes, debido a la calidad de sus bebidas.

Oin - Turno 707

Oin simplemente espera a que cada uno decida su curso. A él, le han contratado para eso, y no dejará a los bandidos hasta que estén frente al aguacil. Sólo lamenta la pérdida de Draupner pero no dice nada sabiendo que no le hará cambiar de idea.

Gallindum - Turno 707

"Por la barba de Durin... que enano insolente", pensaba mientras el guardia les metía prisa, les gritaba y les ordenaba cosas como si fuesen mendigos que hubiesen llegado a la ciudad pidiendo un plato de comida.

Tras despedirse de Tangul, casi sin tiempo, prosiguieron el camino, hasta que el guardia se paró, esperandolos en la entrada a un corredor lateral. Aquí el grupo se separaba, al parecer, ya que a algunos se les habían quitado las ganas de ver al alguacil, otros no tenían porque verlo, y otros simplemente tenían cosas más importantes que hacer.

Gallindum decidió que iría junto a Oin a ver al alguacil. Les había costado sudor y sangre traer a esos malditos hasta la ciudad, y Gallindum no pensaba perderse el juicio. - Yo ire con Oin a ver al alguacil, quiero saber de primera mano cual es el castigo de estos renegados. Luego podemos reunirnos en alguna taberna.¿El Yunque Dorado decis? de acuerdo, encontremonos allí.- Propuso Gallindum.

Y el enano se dispuso a seguir a los guardias de Barukkizdin hasta la presencia del alguacil

RESOLUCION DEL TURNO 707

El jefe de la guardia o guío hasta una salida lateral del gran recinto. Habíais pasado de largo varias como aquella pero solo esa era la que se dirigía hasta las dependencias del alguacil y el resto de la guardia.

Era un largo pasillo, con una sencilla bóveda y con bastantes adornos en piedra. El suelo era difícil de ver, pero mirando hacia abajo, se veian grandes losas pulidas de piedra marmórea. Tenía algo más de tres metros de ancho y estaba abarrotado de gente. Esta iba y venia a toda prisa, entrando y saliendo de las muchas puertas que se abrían en sus paredes. A menudo pequeños carros empujados por los propios comerciantes, sembraban un poco el caos entre la multitud, pidiendo paso y empujando a la gente.

No todos los aventureros pretendían presentarse ante el encargado de la seguridad de toda la ciudad. Algunos pensaban dirigirse hasta aluna posada.

El guardia se vio forzado a pararse, mientras sus soldados abrían paso entre la multitud que se apretaba en el pasillo  y el grupo decidía quien les acompañaba. En realidad el solo necesitaba un par de voluntarios, el resto le daba igual.

Gelion, insistía en que debían reunirse todos antes de la despedida, y creía que no había mejor lugar que la posada que Elendur había nombrado. Su idea era celebrar su victoria contra los enanos rebeldes, y festejar que todo había salido bien. En realidad no sabia que habían muerto dos personas. Wroglu el enano y Aldanur, un edain montaraz.

Draupner algo enojado por el trato recibido, decide dejar a los enanos a su suerte y marchar directamente a la posada del Yunque Dorado, famosa por su cerveza y por sus lujosos alojamientos.

Su compañero Oin, al contrario, desea dar la cara ante el alguacil para saldar su cuenta con los enanos bastardos. En el fondo le sigue doliendo haber tenido que deshacerse del oro que había encontrado, aunque aun guardaba algo… Entiende la reacción de su amigo Draupner, pero cree necesario representar aquello por lo que le pagan y entregar a los presos.

Gallindum lo tenía claro, quería ver de cerca como funcionaba la justicia en esa ciudad. Por supuesto, al igual que Oin y cualquier enano, deseaba tomar una gran pinta de cerveza, degustar algo de asado y descansar tranquilo. Sin duda, después iría al Yunque Dorado.

Elendur tenia clara su misión y se dirigiría allí donde era mas probable encontrar su objetivo, la ya famosa posada del Yunque Dorado. Bolgo también sabia que había ido a hacer allí, por lo que pidió al montaraz ayuda para adentrarse en el mercado, encontrar al comerciante que buscaba, y después acompañar a Elendur a la posada. Lamentablemente, el edain tenia que llegar cuanto antes a la posada para entregar lo que portaba, si era allí realmente donde estaba la persona que buscaba.

Theonor caminaba aun bastante debilitado, y Marga se ofreció para llevarle a la casa de curas de la ciudad. Los enanos no eran muy amigos de los métodos curativos, hierbas y demás remedios, pero gracias a la actitud abierta de esta, había conseguido crear un hospital medianamente bueno. Zalmoxis, enamorado de las artes curativas de la enana, ayudo a Theonor, asistiéndole para caminar en pos de Marga, que ya había emprendido la marcha, mientras prometía ir mas tarde a la posada.

Todos se separaban, entrando en el pasillo tras el guardia, dirigiéndose a la casa de curas o encaminándose hacia la posada.

Ilidan se quedo pensativo, como si no supiera exactamente donde dirigirse. Finalmente hablo, declarando su intención de presentarse frente al alguacil.

Algunos de los aventureros seguían a Arlan y al guardia. Mientras otros se dirigían hacia la posada del Yunque Dorado.