Partida Rol por web

Turno 612

 - Lo siento, no pretendiamos dañar al hombrecillo... solo queriamos robarle, necesitabamos dinero. Estoy arrepentido, no me haga ningun daño, dejeme marchar... lo siento... Tenga piedad, alejeme de ese infernal hombre... - El dunledino estaba asustado, sobretodo con la idea de que el rohir le quemase vivo.

Turno 611

El hobbit ayudo con la tarea que llevaba a cabo el montaraz. Pronto una pira ardiente de cuerpos se consumia pasto de las llamas. Leolfas ignoraba las preguntas de Bolgo, la cara del rohir era de pura rabia. El frenesi del fuego le hacia parecer peligroso, incluso daba miedo.

Bolgo estaba a su lado, observandole e intentando sin exito mantener una conversacion con el hombre. Leolfas tan solo le ignoraba, parecia no oirle, tan solo miraba la carne quemandose.

Pronto todo se torno deplorable. La carne de los muertos ardia, el olor era nauseabundo, y penetraba hasta lo mas hondo de la cabeza. Era una imagen terrible.

Turno 612/ elendur

Eso esta mucho mejor...una ultima pregunta....¿matasteis vosotros al padre de ese rohirrin? .aun así eres un malhechor, no hay que robar, si necesitas dinero debes buscar un trabajo digno. Que sepas que voy a estar por esta zona y que si te vuelvo a ver haciendo delitos no tendré ninguna piedad contigo y yo mismo acabare con tu vida. Ahora corre, corre y no mires atrás.

 tirada de influencia para el dunledino. Si mato al padre, pero depende de la tirada lo disimulara bien o no. ademas tiro para deterninar si Elendur le crre.

Turno 612

- ¿como?, yo no he matado a nadie, jamas he estado en rohan. No conozco a ese rohirrim ni a nadie de su familia. - dice el montañes muy seguro de si mismo. - Dejeme marchar, ese hombre es un sanguinario, detesta a los de mi pueblo, solo desea nuestra muerte, nada tiene que ver la muerte de su padre...- termina diciendo antes de enmudecer.

Elendur mira a los ojos al dulendino, y parece que éste sigue sin confiar en él y en consecuencia contándole mentiras y falsedades, así que a Elendur no le queda otra opción que entregarselo al rohirrin que está cegado por la ira.

Mucho me temo que no solo tus hechos te condenan, sino que también tus palabras exentas de verdad. Ven...vamos abajo

Turno 612/ elendur

Elendur con cara de decepción baja al camino con el prisionero atado, cauteloso se acerca a Leolfas y le dice

Aqui tienes, él es uno de los que mataron a tu padre...yo optaría por llevarlo a la prisión del poblado más cercano...pero voy a dejar que tu razocinio decida.

Bolgo/turno 112

Aquella pila de cadáveres comenzaba a arder de verdad. Cuando el humo nauseabundo comenzó a levantarse con fuerza tuve que echarle hacia atrás, mientras me tapa el rostro con la cara. Nunca había presenciado nada así, pero aquel rohir, cegado por la locura disfrutaba con aquella fogata humana.

En aquel momento apareció el montaraz de nuevo, con uno de los cuerpos, dando a elegir al jinete lo que quisiese hacer con el.

- No le escucha Sr. Elendur, esta como en trance. En cuanto me recupere de todo esto seguiré mi camino, tiene algún destino?

Y de pronto comencé a marearme de verdad y tuve que detener por un segundo la conversación. Aquel olor comenzó a apodararse de mi garganta y poco a poco noté como un malestar comenzaba a surgir desde mi estómago. En un segundo, me vi apoyado en una gran roca vomitando todo el desayuno. Hacía tiempo que no vomitaba y aquella sensación de dolor en el pecho era muy desagradable. Después de unos segundos, me dirigí de nuevo hacia Elendur.

- Esta noche tendré que cenar por dos, sabía que esto no era buena idea...

Y esperé a que la conversación siguiese como antes. Notaba un malestar en el cuerpo que sabía que me iba a durar un tiempo.

Turno 612/ elendur

Escuchó atento al pequeño hobbit y miró la aptitud del rohirrin, si es cierto que estaba ido por la ira y la imagen de la hoguera humana le hacia satisfacer su furia, no actuaría con la razón, asi que Elendur se quedó pensativo sobre que poder hacer con este hombre, siguidamnete respondió a Bolgo

Si Bolgo debo ir a la ciudad enana de Barukkizdin, ¿a dónde te diriges tú?

Luego le ve vomitar y va cerca suyo por si necesita ayuda, la situación de tensión la habría revuelto el estómago

Una buena infusión te vendrá bien, joven. Bueno digo joven por tu aspecto, aunque quizás tengas más años que yo-dijo con una leve sonrisa.

¿Sabes si mas al norte hay algún poblado? Habría que dejar a este hombre a manos de la justicia
Elendur tenia cogida con la mano izquierda la cuerda que ataba las manos de aquel dulendino mentiroso, no podía permitir que se escapase, asíque lo vigilaba de cerca.

Turno 612/ Bolgo

- No se preocupe Sr. Elendur, soy jóven aún, pero no por eso un novato - le dije sonriendo con mi mejor cara dentro de mi malestar - No sé si hay ningún pueblo al norte de aquí, me dirijo hacia Barukkizdin, pero no conozco nada más, tengo una orientación sobre el camino, pero apenas sé nada. Tengo que hacer un recado y después ya veré.

Después me dirigí hacia el rohir.

- ¡Sr. Leolfas, aquí está el malnacido que mató a su padre, llevémoslo ante un alguacil, allí le darán justicia! -pero parecía que no me hacía mucho caso. Me dirigí de nuevo hacia el montaraz - Bueno, por mí ya no tengo nada que hacer aquí, me gustaría darle las gracias de nuevo al Sr. Leolfas pero le ocurre algo. Esperaré si contesta, si no me dirigiré hacia mi destino, si tiene que dirigirse hacia allí sería un placer viajar con usted - y sonrei de nuevo, al menos tendría compañía.

 Turno 612

- Bien, he terminado mi tarea. Yo volvere a Esgaorth, alli entregare a este malnacido - dijo el rohir con los ojos vidriosos y una cara de total divagacion. Estaba fuera de si, pero habia canalizado la ira en puro dolor. No medio mas palabras, se limito a agarrar la cuerda con que elendur habia atado al herido arquero y volvio a dirigir la vista a la pira.

Turno 612/ elendur

Elendur cedió al arquero preso a Leolfas con algo de recelo, aun le veía un poco ido, pero era estupendo que él pudiese entregarlo a la justicia, pues el montaraz debía seguir su camino a la ciudad enana y parece ser que no iría solo, pues el parlanchín hobbit tenía su mismo destino.

Bien Bolgo parec que ya esta todo decidido, Leolfas llevará el preso así que si quieres podemos ir juntos a nuestro destino, yo también tengo que hacer un recado urgente allí. Y con mi compañía espero que te sientas mas seguro

Bolgo/612

Parecía que todo se estaba aclarando. El Sr. Elendur y yo viajariamos hasta Barukkizdin. Y el Sr. Leolfas se ocuparia de quien mató, al parecer, a su padre. Ya no teníamos nada que hacer allí así que comenzamos a caminar, mientras dejábamos a lo lejos al rohir.

- ¡Un placer haberle conocido Sr. Leolfás y gracias por su ayuda, que tenga suerte! - le grité mientras nos alejábamos. Saqué de mi mochila la pipa y la hierba de fumar. Antes de encederla inhalé su gran aroma para después soltar todo el aire, tranquilamente - ¿Usted fuma Sr. Elendur?

Antes de partir, Elendur limpió su espada y cortó parte de la cuerda para quedarse con algunos metros de cuerda para el camino, Leolfas no necesitaría tanta cuerda para llevar al prisionero.

Luego siguió el camino junto a Bolgo el hobbit, él le ofreció hierba para fumar a lo que el montaraz contestó
Solo a veces, pero ahora mismo no me apetece...gracias

RESOLUCION TURNO 612

 Hobbit y hombre, como si de toda la vida se conocieran, compartirian el resto del camino. Uno agradecia la compañia, mientras el otro se tranquilizaba por la proteccion. Bolgo habia demostrado que podia valerse solo, tan solo necesitaba algunas piedras y su amada honda.

Atras dejaron a Leolfás, con la cuerda agarrada, mirando fijamente la pira con ojos llorosos. Estaba en trance.

Poco a poco Bolgo y Elendur fueron desapareciendo de la vista del rohirrim. Elendur temia lo peor para el dunledino, al que dejaron muy asustado, herido y con el vengativo hijo de un padre asesinado. Él era el acusado y veia como sus compañeros muertos ardian en el fuego.

Avanzaron rápidamente, el silencio al principio era su compañero de viaje, pero finalmente ambos rompieron su silencio y comenzaron poco a poco a entablar una pequeña amistad.

Los dias iban pasando, cuando dejaron a Leolfás, aun les quedaban unos cinco dias de trayecto, de modo que sin perder demasiado tiempo en preparar comidas dedicaban casi todo su tiempo a caminar. El hobbit seguia a duras penas el amplio paso del montaraz, pero a su modo, no perdia distancia con el, sin duda Bolgo era agil y resistente.

Iban por el camino, que poco a poco se volvía mas abrupto. Comenzaban a aparecer los arboles a los lados, acompañados siempre de altos arboles. Segun recorrian el camino, los arboles se agrupaban cada vez mas, hasta formar extensos bosques. Dormian cada noche al raso, junto a un pequeño fuego, el tiempo estrictamente necesario para el descanso. Ambos ansiaban llegar cuanto antes a la ciudad enana.

El clima se volvía tambien mas duro. Se acercaba una fuerte ventisca y pronto estarian en problemas si la nieve les pillaba desprotegidos.

Despues de tres dias de caminata, llegaron a un lugar en el que parecia que se habia librado una encarnizada lucha. Aun habia varios cadáveres en el suelo. Varios enanos muertos, dos hombres e incluso una mula. Los cadáveres habian sido ya despojados de todo cuanto hubieran tenido, por el estado en que estaban, al menos habian pasado cuatro o cinco dias. El frio hubiera mantenido casi intactos los cuerpos, pero las alimañas y algun que otro animal mas grande ya habian provado bocado de ellos. Todos estaban tirados en la cuneta del camino, aparentemente apartados...

Aun quedaban un par de dias por delante antes de llegar hasta Barukkizdin.

Bolgo/ Turno 613

Nos costó un poco dejar el lugar, más al Sr. Elendur que a mí, pues él perdía un acompañante, y yo ganaba un posible aliado en caso de algún ataque, además ¡así no andaría sólo! No es que no me gustase, pero la presencia de aquel hombre me tranquilizaba. Había hombres nobles, y parecía que el montaraz era uno de ellos. Fumaba la pipa tranquilamente, tenía que relajarme después de aquel mal rato que habíamos pasado.

- Es una hierba muy buena, Sr. Elendur, directamente importada de la Comarca - dije mientras miraba la pipa orgulloso - Aunque reconozco que está un poco seca, lleva ya meses conmigo aquí en mi mochila - y reí un poco - En la próxima posada, donde estemos más tranquilos, tendrá que acompañarme, ¿de acuerdo? al menos para devolverle el favor que me ha hecho salvándome de aquellos ladrones.

El tiempo pasaba, y aunque al principio costaba entablar una conversación decente, conseguimos hablar de cosas sin importancia. Me enseñaba algo sobre los caminos y sobre las hierbas y yo le contaba historias de mi abuela y de mi tierra, que al menos, eran graciosas y hacían el camino más ameno.

El tiempo no acompañaba, y hacía el viaje duro y pesado. El viento no dejaba de azotar con fuerza y notaba la cara cortada y los labios agrietados. Aún así, continuábamos el camino, pues el montaraz era duro y de buenas piernas, en más de ocasión me llevó a trote y tuve que pedirle que me diese un respiro.

- Lo que menos me gusta de viajar junto a usted, Sr. Elendur, es que apenas para a comer, ¡hay que que comer bien! decía mi padre, debe usted de alimentarse pues sino enfermará, esa espada acabará haciéndole daño en los huesos y tendrá problema - le contaba en una de las cenas rápidas a las que nos dedicábamos después de un viaje largo.

Tres días pasaron desde aquella tarde cuando fui asaltado. De vez en cuando me venía a la mente el Sr. Leolfás. Me preguntaba que habría sido de él, aunque en realidad seguro que estaba bien, aquel hombre era fuerte. Pero de repente, esos pensamientos se nublaron, cuando el camino comenzó a estrecharse unos bultos se hacían a los lados.

- ¿Qué es eso? - dije sacando la honda. Cuerpos sin vida yacían entre charcos de sangre congelados, una matanza se había librado allí - ¿Cree que sería bueno buscar algo Sr. Elendur, o mejor continuamos con nuestro viaje? Sería bueno echar un vistazo, quizás alguna huella que después nos encontremos nosotros y podamos reconocer para evitar algún ataque sorpresa - le comentaba mientras preparaba una piedra y miraba a los alrededores.

Turno 613/Elendur

Elendur ahora se sentía como un padre, aquel pequeño hobbit le daba cierta ternura y le despertaba el instinto protector de un padre, aunque friamente sabía que este hobbit a pesar de su tamaño tenía la mentalidad de un adulto e incluso demostró valerse por si mismo si estaba motivado. Aún asi le gustaba la idea de no viajar solo, y escuchaba atento las historias que éste le contaba.

Lo lamento Bolgo si voy demasiado deprisa, si ves que necesitas descansar dímelo, pero cuanto antes lleguemos a la ciudad enana menos riesgos correremos.
No es necesario que me devuelbas ningún favor, pues tu mera compañía es un gran regalo-Elendur sonreía mientras comentaba esto último, no era habitual en él mostrar sonrisa alguna.

En los ratos que Bolgo no hablaba Elendur se dedicaba a pensar, entre alguna cosas, el qué habría pasado con Leolfas y el dulendino, ¿lo habría llevado ante la justicia? o simplemente habría acabado con su vida. Estaba cegado por la ira y un hombre en su estado no es consciente de muchos de sus actos, aún así es comprensible tras la muerte de un ser querido.

Elendur miraba de un lado a otro el camino y su entorno, con el fin de forrajear o encontrar los refugios más propicios como viajeros que eran, el clima de la zona no acompañaba, así que debía ser meticuloso con las estructuras del camino para poder refugiarse lo mejor posible.

Tras varios día de camino vieron a lo lejos lo que parecía había sido una encarnizada lucha.
Miró de un lado a otro para comprobar que no se trataba de una emboscada, era muy tipico de bandidos poner un señuelo en medio del camino con el fin de despistar a las presas para asaltarlas.

Cuidado Bolgo, no sabemos si puede haber gente aqui...

Tras comprobar que la zona estaba despejada, se centro en lo que habái sido la escena de la batalla, varios cuerpos de humanos y de enanos...y una mula.

Es curioso, viajeros que fueron asaltados, de que grupo sería la mula...esos serían los viajeros claro está.

Elendur se acercó e inspeccionó todos los cuerpos, viendo cada detalle, ropas, armas, complexión, sintomas de si estaban bien nutridos o no, con el fin de determinar si algunos eran guerreros, nobles o bandidos. Seguidamente investigó las huellas de alrededor, para determinar cuanta gente habái luchado, cuantos salieron vivos y si fueron humanos o enanos, tambien habría rastros de haber arrastrado cuerpos e incluso huellas de los animales que se había saciado con la carne de esos cuerpos.

Tras su investigación y de haber sacado alguna conclusiones Elendur dijo a Bolgo

Bueno pequeño amigo...creo que deberíamos quemar estos cuerpos para que descansen en paz, no tenemos tiempo para enterrarlos asi que no hay otra forma más rápida. ¿que te parece?

 Tirada de percepcion  y rastrear para Elendur y Bolgo. Buscar entre los cuerpos

Elendur rastrear 18 y percepcion -18

Bolgo rastrear -19 y percepcion 33

- Conclusion: Fallan ambos, pero ademas Elendur creera ver algo entre los arboles al fallar estrepitosamente la tirada de percepcion. Bolgo vera moverse algunas ramas, pero ningun objetivo.

RESOLUCION TURNO 613

Elendur y Bolgo, al ver todo el destrozo que habia en el camino, se dispusieron a investigar lo ocurrido.

Ambos se arrodilllaban junto a los cuerpos, mirando en sus bolsillos, entre sus ropas e intentando averiguar algo sobre ellos. Lamentablemente poco quedaba de valor, ya habian sido saqueados, y varias veces a su parecer.

Los cuerpos roidos tenian un aspecto funesto. Habia cuatro enanos dos hombres y una mula, todos ellos muertos, al parecer por las armas.

La nieve en esa zona habia caido con fuerza, y se agolpaba por el camino y sus lindes, formando una fina capa de apenas un centimetro. Mas adelante, esa nieve iba creciendo en espesor. El frio, a pesar de no ser muy intenso por el momento iba haciendo aparicion. En unas horas anocheceria, y con la desapricion del sol se iria tambien el poco calor que irradiaba su luz.

Casi habian terminado su inspeccion de la zona y los cadaveres, cuando se dispusieron a amontonarlos con el fin de que sus cuerpos no fuesen mancillados por las bestias, quemandolos hasta reducirlos a cenizas.