Partida Rol por web

Mientras hablaba de la muerte de Lorrimor,Jarrick veia en la bella mujer matices de cuando estaban juntos en el monasterio. Pero siempre estaba la figura del viejo maestro presente, ayudando cuando se le necesitaba. La figura había desaparecido en un "accidente"...Su mente estaba ya pensando en como salir para ir a investigar la  antigua carcel. ¿Como cayó? ¿Fue empujado? Cietos de preguntas se agolpaban en su cabeza mientras Kendra continuaba contando lo sucedido...

Las palabras no importaban, para Sicarius solo era música emanando de los dulces labios de Kendra... Era un curioso efecto el que causaba esa muchacha en él. El siempre alerta guerrero se quedaba absorto y todo pasaba armoniosa y lentamente, como si de una danza se tratase. Su mente quedaba en blanco y empezaban a sudarle las manos. Estaba noqueado, se diría que como hechizado...

De repente entró en si y dijo

-Como que se cayó por un balcón?!?-  Eso pareció alterarle tanto como para sacarle de su nirvana personal

-... y un cuerno- pensó

Su tez se agrió como la ensalada demasiado aliñada y se cruzó de brazos para prestar atención.

Como si Ishaya fuera capaz de escuchar los engranajes de las mentes de sus hermanos mientras carburaban sus desconfianzas y se devoraban a sí mismos con horribles sospechas, o paranoides conspiraciones, apareció el lado más pragmáticos del enano.

Los accidentes ocurren. Y en sitios en ruinas hay más posibilidades de tropezar. Era su destino, y así estaba escrito, Pharasma le llamó a su lado. Sabes en que estaba enfrascado últimamente?

Kendra miró con ternura al enano. Estaba claro qúe el sacerdote enano rezumaba sentido común por sus cuatro costados, volviendo a demostrar que él era verdaderamente el líder o cerebro del grupo. Tras esto comenzó a hablar:

- Pueees... ya sabéis cómo era mi padre- volviendo a dibujar una sincera sonrisa al evocar el recuerdo de su padre. - Clases en la Universidad de Lepidstadt, viajes a Absolom, conferencias en Magnimar... una vida de lo más ajetreada- argumentó la joven, mientras dejó pasar un lacónico impás de tiempo para ordenar sus pensamientos - Aunque debo decir que en estos últimos años en Ravengro, su salud se había visto afectada... Había perdido bastante visión y comenzaba a quejarse como un anciano- sonrió Kendra mientras las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos - Últimamente pasaba el tiempo hojeando multitud de manuales. La gran mayoría de ellos sobre esoterismo. Espíritus, poltergeists... fantasmas...- Enumeraba la chica sin darle mayor importancia, pues desde pequeña sabía que su padre era un enamorado de esos temas, y si en algo era rico Ustalav, era en historias sobrenaturales. - Muchas noches salía a dar una vuelta por los campos de maíz... - su rostro se enturbia debido a la tristeza - Siempre argumentaba que la artrosis no le debaja conciliar el sueño y que necesitaba un paseo... debería haberlo acompañado...- finaliza Kendra sintiéndose culpable del destino de su difunto padre.

La referencia de la hija de Lorrimor a los campos de maiz reververó en lo profundo del niño de pelo de fuego, y trajo retazos de imagenes inconexas en donde una doncella de hierro, aquel instrumento de tortura, solo que hecho de ramas de mimbre ardía en mitad de la noche, con aldeanos agonizantes en su interior...aquellos pueblerinos proferian unos alaridos que cubrian toda la extension de la oscura noche, mientras unas caritas en apariencia inocentes reflejaban el brillo de las llamas en sus ojos infantiles...y Erodel, creia verse entre una de aquellas caras vueltas a la hoguera...

De forma disimulada Lyria se acercó a Ishaya y le susurró al oido mientras Kendra se abstraía en los recuerdos de su padre:

- Tengo que hablar contigo y con el resto. Harrowstone parece encerrar más misterios de los que sabemos. En el tomo de los conocimientos que me dieron en el templo habia varias referencias. Pero ahora no es el momento. Kendra ya ha sufrido mucho para comentar ciertas cosas delante de ella.

Lyria se volvió a apartar de Ishaya. No deseaba que Kendra se enterase de sus sospechas. El recuerdo de Lorrimor, y el posible sentimiento de culpa por no haberlo acompañado, estaban demasiado vivos.

No te atormentes más Kendra, aunque le hubieses acompañado el destino hubiese continuado su curso.... Todo está escrito.

El destino está escrito en los huesos, y los huesos pueden romperse

El pensamiento rompió la línea de razonamiento de Ishaya, quizás si Kendra hubiera acompañado al viejo investigador, el accidente no se hubiese producido... Pero no era necesario cargar sobre las espaldas de su hermana más peso del que ya portaba....

Después de la ceremonia me enseñas los libros que estaba estudiando Padre, solamente quiero saber en que andaba metido el curioso metomentodo....
Por cierto Kendra, te tengo que presentar a alguien.... Acércate Erodel....
Él es el nuevo miembro de nuestra peculiar familia, vino a nosotros en una extraña circunstancia y le invitamos a unirse a nosotros.... A Padre le hubiese gustado conocerlo.... Como puedes ver tengo la misma debilidad que él por ayudar a los demás...

El niño se acercó docilmente al lado del enano, trotando con armonía hasta el. Luego miró a la hija del malogrado Lorrimor con aquellos ojos suyos, tan vivos y relucientes, como dos joyas dignas de reyes encastadas en el agraciado contorno de su risueña cara. Trató de componer su mejor sonrisa, y con una ligera inclinación de la cabeza, del modo que en tiempos remotos le enseñara alguien ya olvidado, saludó con la cortesía propia de las gentes de alto abolengo.

- Sea con vos la dicha, Kendra Lorrimor, aun en estos momentos de pesar. Mi nombre es Erodel Iomestri, y podeis considerame vuestro mas humilde servidor.

Tras aquella formula cortés, los perfectos labios del chiquillo rozaron levemente el dorso de la mano de Kendra, completando así el correcto saludo de todo un caballero.

Kendra observó con ojos amplios y sorprendidos, la refinada floritura que erodel acababa de realizar. Para una chica como ella, acostumbrada a tratar con personas de conocimiento y saber, resultó interesante ver cómo se desenvolvía el infantil muchacho.

- ¡¡Oh Erodel!!... El placer es mío. -Respondió cortesmente al joven, mientras con esfuerzos volvía a recomponer una sonrisa en su rostro. - Espero que más adelante podáis explicarme cómo Pharasma guió sus pasos hasta mis amigos... - dejando la conversación en el aire. Acto seguido, frunció el ceño de una forma casi inadvertida, pues Kendra solía mantener la calma y la compostura en la gran mayoría de las ocasiones:

- Suerte que habéis llegado, pues comenzaba a temer que nadie acudiría a despedir a mi padre...- justo en ese instante, y antes de que nadie pudiera ahondar en el nuevo dato aportado por la muchacha, uno de los acólitos instó a la chica a apresurarse a subir a la parte posterior del carro fúnebre, pues el féretro ya había sido cargado y la ceremonia en las Restlands aguardaba.

Una vez en el carro, Jarick se dirige a sus compañeros. En voz baja:

- No me gusta . LLeva aqui un tiempo y nadie va al funeral? Es un poco raro, sobre todo si tenemos en cuenta el hecho de que era una persona afable y justa...

Sabía que aún asi, sus sospechas eran infundadas. Porqué alguien debía matar a su viego amigo y maestro? De todas formas sabía que tenia que ir a visitar el lugar donde murió Lorrimor. Tal vez sus hermanos no estarían conformes con ir, pero... sabía que a ellos también sentían como poco dudas... notaba en sus caras que no estaban del todo conformes con la explicación oficial...

Y Kendra...pobre criatura. Sola en la flor de la vida. Irradiaba la candidez de su padre pero de una manera particular. Bien, ahora que Erodel parecía haber aceptado formar parte de la hermandad, se podrían plantear incluir a  Kendra. A fin de cuentas ella era la verdadera hija de Lorrimor, al que ellos llamaron también padre...

Sicarius conducía el carro siguiendo al que llevaba el cadaver del maestro Lorrimor. Su mirada seguía a Kendra. Sus pensamientos estaban a saber donde. Muchas cosas estaban pasando por la cabeza del guerrero. El qué, solo lo sabía él.

Deja de estar paranoico, Lorrimor está muerto y ya está, hoy es día de luto y no de conspirar.

Ni miró a Jarik tras comentarle esto. Solo siguió el camino marcado por el coche fúnebre.

Sus nudillos estaban blanquecinos por la fuerza excesiva con la que sujetaba las riendas, su mirada perdida buscando algo que no se puede ver, su pie no paraba de dar golpecitos de manera nerviosa en el pescante y su respiración se hacía insoportablemente ruidosa y pesada. Un fuego terrible devoraba las entrañas del guerrero. No le gustaba lo que pasaba y el solo hecho de pensar en una muerte no accidental de Lorrimor le sacaba de sus casillas. Además estaba Kendra... su amada Kendra.

No es paranoia. Creo que el momento de investigar aun no ha llegado, pero debemos estar preparados... Para lo que sea...

Jarik no entendía la mayoría de las veces a Sic...Su furia dejaba a la suya a la altura de una hormiga, pero a diferencia de él , Sic parecía regodearse en ella. La abrazaba y acunaba hasta que le revosaba por la boca. Ellos le querían y apreciaban, pero sabía que llegaría el día que su furia los arrastraria a un camino sin retorno...a todos...

- Tranquilizaos un poco. - Intervino Lyria en un tono un poco más bajo - Ambos tenéis razón, ..., por un lado es el entierro de nuestro bien querido padre y nuestros respetos le debemos en este día de luto, y por otro tengo cosas que deciros de la cárcel de Harrowstone.

Lyria hizo una pausa para relatarles lo que sabía de la prisión de Harrowstone:

- Harrowstone fue construida el mismo año que Ravengro, en el 4594. Ravengro estaba destinada para albergar a las familias de los guardias que trabajaban en la prisión. La prisión fue parcialmente destruida por un incendio acontecido en el 4661. El fuego acabó con todo los prisioneros y con la mayoría de los guardias, destruyendo el ala oriental de la construcción. A pesar de eso, se cuenta en las crónicas que el edificio se conserva relativamente intacto.
El alcaide de la prisión pereció al igual que su mujer, aunque nadie sabe si ella se hallaba en la prisión cuando el fuego se propagó. Ravengro construyó hace unos meses una estatua conmemorativa para recordar al alcaide y los guardias que perdieron sus vidas en el incendio.
La mayoría de los criminales más peligrosos eran ajusticiados con la pena de muerte en Harrowstone, pues era una prisión dedicada a las ejecuciones de la mayoría de presos de Ustalav. El fuego fue en cierta forma una bendición disfrazada, pues pocos conocen la verdadera historia que cuenta que justo antes de iniciarse el fuego, había habido un motín en el interior de la prisión, y sólo al sacrificio del alcaide Hawkran y 23 guardias, que perecieron en el incendio, consiguieron evitar que los internos escaparan, salvando a Ravengro del desastre.
Los lugareños rumorean que el lugar se haya embrujado.

Lyria, volvió a realizar una pausa, y añadió rápidamente, porque empezaban a acercarse a su destino:

- Tal y como es Ustalav, no descartaría los rumores .... - dejando la frase en un tenso final.

Es el tipo de historia que atraería a Lorrimor. Tiene todos los elementos que le harían iniciar una de sus investigaciones... Por todo ello, nos daremos un tiempo para digerir lo ocurrido, si a Kendra no le sabe mal pasaremos unos días aquí con ella, investigaremos los libros y escritos que estuviera estudiando Padre.... Y si es necesario iremos hasta Harrowstone. Si no os importa le pediré a Kendra que se una a nosotros, con quién va a estar mejor que con sus hermanos?

Ishaya intuía los sentimientos que fluían entre sus hermanos, y también sabía que la presencia de Kendra podría resultar.... Peligrosa? Quizás no era la palabra adecuada pero el enano estaba convencido de que sobretodo lo que les unía a todos era más poderoso que cualquier otra cosa. Y que según que sentimientos encontrados no supondrían excesivos problemas para esta sin par familia.... O al menos eso creía Ishaya.

Lyria terminó asintiendo las palabras de Ishaya, aunque la idea de que Kendra les acompañase hasta el mismo lugar de la muerte de su padre se le antojaba difícil. Igualmente siguió comentando la situación con sus hermanos:

- Hay otro tema que me enerva. Lo que ha comentado Kendra y luego a subrayado Jarik. No va a venir nadie al entierro de Lorrimor? Qué pasa con la comunidad de Ranvengro? ...., son demasiado supersticiosos?, ..., o las famílias de los antiguos guardias de la prisión no les hizo gracia que nuestro padre investigase los terrenos de Harrowstone?

Lyria dejó las preguntas para la reflexión de sus hermanos, aunque en su mente empezaba a ingeniárselas para preguntar de forma no sospechosa a los lugareños por cómo veían y cuáles eran sus impresiones sobre Lorrimor.

El coche fúnebre salió de la hacienda con dirección hacia el norte, siguiendo el polvoriento camino que llevaba hasta las Restlands. Algunos lugareños os contemplaban la procesión con rostro sombrío y severo, deteniéndose durante unos segundos hasta que el carruaje se hallaba lo suficientemente lejos como para continuar con su actividad. La escena resultaba cuanto menos... curiosa.

Después de unos minutos de viaje, la procesión llegó hasta un camposanto limitado por muros de piedra y arcilla. Junto a la puerta principal, un pequeño séquito de personas notables se había acercado para darle el último adiós al profesor.

Entre ellos destacaba un  hombre de edad avanzada, perteneciente a la aristocracia de la aldea. Porta un corte de pelo bastante cuidado al igual que un fino bigote. Siempre sudoroso, resuella ante la más mínima exigencia física, debido a su descomunal obesidad mórbida. A pesar de eso, viste con ropas de exquisito lujo y se apoya en un magnífico bastón de madera y marfil. Sobre su espalda descansa el manto púrpura de líder del consejo de Ravengro. Con una depurada etiqueta se presenta como Vashian Hearthmount, primer consejero de la localidad.

Junto a él, otro aristócrata, pero a diferencia de maese Hearthmount, éste es espigado y desgarbado. La arrugada piel de su cara y sus manos le otorgan una edad que equívocamente se sugiere superior a la que realmente debe poseer. Sobre su cabeza reposa un enorme sombrero, que no duda en descubrir cuando se presenta como Gharen Muricar, consejero e historiador de Ravengro.

Un poco más apartados, un individuo achaparrado de frondoso bigote, vestido con ropas humildes y cuyo pecho se encuentra tupido por una profusa mata de pelo rizado se presenta como Zokar Elkarid, regente de la posada: El Demonio Sonriente. Acompañando a su padre, un joven muchacho de cara pecosa y pelo rubio, se presenta como Pevrin Elkarid.

Finalmente, una mujer de mediana edad, quizás unos años mayor que Kendra, vestida con ropas humildes y manos llenas de arañazos y rasguños, se presenta como Jominda Fallenbridge, apotecaria de la aldea. Sin duda es una mujer madura y bella, debido a sus exóticos rasgos Shaontís. 

Tras las presentaciones...

- ¡¿Quiénes desean contribuir al porte del finado?!- pregunta uno de los jóvenes acólitos al tiempo que comienzan a descargar el recio ataúd.

Lyria, mientras saludaba a los asistentes al entierro y tratando de familiarizarse y recordar quiénes eran, dió sendos disimulados codazos a sus hermanos Jarik y Sic. Los dos más indicados para realizar la tarea del porte del ataúd de Lorrimor.

Una vez hubo desmontado del ruano, Erodel se dedicó a observar a las gentes que aguardaban el comienzo del sepelio. Para ser el hombre que decían que era aquel Lorrimor, apenas habia nadie para darle el ultimo adios. El niño no entendía de despedidas de seres queridos, ni de mostrar respeto en momentos como aquel, lo que si podia afirmar ahora, es que si alguno de sus amigos... o hermanos casi, muriese, el lloraria, y si en especial era el enano, el muchacho de pelo de fuego saborearia una vez más la mas amarga de las soledades y las tristezas. Quizas, y ahora si llegaba a comprenderlo, asi se sentian ellos con la perdida de Lorrimor. Y puede que fuese aquel momento de empatía, de dolor compartido lo que le llevo a dar unos pasos hasta el feretro y decir:

- Ayudare a mis hermanos en esto.

Y allí permaneció hasta que Sic y Jarik se acercasen, él, Erodel, el pequeño y fragil niño perdido.

Bajó del carro tras frenarlo. Se ciñó al cinto el mandoble y la daga, una por ser su estandarte y la otra por ser el arma en honor a Pharasma. Hizo crujir sus cervicales con un brusco movimiento de cuello y se acercó para echar una mano en el ritual. Además, Sicarius necesitaba ser uno de los que llevaran el feretro, era como la última prueba de fuerza que haría ante su maestro, y claro, ante Kendra.

Aparta canijo, esto es trabajo para hombres de verdad

Echó a un lado a Erodel, después de todo este no solo era demasiado flojucho, sinó que nunca conoció a Lorrimor, no tenía derecho a ser uno de los porteadores.