Partida Rol por web

Siguiendo a sus hermanos, Jarik observa a los monstruosos seres que merodean el pequeño cuerpo del pobre niño caído. Su mano, como un relámpago, coge su arma, y acercándose a la pequeña isla a apunta a la criatura más cercana al crío. Su mente nuevamente entrando en el trance de batalla.Todas sus dudas olvidadas momentáneamente por la necesidad de actuar. Otra vez, los reces con sus hermanos quedan reducido a nada. Todos actuando de la manera que los demás conocen.

Las criaturas sobrevolaron las nítidas aguas del río y se abalanzaron con un fugaz vuelo sobre Lyria y Sicarius, los primeros en llegar a la orilla. Ambas bestias se engancharon con fuerza al cuerpo del mocetón y la cambiante e hincaron su duro y afilado aguijón. Lyria notó una fuerte punzada en su pierna, mientras que Sicarius sufrió las negativas consecuencias en su musculado cuello.

Tales alimañas se habían aferrado con fuerza, pero además absorvían activamente la sangre de ambos muchachos...

El chiquillo pelirrojo sacó una daga en un parpadeo y se dispuso a lanzarla hacia uno de aquellos mosquitos aberrantes, en concreto al que licuaba la sangre de la siniestra muchacha...

Ni el duro acero de su escudo, ni el del trenzado de su malla, el ser endemoniado se coló por uno de los pocos puntos flacos de su armadura. Aun así Sicarius no se dio por vencido ante tan débil ataque y continuó con su estratagema, hoy probaría por fin su nueva técnica, El enjambre de avispas. De detrás del escudo apareció su espada corta para asestar un golpe que casi podría degollarle a si mismo, y una vez la cuchilla estaba en lo más alto la descargó contra la estirge de su hermana.

Las parasitarias criaturas continuaban succionando el cálido icor sanguíneo de Sicarius y Lyria, pero Erodel, a pesar de no haber pegado ojo en toda la noche, reaccionó con la suficiente presteza como para lanzar una de sus dagas escondidas contra la bestia que se cernía sobre la hechicera cambiante. A pesar del buen lanzamiento, el daño fue insuficiente, y la alimaña prosiguió alimentándose de la muchacha.

De repente, una cuchilla corta y ancha descendió con furia y precisión, provocando que la estirge dañada, estallara en una explosión de sangre que salpicó a la chica de ojos extraños. Sin duda, la arremetida de Sicarius había finalizado con la malévola bestia, pero no contento con ello, aprovechó su impulso para propinar un fuerte golpe a la que se aferraba a su cuello, sin conseguir que lo liberara...

Ishaya sacó la skane y se acercó a Sicarius con la intención de acabar con la vida de la criatura que se le había enganchado.... No era muy ducho con las armas pero haría lo que pudiera....

Acercándose apresuradamente, Jarik levanta su arma y dispara en un fluido movimiento, intentando no dañar a su hermano y acabar con el asqueroso ser que está enganchado a este.

La bala restalló como un trueno y alcanzó con puntería el hinchado abdomen del parásito, escampando la sangre semidigerida sobre Sicarius. Por suerte, todo había acabado con éxito. Justo en ese instante, algunas gentes de Ravengro liderados por el alguacil Caeller, se asomaron para observar  como los Vengadores de Pharasma había reducido un potencial peligro para toda la comunidad. El alguacil, se llevó una mano al ala de su sombrero y realizó una reverencia en señal de gratitud, tras esto, se dio media vuelta y se dirigió hacia el centro del pueblo.

El combate había acabado y el peligro había pasado. Ahora era momento de investigar con premura el hecho que Lyria observó en el comportamiento de las estirges justo antes del comienzo del combate. Alternó su vista entre la dirección a la plaza del pueblo y la posición de sus hermanos, y antes de que estos se distanciaran demasiado les comentó:

- Hermanos. - Les llamó para que fijasen su atención en ella, y acto seguido susurró en voz más baja para que sus palabras no cayesen en oidos indeseados - Tenemos que volver inmediatamente a la plaza del pueblo y ver con detenimiento quién tocaba esa melodía y si es del pueblo o un extranjero nuevo.

Lyria intentaba explicar a sus hermanos el por qué de tan extraña propuesta y añadió susurrando de nuevo:

- No sé si con la tensión del combate os habéis fijado en que la música se escuchaba claramente desde aquí, y lo más escalofriante era que las estirges realizaban patrones de vuelo idénticos que en cierta forma parecían acompañar a la música. - Hizo una pequeña pausa y acto seguido continuó para dar más énfasis - ¡¡Es como si las estirges estuvieran bailando al son de la música!!, ..., me juego lo que queráis que la música tenía una carga mágica y dominadora sobre las estirges, ..., y por eso quiero saber quién estaba tocando la melodía en la plaza del pueblo.

Dicho esto y antes de que reaccionasen sus hermanos y se pudiesen poner en evidencia les comentó en un nuevo susurro:

- Disimulad. No conviene que esa persona, ni demás gente del pueblo, se entere de nuestras sospechas. Ishaya sería conveniente que fueses a mirar el estado del pobre niño. Yo me dirigiré hacia la plaza del pueblo, en la misma dirección en que se ha ido el algüacil con el pretexto de hablar con él, y espiar a nuestro objetivo.

Dicho esto, Lyria adoptó una posición relajada, para no aparentar tensión sobre el objetivo a perseguir, giró sobre sus talones y se dirigió hacia la plaza del pueblo.

Erodel recogía su daga incrustada en la aberrante sanguijuela voladora mientras miraba con fijeza a la siniestra muchacha. Un bardo encantador de mosquitos demoniacos? Cada vez surgían nuevos misterios en este cada vez más maldito pueblo. Una vez enfundó su arma y el alguacil se alejaba tras su saludo, el niño de ojos verdes gesticuló hacia Lyria, señalandose a él mismo, luego a ella y por ultimo en dirección a la plaza del pueblo, dando a entender que el la acompañaría. En lo hondo de su ser, se moría de ganas por ver aquel extraño despliegue musical, que parecía ser capaz de engatusar a seres como aquellos que acababan de defenestrar. Sería curioso ver como alguien domaba bestias con la musica...y más curioso aún, ver como aquellas bestias reaccionarían cuando las dagas del niño extinguiesen la vida del musico...

Sicarius no podía disimular su decepción y alivio por no encontrarse a Gibs flotando bocabajo en el rio. Frotó con fuerza la picadura del bicharraco y exclamó:

Menuda bestia, si los mosquitos de este pueblo son de este tamaño no quiero imaginarme como son las vacas!

Después atendió la consulta de Lyria sin demasiado interés, no veía el momento de que su camino se cruzara con el viejo chiflado.

Me quedo con Ishaya, prefiero ver como está el mocoso.

Sin duda el bravo y descortés guerrero tenía corazón, órgano que pertenecía a Kendra casi en su totalidad, pero una minúscula parte de él buscaba ayudar a los que no pudo ayudar en su percance de adolescente. Cada dia su cicatriz le recordaba que debía salvar a sus padres, a sus hermanos ... salvar a los niños.

En cuanto la amenaza de los enormes insectos se neutralizó el pensamiento de Ishaya ya estaba centrado en el pobre crío que estaba en el islote, inmóvil en el suelo... Se puso en marcha de inmediato aunque le dio tiempo a escuchar los razonamientos de Lyria...

Id, investigad, y tened cuidado.... Ahora, alguien me necesita...

No había acabado de decir aquellas palabras cuando se dirigió sin pausa hacia el lugar donde permanecía el zagal... Se adentró en la cristalina agua del río con determinación y en cuanto estubo en el islote se inclinó sobre el chico para evaluar en que situación se encontraba.... No sin antes recurrir al vínculo sagrado que le unía a Pharasma y lanzarle una oleada de energía curativa...

Bueno, esa era la mejor manera d distribuirse. Así que Jarik caminaba mientras recargaba su arma sustituyendo el cartucho gastado, y mirando cómo Ishaya y Sic se dirigirían hacia el islote. Confiaba en las capacidades de sus hermanos.

Fue con su hermana y el muchacho, ya que sin duda en la plaza las cosas se podían complicar. Y tras Sic, el era lo más parecido a un guerrero.

El enano se acercó cruzando las aguas del río hasta el cuerpo del niño. Implorando la misericordia de Pharasma, congregó las energías mágicas suficientes para alzar a un regimiento de las puertas de la muerte, pero a pesar de aquel dispendio, el pequeño Vinny proseguía en el suelo.

Un celemín de esperanza ahondó en el piadoso corazón de Ishaya cuando descubrió que el niño aún respiraba pesadamente. Estaba grave, pero no muerto... ¿Quién podría ayudarlo? Requería de un conjuro del cual el buen clérigo enano no disponía...

Sicarius recogió del suelo al muchacho y lo cargó como quien lleva en brazos a una recién desposada antes de cruzar el umbral nupcial.

Corre hermano, cúralo, tu puedes, no le dejes caer.

Se apresuró el grandullón.

Muchos recuerdos turbaron su mente, sus hermanos devorados, los vecinos masacrados por criaturas infames, el mismo casi derrotado...

Corre enano, no le dejes caer.

Ishaya se dio cuenta de que el poder divino canalizado sobre el pequeño no podía curar el mal inoculado por aquellas bestias voladoras... Al parecer no producían heridas en su definición más literal, más bien era como si consumieran la salud de sus víctimas...

Aunque una oleada de fustración e impotencia amenazaba con sumir al clérigo enano en la más absoluta desesperación supo lo que había que hacer...

Vamos en busca de Grimburrow... Mis poderes no pueden curarle pero seguro que él sí... Vamos, no te demores

Y guió al humano de vuelta al pueblo mientras trataba de recordar hacia dónde tenía que dirigirse para encontrar al hermano Grimburrow...