Partida Rol por web

El anciano sonrió ante el rápido discurrir del sacerdote enano. Al viejo Victori no se le había escapado ni tan siquiera el más mínimo de los detalles, tan sólo calibraba a los "cachorros de Lorrimor". Tal vez el viejo herrero estaba ciego, pero aún conservaba sus instintos lo suficientemente afinados para emplearlos en aquellos asuntos donde no eran necesarios los ojos.

Casi sin avisar, el anciano se acercó pesadamente hasta Ishaya, y mientras daba vueltas alrededor del clérigo, su voz comenzó a recitar un juramento ancestro, a la vez que apasionado:

Tus ojos están ciegos, tus orejas cercenadas y tus labios cosidos...

¡¡Oh, Puño de Pharasma!!

Guiame en las noches de caza,

en el fin de mis días.

No dejes que la oscuridad,

invada mi alma o

nuble mi juicio.

Pues mi palabra,

es la ley de mi diosa.

Ante mí, el camino del mártir.

Victori miró a todos los que se hallaban en el pequeño taller. Tenía muchas cosas que decir, y ni una sola que recalcar. Sabía que Ishaya arriesgaba mucho con sus cavilaciones. El camino de un Inquisidor no era igual al del sacerdocio, aunque ambos amaban a La Dama de las Tumbas hasta el precepto de donar su vida para mantener su servicio.

- Habéis aceptado un camino muy duro...- afirmó Victori cruzando sus brazos tras su espalda, mientras contemplaba con su mirada una de las paredes del taller, como si se tratara de una ventana - Puede que la gente jamás comprenda lo que hacéis por ellos. Tan sólo los detalles nimios y superfluos... Sea falsa o no,... para la opinión de la gente siempre seréis saqueadores en caso de ser descubiertos... Ése es vuestro arduo camino. Ese es el camino del mártir.-

Lyria estaba atenta ante las disertaciones de dos grandes elucubradores que tenía enfrente. Estaba emocionada ante el discurrir de la experiencia y la templanza de razonamiento. Bien impulsada por la espiral de razonamiento, bien por el comentario de Victori sobre los prejuicios y los actos, se sintió impelida a intervenir:

 - Maese Redge ... - Comenzó Lyria captando la atención de los presentes - ..., desde que hemos llegado hemos sido prejuzgados por los habitantes de Ravengro por nuestra procedencia, al ser hijos de un erudito incomprendido y también juzgado por sus investigaciones para con la no muerte. Pero esto, aunque algo ha mellado nuestra convivencia, no nos ha apartado del camino y la resolución que nos marcó nuestro difunto padre. Hablo en nombre de todos al decirle que estamos seguros de lo que queremos hacer, aunque se nos vuelva a prejuzgar y tengamos que volver a demostrar que nuestros actos están dirigidos a un bien mayor.

Mantuvo la mirada fija, con resolución, en el gran hombre que parecía Victori Redge, aunque las apariencias fingiesen lo contrario.

Tras las palabras de Lyria, Sicarius solo pudo sentirse un orgulloso soldado de Pharasma y lo demostró dando un tremendo y sonoro golpe con el puño en su pecho.

Somos los vengadores de Pharasma, solo la Dama de las tumbas podrá juzgar nuestros actos, solo los malditos deberán temernos. Nadie puede detenernos, nuestra convicción es inquebrantable.

Después se dio cuenta de que normalmente este tipo de reacción del guerrero era precedido de una colleja del enano por hablar cuando no toca, así que dio un paso atrás y esperó la tormentosa ira de su hermano mayor, en silencio, sumiso.

- Además - añadió Erzsen, para tratar de aunar fuerzas con sus hermanos - si en la cripta no descansa nadie, como bien ha dicho Ishaya, entonces el unico posible crimen sería el de ... apropiarse de esos objetos abandonados - al decir esta última palabra puso un especial enfasis - ... objetos que trás su buen uso contra lo que sea que ronda por Harrowstone, serían devueltos a la cripta...

El chico pelirrojo habló con aquella voz que a veces surgía de sus entrañas, la voz de un hombre acostumbrado a no pedir las cosas más de una vez y de que se cumplieran como si de una orden se tratase. La voz de un noble. Acompañando aquella voz cuasi autoritaria, el porte y la mirada del chico reforzaban la imagen de nobleza.

- Así pues, maese Redge, ayudenos a ser guiados en "esta noche de caza" - remató Erzsen, parafraseando al mismo Victori.

No podía sentirse más orgulloso de sus hermanos como en aquel momento. Lyria había dado continuidad al argumento presentado por Ishaya dándole un carácter más personal, menos teórico, más cercano a los hijos de Lorrimor... Sic le había dado un matiz inquebrantable a la determinación de aquellos hermanos para con fe de Pharasma, a Ishaya le agradó sobremanera que fuera capaz de encontrar el momento en que callar.... A pesar de las apariencias, el anciano Victori no parecía de los que soportaran malos modos.... Erzsen se empezaba a comportar como Erzsen, dejando atrás al frio e implacable Erodel, demostrando que la nobleza corría por esas venas... Jarik parecía encerrado en su habitual mutismo, analizandolo todo, buscando fallos en aquel loco plan en el que se habían embarcado, a aquellas alturas ya debía haber comprendido que ya no había marcha atrás....
Asintió a las palabras de Lyria, le dio una palmada cariñosa a Sic y le guiñó un ojo a Erzsen.... Volvió a dirigirse a Victori...

Al parecer no hay dudas sobre el camino a seguir, Pharasma nos guíe, y quizás ya hayamos abusado en demasía de su confianza, pero me gustaría que nos otorgase algún consejo sobre lo que se avecina, a pesar de lo que pueda parecer, somos unos principiantes en cuanto a la lucha contra la no-muerte, mucho ímpetu pero poca experiencia...

Desther escuchó atentamente tanto las palabras de su anciano padre como las intervenciones que realizaban los invitados. Pensó que todos ellos parecían muy decididos a viajar a la maldita Harrowstone. Desther veía en ellos una gran fuerza de voluntad dirigida a combatir las herejías que amenazaban los dictados de Pharasma.

Desther dirigió una mirada severa a Erzen - Esos objetos de los que habláis no están "abandonados" - puso énfasis - y no pueden ser reclamados por cualquiera. Sólo aquellos que demuestren una voluntad pura, y no de beneficio propio, tienen permiso para utilizarlos-

Acto seguido Desther observó a Sicarius, quién parecía exhibir una actitud orgullosa respecto a pertenecer a aquel grupo, y preguntó de forma serena- ¿Por qué os hacéis llamar "Vengadores de Pharasma"? Y algo más importante aún...- tras decir esto hizo una pausa y miró con cara de gran preocupación a su padre para luego volver a dirigirse al grupo con actitud decidida -¿Cómo habéis descubierto nuestra discreta ocupación inquisitorial?

En vez del padre habló al hijo y como joven que era aún no había aprendido el principio de prudencia. Desther le acabó por confirmar lo que solamente sospechaban, pertenecían a una saga familiar dedicada a la inquisición pharasmita.

Un pergamino hallado en la biblioteca del padre Grimburrow señala la localización exacta de la falsa cripta, y en una esquina aparece inscrito el nombre de Anvus Redge, unas cuantas preguntas nos dirigieron aquí.... Y tú has sido el que ha dado carta de naturaleza a nuestras sospechas....perteneceis a una estirpe dedicada a la protección de la fe de la Dama de las Tumbas, merecéis todos mis respetos....dicho esto inclinó la cabeza en deferencia a los Redge

Y ahora trataré de contestar a tus preguntas lo mejor que pueda. La denominación de Vengadores de Pharasma se nos otorgó en Ardis. Todos los que formamos el grupo no tenemos nada más que la fe y a nosotros mismos, nuestros pasados están llenos de penas y quebrantos, contactos con la no-muerte que nos arrebató a nuestras familias.... Fuimos acogidos en el seno de la congregación de Pharasma en Ardis, donde fuimos entrenados para luchar contra los mayores enemigos de la fe, los no-muertos.... También nos llamamos hermanos, pues ese es el sentimiento que nos inculcó Petros Lorrimor....

La mención del padre y mentor ensombreció la hasta ahora afable sonrisa de Ishaya, aún era muy reciente....

El viejo herrero miró con suma condescendencia a su hijo. El juicio de Ishaya había sido correcto. el joven Desther tenía muchas cosas que aprender, y el anciano Victori, comenzaba a entrever que la pequeña localidad comenzaba a quedarse pequeña para él.

- Disculpad a mi hijo... posee la fogosidad de la juventud, estimable enano. Mas aún debo decir, que a pesar de su corta edad, posee grandes dones y virtudes.- se apresuró a decir el viejo herrero, al tiempo que reposaba la palma de su mano sobre el hombro de Desther - Todas esas cualidades no pasaron por alto para Maese Lorrimor...- dejó el final de la frase en vilo.

- Ese pergamino fue entregado al antiguo regente del templo hace muchos años. Incluso el Padre Grimburrows desconocía su existencia, pues ni tan siquiera había llegado a Ravengro. Anvus Redge, mi padre, construyó la mayoría en pos de usarlos si algún día eran necesarios.- argumentó distendidamente el viejo Redge - No tengo ningún prejucio en que vayáis a recogerlos, aunque debo avisaros, de que no podré interceder por ninguno de vosotros en caso de ser descubiertos.- Y tras decir estas palabras miró a todos uno a uno, incluyendo a su hijo - ¡Por ninguno!...

Desther se dio cuenta de que se había dejado llevar por la emoción del momento y aunque aquellos que se hacían llamar los "Vengadores de Pharasma" ya tenían suficientes indicios para descubrir su dedicación inquisitorial, la precipitada pregunta del joven les acabó por confirmar tal sospecha. Cuándo el enano Torok mostró sus respetos Desther le correspondió inclinando igualmente la cabeza y dijo: - Vuestra dedicación a la Dama de las Tumbas y vuestro vinculo con maese Lorrimor son para mi motivo suficiente para confiar en vosotros.-

Desther bajó la cabeza cuando su padre posó en él su brazo disculpando su fogosidad pero alabando sus virtudes. Cuando éste mencionó a Lorrimor frunció el ceño, en señal de rabia contenida, y permaneció en silencio escuchando lo que Victori Redge explicó acerca del pergamino.

Ya fuera casualidad, o el destino que les deparaba, la decisión de salir del templo de Pharasma sin decirle al padre Grimburrow el resultado de su búsqueda en la biblioteca había sido acertada. Pero ahora llegaba el momento en que tendrían que transgredir una ley de la Iglesia pharasmita....y aquello le llenaba de dudas....era realmente voluntad de Pharasma que hicieran aquello? Estaba claro que si eran descubiertos daba igual la naturaleza de la cripta, se enfrentarían a muchos problemas....

Pero la seguridad de Ravengro estaba en juego y se sentía obligado a hacer lo necesario para garantizar esa seguridad.... Irían a las Restlands, recuperarían aquellos objetos y partirían hacia la prisión de Harrowstone, la fuente de todos sus desvelos....

Tenemos lo que queda de día para prepararnos, descansar o pertrecharnos.... Esta noche iremos a las Restlands.... Y que Pharasma nos guie...

La noche llegó antes de que vuestras mentes fueran conscientes de ello. En breves momentos, los principios de Pharasma se verían quebrantados, bajo el velo de la noche. El camino elegido ya no tenía retorno. Ni tan siquiera un nimio atajo, que lo hiciera más fácil o llevadero. La luna brillante, aunque manchada por los tentáculos de alguna brumosa nube, permanecía en el punto más alto de la bóveda celeste, encaramada cual atalaya en una posición de privilegio, para ser testigo de aquello que el grupo se disponía a realizar.

Uno a uno, fuisteis reuniéndoos en el porche exterior de la mansión Lorrimor. Allí, un parapetado Desther aguardaba con impaciencia, que los "Vengadores de Pharasma" hicieran acto de aparición. Todo estaba preparado...

Sin luces e intentando ser vistos, el grupo se encaminó hacia el camposanto. A pesar de ser de noche, la luna emitía la suficiente luz para no usar ningún tipo de fanal. A medida que se acortaba la distancia a las verjas de entrada al cementerio, vuestros pasos se apresuraban, mientras vuestros oídos se agudizaban. Por unos segundos, creisteis escuchar: cuchicheos, susurros y algún gemido, pero tal vez sólo fuera el resultado de vuestra juguetona imaginación...

Finalmente, tras una carrera contra los nerviosos latidos de vuestro corazón, la verja entreabierta de las Restlands, os saluda como si de un letrero de bienvenida se tratara. Cruzaís su umbral, y la espesa neblina que cubre la humedecida tierra del cementerio, se arremolina alrededor de vuestros pies. Respiráis hondo y recorréis el embaldosado camino de Sueñoeterno. Todo está calmado y en silencio...

Después de una larga caminata, el grupo llegó a la intersección de "Sueñoeterno" con "El Negro Camino". Tras buscar un poco en los alrededores, una mortecina cripta de granito, cubierta por hiedras negruzcas, deja revelar la escultura de un mártir rezando de rodillas, cuyo rostro sin orejas presenta labios y párpados cosidos...

Erzsen, moviendose como pez en el agua en las tinieblas de la noche, se acercó al joven Redge, y susurrando le preguntó:

- Sabes si la entrada a la cripta está protegida por ingenios ocultos? Es decir... trampas...?

Sin quitar ojo de la cripta que sería si objetivo, el joven conde de Anactoria descolgó su petate y rebuscó algo en su interior, todo ello en el mismo movimiento gracil y fluido.

Desther había estado esperando al grupo en la entrada de la Mansión de Lorrimor mientras anochecía. Su aspecto había cambiado notablemente en relación a cuando los vengadores le habían conocido barriendo la entrada de la herrería. Ahora el joven inquisidor iba ataviado con una armadura de color cobre con un emblema heráldico (cara sin orejas y de ojos y labios cosidos) en el pecho y una elegante capa azulada que le cubría toda la espalda. El joven inquisidor portaba además una alabarda seragrafiada con varios símbolos que mantenia erguida y sujetandola con orgullo. Una pequeña ballesta de mano con un reducido carcaj colgaba de su cintura izquierda.

Despues de unirse al grupo mencionó que le había enviado su padre a acompañarlos. Victori Redge se había mostrado insistente así que había accedido sin reparos esperando ser de utilidad al grupo.

Cuando entraron en el cementerio Desther caminó con decisión y trató de ocultar la inquietud que sentía acerca del lugar, envuelto en una oscuridad que distaba de ser silenciosa. Para él aquel lugar tenía mucho significado. Cuando llegaron a una encrucijada, el chico pelirojo llamado Erzsen se acercó hacía él y le preguntó acerca de possibles trampas. Desther mostró un rostro dubitativo y le habló al muchacho - Lo único que puedo deciros és que mi familia se cuidó bien de proteger las criptas de manos profanadoras, eso me explicó mi padre. No obstante... - el joven inquisidor hizo una pausa con aires de preocupación- no se mucho más, ya que debo confesaros que hace tan solo unos días que se me reveló el legado de mi familia... - La voz de Desther se perdió a la vez que clavó su mirada en una cripta de granito acompañada de una escultura de una figura arrodillada cuyo rostro sin orejas tenia labios y párpados cosidos. - pero creo que hemos encontrado lo que buscábamos.- dijo convencido al muchacho y al resto del grupo mientras señalaba aquella cripta.

Durante el resto del día Ishaya se encerró en si mismo meditando sobre los acontecimientos que se sucederían a partir de aquella noche... Él no tenía duda alguna de que lo que iban a hacer estaba justificado, incluso sería capaz de afirmar que Pharasma les guiaba en aquella misión, pero..... Y si estaba equivocado? Y si todo se había presentado de tal manera que pareciese el único camino posible? La maldad tenía innumerables formas y era ladina, artera y despiadada.... Y si era todo un ardid de aquellos malvados fantasmas?

Basta! Ya no es tiempo de dudas, el destino se ha presentado así y así lo afrontaremos.... Con todas las consecuencias

De camino a las Restlands siguió encerrado en el mutismo, pero aquella vez era para salvaguardar el secretismo de la misión. Cuando estuvieron ante la cripta descrita en el pergamino se dirigió a Erzsen....

Adelantate por si hay ingenios mecánicos que supongan un peligro... Lyria, por favor, apoyale en sus pesquisas con tus artes.... Yo probaré a ver si distingo alguna emanación mágica....

Mientras el grupo se preparaba para allanar el camino de entrada, el guerrero dio su espalda a la cripta. Él vigilaría la retaguardia mientras sus hermanos trabajaban. Embrazó su escudo y apostó la fabulosa espada enana sobre este, el aguijón estaba listo para atacar, la defensa estaba montada. En estas situaciones Sicarius nunca dudaba, la sangre, la pelea, la tensión de la acción eran su vida, su dedicación.

Así esperó a que alguien le diera una nueva orden.

Cerró los ojos, buscó el don que le permitiría descubrir rastros de magia en las inmediaciones de la entrada de la cripta.... No descubrió nada, abrió los ojos...

No detecto signos de presencia de magia, esperemos a la búsqueda de Erzsen para continuar....

Lyria aprovechó el resto del día para abstraerse en el libro de conocimientos. Disfrutaba con esa manía obsesiva por el conocimiento, hasta el punto de que tuvieron que llamarla para comer, o sino ella se hubiese saltado las comidas sin darse cuenta.

Una vez calló la noche y se dirigieron, cuál sombras en la negrura, hacia las Restlands, llegaron hasta la cripta que era su objetivo. Guardó silencio mientras sus hermanos y Desther, el nuevo integrante del grupo, debatían sobre los futuros movimientos. Esperó a que su hermano Ishaya detectase las emanaciones mágicas y Erszen hiciese las primeras observaciones de la cripta para entrar ella en acción. Sacó energías de su interior para detectar también las emanaciones mágicas, no porque no se fiase de su hermano sino porque 4 ojos ven más que 2 y diferentes direcciones. También tejió otro conjuro para revelar el significado de posibles escripturas mágicas, tales como glifos de protección en la puerta. Y por último se dirigió hacia su hermano Erszen y le comentó:

 - Si detectas alguna trampa de presión, como una baldosa a pisar, podría, mediante telequinesis, depositar peso en esta para hacer saltar la trampa sin peligro para nosotros.

Con la levedad de los gatos, Erzsen se adelantó hacia la entrada de la cripta, con un pequeño estuche de cuero doblado, similar a los que poseian los curanderos y cirujanos. Al llegar a escasa distancia de la entrada misma, se agachó cual felino y comenzó su tarea de "husmear" en busca de trampas u otras artimañas que tratasen de impedir la entrada al santo lugar. Hace algunos dias, no hubiese dudado ni un ápice en esta tarea... pero ahora, "algo" le decía que, aunque parecía ser lo correcto, aquello que se proponian hacer, no era del todo correcto. Aún con el permiso tácito de Victori, y quizás, de las mismisima Pharasma, se disponían a robar, y eso, ahora, no le era grato...