Partida Rol por web

- Ey, chicos...os importaria que os acompañase...? - suena una voz de niño desde la entrada derruida. Un joven menudo, regordete y embozado en oscuros ropajes asoma timidamente en el dintel, semioculto tras la entrada, mirando fijamente a los lobos muertos, y unos ojillos verdes brillan tras la capucha, suplicantes e inocentes...

- Este lugar parece muy peligroso...y yo...no tengo otro sitio a donde ir... - pide triste y humildemente la pequeña figura...

Pos eso, que salgo asi de repente y como describo...

Lyria se sobresaltó en parte, la extraña figura se había ocultado por un tiempo que desconocía. Con cierta desconfianza, la vida le había enseñado esa, en determinadas ocasiones, virtud, se dirigió a la figura embozada en los oscuros ropajes:

- Bien hallado joven y venturoso extraño. - Comentó con disimulada alegria - Puedo conocer el nombre de nuestro, posiblemente, nuevo compañero?

Lyria esperó en la distancia a que el extraño se presentase, presta a entrar en acción si el extraño suponía una nueva amenaza.

Erodel se retira la capucha, y poniendo las manos detras de la espalda, como un niño que recita la lección, sonriendo timidamente, habla:

- Soy Erodel, hola! - exclama con viveza, aunque con trazas de timidez. Luego, echando una mirada rápida atras, su expresión cambia a una impaciencia, acompañada de alarma, y balbucea:

- Me da miedo este sitio, hay...lobos... - mientras mira con horror hacia la entrada - no los oyes?

Y con paso asustado se acerca a la joven siniestra, abrazandose a si mismo y mirando hacia al suelo, gime:

- No tengo a donde ir...

Girándose rápidamente, Jarik ve al joven que se les aproxima. No ve amenaza, pero intenta que los sentimientos que este intenta que aflore en ellos no salgan. Proteger a alguien más en este terreno podría ser la desgracia que los esta acechando... Pero tampoco lo pueden dejar fuera, si está solo...

-Amigo, ir dentro podría ser fatal. Tal vez seria mejor que dieses media vuelta y fueses con tu familia...si están cerca...

- Bienhallado Erodel,mi nombre es Ishaya,soy un hermano de Pharasma,ruego perdones la rudeza de mis compañeros pero acabamos de vivir una experiencia impactante de la que aún no nos hemos repuesto enteramente ¿qué te trae por aquí? Mientras habla Ishaya se medio interpone entre el recién llegado y Lyria, no tiene motivos para desconfiar del extraño pero después de lo vivido no está de más algo de precaución.

Mirando hacia el hombre que acaba de hablar, el niño hace pucheros, y responde:

- Mi familia no esta cerca... - ahoga un sollozo y continua - mi familia no esta...

Las palabras se traban en su garganta, y calla subitamente. Avanza unos pasos mas, hacia ellos, y susurra:

- Estoy solo...siempre he estado SOLO...

Para los oidos más avezados, esa ultima palabra, SOLO, adquiere de repente un tono muy muy adulto, serio, y en el ínterin, algo escalofriante, y si alguien hubiese podido ver los ojos verdes cual trigo joven, los veria brillar, como unos faros gemelos a lo lejos en medio del mar salvaje...

Lyria, en su desconfianza, lamentó no poseer los poderes clericales capaces de desnudar el alma de los extraños, y susurró al oído de Ishaya:
- Siento ser desconfiada, pero la vida me ha enseñado a serlo.

Y acto seguido se dirigió al joven Irodel:
- Disculpa mis modales, pero ante la situación ... - señala al cadaver mutilado presente en el patio, y acto seguido a la entrada dónde el personaje ha debido ver los cuerpos de los dos lobos abatidos - ... hay que mantener ciertas distancias prudenciales. Mi nombre es Lyria.

Lyria le regala una encantadora sonrisa, sin embargo, los que conocen realmente a la muchacha no les cuesta a adivinar que es una mera apariencia dibujada en su cara, y que internamente no dudará en apoyarse en las energías arcanas si existe el más mínimo intento hóstil hacia ella o el grupo.

- Lo entiendo... - responde el niño comprensivo. Dicho esto, da media vuelta en direccion a la entrada de donde ha aparecido, dandoles la espalda. Luego, mirando hacia el exterior, mientras juguetea con los pies con unas escorias del ruinoso suelo, suspira:

- Me quedare aqui, rezare a los dioses, y tratare de hacer noche entre estas ruinas. Mañana, ya se vera...

Luego, apoyando la espalda en el dintel, se sienta, miserable y abatido. Saca un pequeño odre de entre sus ropajes, le da un ligero trago, y lo vuelve a guardar. Despues, con unas piedrecitas del suelo, comienza a jugar, como un chiquillo con unas canicas...

Lyria, con cierto sentimiento de culpa avezándole el corazón, se volvió a dirigir al extraño personaje:

- Lo siento. No he querido ser tan brusca en mis palabras. Por descontado es mucho más seguro que vengas con nosotros, pero aparte de que es posible que nos metamos en la boca del lobo, con el peligro que para tu integridad pueda tener, entiende que tenemos que ser cautos con las personas que no conocemos. - Y después de esta disculpa añadió - La misma cautela que deberías de mostrar hacia nosotros, ..., no sabes quienes somos y qué venimos a hacer.

Lyria se volvió hacia sus compañeros, en busca de aceptación del ofrecimiento que acababa de realizar.

El, muchacho, tras oir las ultimas palabras de la misteriosa chica, gira la cabeza y sus ojos brillantes muestran una enorme felicidad, acompañada de una deliciosa sonrisa, similar a la de un niño con zapatos nuevos. Acto seguido se levanta de un salto, mira a todos con regocijo, y luego, bajando la cabeza musita:

- Es que...me da mucho miedo este sitio...y estar solo..., os seguire y no os molestare, lo prometo... - sugiere con un tono esperanzador y suplicante.

-No!! El último no, ves tras mi, delante del amigo Ishaya, Si pasa algo no estorbes pero ponte a cubierto. Así no tendremos que preocuparnos por ti.

Diciendo esto, el pistolero anda un paso hacia Sic. cuando esta a su lado, mira a Erodel y le dice

- Venga chaval, a que estas esperando? Tenemos que acabar esto lo antes posible...

Dice mientras su mirada pasa de uno a otro de sus compañeros.

Sicarius se mantenía al margen de la extraña situación, dudaba, no se fiaba ni de su sombra. Por un lado, Erodel era un pobre huerfano desvalido que le recordaba tanto a él..., pero por otro lado... ¿desvalido? ¡y un cuerno! Bajo la inocente apariencia de cordero degollado Erodel ocultaba algo, seguro. ¿Que pintaba un pobre e indefenso muchacho acercándose a un lugar como éste y ofreciéndose a acompañar a un grupo de tipos que no conoce de nada y van armados hasta los dientes?

El guerrero por fin actuó. Se acercó con el fabuloso mandoble enfundado y sujeto por la parte correspondiente a la hoja y señalando con éste al chaval dijo:

-Tu, canijo, no me fio de ti...- y golpeándole con el pomo de su espada en el hombro a modo de empujoncito prosiguió -no se que pinta un niñato metomentodo como tú en un lugar como éste...- le regaló otro empujoncito con el mandoble -pero si vas a venir con nosotros quiero que te mantengas a la vista y que no te metas en lios.- Entonces acercó su rostro a escasos centímetros del de Erodel, y con los ojos entrecerrados por el ceño fuertemente fruncido amenazó -¿Entendido?-

Tras su "sutil" acto de desconfianza, Sicarius giró bruscamente sobre sus pasos e hizo crujir sus cervicales con un contoneo de su robusto cuello. Se volvió a poner al frente del grupo y sugirió: -¿Seguimos?-

El rostro del niño Erodel es pura poesia. Ojos vidriosos, labios temblorosos, piel enrojecida:

- Porque me pegas? - solloza el crio - no he hecho nada... - su cuerpo se sacude con el llanto floreciente, y su voz, semeja la de una niña perdida que busca a su mama.

- Huia de unos borrachos en Ardis, no se que querian, pero me empujaban, me escupian y me gritaban...me decian cosas sucias y feas...y yo...yo..m-m-me puse a correr..llevo mucho rato corriendo, señor...vi esta... casa...tenia miedo, oia lobos, y aqui estais...

El niño se acurruca, visiblemente asustado, para no recibir otro golpe del bruto, y sus entrecortados sollozos hacen temblar su cuerpo como las hojas del otoño al viento de la mañana

- No m-m-me pegue señor, me p-p-pondre donde ustedes me dig-g-gan...

-No hace falta que llores muchacho, Sic no te ha pegado.Si te hubiese pegado estarías en el suelo. Se valiente y ponte en tu posición. Tenemos que entrar. No tenemos que hacer ruido, y ya nos estamos pasando....

Aunque el comportamiento de Sic fuese excesivo, reconocía en el parte de sus frustraciones. No debía caer en ellas. Y el Chaval, aunque fuese sospechoso, no tenia la culpa.

El corpulento guerrero humano cruzó la desvencijada puerta de la torre, anteponiendo la antorcha frente a él, entrando a una oscura y húmeda estancia. Al mismo tiempo, la niebla que se arremolinaba a sus pies, no tardó ni un instante en internarse tras sus pasos, en lo que sin duda era una estancia usada antiguamente para el almacenaje. Espesas telarañas cubrían los restos de cajas y barriles reunidos en este lugar. Una destartalada escalera asciendía por un lateral a lo largo de la pared hasta alcanzar una plataforma de madera a unos 6 metrosde altura.

Mientras el fornido humano penetra en la oscuridad de la torre Ishaya traza con su diestra una espiral sobre su pecho, señal que se asemeja al símbolo de Pharasma. Se sentía seguro cuando hacía ese gesto, le acercaba a su diosa.
La llegada de Erodel no se diferenciaba en lo esencial a la del resto. Llegaron a su vida con un pasado del que huían, y él los había acogido como hermanos. Cada uno afrontaba sus miedos de diferente manera.
Sic se hacía el duro y enterraba su amargura en una gruesa capa de arrogancia. Lyria desconfiaba de casi todo y parecía siempre en tensión, preparando algún sortilegio con el que protegerse. Jarik con su mantra carente de emociones y luchando con denuedo con lo inevitable, los sentimientos.
Y ahora una nueva estrategia para afrontar la crudeza de la vida, comportarse como un niño. No sabía de que oscuro pasado intentaba escapar Erodel, tampoco le importaba. Lo que le preocupaba es si sería capaz de dejar todo eso atrás, él le ayudaría en lo que fuera.
Quería a sus hermanos, con todo lo que ello implicaba. Y desde ese mismo momento ya sabía que Erodel también entraría a formar parte de su peculiar familia.