Partida Rol por web

-Creo que tiene órdenes de pescarnos. Uno de los dos puede hacer de cebo- dijo mirando a sebastian, como si hubiera las mismas posibilidades de que fueran uno u otro a meterse en la boca del Sheriff. Cortesía hacia su amigo. -No me dejéis tirado- dijo antes de empezar a caminar por la calle, como si fuera al 7-eleven y no hubiera oído los disparos. Reese se lleva solo dos estacas (la de escondida a mano y la de emergencia), el resto las deja en el suelo.

El vastago se saco el revolver del paquete y abrió el tambor para contar las balas "2 le quedaban" tras el disparo miro a Reese con desconfianza.

-Eso no tiene sentido y ahí tienes la prueba, podríamos sacrificar a tu hermano-dijo sin ningún remordimiento-si sobrevive aprenderá a dar buena información.

Luego anticipandose a la reacción de su amigo le puso la mano en el pecho-yo hago de cebo....pero dale caña desde el primer momento.

Damian cogió una de las estacas del suelo y comprobó la punta de madera. Tranquilos, todo saldrá bien, la información es correcta.

Sebastián empezó a caminar por la acera y paso por delante del coche negro, el sheriff no tardó mucho en salir y darle el alto al Sebastián. ¡MIRA QUIEN TENEMOS AQUÍ! Grito con acento sureño. Si es el mojigato trajeado de Gary, ¿Qué te trae por aquí? ¿Buscas a tus amigos?

Reese llevaba un buen rato nervioso. Pese a que los detalles políticos y las sutiles implicaciones se le escapaban, era consciente de que estacar al sheriff, o al menos intentarlo, era uno de esos puntos sin retorno. Pero allí estaban.

Comenzó a extraer poder de la sangre, para eso habían desangrado a las pobres "princesas de la rotonda", para golpear más rápido y más fuerte. Eran depredadores.*

Después se encamina a la parte oscura de la calle, esperando que el Sheriff gañan caiga en la trampa. Esta sorprendido por el arrebato de voluntad y autosacrificio de Sebastian. Su primer comentario de mandar a Damien le habían hecho pensar que se estaba pasando, pero cuando vio que era una broma y que era él quien iba no pudo menos que elogiar la determinación del ventrue.

Reese estaba listo para saltar sobre su presa**

Sebastian salió al encuentro del Sheriff con el ceño fruncido lo cierto es que no se había parado a pensar sobre lo que hacía pero...si Resse era el musculo Sebastian era el cerebro...aunque al ver el tamaño del sheriff no pudo sino maldecirse a si mismo por ser tan estúpido. Sin embargo su mente corría como siempre a sacar tajada de la situación...empezaba a pensar que le iban las emociones fuertes.

Se paro a 10 metros del sureño

-No se por quien me tomas, pero si te crees que e venido a por ese trio de idiotas del 7-Eleven que no saben apañarselas solos no tienes ni idea-dijo con todo el desprecio que pudo vomitar, cierto era que ninguno del trio le inspiraba algún respeto y hasta la fecha no habían hecho nada a derechas digna de mención...y menos por el.

-No, vengo a verte a ti, estoy buscando a Marianne y un hombre de tu categoría devería saber donde se encuentra...ayudame y te ayudare-dijo con tono meloso-tengo contactos poderosos...y si has oido hablar de mi, sabrás que nunca pierdo

Las cartas estaban sobre la mesa, ya no había vuelta atrás. La calle estaba desierta, algunos periódicos cruzaban la calle arrastrados por el viento, se escuchó un segundo disparo dentro del 7-eleven, este segundo disparo era menos potente que el primero. Puede que ese trío de idiotas ya este criando malvas.

¿Buscas información sobre Marianne? Pregunto con una sonrisa en los labios. Y eres tan estúpido de venir a mí cuando te estoy buscando. Mira chico, no tengo nada personal contra ti, pero hay peces más grandes que tú. El sheriff  se desabotono la chaqueta dejado ver la culata de un gran revolver. El mundo se divide en dos categorías, chico: los que tienen el revólver cargado y los que cavan. ¡Tú ca.. El sheriff no fue capaz de terminar la frase, una estaca salía de su pecho manchada de sangre, detrás estaba Resse con los ojos inyectados en sangre y sudando aun por el esfuerzo.

-¡Oh vaya… un revolver cargado! ¡Justo lo que necesitábamos!- Dijo Reese con un giño cómplice a su amigo, liberando la tensión. Estaba tan estresado que, aunque su corazón ya no latía y la adrenalina era cosa del pasado, se sentía como taquicárdico, se sentía vivo. Como cuando se follaba a una donante de sangre, pero este subidón era mejor.  

El poli le arrebato el arma y se la guardó, luego arrastró al Sheriff de vuelta a su coche, le saco del bolsillo las llaves y lo metió en su propio maletero, asegurándose de que no se le podía caer la estaca*.  Tras lanzar una rápida mirada en el coche** salió corriendo hacia el 7-eleven. -Nuestros compañeros nos necesitan.-

Solo se detuvo un instante para colocarle a Damian la gorra del recientemente depuesto sheriff y largarse de nuevo tirándole las llaves al vuelo. con una sonrisa –Espéranos con el motor en marcha, o huye con la carga si la cosa se complica.-

Siguiente paso: pillar a los hombres del sheriff entre dos fuegos.

Sebastian ni se inmutó cuando menciono al trío calavera sin embargo clavo la vista en el cuando menciono a Marianne sus ojos se entrecerraron "¡sabe algo!"

Tenia suerte de estar muerto, de haber estado vivo su cara habría palidecido al ver el revolver y su respiración se habría hecho pesada, le habrían entrado sudores fríos, aunque sabía como debía seguir el guión tenía un nudo en la garganta de la tensión y el nerviosismo. El caso es que cuando vio el trozo de madera sobresalir del pecho del sheriff se levantó un gran peso de el y cayo a plomo sobre sus rodillas

joooooder.....un poco mas y muero "de verdad"

estaba muerto....pero había pocas veces en las que se había sentido tan vivo...una de ellas durante el abrazo.

el vastago sonrió al rubio como un tonto mientras se levantaba de nuevo llendo hacía su presa golosa, sentía que a cada paso que daba mas cerca estaba de encontrar a su sire, poco le importaba lo demás, y no solo eso...ahora que lo tenía tan cerca...tan a mano....podría someterlo a su voluntad y ganar un poderoso aliado

Sin embargo...ahí estaba Resse y su puto comportamiento altruista, era como estar al lado del puto capitán américa, sebastian saco colmillos cerro los ojos con fuerza y se hundió de hombros

si seguía a Resse podía no volver a ver al sherif...si lo dejaba colgado se quedaría sin protección en caso de que Juggler apareciese o algún otro interesado por el sureño, aún así no se iba a apartar de el.

-siguele, yo cogeré el coche y os recogeré en cinco minutos-dijo quitandole las llaves a damian y mirandole a los ojos, luego miró a Resse mientras volvía hacia el coche-¡Enseñale como disparas a tu hermano!.

Resse encuentra un rollo de cinta americana en el maletero con la que sujeto la estaca del sheriff, aunque paralizado, miraba con rabia a los tres vástagos causantes de su estado. En el coche no había más armas a simple vista, solo encontrasteis otros dos tambores para el revólver del sheriff en su chaqueta¹.

Damian le dio las llaves del coche a Sebastia, y luego miro a Resee. ¿Entramos? Hay que sacar a esas chicas y llevarlas al baile. Dijo mientras se calaba el sobrero de ala ancha del sheriff.

La puerta principal del 7-eleven esta forzada y abierta, esta da a un que pasado unos metros se bifurcaba a derecha y ha izquierdas en forma de “T”, en el tramo de pasillo que veíais no hay puertas. Parece que alguien ha remodelado completamente el interior del supermercado, levantando paredes.

Reese entro el primero en el 7-eleven, que ya no tenía distribución de tienda sino de ratonera, listo para dispara a lo primero que se moviera.  

Sebastian Pidió uno de los tambores, pues con certeza solo le quedaban 1-2 balas, y mientrás el "el ultimo gran heroe" y el niño feliz iban a hacer de las suyas el aprobechó para cambiar el tambor y echarse las balas sobrantes al bolsillo del pantalón

En cuanto desaparecieron de su vista el vastago se fue hacía el maletero y lo abrió

-Te lo dije...siempre gano y no te equivocas...tu tienes el revolver pero yo cabaré tu tumba si no me dices lo que quiero oír-con una sonrisa se llevó la muñeca a los labios y se la abrió para alimentar al Sheriff

Era una lastima no dis poner de un embudo...la actividad habría sido mucho mas denigrante con ese instrumento, aún así le resultaba curioso...y eso que mis planes para esta noche se limitaban a matarte y vincular a Resse.

-Lo lamento, pero tendremos que posponer nuestra charla hasta que mi compañero vuelva con esos idiotas.-decía mientras observaba como le entraba el reguero de sangre por el gaznate hasta tocar la pared de la garganta.

al terminar la faena se lamió la herida para cerrarla y con la mano libre cerro el maletero con llave, después mientras rodeaba el carro para meterse dentro observó la periferia, una vez dentro del mismo cerro los pestillos y encendió el motor.

Esperaría a Resse siguiendo sus instrucciones al pie de la letra sin que se lo dijeran dos veces.

El sheriff te mira con los ojos inyectados en sangre mientras la sangre corre por su garganta.

Tras 5 min de silencio dandole a la cabeza el ventrue se le ocurrió una idea...que tal vez diera resultados ¿y si dominaba al Sheriff? cierto era que no conocía su linaje y todo podía fallar si su sangre era mas poderosa que la suya...pero ¿y si estuviese al mismo nivel? aquello le proporciono la escusa perfecta para probar.

con esa resolución el vastago salió del coche observando a su alrededor y abrió el maletero y se puso manos a la obra

-esta noche habías ido a coger a unos neonatos de gary al 7-eleven esperaste a tus hombres en el coche, pero al ver una sombra decidiste salir a comprobarlo pero antes de que te dieras cuenta sentiste como algo atravesaba tu espalda hasta llegar a tu corazón y te metieron en el maletero sin que pudieras ver a tu agresor o escucharle desde entonces no has visto a nadie y la sangre que hay en tu boca es tuya, cuando oigas la puerta del maletero cerrarse no recordaras nada mas de lo que te e dicho.

El maletero del coche se cerró con un golpe seco, solo el tiempo diría si habías firmado tu sentencia de muerte o habías logrado una gran baza en tu carrera para acceder al poder.

Ahora había que esperar, desde que Resse y Damaian habían entrado en el 7-eleven no se habían vuelto a escuchar disparos.

Damián sale a la puerta del 7-eleven y te hace un gesto de que entres. ¡Todo está despejado!