Partida Rol por web

Chicago ~ Réquiem

· Privada: Quincey

Cargando editor
04/05/2009, 23:06
Quincey Bell

Cuando entré a la habitación de Gabrielle observé, de nuevo, que se había ocupado de guardar sus pinturas para que no pudiese verlas. La verdad es que la curiosidad había ardido siempre dentro de mí desde el primer momento, pero aún así debía respetarlo si era ése su deseo.

Me acerqué a ella y apoyé una reconfortante mano sobre su hombro. - Tu estás siempre preocupada... - pensé con cierta amargura ante su comentario, pues aquella dulce y tímida melancolía parecía no abandonarla nunca.

- Éso espero... - respondí desviando momentáneamente la mirada hacia otro lado, como si pudiese evitar así aquella incómoda pregunta - Por si acaso intenta no salir de tu habitación cuando lleguen, ¿De acuerdo? - le pedí volviendo a mirar, seriamente, aquellos hermosos ojos - podrían llegar algo alterados...

Tras dedicarle una última sonrisa, me giré para salir de la habitación, dejando deslizar mi mano despacio por su hombro, como si a ésta le costase marcharse de la calidez de su piel. Tal vez así fuera realmente.

Notas de juego

A pesar de los efectos de Ofuscación 2  el contacto frío de la piel de un vampiro ocurre igual, ¿no? Si es así gasto sangre para que no le de un helado escalofrío cuando la toque. xD

Cargando editor
06/05/2009, 20:22
Gabrielle Mercier

Cuando apoyas la mano sobre su suave y cálido hombro desnudo, la observa de reojo antes de que una sonrisa asome a su rostro, mirándote con mayor libertad e impunidad cuando decides centrar tu atención en ningún sitio concreto; momento en el que la preocupación vuelve a su rostro dotando a su almendrada mirada de su habitual sufrimiento interno, delatándola a pesar de que muchas veces hable poco.

Acaricia tu mano con suavidad, apenas un instante, apartándola y dejando que hagas lo mismo aunque preferiría prolongar cualquier tipo de contacto o cercanía con su dormitor.
Te alejas varios pasos y ya estás cerca de la puerta dispuesto a sujetar el pomo cuando distingues con claridad el sonido de sus botines volviendo a acercarse a ti para acabar asiendo la manga de una camiseta, casi cómo si de una niña reclamando algo más de atención se tratara.

-Si crees que puede ser peligroso, ¿por qué te vas?- pregunta con cierta esperanza, más por disfrutar de tu compañía que por el hecho de que tema a los demás. Exceptuando a Baal, claro, él siempre es la excepción a todo.

-Seré muy buena si te quedas...- afirma con un tono más meloso mientras adopta una postura más coqueta que pretende convencerte. Está claro que no es la primera vez que lo intenta.

Notas de juego

Cita :

A pesar de los efectos de Ofuscación 2 el contacto frío de la piel de un vampiro ocurre igual, ¿no?

Po sí, aunque no sé si haría falta pero eso ya tú mismo... 

Cargando editor
06/05/2009, 21:46
Quincey Bell
Sólo para el director

Paré cerrando los ojos un instante y entonces me senté (o me desplomé, más bien) en el borde del lecho de Gabrielle. Cualquier humano hubiera suspirado en aquella situación.

- Porque necesito pensar - le respondí, a pesar de que mis actos demostraban que había desistido fácilmente, pues había cedido claramente a su petición. Y porque el pasado me acecha aún desde las sombras...

- Sabes que no te pasará nada - le dije mirándola de nuevo, aunque sabía perfectamente que decirle aquéllo era innecesario - Solo ve con cuidado y ya está.

Me recosté hacia atrás en la cama y perdí la vista en algún lugar del techo, dejando entrar al cansancio que había estado esperando a las puertas de mi mente.

Cargando editor
09/05/2009, 11:27
Gabrielle Mercier

Gabrielle vuelve a bajar los brazos lentamente, dejando caer su anaranjada y bien cuidada cabellera entorno a su espalda y sus hombros mientras te observa inquisitivamente, pero como es habitual tú das muy pocos detalles entorno a todo confirmando que quizá sencillamente no confíes en ella por mucho que lo intente.

-Creo que casi ninguno de ellos me haría daño... exceptuando a Baal, ese sería capaz de cualquier cosa. Me da un poco de miedo...- admite esto último agachando la cabeza algo avergonzada por unos instantes, probablemente no debería haberlo dicho dado que para ella es muy importante lo que puedas pensar al respecto.

Finalmente se acerca a la cama y se acomoda tumbándose junto a ti con cuidado y tranquilidad, convirtiendo cada gesto en un momento casi hipnotizante.
Después se gira hacia ti y cubre tu cuerpo con uno de sus suaves y pálidos brazos, acercándose un poco más hasta besarte en la mejilla cariñosamente y, quizá lo más importante, de forma sincera. Aunque en estos casos siempre te sobreviene la duda de si se deberá a los lazos de sangre que os unen o algo más, pero probablemente ella misma sería incapaz de distinguir entre una cosa y otra. Aunque también es cierto que nunca le has preguntado al respecto.

Tras esto permanece en silencio a tu lado, limitándose a hacerte compañóa mientras deja que pienses, como acabas de decir segundos antes.

Cargando editor
11/05/2009, 18:59
Director

Cargando editor
11/05/2009, 23:19
Quincey Bell

(Extracto del diario de Quincey)

 Chicago, Illinois

28 de octubre de 2008

Hoy he despertado algo aturdido y he tenido que concentrarme por unos momentos para recordar con claridad lo que mi corazón, con rabia y tristeza aunque de buen principio, me decía que era cierto. Ayer fué una noche nefasta, pero sospecho que lo peor esté por llegar. El hecho de que la policía no haya registrado esta casa durante el día es, al menos, buena señal. Muy imprudente por mi parte el quedarme aquí tras esa noche, ahora que lo pienso. ¡Maldito sea éste mi marchito cerebro!

Me preocupa especialmente lo que pueda pasarle a Gabrielle. La pobre niña baila entre lobos sin saberlo... Ayer dormía tan plácidamente cuando la arropé antes de ir a mi h abitación... ¡Vuelvo a divagar, demonios! ¡¿Por qué me recuerda tanto a Ella?! ¿Es que no puedo tan solo d

Basta por hoy. No es el momento. Creo que me espera otra dura noche y no debo tener la mente perdida en tonterías...

 

Cargando editor
27/06/2009, 23:29
Director

Cargando editor
27/06/2009, 23:30
Gabrielle Mercier

Te diriges a la habitación de Gabrielle sin más preámbulos, a sabiendas de que debes ser rápido si quieres trasladarte y no cumplir ninguna de las peticiones que dejó claras el Comisario, pues de saber que vas a escapar es probable que acabarán acusándote de traidor o quién-sabe-qué con tal de permanecer con el poder entre sus manos de forma casi dictatorial.

En realidad te topas con tu ghoul a mitad de camino, por uno de los pasillos, quitando el polvo a las estanteráis y demás muebles del pasillo con esmero y tranquilidad. Está claro que no tiene mucha prisa y a pesar de no ser una tarea demasiado divertida siempre ha sido tremendamente paciente.

-Hola de nuevo...- te dedica una sonrisa y sigue con lo suyo, esperando que pases de largo y subas a tu propia habitación.

Notas de juego

Pues tú dirás... =3

Cargando editor
28/06/2009, 02:04
Quincey Bell

Me encontré a Gabrielle en el pasillo, de camino a su habitación, pero tampoco no era ningún inconveniente...

- ¿Podemos hablar un momento a solas? - le sonreí esperando que me acompañara hasta mi habitación. Allí, gracias a la insonorización, podríamos hablar tranquilos.

Entré a mi habitación calmadamente, invitando a entrar a Gabrielle y cerrando con llave cuando hubo pasado. Con un gesto le ofrecí sentarse en el sillón de cuero y yo tomé asiento junto a ella. Miré sus ojos por unos instantes buscando las palabras en mi interior. Pero no había grandes cosas a decir, en el fondo.

- Estoy pensando seriamente dejar la ciudad, Gabrielle - le expliqué finalmente, sin dejar de mirarla - No estoy dispuesto a vivir submiso de esta manera y no me queda otra alternativa.

La verdad es que aquello era todo, simplemente quería saber qué opinaba y qué haría ella para actuar en consecuencia.

Cargando editor
29/06/2009, 19:00
Gabrielle Mercier

Gabrielle te sigue tan obedientemente como era de esperar, internándose en tu habitación con total naturalidad ya que ha estado allí multitud de veces, fuera para hablar contigo o sencillamente para limpiar y otras tareas domésticas.
Toma asiento con calma, colocándose un poco la falda una vez hecho. A veces peca de cierta coquetería, sobretodo cuando estáis solos, pero ya estás acostumbrado.

Te devuelve una mirada parda y algo más seria en cuánto permaneces en silencio. Está claro que se trata de algo importante, al menos para ti, lo cual es suficiente para que también lo sea para ella.
En cuanto das tu escueta, pero directa, explicación, sus ojos se abren más, claramente sorprendida por el hecho de que le digas eso de repente. A fin de cuentas no ha habido demasiados indicios que la llevaran a sospechar de esa decisión.

Parece contener el aliento durante unos segundos, pero después sencillamente desvía la mirada al suelo, entre pensativa y aturdida.
-No entiendo muy bien a qué te refieres con eso de sumiso...- admite finalmente, pues para ella esa actitud no se ve reflejada en ti si no en ella, que siempre se muestra más que dispuesta a hacer cualquier cosa que te satisfaga. Al menos normalmente -Pero si es tu decisión no creo que mi opinión importe- se encoge un poco de hombros y acaba por apoyar las manos sobre sus rodillas, sujetándolas con algo más de fuerza de lo que sería normal. Sabe disimularlo, pero ese gesto delata lo tensa que se encuentra.

-¿Me estás pidiendo que vuelva con Anastasia?- pregunta finalmente con un tono algo más distante, o más bien algo ofendido, sin dirigirte la mirada por el momento.

Cargando editor
30/06/2009, 12:37
Quincey Bell

- Me refiero a ser el perrito del Príncipe. - respondí ante su duda - Lo de Anastasia podía ser justificable por eso de deberle un favor... Lo de ahora es pura coacción. Aunque sobreviviese a la muerte del nosferatu, me convertiría en un esclavo a su servicio, y si me negara no tendría problemas en deshacerse de mi.

Le tomé el mentón delicadamente y subí su cabeza para que me mirara, sonriéndole torpemente para que tomara algo de confianza y sobretodo para que se tranquilizase.

- Tu opinión siempre me ha importado, Gabrielle - le respondí tranquilamente - Y es por éso que te lo cuento. Además tu sabes más de la sociedad vampírica de Chicago que yo. Tal vez puedas aportarme algo que se me haya pasado por alto...

Posé mi mano en la suya y la miré a los ojos, ahora seriamente.

- No, Gabrielle, no te estoy pidiendo que vuelvas con Anastasia. Te estoy dando a elegir, precisamente. A mi me encantaría que vinieses conmigo, si quisieras. Por otra parte no estoy muy seguro de cómo reaccionaría ella, pero ten por seguro que si ése es tu deseo haré todo lo posible para que se cumpla.

Cargando editor
03/07/2009, 15:04
Gabrielle Mercier

Asiente distraidamente a tus primeras palabras, no hace falta ser ningún genio para darse cuenta de que tienes toda la razón y el Príncipe y sus secuaces han aprovechado la oportunidad generada por el pequeño follón de la noche anterior, aunque probablemente sería de esperar casi en cualquier ciudad excepto las anarquistas o las lideradas por alianzas más permisivas.

Cuando le levantas la cara te mira y alcanza a sonreirte débilmente, dejando que apoyes tu fría mano sobre la suya, ofreciendo bastante contraste con su calidez y suavidad, pero a pesar de ello no se inmuta lo más mínimo y no parece en absoluto incómoda.

Es entonces, cuando terminas de hablar, cuando ella decide dejarse llevar un poco para abrazarse a tu cuello con un suspiro de alivio -Menos mal...- murmura algo más animada a pesar de que evidentemente las "noticias" no son muy buenas, pero dentro de lo malo ella se conforma con poder seguir a tu lado.

Tras unos instantes que prolonga algo más de lo debido, desenlaza los brazos y vuelve a mirarte con una sonrisa algo más sincera.
-Me preocupa que Anastasia pueda enfadarse contigo, pero supongo que se le acabaría pasando... y si le envías algún tipo de regalo seguro que se le pasa enseguida. Quizá algún pequeño cargamento de tus reservas de plasma o algo así...- propone con cierta inseguridad ante la "osadía" de hacer referencia a tus pertenencias, pero ya que has afirmado que tu opinión sí te interesa prosigue.

-Si de verdad quieres marcharte hay que hacerlo cuanto antes y salir del país, tal vez mañana o pasado a lo sumo... Si el Comisario o cualquiera de ellos sospecha lo que pretendemos podrían acusarte de traición y matarnos a nosotros y a toda la Cuadrilla, empleándonos de paso como cabeza de Turco o algo así. Habrá que ser rápidos- te observa entonces algo más seria, pero también más decidida, dejando claro que te seguirá donde haga falta.

Cargando editor
11/07/2009, 03:24
Quincey Bell

Posé mi mano en su espalda, dejando que me abrazara tranquilamente y escuché atentamente las palabras de Gabrielle pues, como solía pasar, contenían una importante sabiduría que no había que despreciar. Yo, al contrario que la mayoría de los cada vez más arrogantes vampiros de mi edad, había sabido conservar mi paciencia y mi capacidad de escuchar y aprender, lo cual era una gran ventaja.

- Muy bien, entonces. Decidido. - concluí poniéndome de pie y paseando por la habitación mientras mi mente terminaba de trazar el plan - Necesito sobretodo que mantengas la máxima discrección posible, no quiero que nadie sepa nada hasta que estemos lejos de aquí.

Me detuve para mirarla de nuevo cuando tuve todo organizado en mis pensamientos.

- Mañana a primera hora de la noche cojeremos un vuelo a Nueva York o a Washington y pasado cogeremos un ferry hacia Inglaterra - expliqué con calma - Necesito que te ocupes de hacer el equipaje y que durante el día lo metas todo en un coche de alquiler que tendrías que ir a buscar, aprovechando cuando Roman no esté. Yo organizaré el resto. ¿Entendido?

Ahora había trabajo que hacer. Tenía que reservar un billete de avión y de ferry, tendría que escribir diversas cartas a las distintas partes que se verían afectadas por todo aquello...

Notas de juego

Sorry por el retraso, he estado muy liado estos días :S

Cargando editor
19/07/2009, 10:49
Director

Notas de juego

*he intentado varias veces ponerme a escribirte a algo pero la verdad es que al final no creo que lo haga porque es evidente lo que vais a hacer ambos. Tendrás que esperar a que el resto acabe la noche a no ser que quieras hacer algo que no sea escribir "cartas"

Cargando editor
31/07/2009, 19:54
Director

Cargando editor
13/02/2010, 15:35
Quincey Bell

Permanecí en silencio mientras escuchaba las palabras de Crow. De Toxic. Cobarde... Huir... Aquéllo no era cobardía, era puro pragmatismo, pura supervivencia. Podíais llamarlo como quisierais. Aquel mundo no era suficiente para mi, así que no lo necesitaba para nada.

Pero aún así, la voz de aquella maldita niña con el pelo azul retumbó en mi cabeza durante todo el camino hacia el refugio.

Contemplé en silencio los ojos de Gabrielle. Aquellos ojos que había jurado proteger para siempre. Ella no decía nada. No lo necesitaba. No se atrevía tal vez, pues sabía qué pasaba y que el silencio era ya, de por sí, demasiado incluso. Demasiado para mi. Así, sin más, cogimos el equipaje y conducimos inexorablemente hacia el aeropuerto. Pero algo ardía en mi interior, una mezcla de rabia y tristeza, de abatimiento y de esperanza a la vez. Las palabras, aunque comprensivas, de Toxic, retumbaban en mi, exigiendo mi atención. Y ella lo sabía. Así pues cuando, en aquel lúgubre aparcamiento, me paré frente a ella y fui a abrir la boca, noté cómo su delicado dedo se posaba en mis labios y cómo sus ojos me miraban, trémulos por la emoción.

- Lo sé - fue lo único que dijo.

Unos eternos instantes de silencio fluyeron entre nosotros dos, mientras observaba, hipnotizado de nuevo, aquellos hermosos ojos claros.

- Vendré a buscarte pronto - le dije, casi en un susurro - lo prometo.

- Lo sé - fue lo único que respondió ella de nuevo. Tras ello, me mordí el labio inferior y, ante su sorpresa, le di a beber de mi vitae fundidos en un breve aunque profundo beso. Entonces, sin más, me giré y caminé sin volver la vista atrás.

Era en aquella noche cuándo sentía la rabia de la venganza fluyendo desde mi interior hacia cada una de las partes de mi cuerpo. Sería, pues, en aquella misma noche, y no tras décadas de espera, cuándo la saciaría, cuándo demostraría a quién osase interponerse que cuando Quincey Bell se proponía algo lo hacía, tarde o temprano. Temprano, a partir de entonces...

Cargando editor
19/02/2010, 18:32
Director

Tras la despedida de Gabrielle dejas que ella parta, asegurándote así de que estará a salvo de cualquier otro contratiempo que pueda suceder en Chicago. Al menos cualquier decisión que tomes a partir de ahora sabes que no le repercutirá de forma directa, y probablemente tampoco indirecta, y eso te hace sentir un poco más seguro.

Te miras el reloj y eres consciente de que probablemente el resto ya se habrán estado moviendo, quién sabe dónde, así que tus opciones se rebajan si quieres hacer algo al respecto pero el último que recuerdas que dio indicaciones fue Crow así que no te queda más remedio que acercarte nuevamente al Elíseo que es su estadio.

Desde fuera la noche y la calle siguen igual que siempre, nada parece haber sucedido y eso es bueno, significa que no ha estallado ninguna especie de guerra civil vampírica, al menos por el momento.
Al entrar sí distingues que hay menos vástagos que hace unas horas en el lugar pero por suerte tras unos minutos de insistencia te dejan hablar con Crow, que por suerte para ti sigue por ahí aunque al parecer un poco ocupado.

-Has vuelto... ¿qué demonios haces aquí? Baal y Toxic hace rato que se han marchado con Flora y Sejmet hacia las alcantarillas. Por no hablar de Bastian... ¿Qué quieres hacer tú?- se cruza de brazos y se muestra un tanto impaciente.

Notas de juego

Sé que quizá no querías ir hasta Crow pero así vamos un poco más deprisa, tampoco te ha dicho / hecho nada malo =P

Cargando editor
21/02/2010, 15:37
Quincey Bell

Durante el camino de vuelta conseguí, aunque no fue fácil, desechar mis preocupaciones y concentrarme en lo que tenía entre manos en aquel momento, lo cuál no era poco: salvar Chicago. Mejorarlo, como mínimo. Era perfectamente consciente de mis posibilidades y de mis enemigos, de manera que cuanto más escondido pudiese permanecer mucho mejor. El problema era que, pensándolo bien, no sabía ni por dónde podía empezar. La verdad es que me gustaría ayudar a Toxic, además de que a mis compañeros de refugio al menos los conocía un poco, pero no tenía ni idea de a dónde podrían haber ido, así que probaría suerte con Crow.

Llegué tras un rato al Elíseo, aunque ya no estaba seguro de si podía seguir llamándose así... Por suerte el lugar parecía tranquilo, aunque, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos, estaba claro que se trataba tan sólo de la calma que precede a la tempestad. Dentro todo el mundo estaba ocupado con los preparativos para lo que se avecinaba, pero por suerte pude hablar finalmente con él.

- Os ayudaré, Crow. - respondí secamente a su pregunta, pues, además el gangrel era el que más ocupado tenía que estar - ¿Dónde han ido concretamente? ¿Qué se proponen?

Notas de juego

Pues sí, la idea era un poco la de mi PJ: ayudar en las sombras (para, en el último momento y cuando todo parece perdido , aparecer de repente y salvar Chicago). Pero bueno, ésto servirá también xDD

Cargando editor
25/02/2010, 23:43
Crow

Crow sonríe, satisfecho. Le alegra comprobar que ya has llegado con las ideas claras porque él ya no puede malgastar el tiempo intentando convencer a nadie, es bien entrada la madrugada y el tiempo se os va agotando poco a poco.

-Tenemos bastante claro que el objetivo de Odín es su hermano, Nyarlathotep. Si él muere es seguro que él se alzará como primogénito Nosferatu y casi toda la cúpula de poder quedará entre buitres, ya sabes. En fin... han ido junto con Sejmet y Flora hacia su refugio pero no estoy seguro de que seas capaz de orientarte a través de las alcantarillas sin conocerlas... -aún así, te dice el nombre del callejón al que sabe que se dirigían los cuatro, teóricamente el lugar externo más cercano al Refugio de Nyar.

-Sin embargo tienes otra opción. Más arriesgada pero más directa si lo consigues. Puedes acceder en pleno refugio si consigues acceder a los sótanos del Ayuntamiento. Es un edificio público y oficial así que tendrán medidas de seguridad y probablemente el propio Nyar tendrá algún que otro obstáculo... tendrás que decidirte tú solo- lo que está claro es que él no te va a acompañar y de hecho se gira con toda la intención de marcharse. Parece tener prisa.

Cargando editor
28/02/2010, 13:22
Quincey Bell

La verdad es que las posibilidades que me ofrecía Crow eran realmente limitadas. De hecho tan solo tenía una. Estaba claro que mis compañeros me llevarían ya mucha ventaja debido al tiempo de más que había tardado yo. Además yo no tenía, evidentemente, ni idea de cómo moverme por las alcantarillas, y mucho menos para encontrar el refugio de alguien como Nyarlathotep, así que mi única opción era la de intentar llegar a él directamente si quería llegar a tiempo de influir en algo...

- De acuerdo, Crow, ya veré. Suerte. - le respondí a modo de despedida. Él tenía prisa y yo también.

Cogiendo mi coche de nuevo me dirigí hacia el ayuntamiento de la ciudad, rodeándolo antes de aparcar para hacerme una idea de cómo podría entrar y si había alguna puerta alternativa a la principal. Contaba con mis poderes vampiricos y con mi persuasión, pero algo me decía que, estando el tal "Nyar" implicado, aquéllo no sería tan fácil como entrar al hospital como hacía habitualmente...