Partida Rol por web

A pesar de la hora que es (pasadas las tres de la madrugada), todavía encuentras algo de tráfico por las calles y algunas personas transitando por las calles más céntricas y principales aunque desde luego no es comparable a las primeras horas seguidas a tu despertar o el día.
En pocos minutos llegas hasta la manzana que ocupa el gran edificio del ayuntamiento, cuyo azotea ha sido siempre admirada y foco de atención por albergar su propio jardín privado.

Das la vuelta con tu coche sin demasiado problema pero no puedes acceder al párquing privado para empleados sin la respectiva llave que abra la puerta... a menos que esperes a que alguien salga, pero probablemente sería una estrategia muy arriesgada.

En la parte delantera hay 3 puertas de acceso, todas cerradas según parece desde tu posición. En cada lateral vislumbras un par de puertas dobles de salida de emergencia por lo cuál se deduce que se puede salir pero no entrar a través de ellas y finalmente en la parte trasera hay otro acceso mucho más simple y menos llamativo que probablemente sea el acceso de los empleados.

Como era de esperar en un edificio público en cada esquina hay alguna cámara de vigilancia pero no debería ser demasiado difícil esquivarlas si te fundes en la noche.

Tras dar una vuelta alrededor del edificio comprobé, tal y como me temía, lo difícil que sería colarme en él. Si hubiera sido más pronto probablemente no habría tenido problemas en introducirme en el ayuntamiento, pues las puertas principales estarían aún abiertas, pero, como era lógico, a aquellas horas estaba ya todo cerrado, de manera que me las tendría que ingeniar de alguna manera. Tal vez podría usar aquella discreta puerta de la parte trasera...

Por el momento debía aparcar. Por si acaso lo hice a unas manzanas de distancia, aunque la verdad es que, probablemente, habría sido imposible, igualmente, encontrar aparcamiento cerca. Aprovechando, entonces, la protección de un sucio e ignoto callejón me fundí en la noche para pasar desapercibido. Cualquier precaución es poca...

Una vez preparado me dirigí hacia aquella puerta que ya tenía localizada para examinarla más de cerca, pues parecía tener una cerradura muy simple. Con un poco de suerte podría entrar por ahí...

Cerrada, evidentemente. Tenía la opción de tirarla abajo de una patada, pero aquello seguro que solo me traereía problemas. Por otra parte, nunca había tenido que forzar una cerradura y lo único que me sonaba del tema era el cómo funcionaba, de haberlo visto en algún sitio. Pero de ahí a la práctica necesaria...

Pensé rápidamente en cómo podría conseguir algo similar a una ganzúa y, palpáldome los bolsillos, di con las llaves del refugio. Tal vez deformando la anilla que las unía podría dar con una herramienta suficiente mente efectiva. Así pues, dicho y hecho, me puse manos a la obra.

Por suerte a pesar de tu poca experiencia la puerta acaba cediendo con un suave "click". Eso sí, has perdido más tiempo del que te hubiera gustado en hacerlo pero al menos sabes que pasarás desapercibido así que te internas en el ayuntamiento, concretamente en la parte de menos acceso al público.

Cómo era de esperar todo permanece en penumbra. Hay algunas luces de emergencia y lámparas esporádicas pero está claro que a esas horas ya no trabaja nadie exceptuando a los tipos de seguridad así que todavía te será más fácil pasar desapercibido... Mejor para ti. O eso crees.

Tras pocos metros y un par de pasillos recorridos descubres el primer "accidente" del lugar: uno de los guardias de seguridad yace en el suelo con el pecho medio abierto. Distingues que sin lugar a dudas la herida ha sido provocada por zarpas o garras bastante grandes, como las de un oso o algún animal salvaje y corpulento similar.
Las paredes colindantes también están manchadas de la sangre del pobre desdichado y por el olor dirías que es bastante reciente, unos diez minutos antes de que llegaras o poco más.

A un par de metros de distancia encuentras la pistola reglamentaria 9mm del tipo junto a su mano. Probablemente no te resulte difícil seguir el rastro de cadáveres y sangre que ha ido dejando el que ha causado todo eso pero si te topas con él puede que no sea un encuentro muy agradable.

La verdad es que en las películas parecía mucho más fácil el abrir una cerradura simple como aquélla. Supongo que es como todo: práctica. Una práctica que yo no tenía. Finalmente conseguí abrir, no sé cómo, la puerta con un leve "click". Tras comprobar que no había moros en la costa, entré sigilosamente.

Los pasillos permanecían oscuros y en silencio, cosa que era de esperar a aquellas horas y algo más que habitual en alguien como yo, que había estado viviendo en la penumbra de la noche durante décadas. Caminé haciendo el menor ruido posible para no alertar a los posibles guardias de seguridad, pero tras girar una esquina me di cuenta de que no hacía falta. O mejor dicho, que hacía muchísima falta...

Mi primera reacción al toparme con el cadáver fué la de mirar alrededor,  pues las heridas parecían muy recientes y, por cómo habían dejado al pobre guardia, no me habría gustado toparme con el causante. Por suerte, mi ofuscación me ocultaba de miradas indiscretas, y más en la penumbra de aquellos solitarios pasillos. Así pues, tras el nerviosismo inicial, me dispuse a examinar el cuerpo, siempre con cuidado de no dejar mis huellas dactilares en ningún sitio. Había pasado media eternidad estudiando la naturaleza vampírica, su fisiología y el círculo sobrenatural que les rodeaba, y, además, era médico, de manera que si aquellas heridas mortales las había causado un vampiro debería saber apreciarlo. Si no, era también muy consciente de las alternativas, y ninguna de ellas era una buena noticia...

Eché una ojeada también a la dirección que seguía el rastro que había dejado aquella sanguinaria criatura. ¿Por qué sería que me temía que iría en la misma dirección que tenía que cojer yo?

Al acercarte más y observar de cerca las heridas te das cuenta de que a pesar de que en un principio te habían parecido causadas por algún tipo de animal también pueden tener relación con cualquier vástago perteneciente a la sangre gangrel. Incluso vuestra antigua compañera Nica tenía la capacidad de transformar sus dedos en garras afiladas y mortíferas difíciles de superar en el combate cuerpo a cuerpo.

Tras varios segundos tienes claro que sí, se trata de eso, y además el vampiro que ha matado al guardia tiene una fuerza digna de mención a juzgar por donde ha caído la mano con el arma respecto a la posición del cuerpo. Todo eso te lleva a estar casi seguro de que no se trata de alguien anónimo como tú o cualquiera de tu Cuadrilla, probablemente sea alguien con una potencia de sangre relativamente elevada. Al menos más que la tuya...

Estaba claro que el causante de aquellas heridas era un ser, un gangrel, probablemente, que me superaba en poder notablemente, especialmente en combate cuerpo a cuerpo (lo cual, por otra parte, no era demasiado difícil). Cabía la posibilidad de que se tratase de un aliado, ya que se suponía que la mayoría de gangrels estaban a favor de Crow, pero lo más seguro era que hubiese sido alguien dispuesto a abrirse paso hasta llegar al tal Nyar para matarlo. Fuera como fuese, no podía echarme atrás ahora: extremaría la precaución a partir de entonces y vería qué podría hacer. Así pues, sin demorarme más en aquel sitio, continué mi camino hacia los subterráneos del edificio.

Decides seguir el rastro de sangre y empleados muertos porque a pesar de todo parece ser tu mejor baza para encontrar el camino hasta el Refugio de Nyar. A fin de cuentas ese edificio es enorme, la policía es posible que acabe por llegar (de nuevo) y no dispones de mucho tiempo para buscar tu propia ruta hasta allí.

Tras pocos minutos de caminata entre pasillos y alguna que otra escalera de emergencia, empiezas a distinguir el particular ruido de gruñidos y golpes que distinguen a una pelea, aunque quizá te sorprenda el hecho de no escuchar disparos ni ningún tipo de armas. De hecho... ni siquiera parece que haya demasiados contrincantes.

Finalmente en uno de los muchos halls de acceso al resto de plantas encuentras lo que buscabas: un agujero en pleno suelo que da acceso directo al lugar donde se sucede todo. Desde ahí ya puedes oler el pestilente hedor propio de cualquier alcantarillado pero cuando te asomas con toda la precaución de la que eres capaz no distingues a ninguno de tus compañeros ni a Odín, ni siquiera hay rastro del tal Nyar.

En su lugar distingues al Sabueso del Príncipe y supuesto ayudante del Comisario, Runauturnco, combatiendo contra la primogénita del Círculo de la Bruja, Flora.
No parece que ésta vaya a poder tener muchas posibilidades en un cuerpo a cuerpo contra él, de hecho ya está malherida y con la carne abierta en muchos puntos, sin embargo el gangrel tampoco ofrece muy buen aspecto. Su torso desnudo y salpicado de sangre ajena también está surcado por unas extrañas manchas rojizas y negruzcas, como si le hubieran estado quemando con algún tipo de artefacto que no distingues ahí abajo.

Sea como sea ninguno de los dos ha reparado en ti todavía, demasiado atareados en su propio contrincante, así que estás a tiempo de retirarte o hacer algo al respecto.

Cuidando de hacer el menor ruido posible, seguí el rastro de sangre hasta donde fuese que llevase, aunque una vez en aquel punto estaba claro el a dónde debía conducir. Así pues, tras caminar por varios pasillos en penumbra del silencioso ayuntamiento, empecé a oir lo que parecían los gemidos de una batalla. 

Extremando la precaución me acerqué a lo que parecía ser un agujero cavado directamente en el suelo de aquella sala, que, suponía, daba a las alcantarillas. No había duda de que el ruido provenía de allí. Al menos quien quiera que sea me ha marcado el camino... - pensé amargamente mientras me acercaba.

La escena que vi al asomarme no fué demasiado esperanzadora, aunque tampoco no sé qué esperaba. Dos de los vampiros más poderosos de la ciudad peleaban en un sangriento cuerpo a cuerpo allí abajo, ante mis ojos. Maldecí en mi interior. ¡La que tendría que estar aquí tendría que ser Toxic, Odín! Pero por mucho que quisiera no podía hacer nada para cambiar el curso de aquella pelea. Mi más fiel compañera para aquellas situaciones era mi pistola, pero habría sido imposible acertar a ninguno de los dos en aquel caos, por no hablar de que realmente dudaba de que el tiro de un arma de fuego significase más que una picada de mosquito para aquellos antiguos vampiros. Así pues, no me quedaba mucha más opción que la de esperar a que, al menos, alguno de los dos acabase exhausto y, entonces, reconsideraría el plan. Pero lo que era seguro es que aquello se ponía aún más peligroso por momentos...

Te mantienes al margen, asomándote de vez en cuando con precaución hasta que los ruidos cesan en su mayor parte y vuelves a mirar bajo tus pies.
Para tu sorpresa es Runauturunco el que yace en el suelo con parte de la cabeza ennegrecida. No parece muerto del todo, todavía, pero sí fuera de combate momentáneamente. La verdad es que no habías visto nunca ese tipo de habilidad que está demostrando Flora pero al parecer es capaz de calcinar a su contrincante con el simple contacto. O algo similar...

La primogénita no pierde el tiempo, enseguida vuelca el sillón tras el escritorio que preside la sala circular y tras romper una de sus patas a patadas estaca el corazón del Sabueso para entonces dejar escapar una risotada triunfal y un tanto exhausta.
-Quién ríe último ríe mejor, ya sabes como van las cosas para aquí- se limita a decirle antes de volcarse sobre él y empezar a beber con avidez, probablemente sedienta después del combate que has podido presenciar parcialmente.

Cuando termina su aspecto ya no resulta ni elegante ni glamuroso, como cuando la viste en el Juicio, pero si se ha dado cuenta de ello ni siquiera parece importarle y pronto empieza a corretear en alguna dirección concreta por debajo de tus pies con lo cuál la pierdes de vista.

Cita:

Del Refugio comunal: 15min y 5min respectivamente

De tu refugio personal: 20min y 8min respectivamente

Cita:

Éste queda bastante cerca: unos 5min andando y ni vale la pena coger coche o moto pero vamos, ¿1min? XDD

Cita:

Por lo que tú ves no, al parecer lo ha diabolizado ;)

Después de aquella incómoda batalla de la que, sorprendentemente, Flora había salido victoriosa, pude observar claramente como ésta se regalaba su trofeo en forma de vitae, en una grotesca escena poco acorde con su aparente elegancia. Tras ello, se perdió de mi vista en las alcantarillas, probablemente en busca del mismo objetivo que yo.

Miré el reloj: el tiempo apremiaba. Tenía, como máximo, tan solo media hora para hacer lo que tuviera que hacer y salir de allí corriendo, pues estaba claro que, por muy resguardadas que estuviesen del sol, no me quedaría a pasar el día en las alcantarillas. Normalmente era bastante más previsor: a aquellas horas ya estaría a salvo en casa, escribiendo en mi diario mis pensamientos y experiencias del día. Pero si me marchaba en aquel momento todo habría sido en vano, así que forcaría un poco la máquina, por primera vez en décadas.

Me deslicé al alcantarillado, maldiciendo a los Nosferatu y sus extraños gustos, e, intentando hacer el mínimo ruido posible, me dispuse a buscar la guarida del tal "Nyar". Si las indicaciones que me habían dado eran correctas, no debería estar muy lejos...

Al final acabas por saltar al interior del apestoso agujero.
Tus piernas se resienten un poco al caer desde tanta altura y de hecho de ser mortal quizá hubieras adquirido algún tipo de lesión al instante pero por suerte tu carne muerta resiste el golpe y te incorporas con facilidad.

Ahora distingues mejor la estancia a tu alrededor, es circular y oscura pero a pesar de todo parece ser algún tipo de despacho a juzgar por el escritorio, los cajones y las estanterías medio roídas y llenas de papeles y libros que ves.
A tu izquierda hay una puerta metálica con manivela abierta, similar a la que podrías encontrar en cualquier submarino o base militar.
A tu derecha y alrededor de esa pared hay 3 puertas más, una de ellas también está medio abierta y parece ser la que ha tomado Flora.

Parece ser que el Refugio de Nyar en sí empieza ahí, como si fuera la sala de recibimiento o algo por el estilo, así que ahora sólo te queda elegir una dirección dado que ahí no queda nadie de pie.

Según parecía, la información que tenía de que el refugio de Nyar se encontraba debajo del ayuntamiento era totalmente literal, pues no me encontraba en unas alcantarillas corrientes, sino en un despacho bajo tierra. Mirando alrededor pude comprobar mi teoría: Muebles, estanterías, libros... Parecía mentira como alguien podía haber hecho de una alcantarilla una casa para vivir. En fin, cómo se nota que los vampiros no necesitan respirar...

El Sabueso, o lo que quedaba de él, se encontraba a mis pies, totalmente incapacitado. Aún así, el peligro aún no había hecho más que empezar, pues Odín era un contrincante fabuloso, por no hablar de Flora y del propio Nyar, que, aunque en principio estaban de mi lado, no convenía olvidar, especialmente a éste último... El sigilo, pues, era aún más primordial para mi supervivencia a partir de aquel punto, de manera que, comprobando el tiempo del que disponía aún, atravesé la puerta que había seguido aquella mujer sin hacer el más mínimo ruido.

Así pues renuncias a una pequeña parte de tu posible velocidad a favor del sigilo y el cuidado, poco dispuesto a que algún primogénito o vástago desquiciado decide desahogarse contigo en esa noche caótica.

Avanzas por el pasillo que probablemente tomó Flora, iluminado muy tenuemente y de vez en cuando por luces de emergencia que otorgan poca visibilidad. Aún así tampoco hay mucho que ver pues te encuentras en un pasillo tremendamente estrecho y algo claustrofóbico de apenas metro y medio de ancho salpicado de vez en cuando por alguna puerta de madera de aspecto antiguo y algo olvidado.

No te detienes a mirarlas, sólo te asomas al encontrar alguna abierta pero lo único que ves son habitaciones individuales tan pequeñas que parecen celdas y en otras más documentos y libros, como si de una biblioteca separada por partes se tratara.

Al final el pasillo desemboca en otra de esas extrañas compuertas, semiabierta. Sales con precaución y entonces la oscuridad y el silencio sí que es total. La peste es tan patente que te da una arcada y a un par de metros de distancia empiezan las aguas fecales.

Si sigues por ahí tendrías que encontrar alguna salida al exterior porque parece poco probable seguir un rastro.

Seguí explorando el que parecía, ahora seguro, el refugio de "Nyar", ocultándome en las sombras gracias a mis poderes vampíricos, aunque con precaución, pues mis enemigos eran mucho más poderosos que yo. Aún así, quedé algo decepcionado ante mis expectativas, pues parecía que no quedaba ya nadie ahí. Lo más probable era que mis compañeros, con la ayuda de Flora, hubiesen llegado antes y se hubiesen ocupado del asunto, tal vez advirtiendo al nosferatu del peligro que corría y ayudándole a escapar. La primogénita, pues, se habría encontrado con el "imprevisto" del gangrel al intentar escapar y, una vez listo, habría huído a su refugio. ¿Estaría Odín aún con vida? ¿Y mis compañeros? Fuera como fuese no tenía demasiado tiempo para comprobarlo, pues el amanecer amenazaba con dejarme allí atrapado.

Estaba claro que no parecía haber nada interesante por aquel lado, así que volví para ver si encontraba alguna cosa por alguno de los caminos que aún no había seguido. Un rápido vistazo tendría que bastar, pues no tenía pensado arriesgar mi no-vida por un tema que parecía estar ya arreglado, para bien o para mal...

Regresas hacia atrás, nuevamente al refugio de Nyar, pero a pesar de que parece estar organizado para que vivan más individuos ahí abajo no encuentras a nadie ni nada interesante así que tras poco tiempo no te queda más remedio que encerrarte en una de esas habitaciones vacías y pasar ahí la noche.

31 DE OCTUBRE DE 2008
Noche de Halloween, 19:20

Te despiertas en el mismo agujero de cloaca sucio y maloliente que te acostaste pero probablemente lo importante sea que sigues entero.
Cuando te dispones a abrir la puerta de la susodicha habitación te das cuenta de la diferencia con ayer: esta vez estás seguro de que hay alguien por allí y no es una sola persona o vástago si no varios, pues hablan entre ellos en murmullos inteligibles (lo cual te hace suponer que todavía están un poco lejos) y sus pisadas se propagan por las paredes con el eco.

¿Eran aquellos pasillos tan largos? ¿No había ido por aquel camino? La evidente falta de costumbre de vagar por las cloacas hizo que me costase encontrar el camino de vuelta al punto inicial, de manera que cuando llegué demasiado tiempo había pasado ya. No podía arriesgarme a volver al refugio: cualquier contratiempo habría hecho que me atrapase la luz del día, fulminándome de manera inevitable. Así pues, debería quedarme allí a pasar el día, cosa que era precisamente lo que quería evitar. Pero ya sabía que me la jugaba cuando decidí venir, ¿no? Busqué el lugar más recóndito y oscuro de aquel lugar para tenderme en el suelo, justo a tiempo para ser inundado por el sopor del amanecer. La suerte estaba echada...

Desperté la noche siguiente totalmente inquieto e instintivamente miré a mi alrededor y a mi mismo para comprobarla situación en que estaba. Por suerte estaba de una pieza y no había moros en la costa. O aquéllo pensaba hasta que me acerqué a la puerta para irme de allí. No estaba solo en aquel lugar...

Lo primero que hice, ya por costumbre, y más en aquella situación, fué fundirme en las sombras gracias a mis poderes vampíricos. Mientrastanto me paré a pensar por un momento en qué hacer... La verdad es que mi expedición a la guarida de Nyar de la noche anterior había sido bastante infructuosa y, probablemente, tendría problemas para salir de allí igualmente, así que probablemente no perdería nada en averiguar quién había allí y qué hacían. Así pues, con toda la precaución de que podía disponer, fuí acercándome lentamente a las voces que resonaban en los pasillos de aquellos túneles bajo tierra.