Partida Rol por web

Miras a través de la mirilla mientars tus compañeros se deciden o no a bajar hasta tu posición.

Puedes ver a un par de hombres que no conoces absolutamente de nada. Uno negro y bastante mayor, supera los cincuenta seguro, el otro blanco, bastante joven y bien parecido, debe rondar la treintena.
Ambos visten con gabardinas largas y murmuran entre ellos mirando de reojo la puerta. Incluso llegas a pensar que quizá se han dado cuenta de que estás ahí... aunque lo que de momento no entiendes muy bien es porque están ellos ahí.

Tras poco rato, Baal, Bastian y Toxic descienden las escaleras. Ésta última se desvía un instante a la armería para recoger su estimado revólver, sin embargo los otros dos ya tienen sus propias "pertenencias" dispuestas, siendo la 9mm de Bastian más vistosa por llevarla anclada en el cinturón, justo en la parte trasera, así que cualquiera que éste de frente no se dará cuenta de ello.

Al llegar al recibidor se encuentran con un Quincey algo más pálido de lo habitual pero controlado por completo, con un llamativo agujero en su camiseta a la altura del corazón y el pelo y parte de la ropa chorreando sangre ya fría y muerta desde hace rato, la que empapa el propio suelo.

El timbre vuelve a sonar con insistencia, esta vez acompañada de la voz de un hombre, aparentemente joven y decidido.
-FBI, abran o lo haremos nosotros mismos- dice a modo de advertencia. Quizá la única antes de cumplir lo que acaba de decir.

Definitivamente aquellos hombres no eran Gabrielle y esperaba, por su bien, que no tuvieran nada que ver con ella. Pero no podía asegurarse por el momento. No podía abrir la puerta en el estado en que estaba, así que decidí limpiarme y cambiarme lo antes posible y, probablemente, alimentarme antes de empezar a investigar. Ya se cansarían de picar a la puerta cuando viesen que no había nadie.

Mis "compañeros de piso" acudieron al poco, armados por si las moscas (algo no sorprendente, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos), pero justo cuando les iba a hacer un gesto para que guardaran silencio, la voz de uno de los hombres de fuera resonó en el recibidor.

Maldición

¿El FBI? ¿Allí? Maldita sea, aquello era peligroso, y mucho. La verdad es que después de todo no me habría sorprendido encontrarme a la policía o algo así. Pero si estaba allí el FBI no podía significar nada bueno.

Estirándome la camisa les di a entender que no podía abrir la puerta en aquel estado, y menos al FBI. Por otra parte estaba claro que sería imposible limpiar todo aquello antes de que la paciencia de los agentes se agotara. Sin perder un minuto, pues, me dirigí al piso superior, directo a la ducha.

La parte positiva, al menos, era que tenía el equipaje hecho, así que si tenía que desplazarme lo tendría fácil. "Positiva". Que irónico. Por cierto, ahora que lo pensaba... ¿Habría hecho Gabrielle lo que le pedí? Tal vez sería un buen punto de partida para encontrar alguna pista...

Frunce el ceño y da un paso hacia atrás al oir que es el FBI. La noche pasada estuvieron buscándola pero como habían averiguado que vivía allí? Quizá no fueran a por ella y sólo se acercaran por el sangriento incidente. Asintió a Quincey, no era muy buena idea que les atendiera en su estado. Se miró a ella misma , por suerte sus ropas oscuras disimulaban la ya reseca sangre color marron parduzco, aunque lo del recibidor no sería tan fácil de disimular.

Cerró la puerta del recibidor y volvió a mirar a Baal y Bastian.

Mejor atiéndeles tú... -señaló a Baal mientras se rascaba alguna mancha de sangre seca de la barbilla- y si es posible intenta atenderles con la puerta entreabierta, que no pasen demasiado..ya sabes, cómeles el coco.

Más vale que no entren.. porque como lo hagan y registren todo encontraran la mierda que guardas en él sótano..

Baal pasó por el recibidor lanzando una mirada de completa indiferencia a Quincey. Si la reacción de toxic había sido ya de por si patética, la actuación por parte del mekhet había sido peor si cabe. El "amor" que sentí por su ghoul no sólo era peligroso para él y para los demás sino que además era patético y enfermizo. El poco respeto que tenía el daeva sobre aquel ser se había desvanecido por completo.
Una vez en frente a la puerta Baal se dispuso a abrirla sin miramientos, pues cubierto como estaba no tenía nada que temer, sin embargo se le había escapado un pequeño detalle y por suerte detuvo su movimiento al escuchar la voz de aquel agente.

-¡Mierda!...La poli...no, peor: el FBI...¿quién cojones los ha atraido hasta aqui?

Miró a sus compañeros de cuadrilla no demasiado contento, y rápidamente comenzó a ajustarse bien el traje y la corbata. Sacó su cartera y echó un vistazo a su interior. Sobornar a un poloi era relativamente fácil, pero a un agente del FBI era bastante más complicado eso lo sabía de sobra el propio Baal, pero aún así era prudente tener todos los ases en la manga.

-¡Ya voy agentes!- grita Baal sobreactuando como si estuviera acercándose desde la otr apunta de la casa.- A ti Quincey que ni te huelan. Toxic el color de tu pelo no causa buena impresión a los agentes, así que será mejor que te escondas. Bastián al menos tienes buen gusto. Quédate aqui y cúbreme. Intentaré despacharlos rápidamente. Estar atentos por si tenemos que...- termina la frase con un significativo movimiento de su mano a lo ancho del cuello simulando una decapitación. Entonces sonriéndo como sólo él sabe entreabre la puerta y se coloca en la apertura mostrando su espectacular porte y a la vez bloqueando la entrada y el interior de esta.- ¿Qué ocurre agentes?- pregunta sin el más mínimo temblor de voz.

- De esta no salimos bien parados... -  digo entre dientes

Asiento la cabeza ante el comentario de Baal de que lo cubra. Puede que tengamos que salir a tiros de la casa. Bueno...esperemos que Baal sepa manejar la situación pero el FBI será un durho hueso de roer...pero nosotros tenemos nuestros poderes...y eso nos hace superiores a la mayoría de seres humanos.

Que sea lo que el de arriba quiera...si es que hay alguien arriba vigilando nuestros actos...

Compruebo que el arma está bien oculta por la ropa por si acaso tenemos que pasar desapercibidos pero si entran estamos perdidos, la casa está llena de sangre.

Bueno...si todo sale mal cojo los ordenatas y algo de ropa y prendo fuego a todo esto...nada de pistas...para que no puedan seguirme...

- Baal...ya puedes abrir la puerta... - digo en voz baja - ...yo te cubro...

Quincey desaparece pronto piso arriba, directo a su habitación para comprobar cómo todo su equipaje sigue preparado como lo dejó la noche anterior, teniendo tiempo para lavarse y cambiarse si lo desea... aunque eso es bastante secundario teniendo en cuenta el estado del recibidor del piso de abajo.

Baal se encarga esta vez de ofrecer una buena imagen a los agentes. Resulta irónico que precisamente sea él, pero hay que admitir que aparentemente parece un tipo incluso distinguido... aparentemente, claro.
Bastian se posiciona cerca de él, justo detrás de la puerta, de manera que los agentes no puedan verle hasta que sea demasiado tarde en caso de que pretendan entrar.

En el porche aguardan dos hombres: uno de avanzada edad y de color, probablemente el veterano de la pareja y fácil de abatir; otro bastante más joven e inquisitivo, en cuanto el Daeva abre la puerta le mira aparentemente extrañado mientras le muestra su placa. Parece auténtica.

-Buscamos a la srta. Miller, necesitamos hacerle unas preguntas acerca de unos desaparecidos en Miami...- explica de forma escueta el joven, dejando claro que no dará demasiados detalles al respecto a alguien no-implicado.
El agente más veterano carraspea por lo bajo, dirigiéndole una mirada con cierto reproche a su compañero, el cuál frunce el ceño molesto pero no replica.

-Soy el agente Harbor, mi compañero es el agente Brook- explica como si empezara de cero, presentándose cómo es debido. O al menos eso piensa él, sin duda está chapado a la antigua -Acudimos ayer al local de la srta. Miller pero no pudimos encontrarla... tras bastante insistencia conseguimos esta dirección- levanta la vista para corroborar el número de la casa y espera a que Baal dé alguna respuesta mientras Brook entrecierra los ojos mirando tras la posición del daeva. O al menos eso intenta.

Antes de abrir la puerta Baal escucha el comentario derrotista de Bastián. La verdad es que con el FBI de por medio todo se complicaba bastante, pero bueno tendría que usar todo su encanto para salir de esta. Es una pena que los agentes no fueran "las" agentes, así habría sido más fácil.

-Buenas noches caballeros.- dice momentos antes de que uno de los agentes se lanzara a preguntar con toda la educación que caracterizaba a aquellos que se creen en posesión de la justicia y la verdad. Por suerte el viejales de su compañero tiene algo más de educación y los presenta como es debido.- ¿A la señorita Miller?...- pregunta como intentando caer en la cuenta d equién le están hablando.- Pues es una pena, porque esta noche tampoco se encuentra aqui, y sinceramente tampoco sé a dónde puede haber ido. Ya conocen a los propietarios de las discotecas. Son muy bohemios.- añade interpretando a la perfección su papel. Aunque dudaba bastante de que a los agentes del FBI les bastara con esa escusa siempre cabía la posibilidad de mandarlos a otro sitio parr buscarla.
- ¿Y la buscan por unas desapariciones en Miami?. Que extraño, tal vez si me contaran algo más podría ayudarles.- se ofrece de buena fe aunque en realidad sólo pretende recopilar toda la información que pueda.

¿Por una desaparición?...Espero que no sea lo que me imagino, sino quedará confirmado que Toxic es casi tan inútil como Quincey...por dios menuda banda me ha tocado. Espero que Bastian esté preparado porque con este panorama no creo que pueda eitar que estos dos cabrones entren dentro de la casa...aunque visto de otro modo podría ser divertido...sobre todo si atrapo a alguno con vida...

¿Agente Harbor?¿Agente Brook?...Mierda...los que llevan la investigación de mí desaparición...pero...¿cómo coño dieron con Toxic?...y ¿por qué la relacionan conmigo?...joder...más problemas a la vista...

Me preparo para entrar en acción si deciden entrar. Si me ven la cara se va montar una gordísima...me llevan detenido fijo...no se cómo han podido llegar a Chicago...la última vez que me vieron nítidamente fue en Buffalo y allí me ayudaron a escapar...Milford se encargó de que no hubiera problemas...pero puede que haya problemas...

Me ofusco para que la sorpesa sea mayor si entran y pueda disparar antes de que les de tiempo a reaccionar. Así aunque decidan entrar no me verán y eso me permitirá atacar por la espalda con la pistola.

Toxic escucha sigilosamente tras el recibidor y se queda a cuadros cuando dicen que la buscan por desapariciones. Por saltarse impuestos quizá, por poner la música demasiado alta, dar alguna paliza casual a algún follonero, drogas ilegales.. ¿pero desapariciones? Que ella supiera no había desaparecido nadie delante en su local, y tampoco había estado nunca en Miami.

Pero si entraban dentro se liaría una bien gorda. Baal había dicho que no estaba pero esa no era la mejor estrategia, si les daba lo que querían lograría que se olvidaran de registrar la casa. Aunque ahora no podría salir tan campante por la puerta.

Observó la reacción de Bastian y comprendió que tenía algo que ver con él, así que le hizo una seña de que iba a salir por la puerta de atrás para luego volver. Se giró y sigilosamente recorrió la casa para salir por la puerta de atrás, avanzar un buen tramo por la parte trasera de las casas y luego retomar el camino de vuelta a casa, caminando cansada como si volviera de un duro día de trabajo.

Había que proteger su refugio a toda costa y mantenerlo alejado de los polis..

Aquella ducha habría sido completamente reparadora de no ser por los incómodos pensamientos que asolaban mi cabeza sin cesar. ¿Quién demonios era aquella gente? ¿Qué querían? ¿Por qué se habían llevado a Gabrielle sin dejar ninguna nota al respecto? No tenía sentido. Si se la habían llevado en vez de haberla matado era porque querrían algo a cambio de ella ¿Pero qué?

Tras vestirme con ropa limpia (la otra estaba, mojada y más o menos limpia, dentro de la ducha), me equipé con mi viejo revólver y bajé las escaleras con cuidado de no pisar la sangre, ya reseca, que cubría dantescamente gran parte del suelo. Aquellos malditos agentes se encontraban aún allí, pero nada podía hacer yo por el momento, pues estaba claro que ya se estaban ocupando de ello y además aquello no iba conmigo. Por el momento, lo único de lo que debía ocuparme era de que no supieran que vivía allí o que estaba implicado en cualesquier problema que hubieran tenido Toxic, Baal o Bastian. Sería lo único que me faltaría...

Lo más urgente en aquel momento era alimentarme. Había perdido el control demasiadas veces ya en muy pocos días... Pero antes quería comprobar hasta qué punto a Gabrielle le había dado tiempo a preparar lo que le había dicho. Tal vez así conseguiría alguna pista sobre su paradero. Igualmente no podría salir hasta que el FBI no se hubiera ido de allí...

El agente Brook, el más joven, mira a su compañero claramente fastidiado y empezando a impacientarse ante la actitud de Baal, a pesar de que éste está haciendo esfuerzos por mostrarse bastante cortés.

-Lo lamento, no podemos darle más detalles, es un asunto confidencial...- responde Harbor con total tranquilidad y voz algo ronca. Esta vez incluso él mira tras de Baal con poco éxito, pero con simple curiosidad en lugar de inquisitivamente.
-Creo que todo será mucho más fácil si nos deja pasar para esperarla- acaba proponiendo con una sonrisa amable, como si fuera un abuelo que habla con su propio nieto. Probablemente se comporte así con todo el mundo, una sonrisa puede llegar más lejos que una orden... Sin embargo, el daeva sabe de sobra que una negativa le hará parecer bastante sospechoso por muy afable que resulte o finja ser el tal Harbor.

-¿Qué ha sido eso?- increpa repentinamente Brook, apoyando la mano en la puerta con toda al intención de abrirla de una maldita vez. El ceño de Harbor se frunce entonces, adoptando una actitud más seria para con Baal, pues a pesar de que Toxic ha sido bastante silenciosa los charcos de sangre y demás mbiliario roto no le ponen las cosas fáciles...

Llegas sin demasiado problema hasta la habitación de Gabrielle dado que las escaleras de bajada conducen de forma bastante directa hasta allí sin necesidad de cruzar el recibidor y por tanto no te arriesgas a que los agentes puedan oírte... aunque tú si distingues cómo siguen hablando con Baal pidiéndole esta vez el pasar al interior de vuestro Refugio.

La habitación de tu ghoul, normalmente impoluta y muy ordenada, se encuentra ahora patas arriba. Varios de sus objetos de colección más preciados yacen en el suelo hechos añicos. Casi todos los cajones y armarios han sido abiertos, algunos todavía permanecen descolgados y de ellos penden desde ropa a libros o cualquier otro utensilio de Gabrielle. La colcha que tantos meses llevaba tejiendo se encuentra desperdigada entre la habitación y el vestidor, llena de numerosos cortes, consiguiendo así destrozar con facilidad la laboriosa tarea. Lo mismo sucede con varias láminas de sus dibujos, que tan bien acostumbraba a guardar, rotas y esparcidas por doquier. Apenas consigues reunir un par de ellas en suficiente buen estado como para guardarlas.

Desde luego los asaltantes debían estar muy mosqueados, y a pesar de que no la mataron está claro que era uno de sus objetivos principales. Sabían lo que hacían.
Sobre una de las mesitas de noche, encuentras una pequeña libreta que consigue llamar tu atención. Según parece debía tener algún tipo de cierre que ha sido completamente roto, y con sólo un par de hojas al azar te es suficiente para comprobar que se trata del diario personal de Gabrielle, del cuál faltan aproximadamente unas diez hojas, quizá alguna menos.

Junto a tus pies, cerca de la cama, permanecen abiertas un par de maletas: una la reconoces, es tuya y apenas está desordenada. La otra sin embargo es de ella y todo el interior ha sido revuelto como el resto de la habitación.

Las cosas se estaban complicando. Aquellos agentes del FBI, a parte de inoportunos, no eran fáciles de engatusar. Tampoco es que Baal hubiera usado todo su potencial, pero la mayoría de agentes de la ley hubieran caido en sus redes con esa estratagema. Pero claro aquellos eran agentes del FBI, y de repente el Daeva comenzó a estar cabreado con Toxic por haberlos atraído hacia el refugio.
Pero no tenía que darse por vencido. Aún podía usar sus poderes para despacharlos pacíficamente.

Maldito viejo hijo de puta. A mi no me la das...¿Con quién crees que estás hablando bastardo? ¿Con un puto yonki del Bronx?...No e engas no pienso tragarme tus tretas de ninguna manera...eres bastante más peligroso que tu compañero...que no deja de ser un mamón al que algún día le pegarán un tiro por no cerrar la boca...

-Uhms...Bueno es comprensible. No se puede dar información confidencial así como así, pero bueno cuanto más sepa sobre el asunto mejor podría ayudarles. Aún así les comprendo perfectamente.- dice manteniendo su cortesía extrema. Poco a poco su carisma iba adquiriendo un nivel superior...o al menos eso pretendía.- Verá, no es que les impida el paso a la casa, pero...el problema es que la srta. Miller, como ya les he dicho, se ha ido y no se a dónde. Puede que vuelva dentro de una hora o pasados dos meses, no lo se. Pero sería una coincidencia demasiado grande que apareciera de repente ¿no les parece?. Se lo digo porque si entran a esperarla lo más probable es que sea una noche desaprovechada...¿No sería más fácil si me dejaran un teléfono o una forma de contactar con ustedes en caso de que la srta Miller decidiera aparecer?- pregunta totalmente servicial. Tampoco era un ofrecimiento descabellado. Es entonces cuando se escuchan ruidos dentro de la casa y el agente Brook se pone nervioso.

Mierda...¿Cómo tengo que decir las cosas para que me hagan caso?...¡Si digo que me ocupo lo hago joder!. Como hagan algo precipitado tendremos pocas opciones...

-Bueno no se ponga nervioso agente. Aqui no vivo yo sólo...- contesta a modo de excusa improvisada.- De todas formas ya les he expuesto la situación. Si quieren pasar adelante, no voy a impedirles el paso...- añade echándose a un lado y ofreciéndoles el paso con la izquierda, mientras la derecha se colocaba detrás como si fuera un camarero...aunque esta mano se encargó de alcanzar la empuñadura de su cuchillo...Con lo que quedaba sólo podía echar mano de la psicología inversa y esperar que sus poderes hubieran surtido efecto...

Ante las últimas palabras de Baal doy un paso para atrás y me ofusco...en un segundo desaparezco. Nadie que mire hacia donde estoy ahora podrá encontrarme. Me muevo despacio a un lugar donde no moleste mi cuerpo, de todas formas la gente suele apartarse de mí sin darse cuenta...esos son los beneficios de este poder presente en mi clan. Al desaparecer permito que la cuartada que acaba de dar Baal se cumpla en parte.

Toxic acaba de salir por otra puerta y sin querer ha hecho ruido...mala cosa...por la voz noto a los agentes demasiado nerviosos, no entiendo el por qué de ese nerviosismo. Buscan a un desaparecido no a un asesino en serie...aunque bueno todo vampiro es un asesino en serie en potencia.

Ahora toca que Baal y su presencia y diplomacia logren apartarlos de aquí...luego tendré que hablar con cierto amigo para ver si sabe la causa de que aparecieran por aquí...

Pero que demonios...

La imagen que se abrió ante mi al entrar en la habitación de mi ghoul era realmente desoladora. Meses, años de creatividad y dedicación destruidos en tan solo unos momentos. Recorrí la sala lentamente, observando, entristecido, cada detalle de aquella barbarie, deslizando mi mano por encima de los cuadros rotos. Aquella colcha, que tantas horas había tardado Gabrielle en coser se encontraba destrozada, esparcida por toda la habitación...

Un objeto, pero, atrajo mi atención especialmente. Sobre una mesita de noche se encontraba su preciado diario, profanado descaradamente como todo el resto. Por si el estado de la habitación no fuese suficiente, el hecho de que le faltasen unas cuantas páginas, concretas, no dejaba lugar a dudas de que aquella gente buscaba algo en especial. Además, mi equipaje estaba casi intacto. ¿Pero qué buscaban? ¿En qué lío podría haberse metido Gabrielle? ¿Por qué no sabía nada? Tenía que averiguarlo. Tenía que responder a todas aquellas preguntas lo antes posible. Pero la única pista posible en aquella habitación era aquel diario, del que faltaban, precisamente, las páginas que me podrían haber dado alguna idea. Aún así leí cuidadosamente las páginas contiguas a las arrancadas. Tal vez así me podría hacer una idea de por dónde iban los tiros...

Bastian desaparece totalmente de la vista, haciéndose a un rincón lo suficientemente limpio cómo para no dejar el rastro de sus propias pisadas o algo remotamente parecido. Podría enviar al traste su perfecto "disfraz".
Por su parte, Toxic rodea la casa, a pesar de haber hecho algo de ruido en el proceso, y una vez en la puerta contraria corre todo lo rápido posible. Es preferible que la encuentren a ella a que entren en el recibidor...

Por suerte, la labia de Baal funciona tan bien cómo tantas otras veces, ayudada eso sí por sus "encantos" sobrenaturales.
Brook gruñe por lo bajo, fastidiado, pero acaba accediendo y retira su mano de la puerta que el daeva sujetaba hace un instante. Por su parte el agente Harbor se muestra algo dubitativo al principio, pero finalmente compone otra de sus sonrisas afables.

-Disculpe las molestias, ha sido muy amable...- busca en el interior de su vieja gabardina y tienda una tarjeta de contacto a Baal, despidiéndose levantando un poco su sombrero pasado de moda antes de darse la vuelta y bajar las escasas escaleras del porche, seguido de cerca de su compañero para dirigirse al coche.

Una vez logrado su cometido se acerca caminando hacia la casa, esperando que ellos mismos se dieran cuenta de que era ella , pues no podía acercarse por su cuenta a los policias sin levantar sospechas de que había estado escuchándoles. Su aspecto llamativo seguro que la ayudaba a no pasar desapercibida.

Lo mejor era quitárselos de encima cuanto antes, no sea que les hicieran otra visita "oportuna" más adelante..