Partida Rol por web

Observo la página detenidamente, no soy experto en piratería pero normalmente estas páginas suelen tener algún truco para acceder a la parte de administración. Mandar los datos sería bastante lento y tampoco es cuestión de perder el tiempo, hay una vida en juego...

Pruebo un par de trucos y veo que el segundo funciona, accedo al menú que tendría uno de los técnicos del operador. Reviso a ver si encuentro el apartado de "Localizador de Móviles". Así solo será cuestión de poner el número y esperar el resultado. Tras unos segundos lo encuentro, clickeo en el y espero a que me salga la pantalla de introduce el número a buscar.

- Bien...parece que es esto... - le ofrezco el teclado a Quincey y le digo - ...pon ahí el número y presiona Enter...y a esperar a que salga en otra pantalla un callejero de la ciudad y nos diga la posición más exacta...si está en Chicago será fácil localizarla...

Miro atentamente la pantalla y espero a que todo vaya bien. Si no tendremos que llamar a la empresa y es más lento.

Bastian se toma su tiempo, algo más de lo que le hubiera gustado. Cuando Odín vuelve hasta el recibidor con expresión ceñuda y distante él todavía se encuentra tecleando en el ordenador... pero finalmente consigue colarse en el sistema administrativo de la web, en el cuál sí se dispone del tan ansiado localizador.

23:25

Quincey introduce sus datos personales y, tras pocos segundos, aparece un mapa de Chicago que poco a poco se va ampliando hasta mostrar los alrededores de la ciudad en cuya zona oeste aparece una pequeña marca sobre la cuál se amplia nuevamente el mapa.
Parece ser una vieja cafetería de carretera o algo similar. Al menos es lo que consta allí aunque la señal podría estar un poco desviada pero aún así... no puede andar muy lejos.

- Ahí está...

Miro a Quincey esperando a ver que dice, en este asunto el es el "líder" ya que es el que está más interesado en rescatar a su ghoul. Habrá que ver que tiene pensado, aunque supongo que será ir hasta allí y echar un vistazo. Tras unos segundos de silencio me decido a hablar de nuevo:

- Habrá que ir hasta allí ¿no?...podría revisar de nuevo las cintas de vigilancia y ver cuántos entraron...así nos haremos una idea de lo que nos espera si decidimos rescatar a Gabrielle...

Tras decir esto último me mantengo en silencio hasta que Quincey u otro del grupo se decida a decir algo.

Las nuevas tecnologías nunca dejaban de maravillarme. Tras introducir mis datos en el ordenador de Bastian y realizar él operaciones que difícilmente podía seguir, conseguió un mapa con la posición exacta de Gabrielle, transformando así la dura y larga búsqueda que pensaba que tenía por delante en un simple trayecto en coche. O éso esperaba.

- ¿Se encuentra ahí? - pregunté sorprendido, tras unos momentos en que realmente no supe ni qué decir - ¿De verdad?

Mi mente, algo turbada por la sorpresa, tuvo que ponerse en funcionamiento de nuevo, pues aquella parte de la búsqueda se suponía que debía haber tardado algo más en llegar. ¡De hecho era el final!

- Te debo una Bastian, gracias - le agradecí apoyando mi mano sobre su hombro - Sí, es buena idea, pero rápido, debo apresurarme antes de que dejen ese lugar. Ya pensaremos en algún plan por el camino.

Sin perder ni un segundo me puse en movimiento, haciendo que Bastian y quien quisiera seguirme se movilizaran deprisa.

- Prepararé algunas armas por si acaso. Salimos en tres minutos.

- Se encuentra ahí o a unos metros de distancia...habrá que darse prisa...

Quincey me da las gracias pero la verdad no las acepto, de momento no está con nosotros.

- Dámelas cuando la rescatemos... - le digo simplemente

Me siento bien por haber sido de utilidad, la cagué bastante con el camión y en parte me siento culpable de todo esto, así que...tengo que expiar mi culpa. Si lo hago puede que hasta salga de esta igual de muerto que hasta el momento.

Anoto la dirección de la cafetería y luego subo a dejar el ordenador en mi habitación. Llevo la pistola encima así que ya voy armado y puedo salir en ese mismo momento.

De todas formas subo y cojo alguna tarjeta de crédito y unos cuantos billetes por si acaso. Me pongo una cazadora de color oscuro, y busco entre mi ropa un pasamontañas. Recuerdo tener uno por si iba esquiar a Vermont con Sarah.

- Bueno ¿alguien más se apunta?...Creo que deberíamos avisar a Baal por cierto...¿sabe alguien a dónde se fue?

Miro a los demás esperando que alguien me conteste, aunque tampoco podemos esperar mucho. El tiempo apremia.

Sin perder ni un momento, fuí a mi habitación a buscar mi revólver, las llaves del coche y, ya aleccionado por la vez anterior, un pañuelo para taparme la cara, unos guantes y un sombrero, el más moderno que tenía, para no levantar sospechas. Tuve que abrir una de las maletas para encontrar ésto último, pero, por suerte (no esperaba menos de Gabrielle), estaba todo tan bien organizado que lo localicé a la primera. De vuelta al recibidor cogí otra pistola, para Bastian o por si acaso.

- No lo sé - respondí a éste cuando nos encontramos de nuevo allí - Ni me importa - Pero tenemos que irnos ya, cuanto más tiempo pase, más posibilidades hay de que deje aquel lugar...

Observa algo perpleja como localizan la posición del móvil y frunce el ceño pensativa - Menuda mierda, eso se puede hacer? Tendré que dejarme el movil en casa cuando salga a hacer cosas importantes..- Observa como se desarrollan los acontecimientos con rapidez y niega a la pregunta de Bastian sobre el paradero del psicopata asesino del grupo.

Todos se estaban preparando con rapidez y ella no iba a ser menos, si no era por Gabrielle sería por Roman, pero Dios clamaba justicia eso estaba claro. Como ya tenía el revolver encima fue a recoger la espada y después un abrigo grande negro con capucha, lo unico que podría ocultar parcialmente su rostro y sobretodo su llamativo pelo.

De nuevo en el recibidor mientras esperaba al resto buscó a Odín.

¿Tú no vienes?

-Me temo que nadie lo sabe. En cuánto acabemos con esto habrá que debatir sobre la permanencia de algunos miembros en la Cuadrilla...- es la respuesta de Odín entorno a la cuestión del paradero desconocido de Baal.
Cuando todos empezáis a movilizaros hacia la armería o vuestras habitaciones él no es una excepción, y cuando baja lo hace metido en su típica y vieja gabardina con capucha, la cuál le permite ocultarse a él y cualquier arma que lleve encima. Aunque no es muy usual verle usarlas.

-En marcha- añade escuetamente asintiendo a la pregunta de Toxic. ¿Por qué no iba a ir? Cuánto antes saquéis a Gabrielle de ese lugar antes os concentraréis en Nyar, pues el tiempo, poco a poco, se acaba...

23:38

Bastian conduce con decisión, junto a él un Quincey algo más inquieto de lo habitual revisa por enésima vez sus armas comprobando que están en perfecto estado y totalmente cargadas. En la parte de atrás el ambiente es algo menos tenso pero aún así el silencio impera en el coche la mayor parte del trayecto.
-Intentemos que no nos oigan llegar hasta que ya estemos allí, detente a unos metros- propone Odín cuando el GPS indica que quedan menos de cinco minutos para llegar hasta la cafetería en cuestión.

Ya os habéis desviado de cualquier carretera principal e internado por un viejo sendero rodeado de matorrales y árboles frondosos. No parece que pueda haber gran cosa en ese lugar, desde luego la cafetería, si realmente está ahí, debe de hacer años que no está operativa.

- No parece mal sitio para esconder a alguien...no creo que nos sea dificil hacernos "invisibles" en esta zona...

Compruebo la zona y me reafirmo en mi pensamiento, es una zona oscura y con bastantes matorrales. Detengo el coche completamente y me giro hacia mis compañeros.

- Bueno tocará hacer el último trayecto a pie...habría que buscar una buena posición para ver la cafetería, supongo que tendrán vigías...¿Qué me decís?

Espero tranquilamente su respuesta. Confío en mi habilidad para desaparecer, y más si voy armado. Pero tengo miedo de una cosa: perros guardianes...no siempre logramos engañarlos con la ofuscación...y eso puede jodernos este plan...

Creo que mejor que vayais Quincey y tú primero... se os da bien esconderos y eso. Así nos informais de si es seguro avanzar o no sin que nos pillen.-comenta mientras desenfunda la espada con su característico sonido, resplandeciendo a la luz de la luna- Les hare pedazitos como te hicieron a ti Roman..-observa el filo unos instantes y finalmente baja la espada enfundandola de nuevo, todo estaba en orden.

Cuando lleguemos hasta allí propongo rodear la casa y que uno de vosotros se infiltre, podrían intentar putearnos con eso de que tienen a Gabrielle como rehén..

- ¿Y tu, Odín? Tenía entendido que los nosferatu también domináis el arte del sigilo... Me parece bien. - contesté a la propuesta de Toxic - Avanzaremos hasta que tengamos buena visibilidad y te informaremos por móvil si podemos. Si por lo que fuera tuviéramos problemas te llamaré y dejaré sonar solo un tono. Si éso pasara ven con el coche, sin perder tiempo y preparada para matar.

Mi tono sonaba frío y calculador, sin el mínimo remordimiento o turbación en mis palabras. No era como tantos vampiros que matan por placer. Baal, por ejemplo. No sentiría placer en lo que estaba a punto de hacer. De hecho intentaba evitar el daño innecesario, y más habiendo sentido en carne propia las consecuencias que el descontrol de un vástago puede provocar. Pero tampoco era alguien que pudiese ser manipulado, vapuleado y atacado de aquella manera.

Por nada. Por nadie.

La venganza, por otra parte, no entiende de todas esas cosas...

Desenfundando mi revólver comprobé por última vez que estuviera listo mientras hablaba y esta vez no me lo guardé. Lo iba a necesitar.

- Vayamos con prisa pero con cautela - advertí poniéndome ya en marcha - no estoy seguro de lo que nos encontraremos allí.

-Así es, me desvanezco del mismo modo que vosotros... pero no me parece que sea buena idea dejar a Toxic expuesta y sola aquí. Me quedaré con ella por lo que puda pasar- la decisión del nosferatu es férrea, parece tenerlo muy claro, y del mismo modo confía en que los dos mekhet se esforzarán al máximo por cumplir su objetivo en silencio invisible así que ahora está en manos de la habilidad de cada uno... y quizá un poco de la suerte. El móvil bien podría estar sin su propietaria.

Odín desenfunda del interior de su chaqueta su extraña y llamativa arma favorita: una especie de lazna con el mango recortado de apenas medio metro de largo. Mira la katana de la joven daeva y sonríe de forma ladeada antes de desviarse hacia un lateral oscuro del bosque, probablemente para "desvanecerse" con mayor facilidad.

Saco el sonido al móvil antes de nada, no es la primera vez que la fastidio en un acechamiento por culpa de no apagarlo. Luego compruebo que traje la pistola. Su tacto es frío pero en parte me reconforta. Saco el arma que le robé al policía y compruebo que esta cargada y quito el seguro.

Listo...

Escucho lo que dicen mis compañeros, lo de ofuscarse lo veo bien pero no desde aquí. Demasiada distancia y el peligro de descubrirnos nosotros solos pero bueno si están tan seguros es posible que tengan razón...y espero que la tengan...

- Pues si hay que ofuscarse así lo haremos aunque tengo mis dudas acerca de hacerlo...Quincey no nos podremos ver cuando nos ofusquemos así que yo iré por la izquierda y tú por la derecha...ten en cuenta que si nos tropezamos adiós al truco...

Me concentro unos instantes...en un abrir y cerrar de ojos desaparezco de la vista de los presentes.

Camino despacio para no hacer ruido, así le doy cierta ventaja a mi compañero y no me tropiezo con él. En teoría la ofuscación engaña los sentidos de los demás pero nunca probé a ir ofuscado con otro vampiro ofuscado...no quiero meter la pata de nuevo...y menos ahora...

Ambos os fundís con las sombras de la noche y de los propios árboles con rapidez y facilidad, avanzando siguiendo las indicaciones que el propio Bastian ha dado para no acabar topándoos el uno con el otro sin querer puesto que eso podría ocasionar un tropiezo que supondría ser descubiertos.

Enseguida llegáis hasta el local en cuestión, una vieja cafetería de los años 50 aproximadamente. Quizá para aquel entonces ese era un camino de paso a algún pueblo o fábrica pero ya hace mucho tiempo que nadie debe tomar nada allí.
El lugar es sombrío, las paredes están oxidadas y descoloridas y las ventanas cubiertas de tablones que impiden ver el interior en su mayor parte, pero aún quedan pequeñas rendijas a través de las cuáles escapa una leve cantidad de luz y unas voces bastante quedas.

Detrás del local podéis apreciar un par de vehículos: un todoterreno lleno de barro algo viejo y un turismo más normal y en buen estado que pasaría desapercibido por la ciudad, de color azul marino. Ninguno de los dos parece ser la furgoneta con la que asaltaron el Refugio.

Es entonces cuando la puerta principal se abre con un chirrido y un tipo vestido con unos tejanos rasgados y una chaqueta de cuero sale, quedándose frente a ella para encender un cigarro que empieza a fumar con tranquilidad. Es bastante corpulento y alto, el prototipo de "matón" como los que se llevaron a Gabrielle, al menos en cuanto a corpulencia.

Joder...esa cafetería es el escenario de una puta peli de miedo...habrá que andarse con ojo porque ese sitio me da mala espina...

Me fijo bien en el tipo corpulento ya que intento ver si lleva un arma encima. Si lleva un arma es bastante probable que tengan a Gabrielle encerrada ahí.

Lo único que localizamos es el móvil...y si ellos tienen el móvil y es una trampa...

En ese momento empiezo a examinar los alrededores de la casa. Abarco un perímetro bastante amplio, el auspex me servirá de algo aunque es posible que tenga que acercarme. Tengo cuidado al moverme para no caer en ninguna trampa, los tipos es posible que no sepan que somos vampiros pero puede que tengan trampas. Yo por lo menos las pondría.

Una vez trazado el plan, avancé raudo hacia la dirección en que se suponía que estaba el local que buscábamos, hasta que conseguí divisarlo. Tenía pinta de ser un lugar abandonado hacía ya tiempo, pero a pesar de ello, la luz y las voces provinientes del interior, junto a los automóviles aparcados cerca indicaba que había dejado de estarlo. Al menos por el momento.

 Me escondí justo a tiempo para ver cómo salía un hombre bastante fornido de la casa. Piensa, Quincey, piensa.. Por el momento, aquel hombre había encendido un cigarrillo y empezaba a fumar, lo que significaba que era humano, o como máximo ghoul. Aquello era una buena señal. Por otra parte, y teniendo en cuenta que habían dos coches aparcados, debían haber, como mínimo unos cuatro individuos en total, aunque el número podría incrementarse hasta nueve. Aquella era la mala señal. Yo no sabía pelear, maldita sea, y mucho menos contra profesionales, por muy humanos que fueran, y Bastian... en fin, apostaría más por Toxic, Odín e incluso Baal, precisamente los que no habían venido.

Asegurándome, pues de estar bien escondido y suficientemente lejos de el guardián como para no ser oído, me hice visible de nuevo. Aquello permitiría a Bastian localizarme para poder reunirnos de nuevo y trazar un plan y mientrastanto llamaría a Toxic ara informar de la situación y le daría tiempo a aquel hombre para acabar el cigarro y entrar dentro, con lo que podríamos acercarnos más fácilmente.

Ninguno de los dos consigue precisar donde se encuentra el otro, aunque eso en parte resulta positivo ya que si está tan bien oculto será menos probable que esos tipo no os localicen... en caso de que puedan, claro.
Quincey entrecierra los ojos y se mantiene quieto, con la mirada fija en el hombre durante largos segundos hasta que su vista empieza a adaptarse y focalizarse de manera sobrenatural. Consigue apreciar que el aura del supuesto "guardián" es algo más pálida que la de un humano normal, pero muy poco, ni mucho menos llega a la palidez de un vampiro. Se asimila mucho al tono que posee la de la propia Gabrielle y del fallecido Roman, aunque determinar si todos son ghouls o sólo una parte de ellos es otra historia.

Mientras Quincey se fija en ese detalle, Bastian centra su atención en el tipo en sí, acabando pro distinguir la culata de una pistola sobresaliendo de la parte trasera de sus pantalones cuando se da la vuelta para volver dentro del lugar y cerrar la puerta tras de sí con un pequeño chirrido metálico.

Es entonces cuando empieza a rodear el local, todavía con cierta precaución pero confiando en sus habilidades. La zona está plagada de oscuridad, árboles y setos así que es fácil pasar desapercibido incluso sin ofuscación, pero cuando faltan aproximadamente unos 5 metros para llegar a la cafetería todo rastro de plantas desaparece y es más fácil poder ser descubierto sin un manto de sombras adecuado.

Quincey se retira, a una distancia prudencial, mientras tanto Bastian descubre una pequeña puerta trasera bien cerrada, al menos en teoría, con un par de gruesas cadenas metálicas y sus respectivos candados. Se notan que son relativamente nuevos, sería casi imposible romperlos sin herramientas adecuadas así que vuelve hasta la posición de su compañero mekhet para recabar los datos y ponerse de acuerdo en como proceder.

A pesar de que supuestamente Odín debe estar por las inmediaciones, no puedes evitar sentirte bastante sola al no poder verle realmente, pero aún así sabes defenderte y confías en tus posibilidades si la cosa se torciera y alguien apareciera por el abrupto sendero.
Sujetas tu preciada katana con firmeza, dispuesta a usarla en cualquier momento, por eso cuando tu móvil empieza a vibrar te da un buen susto. Se trata de Quincey, como ya habíais acordado.

El mekhet te informa de que más adelante han encontrado una vieja cafetería que debió pasar a mejor vida hace tiempo, sin embargo sus ventanas se encuentran tapiadas y en el interior de la misma hay varios ghouls, cuyo número exacto aún no se conoce, pero han llegado usando un par de coches. Bastian ha podido distinguir que uno de ellos iba armado así que las posibilidades de que sea una trampa o Gabrielle se encuentre allí aumentan... y por eso os pide que empecéis a acercaros a la zona. Probablemente tengáis que colaborar los cuatro para salir bien parados de un posible "asalto" o cualquier otro plan que se os ocurra.

Retrocedo para ponerme a la altura de Quincey. Veo que está visible, ha desactivado el manto de sombras...Busco un sitio oscuro y poco visible pero cerca de él. En ese momento me aparezco y le digo en voz muy baja:

- Quincey...el hombre va armado con una pistola. En la parte trasera hay una puerta cerrada con dos candados metálicos nuevos. Puede que la tengan allí encerrada, o que se acceda desde allí...parecen bastante fuertes así que necesitaremos alguna herramienta o mucha fuerza...¿Qué has descubierto?

Tras decir esto me mantengo en silencio, intento ver la cafetería desde mi situación y recordar el mapa para saber la ubicación del edificio más cercano a este lugar.

Si inutilizamos los vehículos no podrán escapar...eso tenemos que hacerlo...intentar escapar de noche les será imposible...deberíamos cortales la luz y el teléfono...aunque si tienen móviles no servirá de nada...

Me fijo si la cafetería está conectada a la línea telefónica. Normalmente se ven postes de madera cercas con cables negros saliendo de las cajas de conexiones. Intento ver si hay algún transformador cerca, o donde pueda estar los contadores de la luz. Suelen estar detrás pero no me fijé, creo que tendré que volver a revisar eso.

- Quincey habrá que ocuparse de los vehículos...y puede que de la luz...a oscuras no serán tan buenos...

Vuelvo a mantenerme en silencio esperando que Quincey me conteste o diga algo.