Partida Rol por web

La noche pasa sin problemas, a pesara de algunas risas ahogadas y el crugir de algún somnier unas habitaciones más allá, resultando un sueño reparador. Apreciando el valor de un cálido, cómodo y resguradado lugar donde dormir, sobretodo en comparación a la noche anterior.

Finalmente el los aguijonazos del hambre en el estómago te despiertan. Des de el proticón cerrado te llega el sonido del ajetreo típico de la mañana.

La noche pasa sin problemas, a pesara de algunas risas ahogadas y el crugir de algún somnier unas habitaciones más allá, resultando un sueño reparador. Apreciando el valor de un cálido, cómodo y resguradado lugar donde dormir, sobretodo en comparación a la noche anterior.

Finalmente el los aguijonazos del hambre en el estómago te despiertan. Des de el proticón cerrado te llega el sonido del ajetreo típico de la mañana.

La noche pasa sin problemas, a pesara de algunas risas ahogadas y el crugir de algún somnier unas habitaciones más allá, resultando un sueño reparador. Apreciando el valor de un cálido, cómodo y resguradado lugar donde dormir, sobre todo en comparación a la noche anterior.

Finalmente el los aguijonazos del hambre en el estómago te despiertan. Des de el proticón cerrado te llega el sonido del ajetreo típico de la mañana.

 A tu lado ves a la mujer que tantos problemas os ha traído. Al parecer el cirujano hizo un buen trabajo, en cualquier caso la mujer no ha empeorado.

Una vez desprovisto de su armadura, y de todo aquello embarazoso que limitaba sus movimientos, el cansado y mareado guerrero se sumió a su letargo en busca de un reposo que su malherido cuerpo le pedía ya a gritos por más que él quisiera negarlo. Sus sueños fuero intranquilos y apenas percibió la fiesta que se pegaban algunos de las habitaciones contiguas.

Por la mañana era un nuevo día, al despertarse decidió quedarse un rato más allí, tumbado pensando en sus cosas a la espera de que Folye se fuera a informar respeto al desayuno o que le traiga algo para comer.

Había descansado como hacía mucho tiempo que no hacía, su brazo había recuperado bastante ya su fuerza. Nuevas hazañas esperaban a su paso.

Me levanto bastante mejor..  - bien esto ya mejora - mientras muevo mis hombros y cuello algo entumecidos. .. luego me
visto mientras hecho un vistazo a la mujer.

- Bien.. me acerco algo dubitativo a ella he intento despertarla sin demasiada rudeza: - Mujer, despierta.. cojo el una jarra de agua mojo mis manos y le humedezco su rostro, finalmente sus labios.. - debes comer o beber algo almenos.. estas ahi?  ...aquí estas a salvo...

Rod tenia la esperanza que la mujer desertase entendiese todo y le dejara ir a tomarse su bien merecido
desayuno..

 Realmente la joven merece el precio que se ha cobrado... rita no solo te quita el cansancio... ¡te deja hecho polvo, menuda tigresa!

 Con una sensación placentera de sosiego y tranquilidad. Enricco ve que el día está avanzado, a juzgar por la luz clara que filtra por las rendijas de los porticones que cierran la ventana.

 Mientras estás descansando sientes como llaman a la puerta con un sonido que te resulta familiar, es como suele hacerlo Foyle, con dos golpes seguidos de una pausa antes de repetir los dos golpes. Tras unos momentos se adentra en la habitación portando una plata con un chusco de pan, mantequilla, leche de cabra y unos huevos fritos acompañados por un poco de panceta.

 El olor es apetitoso y sin lugar a dudas te sentará bien. Pues si bien es cierto que has descansado bien, te acostaste muy malherido. No sería mala idea el visitara al tal Gantt, quizás pudiera hacer algo para recomponerte un poco para estar a punto antes.

-Vayaaaaaa… esto tiene una pinta estupenda Foyle. ¡¡Ya lo creo yo que si!!- Dijo el joven caballero entusiasmado. –¿Ya has comido tu?- Dijo un poco preocupado, pues estaban a solas y podía permitirse tratarlo con mayor familiaridad. –Venga, como lo que quieras sino.-

-No hombre, pero si eso solo es un rasguño.- Foyle insistía para que un médico le mirase esas heridas. –No seas pesado hombre, con un par de noches como esta no habrá ni cicatriz.- Concluyó orgulloso de su aguante, aunque el dolor, sin duda, era más del que le gustaría reconocer.

 El primo del caballero niega con un gesto, posando su mano en el vientre señalando que ya ha comido. En lugar de eso se dedica atender las diferentes piezas de armadura, para sacarles lustre y adecentarlas, pues la noche pasada al raso las ha dejado un poco sucias.

 Ante las palabras y sentir como alguien la habla y refresca su rostro. Poco a poco, perezosamente, la mujer abre los ojos.

 Su expresión es de confusión, está desorientadaa no llega a recordar donde está, sus ojos vagan por la habitación y se posan finalmente en tí. Hace un intento de incorporarse un poco, pero un latigazo de dolor escapa en sus facciones, desistiendo debilmente.

 Separando sus agrietados labios, tras varios intentos logra susurrar quedamente.

 - ¿Qui-quién eres?... ¿D-dónde estoy?- Su voz sale distorsionada por sus labios rigios y agrietados.

Habia pensado varias veces que le diria cuando despertase pero todo pareció en vano.. Rod posa su mano en su hombro para que no se levante mientras improvisa unas breves palabras algo toscas..

- No te levantes mujer estas muy malherida!, mis amigos y yo te hemos sacamos de una muerte segura, el matasanos dice que descanses si quieres vivir. - Rod Le acerca a sus labios un vaso con un poco de agua fresca - Bebe un poco ahora, te vendrá bien...

Mientras bebe añade - luego te traeremos algo caliente; por cierto puedes llamarme Rod, aunque por el momento no te apures, ...pronto recordaras.. por ahora descansa, nadie va a dañarte aquí.

Su faz es dura aunque algo paternal, para nada hostil.

 En el momento en que la tomas del hombro e impides que se levante se queda tumbada, agotada. Con más dificultad de la esperada logras darle de beber sin dejarlo todo empapado, pues por sus gestos de dolor prefieres que no se recline y cuando decides dejar que deslizar el agua del cuenco a sus rosados labios, ella no logra engullir tan rápidamente, derramando parte del agua en la almohada.

 Tras beber un poco parece que se relaja. Durante unos momentos parece perder el conocimiento antes de abrir de nuevo los ojos y enfocarlos en ti.

 - Y los Templarios, ¿Qué ha sido de ellos?

 Parece que está aturdida, ensimismada en los últimos días que pasó en cautiverio.

Enricco se despertó con una sonrisa en sus labios, había pasado una buena noche, es más, se podría decir que había pasado una gran, gran noche.

El espadachín se incorporó lentamente de la cama, con pereza y desidia. Con parsimonia se se vistió, y preparó para volver a la taberna. COn un poco de suerte sus compañeros también habrían descansado, y podrían decidir que hacer a partir de entonces. Y las decisiones se tomaban mejor con el estómago lleno, si señor, un buen desayuno es lo que necesitaba ahora. Antes de cerrar la puerta de su habitación, Enricco comprobó el peso de su bolsa. No sabía porque, pero tenía la sensación que la buena manceba la había vaciado más de lo acordado.

No puedo evitar preocuparme ante sus muecas de dolor - demasiado sufrimiento para una mujer.. - Dejo el vaso en la mesilla rápidamente y poso mi mano en su frente afectuosamente..

- estos culos duros de mente estrecha?.. a millas de aquí por fortuna! jejeje - ante sus últimas palabras no puedo evitar sonreir un poco.. - Estamos en Ladronburgo, en esta  habitacion te recuperaras fuera de su alcance y de miradas indiscretas.

Aguarda unos segundo y continua algo más flojo y acercandose un poco más..

- El Caballero Sir Tymos Fowlhust de Audfolk intercedió por ti y ellos accedieron a liberarte, pronto le
conoceras. Ahora voy a buscar algo caliente, De acuerdo? no tardaré.

 La joven se tumba en la cama, casi derrumbada. Repitiendo quedamente.

 - Los templarios me dejaron ir... Ladronburgo... Tymos...- Quedó dormida de nuevo, exhausta y cansada. Por el estado del cuerpo en general, a parte de los abusos físicos crees que ha habido algo más, algún otro tipo de desgaste.

 Tras abrir la puerta sales fuera, buscnado con la mirada cualquier síntoma de peligro o problemas.

 Nada a la vista.

 Una vez fuera te alcanzó el ambiente reinante, sonidos de otras habitaciones, las charlas a voces del salón, un músico tocaba un instrumento de cuerda en una pequeña tarima en un rincón. Desde esta posición alcanzaste a ver a algunos de tus compañeros.

 Con calma y sosiego te despiertas, aseas y vistes para encarar el nuevo día. La verdad es que tu ánimo está renovado, las caricias y atenciones de esa joven te quitaron algunos años de encima y finalmente este lecho cálido y cómodo te quitó el jodido frío que habías tomado la noche anterior durmiendo al fresco.

 Ya vestido sales de la habitación al pasilla con barandilla que da al salón de abajo. Te alcanzó el ambiente reinante, sonidos de otras habitaciones, las charlas a voces del salón, un músico tocaba un instrumento de cuerda en una pequeña tarima en un rincón. Desde esta posición alcanzaste a ver a algunos de tus compañeros.

 Bajaste para tomar algo que calmara tu apetito.