Parecía que estaban de racha, aquel chico no era normal, algo había dañado profundamente su cerebro. Daba la impresión de que ni les veía, como para poder proceder a registrarles y darles las llaves de sus habitaciones. Miro, por si habría alguien más por alli, no podía comprender como dejaban a una persona así a cargo de la recepción. Ya que no era cuestión de agobiar aun mas a aquel retrasado.
Cuando parece que el Toro se ha rendido, tras escuchar a su jefe intentar hablar con él, el gilipollas deja la revista y os mira.
- Bienvenidos al EZ-Sleep señores y... -aquí guarda la revista, viendo que están presentes Carolyn y Faldas- señoritas. ¿Tienen reserva me dicen?
Le coge los datos a Tiburón. Al parecer, la reserva la hizo alguien al nombre de "el Gran Capitán". Maldito jefe. Mientras os comprueba los datos y os va dando las llaves. Observáis que actúa muy lento, como si estuviera drogado o algo similar. Todos tenéis una habitación individual ena segunda planta, salvo la de Carolyn, que es doble. Suponéis que es una indirecta del Jefe para que alguno se quede vigilándola.
Subís y dejáis vuestras cosas. No es nada del otro mundo, aunque los guiris en Benidorm duermen en cuchitriles más sanos que esto. Al menos sabéis que no váis a llamar mucho la atención de las autoridades.
- Si alguno tiene alguna habilidad de observación, puede hacer una tirada contra dificultad 7. Si no, con 2d6 me vale.
Iván estaba mosquead con aquel tipo y no le quitaba la mirada de encima. Odiaba que lo vacilaran.
Motivo: observar
Tirada: 3d6
Dificultad: 7+
Resultado: 10 (Exito) [1, 4, 5]
Vosotras dos podéis dormir en la misma habitación señaló a faldas y a Carolyn.
Yo me quedaré con esta. Tiburón seleccionó una que tenía vistas a la calle.
En diez minutos nos vemos aquí de nuevo
Venga, moved el culo
Alejandro subió a la segunda planta, entró en la habitación y dejó la maleta encima de la cama. No le sorprendió lo más mínimo comprobar que no era más que un cuchitril. Menudo cabronazo el Jefe.
Luego fue hacia la ventana y corrió las cortinas y se asomó a ver la calle. Desde que salieron del aeropuerto y después del tinglado que montaron con el tipo aquel, Alejandro estaba mosqueado con que alguien les estuviera siguiendo.
Motivo: observar
Tirada: 2d6
Resultado: 5, 1 (Suma: 6)
Cuando ya pensaba que iban a tener para un buen rato con aquel tipo, este reacciono ante la visión de las chicas, y les registro y entrego habitaciones en la segunda planta. Se trataba de antros, como ya se veía por el aspecto del local. Así que dejo las maletas, se lavo la cara, se peino. Y tras limpiar sus zapatos y arreglarse un poco el traje, bajo a recepción a esperar al resto. Ya de paso, trato de ver si había por allí, algún moscón metiendo sus narices donde no le importaba.
A ver si encontraban un buen restaurante, en el que quitarse el mal gusto que le estaba dejando esta isla. Todo eran problemas desde que habían bajado del avión. Y seguro que lo peor, aun estaba por llegar, mejor estar bien preparados.
Motivo: Percepción
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 9 (Exito) [5, 4]
Un extraño sentimiento os viene a la mente a los dos y rápidamente vuestras miradas se cruzan. Nadie parece haberse dado cuenta, sólo vosotros dos, de que algo no va bien en este hotel. No es que sea cutre, huela a hiena y parezca una cochambre, no. Os inunda una especie de terror instintivo, una sensación animal de que os encontráis en territorio enemigo. No estáis muy cómodos allí que digamos, pero no sabéis por qué y desde luego no estáis seguros de querer aver¡guarlo por las malas. Quizás sea mejor que durmáis con un cuchillo bajo la almohada y no comáis ni bebáis nada que os ofrezcan en el hotel, por si acaso.
Cuando entras en la habitación, un hedor apestoso a cerrado y viejo te saluda amablemente. Luego puedes comprobar que el sitio es una mierda y que el Jefe sigue siendo el cabronazo de siempre. Sueltas la maleta en la cama y esta rechina como una tiza en la pizarra. Joder, deseas no tener que dormir en ese camastro mucho tiempo, que la misión se haga sencilla y rápida. Desde tu ventana puedes observar esa calle decadente, con su gente harapienta caminando sin rumbo aparente y toda la basura que una ciudad puede ofrecer. Algo llama tu atención, hay un local llamado Chrome Dome. Recuerdas que es donde Carolyn tiene que reunirse con el contacto. Al menos, el Jefe os ha dado las habitaciones cerca, menos mal. Rezas porque Faldas sepa comportarse y vigile bien a Carolyn, no podéis permitiros fallos, y menos en un lugar extranjero y raro como Al Amarja.
Allí estaba el garito ese. El Chrome Dome. Era el lugar de la reunión. Alejandro frunció el ceño. Le pareció extraño que la retorcida mente de El Jefe les buscara habitación tan cerca. ¿Obedecería a algún tipo de juego maquiavélico? Estaba casi seguro de que sí. Miró el reloj. Todavia le quedaban cinco minutos asi que se pasó un rato observando desde allí la entrada del bareto: gente rara con pinta de estar vigilando, coches que van y vienen con tipos con bigote y gafas de sol....
Pues espero y bajo a recepcion
Ivan estaba mosqueado y parecía serio, serio de verdad. Normalmente era el que hacia el idiota del grupo y metía mano a Faldas, pero ahora estaba vigilante. Quizá fueron los "recuerdos de Vietnam" como decía él, pero algo no iba bien en aquel lugar, se sentía en territorio enemigo e iba a actuar como tal.
— Venga chaval, que tenemos prisa para ir a comer y ver algo de la ciudad. Espabila.
Aquel hotel le daba muy malas vibraciones a Pedro, era algo malo, como si estuviesen en un gran problema, dentro de la guarida de un monstruo que podría devorarles. Tendría que avisar al resto, de que allí no estaban seguros, que no bebiesen ni comiesen nada en aquel sitio. Y por la noche, mejor estar vigilantes y no todos dormidos, ya que tal vez alguien no despertase al día siguiente. Ya no era que fuese un antro maloliente, era un sitio peligroso, como la guarida de un depredador, y ellos eran las presas. Y bajo a reunirse con el resto, para salir a la ciudad.
-Hemos de tener mucho cuidado en el hotel, creo que allí estamos en peligro. Mejor no comer ni beber nada que nos ofrezcan, y que alguien permanezca alerta durante la noche. He sentido, que allí estábamos en un grave peligro.-Les dijo al resto, en voz baja, una vez estaban en la calle.