El enano que se tomó con calma su cometido dejó la pesada puerta, se limpió las manos de polvo y sacó su hacha y escudo listo para interponerse entre las ratas y sus compañeros. Apunto estuvo de gritar, pero el gnomo decidió tirar una flecha entre sus piernas EEeeh! No vuelvas a rrrepetirrr tal cosa... Igual tu no las necesitas, pero IO... JA! y volvió su cara a las ratas.
VENIRRRRR! VENIRRRR Y VERREIS LO QUE ES UN EN-AN-NO! y eso hizo el enano esperar a las ratas para darles con su amada hacha.
Y allí fueron las ratitos poseídas, la primera que le vino le cortó la cabeza como si fuese mantequilla con tal fuerza que su hacha continúo su rumbo hasta cortar por la mitad a otra. ​VAYA MIERRRRDA... Si no tengo cuidado me corrrto la pierna JA JA JA JA!!!

Ogna sabía perfectamente que era lo mejor que podría hacer. Bloquear la entrada para que las ratas no se desperdigaran y se vieran obligadas a enfrentarlos de frente. Pero no era una guerrera avezada así que se limitó a ejercer de manera impecable su función en el grupo: iluminar al druida. Le había visto preparar su honda pero, al igual que ella, sólo vería en la oscuridad un brillo maléfico que debían ser los ojos.

- Sólo veo sus ojos rojos, sedientos de sangre,  fijos en las rechonchas carnes de Kormack. Déjame acercarme un poco, Druida.- Sin más se acercó haciendo uso de sus enclenques piernecillas, iluminando parte del pasillo, lo que dejaba el compacto cuerpo del enano. Se situó a la diestra de Kormack, al lado de su escudo y allí depositó la lámpara con mimo. Estaba muy orgullosa de lo bien que estaba trabajando sin las constantes y enervantes  indicaciones de su mentor.

Al ver que Ogna se mueve para poder encontrar un buen lugar para atacar, Traishor decide ataca,r ya que gracias a que Ogna ha cambiado de lugar la lámpara Traishor puede ver donde están los enemigos. Se dispuso a atacar a la única rata que podía ver desde aquella posición, recargó la honda y disparó a la rata de la izquierda

La primera flecha lanzada por el mediano sirvió como acicate para que las ratas se abalanzasen sobre el enano. En las paredes las sombras proyectadas por las ratas eran gigantescas .La lámpara que Ogna había depositado tras el enano sirvió para que Traishor afinara su puntería y con una pedrada descalabrase a otro de los grandes roedores. Dos de sus congéneres saltaron sobre los cuerpos de los animales caídos e intentaron morder las piernas de Kormack. Aunque una de ellas estrelló sus dientes contra las grebas del enano, su compañera se las arregló para alcanzar el muslo de Kormack e hincar  sus afilados incisivos en las prietas carnes de éste.

El enano que se tomó con calma su cometido dejó la pesada puerta, se limpió las manos de polvo y sacó su hacha y escudo listo para interponerse entre las ratas y sus compañeros. Apunto estuvo de gritar, pero el gnomo decidió tirar una flecha entre sus piernas EEeeh! No vuelvas a rrrepetirrr tal cosa... Igual tu no las necesitas, pero IO... JA! y volvió su cara a las ratas.
VENIRRRRR! VENIRRRR Y VERREIS LO QUE ES UN EN-AN-NO! y eso hizo el enano esperar a las ratas para darles con su amada hacha.
Y allí fueron las ratitas poseídas, la primera que le vino le cortó la cabeza como si fuese mantequilla con tal fuerza que su hacha continúo su rumbo hasta cortar por la mitad a otra. ​VAYA MIERRRRDA... Si no tengo cuidado me corrrto la pierna JA JA JA JA!!!

Ambas ratas que se plantaron ante kormack cayeron víctimas de su hacha y una más estuvo apunto de hacerlo si no hubiese sido porque se escabulló por un lateral para abalanzarse contra Traishor. La gigantesca rata saltó hasta el pecho del druida y clavó sus dientes cerca del cuello causando una pequeña hemorragia en el muchacho. 

Kormack miró un segundo su hacha y la matanza que había realizado con las ratas. No pudo evitar sentir un poco de asco, pero una sonrisa le salió de la cara para decir ¡Chicos está noche habrrrrrá cena de elfo! JEEeeee je je je* el enano no podía evitar sentirse muy gracioso. Y en su gracieta una de las ratas se escabulló a por Traishor. Bueno... como te quierrrre esa, mirrraRr que besitos le da... JE JEEEEE Jeeeee jeeje El drrrruida tiene a las rrrratas embelesadas. Podrrría serrr el barrrdo de las cloacas! reía con una  risa casi contagiosa que se interrumpía Tjo! con una tos. 

La última rata gigante que quedaba en el corredor apareció de entre las sombras y corrió también hacia el enano. Mientras chillaba y mostraba sus afilados dientes hizo un par de quiebros para intentar morder a su enamigo, pero ahora el enano estaba preparado e interpuso su escudo en la trayectoria del animal parándolo en seco con un sonoro golpe.

Las ratas no habían resultado ser tan terribles cómo se las había imaginado, además Kormack demostraba ser un confiable enano cuando se trataba de plantar cara a cualquier oponente, al ver que las ratas se abalanzaban sobre sus compañeros, Zanc desechó la idea de usar su arco de nuevo, pues suponía mucho riesgo el clavar alguna flecha en el druida o el enano, además también pensaba en las pocas municiones que le quedaban, así que lo mejor era ahorrar toda la munición posible... Entonces optó por avanzar con un ágil salto hasta el lado de Kormack, mientras desenvainaba una de sus dagas e intentaba clavar el filo en la carne del bicho, con tan mala suerte que al caer del salto que había dado, tropezó y su arma chocó contra la armadura de su amigo Enano.... -Ohhh, lo siento Kormack!, fue sólo un tropiezo!!!, suerte que tienes una buena armadura, Eh?- Expresaba el Gnomo algo avergonzado por aquel tropezón.

Kormack no consigue atinar a la rata, la jodía parece que no se está quieta. Visto como quedaron sus amigas...

Y al ver que su hachazo había fallado, colorado sólo supo salir de aquella situación con una mentira piadosa Arrg! Me has echo fallarrrr gnomo... Yo nunca fallo, Ejem, ejem... Y sin sable más importancia seguía en posición para matar las últimas ratas...

Al ver que una rata apareció de entre las sombras y mordió a Traishor decidió atacar en un principio, pero al sufrir una pequeña hemorragia prefirió irse hacia atrás para alejarse y que su lobo atacara.

AHHH....

La rata que se había desprendido del pecho de Traishor cayó entre las fauces del lobo. Éste, rápido como una centella, la agarró por el cuello y con dos violentos movimientos la rata colgó muerta de su boca.

Ogna desenfundó su estoque haciendo chirriar el acero en la funda. Su fina hoja hacía buena pareja con la chica, pues ella era casi tan delgada como su arma. Se escabulló entre Kormack y la pared y clavó la punta del estoque sin piedad en la pobre rata. La atravesó de oreja a oreja, dejándola clavada en su punta, como si fuera a ponerla al calor del fuego para asarla. La observó con curiosidad para después utilizar su pie para desensartarla y limpiar de sangre la hoja con la manga.

- Pfff.

El feliz enano cogió todas las ratas, excepto la que tenía el lobo en la boca, que le deba asco y las metió en su maleta. Verrrreis que cena nos vamos ia pegar digna de reyes elfos  tjo tjo...! jua ja ja ja! Bien... Siguiamos porrr aquí... Mi-nuestrro tesorrro debe iestar cerca jua ja ja! 

Feliz y campante se fue el primero andando, dio dos pasos y una mueca de miedo salió en su cara. Se puso sobre los talones y desando para decir  i Atento gnomo... Vamos, sígueme . Y ahora sí, aunque menos feliz y un poco preocupado, siguió liderando la marcha... 

Los chillidos de las ratas más grandes cesaron con la muerte de la última a manos de la Ogma, quien miraba con repulsión los cadáveres de los roedores, y con más repulsión aún cómo Kormack los guardaba en un petate. El corredor era oscuro y húmedo y probablemente nadie había pasado por allí hacía cientos de años, a excepción de las ratas y las arañas que habían hecho de él su morada.

Debía ser bastante largo porque ni la aguazada vista del enano y la del gnomo lograban discernir con claridad el final de éste. El eco de las conversaciones daba a entender que continuaba al menos unos cientos de pies más. Por otra parte, hay que decir que a estas alturas, cualquier  ser vivo que habitase esa zona estaría al tanto de la llegada del grupo ya que el combate, aunque había sido corto no había sido excesivamente silencioso.

Las telarañas acumuladas durante decenios habían creado una capa a la altura de la cara que era más opaca que una sábana. El corredor medía unos diez pies de ancho por unos veinte de alto y tanto las paredes como el suelo eran de ladrillos tallados en roca. Una construcción tosca que indicaba claramente que esta construcción bajo tierra no había sido erigida por las manos de razas civilizadas. 

El bramido de un trueno sonó en exterior y por un momento pareció como si más adelante del pasillo hubiese aparecido la luz emitida por un relámpago. Fue algo visto y no visto pero probablemente, teniendo en cuenta la corriente de aire que llegaba por la espalda del grupo, en la estancia que se encontraba más adelante habría una comunicación con el exterior.