Partida Rol por web

Al sentir temblar el suelo cerca de él, salió casi sin mirar hacia unos pasos en frente del enano, que interponía su enorme escudo entre la brutal carga de aquel enorme trozo de carne. Mientras corría e iba corrigiendo la trayectoria del cruce, alzó el espadón al cielo y concentró todo su odio para asestar el golpe a la bestia gigante, lo cual hizo a la perfección, Davros saltó lo justo, para alcanzarle la cabeza, cortando limpiamente a través del ojo y media cara, hasta golpear el hombro, y parar el golpe antes de salir por el otro lado.

La mole, cayó instantáneamente al suelo, conservando su velocidad previa, se arrastró hasta los pies del enano para pararse a un pie suyo.

Davros sacudió la sangre de su, ahora más que nunca, su gran amigo de acero, y miró con pose de soberbia al sargento orgo, sin mediar palabra, mientras reinaba el silencio..

El golpe hizo retumbar el suelo al igual que el tronco de un árbol cuando cae con sus grandes brazos extendidos semejantes a las ramas.  La polvareda que levantó Clombush a medida que resbalaba por el suelo fue tal, que la nube que cubrió al enano era de un espesor idéntico al de las tormentas de arena del lejano desierto de Anauroch. Así llegaba a su fin la vida del Gran Clombush, señor de la guerra de la tribu del Pulgar Negro. La enorme cabeza había sido cortada limpiamente y la parte que salió volando recordaba a la tapadera de una olla tanto por su tamaño como por su forma. Los sesos del monstruo se desparramaban a pocos centímetros de las botas de Kormack quien sacudía el polvo con la mano para ver qué demonios había sucedido.

El imponente bárbaro, con su cara desencajada por la furia que latía en su interior, sólo tuvo que mirar a Slaugh para que éste se decantase por una opción tan lógica que hasta los caracoles la adoptarían si los ponían ante tal tesitura. El ogro seguía aún arrastrándose por la fuerza de la inercia cuando Slaugh tomó la dirección contraria para iniciar su huida. Soltó incluso la espada y el escudo como si ello le estorbase en su carrera por salvar el pellejo. Aquello era impensable, el Gran Clombush derrotado como un mísero trasgo ante la espada de unos desconocidos. Para Slaugh serían siempre unos desconocidos pues malditas las ganas que tenía de permanecer allí para descubrir el nombre de la compañía de aventureros.

Tras un largo silencio al contemplar el demoledor golpe de Davros, Losse rompió el hielo. - Increíble, Davros. Creo que ésto pone fin al mal que estos seres han causado en la zona. Busquemos ahora a Holmar y démosle la muerte que se merece por tratar con estas criaturas. Aunque quizá también sea buena idea hacerle saber al alcalde lo aquí ocurrido. - Por un momento "Pelo-nieve" había olvidado a los cautivos. - Joder, con la muerte del ogro casi olvido a los prisioneros. Debemos darnos prisa para ver en qué estado se encuentran. No nos demoremos. -

El elfo lunar registró a la bestia buscando alguna llave o algo que pudiera servirle en la torre derruida.

Zanc quedó boquiabierto ante la demostración de brutalidad y fuerza de aquel guardia de caravanas, sus ojos sólo veían el cuerpo inerte del Ogro en el suelo con los sesos desparramados a los pies de Kormack... -GENIAL!!- Gritó el gnomo cual niño sorprendido con un juguete nuevo, entonces escuchó los pasos del Orco a sus espaldas, cuando se giró pudo comprobar cómo aquel Orco corría con todas sus fuerzas, cómo si la vida se le fuese en ello, quizás era el momento de ir forjando una nueva leyenda!... -ESO ES!! HUYEEEE!!! Y NUNCA REGRESES A ESTE BOSQUE!!! .... - Tomó aire para gritar con mas Fuerzas -RECUERDA QUE ESTE BOSQUE ESTA BAJO LA PROTECCION DE LOS OCHO DE VALIGAR!! - Quizás con suerte su grupo sea reconocido en algun momento, infundiendo miedo en sus enemigos y respeto en la sociedad, sonrió satisfecho y guardó su arco a la espalda mientras palmeaba el pomo de su fiel Daga-Espada mágica... -Lo hemos hecho bien amiga!... No se que hacías con "Huesitos", conmigo la pasarás mucho mejor!- Caminó hacia la torre mientras Pelonieve registraba el cadáver Ogro y asomó su diminuta cabeza en el foso de la torre. -Hemos llegado a rescatarlos!, el Ogro no será más un problema en estos bosques!- Exclamó con una amplia sonrisa en su magullado rostro, que empezaba a hincharse debido al golpazo que había tenido al caer de la torre, gracias a los dioses nadie se había percatado de aquel bochornoso momento.

El pequeño Gnomo se incorporó mientras se rascaba la cabeza, entonces recordó el tema de los piratas y el resto de la tropa del Ogro que estaban haciendo ronda por el bosque, caminó hasta el matorral cerca de la torre, donde había quedado su camisa, la tomó y volvió a la torre mientras se abotonaba los últimos broches y terminaba de vestirse... -Es cierto!- Se detuvo en seco para después ir corriendo hasta la entrada del foso nuevamente y observaba a sus compañeros antes de bajar... -Cuando me adelanté escuché algunas cosas de la boca de ese Ogro, decía que la gente que secuestraba era vendida como esclavos a unos piratas que eran enviados por Holmar, parece que no es la primera vez que mantiene cautivos, quizás la familia del mediano la tengan esos piratas....Pero no entiendo aún el tema de el tal "Heredero"...- Se tomaba el mentón mientras intentaba sacar conclusiones en vano, sacudió la cabeza y continuó - En fin, además decía que el resto de sus tropas estaban haciendo exploraciones hacia el norte del bosque, que no sabía cuanto faltaba para que volvieran, pero maldecía por no tener a todo su ejército... Aunque lo más probable es que el Orco que huyó les informe de que fue lo que pasó en este lugar y dudo que quieran regresar después de enterarse de la noticia de la caída de su líder... Creo que eso es todo lo que debía decirles...- Exclamó con su habitual sonrisa mientras terminaba de acomodar su camisa y se volvía al interior de la torre para bajar hasta el foso y ayudar a los prisioneros, además de buscar el lugar donde el Ogro guardaba las recompensas que había acumulado, sí, seguro que encontraría algo!

Kormack esperaba con ansias al ogro, un par de flechas surcaron cerca, una bola de fuego surgió y no hizo le nada. El bastardo corría confiado. Estando cerca el sudo se arremolinaba en el pelo del enano, agarraba con fuerza el escudo y medía la fuerza que tendría que hacer para parar al gigante. Cuando una sombra salió a su encuentro, sus ojos eran los mismo que los de un demonio, su pelo negro le hacía inconfundible ¿Davros? ese diente antiguamente le parecía de una rata, ahora sin duda sabía que era de un antepasado demonio. Su rostro reflejaba la mismísima furia y toda la depositó en un ataque. Un giro que partió en dos la cara al Ogro. Los sesos salían volando y el monstruo continúo su camino hasta detenerse a los pies del enano.
Kormack se limpió el sudor Pfiu... y luego le cortó los cuernos a la bestia. Ya no los necesitarrás. dice mientras lo coge. Luego miró sonriente como el otro horco corría. Bah... que huya. Que se lo cuente a los demás... 

Acabó llendo a la torre con las dos mulas a por el botín prometido.

Con la caída  del Gran Clombush las diversas tribus sometidas a su persona eran libres de separarse y tomar sus propios caminos en solitario. Pronto comenzarían las guerras intestinas para la búsqueda de un nuevo señor de la guerra, pero esos procesos podían tardar años hasta que se consolidaban; años en los que los aspirantes a líder morirían uno tras otro en cruentas batallas hasta que la fortuna iluminase a uno de ellos por encima del resto. Esos procesos podían tardar años para el caso que nos atañe, ya que los pequeños clanes estaban muy dispersos unos de otros y no existían muchos aspirantes en ese momento.

En cuanto al asunto que nos concierne, los compañeros, una vez muerto el ogro, se regalaron unos a otros sonrisas de satisfacción por cómo había terminado la búsqueda. Si bien no podían decir que Holmar hubiese sido apresado, sí que habían eliminado de la región un peligro más real que potencial. Los cautivos, un matrimonio de avanzada edad y una muchacha de no más de veinte primaveras, emergieron del profundo foso con la ayuda de Zanc, quien había colocado una escala de lianas y ramas para ayudarlos a subir. Los tres se cubrían los ojos ante la claridad, que aunque no era mucha debido a que ya prácticamente caía la tarde, sí que era mucho mayor que la que había en el fondo del foso. Los tres vestían ropas sucias con las marcas de haber sido arrastrados por el suelo, y en el caso del hombre, grandes manchas de sangre sobre la camisa y pantalones. Sufría una herida en la frente seguramente provocada por un golpe con el pomo de algún arma a fin de hacerlo caer inconsciente. Ambas mujeres lloraban desconsoladas tanto de alegría por su liberación como por todo lo que habían pasado bajo el yugo orco. 

La mujer mayor, arrastrándose a gatas y utilizando el hombro del gnomo para incorporarse, examinó a sus libertadores con lágrimas resbalando por sus mejillas;y donde se apreciaba el rastro de los llantos que había experimentado a lo largo de todo el día. Cuando reconoció a una figura entre los aventureros allí presentes, la anciana, cuyo nombre era Thedis como después descubrirían, corrió con los brazos abiertos para abrazar al hombre enfundado en armadura. El hombre anciano, pese a la herida, también se incorporó y caminó orgulloso hacia su hijo.

Hijo mío, cuanto nos alegramos de verte. - Anunció el hombre entre los llantos de su mujer. - Gracias a todos. No sé qué habría sido de nosotros - Dijo girándose hacia el resto de compañeros. Pero pese a haber sido liberado, el hombre mantenía un semblante serio, roto, carente de vida. Sus ojos buscaron a los de su hijo y sólo manteniendo la mirada, Allen supo qué es lo que pasaba allí. La anciana sin embargo reveló lo que padre e hijo ya sabían. 

Hjo mío!! !!Se han llevado a Walven!! Tu hermano, Allen, tu hermano!!!- Gritaba la mujer golpeando histéricamente con sus puños el pectoral de la armadura de su hijo. Ayy mi hijito!!! Oh Tyr, ¿por qué nos haces esto?!!- Gritaba desconsolada.

Mientras tanto, la joven muchacha que aguardaba a los pies del foso, se presentó como Eyrin Ignar, hija de unos granjeros de la parte meridional de Cherrybroof, al igual que los Shesar. Había sido capturada junto con su padre y sus dos hermanos mayores y los tres, al igual que el hermano de Allen, habían sido vendidos a unos piratas varias horas antes. El hecho de que los piratas llevaran prisa y que sólo dispusiesen de cuatro monturas de sobra, fue lo que salvó a la muchacha y al padre de Allen del cautiverio. Aunque en Amn estaba prohibido esclavizar a ciudadanos amnianos, la realidad distaba mucho de ser la que promulgaban las leyes. 

En la torre derruida el grupo pudo encontrar un saco grande, con las pertenencias de Clombush y con el pago que los piratas habían hecho al ogro por el intercambio prisioneros. 

Allen se apresuró a abrazar a su madre y preocuparse por su estado. - ¿Hace cuánto que partieron los captores de Walven? -, espetó tras la larga mirada que cruzó con su padre y escuchar lo que ya sabía de los labios de su madre. - ¿Sabéis cuál era su destino? -, terminó y se giró hacia la muchacha que respondía al nombre de Eyrin por si ella conocía información que nos pudiese ser útil.

El enano al ver la armadura de placas la cogió sin pensarla, la apartó mientras ponía las demás armaduras en las mulas. Iba silbando y de buen humor. Sacarían buena tajada. Incluso puso su armadura con la de los orcos. Luego cogió las armas del ogro muerto y la que tiró el amigo que huyó Parrra dentrrrro dijo echándolo con el resto de cosas. Parecía que sacarían más que una buena tajada. JA!

Por lo visto los prisioneros eran familiar del tipo de la armadura. Ese rubio que no sabía como se llamaba y hablaba muy raro. Que bien, que alegría... pensaba satírico. Bien, que bueno que os hayáis encontrrrado, perro tenemos que irrrnos. La niña tiene que volverrr a casa. dijo refiriéndose a la prisionera, seguro que les daban algo por aquella niña. Y además también tenían que darle el resto de la recompensa. El enano terminó de decapitar al ogro y metió la cabeza en la bolsa ​Este será mi regalo para el alcalde... pensaba. Y por supuesto había que vender todas las armas y armaduras de los orcos. El enano no encontraba mayor gozo. JUA JA JA JA! rió derrepente sin ton ni son.

Helostar Shaser asintió tragando saliva y acomodándose por fin contra el pequeño muro que aún seguía en pie. Sus piernas le temblaban al igual que sus manos pero el hombre era fuerte, y según pudo comprobar Allen, sobreviviría a las heridas. Lo que no estaba claro acerca de sus progenitores era si si sobrevivirían al disgusto de perder a su hijo Walven.

Se llevaron a los más jóvenes ésta mañana, poco rato después de que los orcos asaltasen nuestra granja. Al resto nos trajeron hasta aquí para meternos en ese pozo inmundo. - Pronunció el hombre con evidente disgusto. Yo me ofrecí por Walven hijo mío, pero no quisieron!!! Valientes hijos de puta! Si me hubiesen conocido hace unos años... - Al escuchar las palabras Thedis prorrumpió en llantos de nuevo.

La muchacha, al ver la situación, se acercó a consolar a la mujer. Colocándose en cuclillas puso su brazo alrededor del hombro de la madre de Allen. A lo que susurró - Todo saldrá bien, ya lo verá señora. No tema por su hijo. AL igual que mi familia estarán bien. Los mantendrán vivos, no los han comprado para matarlos. De eso estoy segura. - La muchacha elevó sus bellos ojos hacia el cielo mientras movía lo labios como si pidiese algún favor divino a los dioses que allá arriba habitaban.

Eyrin, miró al paladín y contestó aportando todo lo que conocía acerca de ellos. - Si son piratas probablemente tengan su barco en Athkatla o en los alrededores de ésta. Por el acento no parecían Iluskanos, lo que en cierta medida me alegra. - Respondió mostrando una madurez y una entereza impropia de una chica de su edad. 

- Muchas gracias Eryn -, contestó agradecido el paladín a aquella muchacha que parecía haber soportado su cautiverio con fortaleza. -Llevaré a mi familia y a Eryn de vuelta al pueblo. Me reuniré con vosotros en el camino hacia  Athkatla.-, dijo mientras se dirigía al grupo consciente de que seguirían viaje hacia allí, pues tenían algún tipo de misión que cumplir que aún era desconocida para Allen.
 

¿Qué coño dice este? No vamos a Athkala... Vamos al pueblo. ¿No ves como e están las mulas? Y además el alcalde nos debe dinero... JA!

El paladín miró al enano y con voz seria le replicó, - El hecho de que tu único propósito es el de llenar de monedas tu bolsillo por encima de la seguridad de las personas que han sido raptadas me da a entender que nuestros caminos están demasiado alejados. No obstante, espero, que tu voz no sea la que guíe este grupo. -, y girándose hacia los restantes miembros del grupo comentó, - mi intención es la dejar en lugar seguro a mis padres y a Eyrin. Después seguiré viaje hacia Athkatla para buscar a mi hermano. Por mi vida que lo encontraré o moriré en el intento.-. Y esperó la contestación de alguno de ellos.

JUA JA JA JA JA JA JA!!! reía el enano ante las palabras del finolis remilgado. Mi hacha tiene prrrecio. Me da igual tu herrmano... JA! El alcalde no tiene dinerrrro parrra llevarrrme a Athkala*

- Yo podría acompañarte hasta el pueblo, Allen, dar por zanjado mis negocios con Aranar y recoger la recompensa para repartirla, si Morwing quisiera venir con nosotros tal vez facilitaría esa tarea, nos llevaría poco tiempo y yo, al menos, si querría acompañarte a Athkatla.

Creo que hemos combatido bien y compensado nuestras deficiencias con las habilidades de los demás, sería una pena separarse tan pronto. A mí, personalmente, no me agrada la idea de la venta de esclavos y me gustaría decirles un par de cosas a más de uno.

También debo decir que en Athkatla están las mejores tabernas en las que he estado, sin olvidar la mayor variedad de bebidas que he visto jamás.

Y si al final hay que usar armas, seguro que tendremos una mucho mejor recompensa que estas cuatro armaduras de lata que hemos recogido aquí, en Athkatla se mueve mucho oro y gemas. ¿Que decís? -

Acabó de hablar mientras se montaba en uno de los caballos de Aranar y ataba a su mula.

Después de ayudar a subir a los prisioneros y presenciar el reencuentro de la familia del Paladin, Zanc se dedicó a buscar en la torre el tesoro del Ogro, cuando finalmente la encontró. -Miren lo que encontré!.... Es el regalo de despedida de la Cabra! - Dijo el Gnomo a la vez que mostraba las monedas de oro, gemas y obras de arte que había encontrado. Ciertamente no era mucho, pero no había que desperdiciarlo, su suerte estaba cambiando desde que salieron de aquellas runas malditas en donde sólo encontraron tragedia. Rápidamente hizo varios montones dejando 7 en total, analizando que a todos les tocara partes iguales, se guardó su botín de guerra y se acercó a Kormack. Al notar que estaba discutiendo con el Paladín, ciertamente a Zanc tampoco le importaba un bledo el hermano de aquel caballero y mucho menos el reencuentro de su familia, su carencia de sentimentalismos era muy clara, pero sólo para él, ya que ante los demás disimulaba tener "sentimientos" hacia los demás. Pero la verdad era que siempre buscaba lo más conveniente para él y hay algo que tenía muy en claro, aquél humano haría lo que fuera por ir en rescate de su hermano, el mismo que tienen esclavizado unos piratas.... Y donde hay piratas, HAY TESOROS!!. Sin duda aprovecharía la bondad y entrega de aquel caballero para llenar mas sus bolsillos con las riquezas de aquellos piratas.

Se acercó a Kormack y lo tomó del brazo para llevarlo hacia otro lado, mientras le decía a Allen -Déjame hablar con él, mi amigo es un poco testarudo!- Expresó con una sonrisa para después acercar su boca al oído del Enano, en donde tuvo que hacer un esfuerzo para alcanzar su altura empinándose en la punta de sus pies.

-Vámos Kormack!, amigo mio!... Estoy de acuerdo que debemos ir por la recompensa que nos debe el viejo ricachón de Pilgaren y quizás exprimirle un poco más de su abundante oro, pero si vamos con el Paladín hasta Athklata, encontraremos allí una enorme ciudad llena de riquezas, seguro que allá valoraran mucho mejor nuestro concienzudo trabajo... Además recuerda que los captores de su hermano son unos piratas!, y bien sabes que los piratas son conocidos por tener extensas cantidades de tesoros traídas de los rincones más escondidos de los mares!... Es una excelente oportunidad amigo, no dejes que tu orgullo te deje guiar y vayamos hacia Athkatla!... La riqueza y la Gloria nos esperan!- Finalizó guiñando un ojo al tozudo enano y esperando que cambiase su opinión.

El enano negaba con los brazos en cruz... Aunque le picaban las palabras de Davros no le gustaba la idea de un combate sin ganancias, eso no era de un buen mercader. Y estaba claro que Kormack era un gran mercader. A los segundo el mediano se acercó con una bolsa de oro. JA! Tú si que hablas mi idioma... dijo con una gran sonrisa. Sin duda una buena forma de entrar al enano, cuando lo apartaba del grupo decía Quieto, quieto! que me vías a darrr de sí la Arrrmadurrra y es nueva... 

Una vez que el mediano se llevaba a Kormack se le podía ver en una primera instancia negar con la cabeza y los brazos en cruz. Luego le siguió un gesto de indiferencia que parecía suscitar la intriga del enano, pues empezaba a acicalarse la barba. Las ideas que exponía el mediano calaban y en su cabeza veía un plan. Pirrratas, si...eso dijo... se escuchó decir al enano para demostrar que había prestado atención. Y tras eso sus ojos se abrieron con flores en primaveras. Asentía... las palabras del mediano causaban sus frutos. El enano rodeó con sus brazos a Zanc para volver con él.

JA! A qué esperrramos? Viamos a ATHKALA!! Todo sea por salvar a una buena familia... claro! La última frase utilizo un tono serio y respetuoso.

Las palabras del mediano resonaban en la cabeza dura del enano HONOR, GLORIA, TESOROS! una sonrisa pícara iluminaba su cara. Hermano... mira como me convierto en una leyenda en Faerun!

En los ojos de la impresionable Ogna se volvieron rojos, reflejos de la sangre que hizo salir Davros del cuerpo de aquel monstruoso orco. 

¡Qué potencia!

La muchacha se miró, impoluta como estaba, y se imaginaba en el fragor de la batalla cubierta por el rojo y espeso líquido. Miró su fino estoque y su pequeño arco con cierta decepción. 

Así no hay manera.

Una vez comprobó que el ogro no se movía y que el otro orco huía con el rabo entre las piernas, la muchacha correteó hasta Davros y pegando pequeños saltos de excitación incontrolable le felicitó.

- Ha sido increíble, Davros. Cómo manejas esa espada.- La porta-antorchas sacó su estoque imitando el movimiento del bárbaro.- ¡ZAS!¡ZAS! Cuando cuente tu historia hasta la ramera más cara de Athkatla querrá hacerte un favor jaja. Me lo tendrás que agradecer después, ¿eh?- Le dio un pequeño codazo con su escuálido codo.- Tienes que entrenarme, lo veo claro ahora. Impresionante, ¿no, Kormack? ¿Eh, Kormack? ¿No ha sido lo más brutal que has visto nunca?¡Buah!- Le plantó un beso en la mejilla,cerca de la comisura de los labios, casi rozando ese diente saliente.

Si no encontraba oficio de porta-antorchas y/o aguadora podría hacerlo de enterradora pues parecía ser la única que se acordaba del pobre de Traishor.

- Habrá que enterrar dignamente al druida y su lobo.- Sacó de entre sus cosas un monóculo y se lo lanzó al enano con tal de ver cómo las pasaba canutas para que no se le escapara de sus torpes manos.- Ahí tienes el monóculo, sé que le darás mejor uso que yo y, ahora que Traishor ha muerto, ese Pilgarien nos lo debe.- Era el trato que había hecho con el mediano. Un trato más que justo. Todo parecía ir sobre ruedas. Zanc encontró un buen tesoro, ¡era rica! Pero a pesar de encontrar a sus padres el paladín nunca descansaría hasta que su hermano le fuera devuelto.

- Aquí no hay líder.- Le respondió a pesar de que a Ogna le gustaba que todos los varones del grupo le bailaran el agua.- La opinión del enano es sólo una más dentro de la del grupo. Por mi parte tengo unos asuntos que arreglar en Cherrybroof.- Miró a Losse y le guiñó un ojo.- Pero siempre he querido ir a Athkatla, no soporto el aire puro que proporciona el campo. Podemos vernos allí si lo deseáis.  No me entretendría mucho. Aranar nos habló de la familia del mediano muerto. Seguramente estén también como esclavos. Creo que algunos de nosotros deberían volver a Oaksville, reclamar la recompensa y ver que propone el alcalde.- Tras la charla se acercó a los padres de Allen y se prensentó , dándoles ánimos y tratando de calmar su angustia. 

Kormack veía a la niña hiperactiva. Estaba hiperexcitada y en su excitación le tiró un monóculo... Hmmm... dijo mientras lo observaba. Se lo guardó, pero la miró pensativa. Demasiadas palabras...esa lengua te pierde...Cherrybroof. ¿A qué tienes que ir a Cherrybroof? Y entonces se acordó...
El gesto del enano pasó de contento a enfadado. Su gesto se agrió y la desconfianza volvió. La porta-antorchas le daba mala espina ese guiño a pelo-nieve no le gustaba. Simplemente se limitó a mirar serio.

Su mano fue al pecho y tocó el diente del lobo de Traishor. Donde debería estar el amuleto de Spujnur...

Quietos! - ordenó el enano. Ahora mismo quierrrro verrrr vuestrrrras perrrrtenencias. Me falta un objeto... Porr supuesto tu padrrre, tu familia y tu mismo no tendrrréis que hacerrlo. Le dijo a Allen. Los demás si! - Darme una razón sólo una. Y cogió el hacha con la mano.