Partida Rol por web

6pp más para el pozo!

tirada de poder

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8+3 guardados del tunro anterior 11pps en la reserva,ahora lo pongo en la ficha

Los tambores despertaron a los Videntes de Hydratan. Extraños despojos del poder del Velo, los Videntes eran en su mayoría seres vagabundos de Albur.

Sus dichos eran siempre verdad, y la verdad es algo que no todos soportan. Nadie quiere escuchar que lo que acabas de decir es mentira, aunque la mentira haya sido pequeña. O que mañana morirá tu ganado. Por alguna extraña razón, los mortales siempre perciben los malos augurios con mayor claridad que aquellos buenos presagios; y culpan al portador de esas nuevas.

Se dice que, en algún lugar en el seno de los Nayas, un Vidente aprendió a mentir. Pero la mayoría de las pobres almas cegadas por el primer resplandor del sol tras los Años de Sangre no son así. Son parias, descastados, usados.

En Hydratan, sin embargo, Llewyn les dio cobijo. En una gran tienda donde se atiende a los ciegos con agua y comida, donde pueden charlar ellos solos sobre el futuro, y recordar el pasado como una manta que ahuyenta los demonios.

Un año exacto de la colocación de la tienda, nació entre los Videntes un niño. Un niño alrededor del cual todos los Videntes se arrodillaron, y nombraron como Llamithé*. A diferencia de los otros niños engendrados por Videntes, este no rehusaba el alimento, ni tenía deformaciones. Era un niño sano, de hermosos ojos grises.

El niño comenzó siendo reverenciado por los Videntes, luego por los Hojas, y pronto toda la población llevaba pequeños regalos al niño, para pedir la bendición de tan extraordinaria criatura.

Pero un día, los tambores despertaron a los Videntes de Hydratan. Llamithé lloró en su cuna. Su madre lo apretó contra el pecho, y pronunció palabras de guerra, muerte y dolor. De jovenes partidos por el odio y ancianos ardiendo.

Llewyn observó las columnas de humo en el cielo, y pidió a los pájaros que le trajeran nuevas de sus vecinos. La gente comenzó a recelar de las noches, y a armarse por los días.

-.-.-.-

En el bosque el primer asentamiento de los orcos crecía rápidamente. Tan rápido como crecía colapsaba, debido a las constantes discusiones internas. Los clanes combatían por saber quien era el mejor, el más fuerte, el más rápido.

Pero mientras esos valores eran defendidos entre los orcos con sangre y colmillos, todos se olvidaron de discutir por quién era el más sabio. Y fue asi como un joven Orco, comenzó a desgranar en su tambor una música que calmó las rencillas e hizo a todos bailar al son de la sangre cálida de su Dios. Al paso ágil de los animales. Con la furia del Lagarto Gigante del Pantano, con la energía de los Mosquitos, los orcos bailaron.

En el último toque de su tambor de piel, marcado con huesos y pintura azul, el joven tamborillero hizo que todos cayeran de rodillas, exhaustos, ante él. Y entonces su voz se levantó alta y fuerte, sobre todos los orcos presentes: Mi nombre es Hhat, y mi mano los ha puesto de rodillas. Solo mi voz ha sido obedecida. Y no he perdido ni un solo guerrero en tan amplia victoria.

Todos asintieron, pues nunca un orco había vencido a tantos a la vez, ni sin recibir herida.

Los primeros en rendirle homenaje se conviertieron en su guardia personal, con los corazones latiendo al compás de los Tambores, y en las manos las enormes cuchillas tribales de filosa piedra encontrada en el crater. El Crater, donde se encontraba tan prodigiosa piedra, también se convirtió en hogar de Hhat y de todos aquellos que decidieron seguirlo, formando así el asentamiento más grande de orcos.

Las columnas de humo al desmalezar y limpiar los alrededores del crater taparon el cielo durante días y los sabios Orcos dijeron que eso era bueno. La caza era buena de noche.

Albur comenzaba a hervir de nuevo...

En Pankheru, los gigantes que llegaron permanecian hospedados alli,
esperando hasta que los Tvus se decidieran...

Mientras tanto, las aves reunidas debatian sobre que hacer...
El anciano que les llevo hasta ese lugar les habia dejado, debian
organizarse, y entonces decidieron.

Onuniru era un miembro callado, pero cuando hablaba, era escuchado por
todos... Su cabeza era un misterio, pero sus pequeñas frases lograban
grandes obras, asi pues fue elegido para guiar el rumbo de la ciudad...
Junto a el, un pequeño grupo de miembros doctos en sus respectivos
campos llevarian a cabo sus ordenes para la poblacion de Pankheru.

Onuniru se reunio con los gigantes, a los que escucho durante largo
rato... Despues se sento, pensativo, buscando una respuesta que darles...

-Esta bien, iremos a Talruum...

Despues se dirigio a sus consejeros:

-Elegid a una pareja para que los acompañe.

Luego de que se marcharan a cumplir su mision, volvio de nuevo a los
gigantes:

-Y dime, Hodrum, que asuntos tratareis alli?

Los pasos del gigante le llevaron por el sendero, llovía, estaba nublado, eran las cercanías a las tierras de la locura, las selvas inescrutables de Pyaray donde siempre llovía y no podía vivir cualquier raza, el gigante vestía unas túnicas púrpura finamente tejidas, una capa carmesí le protegía del viento, un escudo chocaba en su espalda y un larguísimo espadón colgaba de su cinto, sus botas pisaban la tierra dejando las huellas del enorme y poderoso paso de su raza.

El gigante se internó en la ciudad, aparentemente abandonada, entes elementales la habitaban, por lo tanto la ciudad estaba viva, y a viva voz el gigante lanzó su mensaje, aquél que le habían dicho que dijera, no estaba temeroso, no por creerse superior, tan solo, por su condición pacífica de emisario.

Soy Uviel, emisario del Rey Gigante de Talruum, Kilombo, hijo de Oslo, hermano de Loki.

Los gigantes hemos sufrido horribles tormentos, hemos padecido invasiones y ataques, y ahora el Rey Kilombo busca la seguridad para los nuestros, vuestra ciudad: La Tempestad, está dentro de los límites de nuestra seguridad, teneis un año para moverla.

El concilio de Eruditos ha estimado que la presencia de vuestra ciudad amenaza nuestra seguridad, sea por vosotros o por futuros atacantes que pudieran tomar la ciudadela, hemos decidido que vuestra ciudad debe ser movida.

Teneis un año

Si está en el punto lila no hay problema, el emisario no irá, si está en el punto negro, coge la espada o la maleta :)

El imperio elemental empezaba a expandirse, pronto se convertiria en la potencia mas poderosa del continente, los planes deUriel empezaban a rodar con la fuerza de una roca caida por una ladera abajo,si todo salia bien hoy era el centro y manana todo Albur.

 Tras el envío de los consejeros a la ciudad de los gigantes los Kohiri empezaron a entrenar a sus cazadores para la guerra. Tras el horror de la batalla en la llanura de almas se habia extendido una falsa sensación de paz por Albur, pero los Oráculos veían los signos, se acercaban revueltas en el camino y convenía prepararse.

Viendo la posibilidad de que al emisario de los gigantes le siguieran otros se preparo un nuevo totem de la tribu, fue elaborado por los artesanos mas cualificados y los mas poderosos espíritus fueron conducidos a su interior, dándole el poder de la majestad, cualquier extranjero se sentiría impresionado por el poder que emanaba del Totem y que parecía reflejarse en los señores de los kohiri

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Mientras tanto los Vigias se extendían, en algunas ciudades actuaban abiertamente, ya que nadie tomaba en serio a los Vurmaks, en otras tenían que actuar en la sombra. El sigilo era su arma en cualquier caso. Y entre los sigilosos destacaba Ivakh el sombrio, que se dice espio el encuentro entre los dragones gemas y los Karrdum. La información que consiguio en este sombrio conclave le valio gran renombre y los Vurmak, que no tienen líderes, lo tomarón como el modelo ha seguir, teniendo bein en cuenta sus opiniones a la hora de tomar cualquier decisión, empezarón a llamarlo Ivakh Maestro de Sombras

Procellae reunió una pequeña comitiva, muy especial para aquel fin. Su consejo, algunos pocos elegidos de su confianza, y ella misma. Esta vez serían ellos los que trabajarían con sus propias manos, la tarea era sumamente delicada.

Empezaron a avanzar hacia aquel terreno predestinado, la única montaña sin pico de los alrededores. Un bello paraje, sin duda, alejado de la urbe. Por el fluía agua que se deslizaba constantemente por el suelo, y tan casta era la belleza de aquel lugar que se lo modificó lo menos posible levantando apenas algunas columnas y monolitos, solo lo mas esencial para fines espirituales y sagrados. Fue nombrada como la Meseta de la Virtud.

Luego del tiempo de trabajo, llegó el sosiego antes de proseguir con la función de la meseta. Se quedó allí, sola, deambulando entre el agua que dejaba sumergidos los pies. ¿Estaría haciendo lo correcto? El peso de la esperanza de todo un pueblo era inmenso, y a pesar de que se viera ayudada y apoyada por sus consejeros y su gente respectivamente a veces se preguntaba si realmente no había sido un acto de soberbia de su parte aceptar la responsabilidad, que ahora se revolvía sobre sus hombros intentando inspirarle flaqueza. El mensajero que partió hacía varios días aún no había dado noticias...

Entonces decidió tenderse boca arriba donde estaba y dejar que el agua enmarcara su figura. Estuvo varias horas así, observando las nubes y dejando que el aire y el agua danzaran a su alrededor. De cuando en cuando, algún relámpago de neón dividía el cielo, presagiando lluvia. Intrecerró los ojos, como intentando descifrar el tenue mensaje que le susurraban estas voces.

Cuanta paz...

¿Que había granjeado antes el orgullo exagerado? Su propia destrucción. ¿Que les traería la desconfianza? Lo mismo por parte del resto de los pueblos.

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No se percató de que en aquella armonía reinante, el sueño había aprovechado a asaltarle con la guardia baja. Y allí había quedado hasta que le despertó una pequeña companía que, preocupada, había salido en su búsqueda sorprendiendose de encontrarle así. No estaba avergonzada, en cambio se le notaba sumamente alegre. Y es que desde hacía siglos no había experimentado una calma tal como para quedarse dormida a la intemperie sin pena, ni enojo.

Tras agradecer y levantarse de allí sin mayor tardanza, se dirigió a toda velocidad a la ciudadela. Esa misma tarde partieron exploradores, que volvieron en cuestión de días con mapas mas actualizados de los que tenían. El aislamiento les había dejado algo ignorantes de la situación actual de las demas criaturas, a excepción de los Har-Ail cuya reputación había llegado con el viento fresco sin tardanza. Y no tardaron en partir mas luego de la vuelta de aquellos que habían traído las nuevas.

Con el paso de los años, la ciudad siguió creciendo y creciendo. Su localización hacia que el paso fuera obligatorio para todos los comerciantes, y los impuestos cobrados a lo largo de toda la Ruta proporcionaban mucho mas ingreso que los gastos para mantener la seguridad, pese al las continuas ampliaciones del ejército.

Pero lo mas importante no era el comercio, si no la alianza con los Karrdum. Cuando Magnus lo había enviado a cumplir su misión, la parte mas importante era estrechar lazos con sus hermanos de cara a los años por llegar, creyendo que encontrarían un aliado firme en los siervos de Yoonel frente a cualquier posible guerra. Y por ahora, todo iba como planeado.

La reina Ohh'pl'lh ya no se sentía satisfecha con lo que su pueblo venía logrando hasta ahora. Las noticias que llegaban de la superficie la hacían sentir envidiosa. Las razas terrestres progresaban, creaban ejércitos, levantaban ciudades. Y ellos eran ignorados por los demás. Nadie se acordaba de su presencia más que para maldecirlos por los naufragios o para robarles sus innumerables riquezas submarinas.

-Debemos expandirnos, volvernos poderosos y apropiarnos de toda la costa. Que los imperios de la superficie conozcan nuestro poder y deseen enviar emisarios buscando nuestro favor.

Con diligencia, la Perla de Pyaray ordenó la construcción de nuevas ciudades cercanas a las costas del continente central de Albur. Allí se estaban desarrolando los principales polos de civilización y a ellos quería apuntar la sirénida. En apenas unos años, dos nuevas ciudades bordeaban la costa y un asentamiento en la superficie compuesto por sirénidos anfibios prometía ser la base del comercio con los pueblos vecinos.

-Mis ciudades serán poderosas, ninguna será fácil de dominar, los sirénidos nunca caeremos bajo el yugo de otra raza.
Día a día, nuevos sirénidos se entrenaban en las armas y poco a poco, los sirénidos iban conformando sus ejércitos, listos a lanzarse a la batalla en cuanto una chispa de guerra surgiera en el mundo. Su espíritu así se los demandaba.

Aún con deseos de expandir más y más lejos su imperio, la reina de los sirénidos, la poderosa cantora ordenó a aquellos que se encontraban en el asentamiento terrestre incursionar en la tierra de los orcos. Los rumores de que los bestiales seres comenzaban a organizarse se oían a lo largo de todas las rutas comerciales, con lo cual, si la reina quería lograr su objetivo, debía actuar con celeridad.

Los exploradores tenían órdenes concisas que cumplieron a la prefección. Incursionaron y redujeron algunos orcos y los llevaron al asentamiento como prisioneros. Esa raza era ideal por su agresividad y su fuerza para ser buenos esbirros a su servicio, así que capturaron machos y hembras para  conseguir que se reprodujeran en cautiverio, para los nuevos miembros de la raza no conocieran otro gobierno más que el de sus amos del mar.
 

Se m ha borrado el post de la ciudad escondida en cuanto puedra cuadrarlas todas t doy lss coordenafad hago la ciudad q se llama l tenebrosa en cachondeo x la nebulosa y terranosa y 1ejercito en esa misma coudad ambas cosas escondidas

Para el proximo, por fa, si lo lees, respondeme lo que te pregunte en tu escena, lo de las coordenadas, para actualizar del todo el mapa.

Los terranos maestros del arte de dar vida a la tierra comenzaron a moldear ,cincelar y dar forma a la que seria la ciudad de los elementales de tierra .
La ciudad debia ser fuerte y durardera hasta el fin de los dias de Albur.
Como la mas grande plaza del imperio ,la inexpugnable asi se creo.

Las aguas del lago comenzaban a zozobrar , el continuo movimientod elso trabajadores no habia parado desde hacia mucho.Subiendo y bajando la corriente mediante la magia la estaban construyendo.Paso a paso tabla a tabla se alzo desde las profundidades.Asi fue creada Luz de luna

Permitidme que me siente y os cuente una historia.
Hace mucho, mucho tiempo, cuando los dioses aun moraban entre nosotros, nos llego un escrito. Lo trajo una Elemental del viento, cuyo nombre no recuerdo, pero esta es la historia que contaba:

 "No hace mucho, descansaba dulcemente sobre las rocas, sintiendo una agradable brisa en el rostro. Me sentia viva, pues es la esencia de mi ser y me rejuvenecia por momentos.
 Levante la cabeza, al notar que el viento soplaba con mas fuerza. Abri los ojos y alli me parecio verlo, era un extraño ser, parecido a un raton, pero de vivos colores. Tan rapido y veloz que no logre seguirlo con los ojos. Habia estado ante mi, solamente un segundo, pero su gracia sirvio para que no lo olvidara. Asi que comence a buscarlo.
 He perdido la cuenta de los años que llevo con esa busqueda infructuosa y entonces conoci la existencia de este sagrado lugar. Tome un poco de pergamino y escribi esto que estais leyendo, por si alguien mas lo ha visto, no se como se llama, no se que nombre darle, y si no fuera por lo magico que resulto, diria que es algo creado por mi propia imaginacion.

Ahora paso a dibujar lo que mis ojos creyeron ver. Solo deseo volver a verlo"

Nadie le dio importancia, no habian registros parecidos, ni comentarios de nadie sobre una criatura tan fantastica, asi que quedo archivado y olvidado durante mucho tiempo.

Hace unos años, a un Tvu, que traia noticias de fuera, con cierta frecuencia y que presumia de ser un conocedor del mundo, le preguntamos por esa extraña criatura y nos aseguro que si que la habia visto y que sabia donde encontrarla. Nos dio unos datos, que resultaron equivocados. Tal vez la criatura se habia mudado.

Hace unos meses, hicimos correr la noticia de esa extraña criatura, para ver si era o no era cierta su existencia. Uno de los gigantes declaro que podria haberla visto, pero le parecio los petalos de una flor arrastradas por el viento y no le dio mas importancia. Se quedo con el recuerdo, pero no lo habia pensado hasta ese momento.
Los Vander, no sabian nada de ello, pero en sus viajes conocieron a muchos que si que decian haberlo visto. Otras razas, mostraron algun grado de interes, pero fueron los Karrdum, quienes picados por la curiosidad del poder oculto de esas criaturas, enviaron tropas a recoger informacion.
Fueron tomando notas de un lado a otro y al final recopilaron un texto, mas orientativo que real, sobre lo que era esa criatura.

Logramos hacernos con una copia, pues los Karrdum, son muy celosos con sus tesoros y esto es lo que dice.

un ser surgido de la combinación de varios elementos presentes en la naturaleza. Que fuera reflejo de su belleza y poder. El comienzo de la ceremonia dió aconteció al amanecer del día siguiente.

"Aquella criatura que nació, sin duda fue bendecida:
 Su rugir contenía la ferocidad del trueno.
 Su andar la gracia de desplazarse sobre el aire si así lo deseaba.
 Su toque tenía el don de purificar cualquier estanque de agua.
 Su cuerpo presentaba diversas marcas, resplandecientes como el fuego.
 Sus pupilas eran negras cual carbón.
 Su aspecto intentó parecerse al de un animal mas, al menos en silueta, pero se veía a leguas entre los anteriores detalles y      mas aún que se guardaba para si misma la criatura dejaban clara su conexión sobrenatural con lo que estaba por encima de lo banal. Su primer día en este mundo fue memorable, porque por única vez en aquel territorio, las nubes se disiparon, dando paso a un radiante espectaculo de vida y color. Tal era la vivacidad del agraciado ser, que se le dio el nombre de Brío, corazón de la naturaleza."

Asi pues, Brío, la llamamos, y aunque no sabemos su procedencia, ni su habitat, ni nada sobre su comportamiento, ni realmente si existe o no, la buscamos, pues puede ser algo tan grande y poderoso, que no puede ser, sino una de las obras de los dioses.