Partida Rol por web

El imperio del mar iba consolidándose poco a poco. Las ciudades se veían cada vez más prósperas y el asentamiento en tierra estaba comenzando a establecer lazos con otros seres de la superficie.

Los orcos capturados, aunque difíciles de domesticar en un principio, estaban acostumbrándose a su nuevo modo de vivir, y con el tiempo, habían comenzado a formar grupos de mano de obra muy valiosos. La Perla de Pyaray seguía trazando planes en su castillo, pero ni siquiera su círculo de confianza conocía la totalidad de sus ideas para gobernar. Eran tiempos nuevos para los sirénidos y ellos estaban dispuestos a sacarle el mayor provecho posible.

Me parece bien ;) Me alegra que los Nayas, acaben en unas manos habiles con la letra xD.

TURNO CERRADO.

Algo cambio en el mundo. Una leve sacudida en todo el continente alerto a todas las razas. Nadie sabia que sucedia o si ese hecho significaria algo. Pero sintieron un estremecimiento y todos acudieron a sus sabios en busca de consejo.
Los Eruditos de Talruum, lo vieron como una advertencia. El consejo de los Tvus, envio señales a sus hermanos para avisarles del mal presagio. Los tambores orcos, entonaban golpes de muerte. Los Nayas, sintieron el temor ya vivido de otro tiempo. Algo malo iba a suceder, aunque nadie sabia con certeza que era...

Master, cuando Solinari0 vuelva, hazle leer que mueva Aerith, no me gustaría atacarle sin haberle dejado oportunidad de defenderse ;)

19 + 5 = 24

Ok, le dejare un post en su escena con el ultimo aviso xD.

Eh! si claro! xDD. se me ha pegado la costumbre del HQ

El asentamiento orco... quedatelo, si vas a jugar con los orcos, quedate sus ciudades creadas (si, lo sé, solo es una pero quedo mas generoso pluralizando :p)

4+2por empezar el turno con 5 o menos+2 guardados=8ps de mando

EL gigante habia llegado a la ciudad y muchos de etsos curiosos salieron al paso,poco tiempo paso hasta que alguien salio a su encuentro.

Mi nombre es Nirei consejero del emperador de los elementales,segun decis hay un limite o division que marcan los territorios de vuestro pueblo pero nosotros no los conocemos nunca vimos a ningun gigante ni tuvimos ninguna prueba hasta hoy,por ello y para no haber futuros conflictos podria marcarme en un mapa cuales son vuestros limites o linde s,mas que nada para que tengamos claro dond epoder construir nuestras ciudades sin poner en peligro vuestros dominios

Uviel asintió con vehemencia - Leo sabiduría en vuestras palabras, y el hecho de que cumplais nuestras normas es más que un signo de respeto hacia nosotros, cuando vosotros mismos exijais el cumplimiento de vuestras leyes contad con los gigantes, pues esto no será olvidado.

Uviel desenganchó un estuche de hueso de su cinto y destapándolo sacó un montón de rollos de pergaminos, sujetó uno que señalaba las llanuras y cordilleras de los alrededores, y marcó con el dedo el alcance del territorio de Talruum.*

Volveré a Talruum, y notificaré al Rey Kilombo, que la raza de los elementales respetan nuestra existencia, y que la ciudad de Aerith será movida en unos meses, buena fortuna os sonría en los años venideros

Cientos de hechicero confluian en la ciudad de Aerith mientras los hilos de la magia del aire trasladaban la inmensa ciudad a un nuevo lugar.

La presion en el agua empezaria a molestar a casi cualquier mortal ,cuasi.

Pero la embajada enviada por el emperador no eran cualquieras eran elementales de agua y con ellos en una gran burbuja los acompañaba un elemental de oscuridad.

Cuando encontarron a los primeros guardias sirenidos les entregaron un papel pidiendo audiencia con su señora ahora solo quedaba esperar respuesta...

Ja, derroche de puntos esta vuelta XD

Los heraldos del palacio anunciaron a su señora la llegada de un contingente de la superficie.

La reina, con satisfacción decidió recibirlos. Por fin los habitantes de la tierra se daban cuenta que allí en el mar estaban ellos, los poderosos amos del océano.

Al ver llegar a un contingente de seres de agua la desilusión se hizo patente en su rostro. Esperaba ver esos seres de carne y hueso, aquellos que requerían de artilugios y magia para internarse en sus dominios, aquellos a los que les costaría mucho esfuerzo alcanzar las profundidades. Pero enseguida descartó esos pensamientos y recibió a los recién llegados. Tal vez tuvieran algo interesante para ofrecer después de todo.

-Bienvenidos seres de la superficie. ¿Qué os trae a mis dominos?

El Predicador junto con otras dos embarcaciones se perdían en el mar abordando las furiosas olas, comandado por Aerleem, quien llevaba con sigo una importante premisa. Tras haber organizado a su pueblo en la ciudad de Gäldale, Madre le había encomendado a un nuevo objetivo. La asamblea entre las dos mujeres tuvo lugar en el palacio flotante de Madre.

Cuando las multitudes bloquearon el paso del Distrito de las Especias, desde su vigilia alrededor de la tienda de los Videntes, Llewyn reconoció que su pequeño Llameth era un problema. Un problema para los negocios.

Entonces organizó a los Hojas para que tomaran a los Videntes, y los convencieran de mudarse a un nuevo hogar. Un nuevo claro, en la costa de la Bahía del Zafiro, en donde estuvieran a distancia de una cabalgata de la misma Hydratan, pero no estorbaran los negocios.

Bahía de Zafiro, donde se establecería Puerto de la Llama.

Cuando por fin los Videntes estuvieron instalados fuera de Hydratan, Llewyn respiró aliviada.

Mientras el establecimiento del nuevo asentamiento se hacía realidad, la Jefa Expedicionaria se preparó para recibir a Vandrerfán. Con la pompa y el respeto apropiado, Llewyn inclinó la cabeza y ofreció Hydratan al Consejo, como cada año.

El consejo veía con sabiduría desde lo alto los cambios en el mundo, y recriminó a Llewyn por no estar preparada para los conflictos. Mucho sabían ellos lo que les había costado arrancar la libertad y la esperanza de las garras de Yoonel, y no querían que su simiente en el Continente Central pecara en su previsión.

Un Naya de piel color aceituna y ojos extrañamente razgados bajó entonces, con un centenar de guerreros. Ellos serían, dijeron en el consejo, la primer fuerza de los Vandrer en el continente. Ellos serían la semilla de acero para aquellos que no pretendían luchar, pero menos someterse.

Los primeros Cien de Hydratan

Otra sorpresa además deparaba aquel Naya extraño, al mando de su primer ejército. Entregó a Llewyn una espada prodigiosa, de formas sinuosas: Arath'le, La Serpiente. Le contó que esa espada había viajado por todo el mundo en manos de su familia, y representaba el poder guerrero de los Nayas que habían conservado su herencia de virtud, aún a través del Velo.

Llewyn aceptó el regalo de los hombres, la espada, y los consejos. No dejaría que cayeran en saco roto.