Partida Rol por web

Os resultó incluso demasiado fácil echar a los molestos monóculos, por lo que en todo momento estabais buscando una pega. Mirando de reojo todo el camino hacia el pueblo, esperando a que tras cada arbol saliera alguien de su escondite. El truco de magia que visteis no ayudó para nada a quitar esa sensación, todo lo contrario.

Finalmente, llegasteis sin ningún problema al pueblo y unos minutos más tarde al cuartelillo, en donde el mismo guardia de antes seguía en la puerta con cara de aburrido. Al menos ahora no está el viejo para reclamarle la multa.

¿Otra vez por aqui? os dice de buen humor Antonio creo que os espera dentro. Pasad, pasad

Antonio estaba sentado comodamente en su sillón con los pies apoyados en la mesa y la gorra tapandole la cara. Al escuchar el sonido de la puerta se compuso rapidamente para hacer como el que miraba unos papeles en su mesa, pero al reconoceros hizo gesto de que no importaba mucho que le hubierais visto tan relajado.

Hombre! Aqui vienen mis mercenarios jeje ¿Me habeis traido los recuerdos que os pedí?

-Francisca José María Jesús Perfecto Solapajo de Torrérez y Arriezno Guzmán presentándose en Comandancia. Señor! Y la respuesta es afirmativa, señor. Tenemos lo que se nos ha encargado!- dice el cocinero en un tono marcial, para continuar en otro tono mucho más sibilino -Pero cmo bien ha dicho, somos mercenarios, asi que antes de seguir adelante vamos a necesitar nuestra paga.-

Paco está molesto sin saber muy bien por qué, parece que lo de los monos llorosos le ha afectado más de lo que el creía; o tal vez la desmedida facilidad del trabajo.... algo no encaja en su cabeza y cuando eso pasa... se cabrea.

William jugueteaba con un monóculo que llevaba en el bolsillo mientras esperaba ver asomar esos 500 leuros por algún lugar.

Ernesto juguetea con uno de los monóculos mientras se acercan al caurtelillo. Al ver al tal Antonio, Ernesto deja la mayoria de los monóculos sobre la mesa y comenta: No creo que zaque mucho por elloz, ez complicado por alrededorez zacar algún leuro, quizá quiera que ze loz compre yo por un precio máz que apetecible, unoz 15 leuroz por monóculo....

Os mira cuando Ernesto suelta los monóculos con cara un poco extrañado.

¿Esto es todo lo que me traeis? Saca de uno de los cajones cinco saquitos que suenan a monedas. No veo la cabeza que dijisteis que traeríais y ni una gota de sangre en vuestras ropas. No soy tonto, ¿sabeis? Os echa una mirada acompañada de una sonrisa que más parece una mueca que un gesto alegre. Está claro que no habeis hecho el trabajo como es debido, así que solo os voy a pagar la mitad de lo que os dije. Aunque si alguno necesita el dinero, puede delatar a los otros y le daré dos bolsas enteras sólo para él. Claro que los demás no verán ni un leuro y dad gracias que no os acusaría de traición. ¿Que os parece el trato?

Le digo a mis compañeros:

-Me cago en la puta, ya os dije que teniamos que cortar la cabeza a alguno, el que yo tenia de rehen era perfecto.

Miro a Ernesto y le digo:

-Ni se te ocurra delatar a alguno, si haces cuentas, verás que sale mejor si nos consigues quitar le dinero a todos (1250 en total) que no que te den 500 de golpe.

Y con todo esto el cocinero se hartó.

Dió dos pasos, apoyó las manos abiertas sobre el escritorio inclinándose hacia adelante con lo que quedó, como solía decir él, "acojonantemente cerca" del capitán y le dijo:

-Creí haber entendido que no quería que esto pareciese unas casquería. Por otra parte, no hubiese sido prudente que viesen entrar a un grupo como el nuestro cargado de cosas y ensangrentados en el cuartel ¿No es cierto?- para terminar diciendo con un tono seco y sin un ápice de sinpatía por ninguna parte -Así que es mejor que cobremos lo convenido.-

Sin dejar de mirar a Trastantino, dice con un tono mucho más amable:

-Ernesto, ve recogiendo todo hasta que resolvamos este asuntillo.-

Sabía que no podía ser tan fácil como dejarlos ir. Aunque tampoco me sonaba muy tentador masacrar a esos monóculos cobardes y desarmados... 

En la discusión Paco encuentra hábilmente el flanco que debemos abordar.

- Claro, quisisteis ir a ducharos y cambiaros y no me dejasteis traer el cartel que ponía "¡Mercenarios del Capitán de la Guardia!". ¿Como se va a enterar la gente de que somos los héroes? - 

Saco de mi bolsa el último monóculo y lo tiro junto al resto. 

William se indignó. -¡Malditas herramientas represoras del estado! ¡Tan corruptos como siempre!- Señala al guardia con muy mala leche.

-Mandas hacer el trabajo y te embolsillas la mitad del dinero. ¡Ha si va el país! Los funcionarios y los amiguetes se hinchan de robar a base de maniobras como esta y justifican gastos con lo que les sale de los huevos ¿y luego quien paga la fiesta? ¿Quien paga la fiesta?, ¡eh!

¡El pueblo! ¡siempre el pueblo! Esos monóculos eran inofensivos y nos habéis hecho echarlos para que tú te puedas llevar la mitad de este dinero. ¡Pues no señor!-

El rostro de Antonio se vuelve serio y se pone en la misma postura de Paco. No le ha hecho puta gracia que os pongais chulos y ahi teneis enfrente a un hombre menudito pero con cojones de sobra para el resto del pueblo.

Lo que no queria que fuera una casqueria es mi cuartelillo, la gente estaba deseando de verlos masacrados. Al pueblo le gusta la sangre y eso es lo que hay que darle. La oferta es la que os he dicho, pero todavia puedo hacer una mejor, para mis intereses claro. hace un guino a William Tomais lo que os he dicho u os pensais ir tal como vinisteis?

El jefe de la guardia no parece que se vaya a echar atras por unas amenazas.

Joder con el picolo de mierda, qué mala leche que gasta el tio, y encima ahora dice que no nos paga.

-Muy bien, haznos la oferta, y decidiremos.

Igualmente, no tenemos nada que perder ni que ganar.

William tenía muchos reparos en usar la fuerza, especialmente contra grupos pacíficos, pero no cuando se trataba de defender los derechos del pueblo ante las fuerzas opresoras. Cuando el mamón del capitán de la guardia le hizo el guiño, le hirvió la sangre. De echo, se estaba poniendo rojo de ira. Una vena que empezaba en la frente y se perdía bajo la diadema de múltiples colores, empezaba a hincharse visiblemente.

-Se nos contrató para hacer que los monos dejaran de molestar y lo hemos hecho. Hemos traído sus monóculos como prueba y ahora queremos nuestro dinero. Porque si hago cuentas, la suma es la siguiente TRES guardias mas CINCO mercenarios es igual a la cantidad acordada.-

Ernesto mira asustado a sus compañeros y al guardia. Su cabeza se mueve rapidamente mirando a unos y a otros y su cuerpo se resguarda tras sus compañeros. Guardiaz de mierda... Susurra. Dale Paco...atízale en loz morroz y vamonoz con el dinero.
Ernesto observa expectante la situación...

Me pongo delante de todos mis compañeros al ver que las cosas empiezan a torcerse demasiado, los aparto un poco con las manos esperando que entiendan que llega el momento de mi actuación... a ver si así conseguimos algo. 

Pongo la cara mas adorable de que soy capaz.

- Nosotros merecemos la paga acordada, los monóculos ya no molestaran mas, como se nos pidió- 

Pestañeo con mis pequeños ojos esperando que mi encanto consiga nublar el juicio del capitán. 

Antonio mira un poco raro a Kilder y os dice de muy mala leche tras escuchar todo lo que hablais

La otra oferta es mandaros a tomar por culo por intentar tomarme el pelo! Os dije muy claro que no me gusta dejarle el problema a otros y que me trajerais una cabeza de mono. Y al volver me encuentro que me venis sin una gotita de sangre en la ropa y encima os quereis poner chulitos.

Notais un humillo blanco saliendole de las orejas. Es muy poca cosa, pero por lo poco que sabeis de medicina, a ninguna persona debería salirle humo de ahi...Además, está empezando a hacer de vez en cuando un extraño tic, un temblor rapido que le recorre todo el cuerpo durante un segundo y vuelve a repetirse al poco tiempo.

Coged la mitad de ese dinero y largo de aqui!!! exclama con los ojos inyectados en sangre y la cara encogida de rabia.

Paco había estado serio y sin mover un músculo mientras todo el mundo discutía. El capitán había expuesto a la perfección su intención de joderles el día, y el cocinero se sentía estafado y utilizado como una marioneta.

Todo esto le hizo explotar y al final siguió, en cierto modo, el consejo de Ernesto; inclinó el cuerpo ligeramente para balancear el peso y pryectó directamente su brazo en dirección al cuello de Trastantino, con intención de cogerlo e impedirle gritar... o siquiera hablar. E imitando el acento de un pueblo bárbaro que le hacía gracia (y le pàrecía más amenazador) le dijo:

-Escuchame una cosa pelotudito. Nos vas a pagar lo que dijiste y nos vamos a ir todos en paz..... o vas a vivir bastante menos de lo que pensabas.-

Paco coge a Trastantino por el cuello e intenta apretar, pero se queda en el intento. El cuello del jefe de la guardia es macizo y duro como si fuera de acero, asi que no se inmuta lo mas minimo con la amenaza del cocinero.

Quita tus putas garras de amigo de los bichos antes de que te las quite yo.

Los ojos de Trastantino están rojos a más no poder y el temblor se hace incluso más intenso que antes.

Os vais de aqui ahora mismo o me vais a terminar de cabrear... La voz le tiembla al hablar y de verdad que no quiero hacerlo, me estoy aguantando muchisimo ya. Es mi ultima advertencia.

Al ver que a Trastantino le sale un humillo, pienso:

Eso debe de ser que tiene mucha calor, voy a ver si refrescandolo un poquitín, el hombre entra en razón.

Comienzo a buscar cualquier líquido, y se lo vierto por encima.

-Así estarás mas fresquito.

A la mierda!!! grita Antonio mientras se suelta de un manotazo del agarrón de Paco y le suelta un puñetazo directo a Kilder.

La tremenda hostia que le arrea hace saltar por los aires a Kilder que vuela un par de metros antes de caer al suelo.

Id viniendo si teneis cojones!!!!

Antonio no parece para nada una persona, la potencia con la que ha sacado el puño no se parece a nada que hayais visto. Sus ojos rojos ahora brillan como si fueran dos bombillas. El temblor ha cesado, pero el humo sale mas abundante desde las orejas.