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Crónicas Giovanni I: La última cena

8. La ofrenda

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28/05/2012, 11:48
Japheth

Una semana transcurrió desde que hablasen con los Conspiradores y descubrieran su plan. Tras dar el aviso a ambos bandos, Damian y Leonore se prepararon para observar cómo se mataban unos a otros, cumpliendo así su venganza por la continua tortura de sus primeros días como vampiros. Como lobos con piel de cordero, acompañaron a los creadores, pero como espías para Hardestadt.

El jardín del interior del monasterio era sorprendentemente grande. Resguardado de los elementos, estaba protegido por los altos muros del monasterio y tres grandes rocas alzadas en su lado norte. Los arbustos y plantas espinosas del jardín se mecían con la brisa nocturna, cubiertos de rosas. En la zona rocosa, las grutas ululaban con el paso del viento. En la gruta esperaba Japheth y varios de sus monjes. A su lado Marianna, la joven huida del banquete y también vestida de monje, los observaba con desconfianza. Japheth se sentaba en el asiento derecho. En el izquierdo había un hombre de duras facciones con el brazo derecho deforme. El central estaba vacío.

Leonore tenía en sus manos una paloma blanca otorgada por Claudius para dársela a Japheth como oferta de paz. A su entrega, Japheth se puso en pie y la aceptó. Luego hizo un gesto a la vampiro para que se quedase a su lado.

-Claudius Giovanni, chiquillo de Augustos, acércate -pidió el Capadocio.

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28/05/2012, 13:02
Claudius Giovanni

Claudius se acercó con una expresión arrogante. Sus compañeros permanecieron a varios pasos de distancia mientras él se arrodillaba ante Japheth.

-Perdóname, hermano, pues he pecado contra ti.

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28/05/2012, 13:03
Japheth

-Sí que lo has hecho. Pero mi sire lo perdona todo, como hace mi Sire en el cielo. Y así te perdono yo.

Claudius se incorporó sacudiéndose el polvo de sus calzas de seda. Japheth agarró a Claudius, manteniéndolo a la distancia de su brazo. Con la otra mano sujetó la paloma frente a su pecho, protectoramente.

-Vete y no peques más.

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28/05/2012, 13:05
Claudius Giovanni

-¿Qué es esto? -preguntó Claudius-. ¿No le das un beso a tu hermano? ¿Un beso de paz y perdón?

Japheth le cogió la cabeza entre las manos, diciendo:

-Óyeme bien, hermano. Soy yo quien se sienta a la diestra de nuestro Padre. Obedezco su voluntad y su palabra. ¡Ten bien presente el destino de quienes abandonan su sendero!

Sollozando, liberó al Giovanni.

-Vamos, Claudius. Estoy esperando tu beso de paz. Conozcamos cada uno el alma del otro y acabemos con ello.

Claudius aferró a Japheth y tiró de él con un brusco movimiento. La paloma, atrapada entre ambos, cayó al suelo con el cuello roto mientras Claudius hundía sus colmillos en el delgado pecho de Japheth, desgarrando su hábito y haciendo que la sangre saliese a chorros.  Los monjes cayeron al suelo mientras oraban, a excepción de Marianna.

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28/05/2012, 13:09
Hardestadt

Entonces, de su escondite, los Fundadores surgieron.

-¡Muerte a los traidores! ¡Muerte a Claudius Giovanni!

Y comenzó el pandemonium.

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29/05/2012, 01:20
Damian Rockhard

Damian esperaba aquél asalto sorpresa de alguna manera u otra. Y en cuanto escuchó el grito de Hardestadt supo que el mecanismo se había puesto en marcha. Se acercó corriendo hacia donde se encontraba Leonore y tiró de una de sus manos para apartarla rápidamente hacia el lado opuesto de dónde habían aparecido los hombres de Hardestadt.

- Mi señora, debéis ponernos a cubierto, ¡ahora!

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30/05/2012, 14:54
Leonore Valkor

Leonore había sostenido la paloma y permanecido en silencio, expectante mientras Giovanni hablaba con Japheth. La situación se había vuelto algo violenta, así que se había apartado buscando con la mirada a Damian justo en el momento antes en que Hardestadt y los suyos saltaron a la acción. Sitió una mano tirando de ella, apartándola del caos que se estaba formando. Escuchó las palabras del guerrero y asintió, aunque en realidad ansiaba tener un arma y poder estrellársela en la cabeza a su Sire.

-Tened cuidado... -suplicó, antes de buscar un lugar donde ponerse a salvo.

Primero vería hacia qué bando giraba la balanza. Después decidiría si intervenir o no.

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30/05/2012, 15:11
Director

Hardestadt y Jadviga se buscaron el uno al otro, furiosos, y se estrellaron en una pelea llena de rabia. Los otros Conspiradores hicieron los propio con los Fundadores, todo por proteger a Claudius mientras diabolizaba al pacífico Capadocio. El vampiro manco no se movió del sitio, y los monjes tampoco, sólo oraron y cantaron.

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30/05/2012, 15:14
Rafael de Corazón

-¡Claudius! -dijo Rafael, que era una estela de color rondando alrededor de Violetta-. ¡Detened a Claudius!

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11/06/2012, 00:33
Damian Rockhard

Damian dudó unos segundos mientras observaba el campo de batalla. Quería calibrar cual era el posible bando ganador, pero aquello parecía poder alargarse si no actuaba rápido. Echó mano de su espada y se lanzó al ataque de Giovanni.

Notas de juego

Gasto 3 puntos de sangre, uno para velocidad y 2 para fuerza.

17/20 puntos de sangre

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12/06/2012, 20:55
Director

El guerrero fue a por Claudius Giovanni, pero el grupo de conspiradores hicieron un corrillo para defender a su líder de los envites de los Fundadores. La sangre corrió a raudales derramada por garra, colmillo y espada, y mientras que algunos vampiros se movían tan rápidos que apenas parecían sombras, otros peleaban con una fuerza sobrehumana, o resistían heridas letales con poco más que gruñidos. Los monjes humanos entraron en el patio clamando por la paz, pidiendo que desistieran en su enfrentamiento. Sus voces fueron desdeñadas y alguno fue cazado en mitad de la pelea para sustentar los poderes vampíricos.

Damian cruzó espadas con su creador, el enorme vikingo, que por edad y entrenamiento supo mantenerlo lejos de Giovanni sin mucho problema. Sus embestidas fueron tan potentes que el soldado se vio desarmado cuando su espada se partió en dos con gran estruendo.

En ese momento, Claudius dejó caer el cuerpo de Japheth, que ahora no era sino cenizas revoloteando al viento.

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12/06/2012, 21:08
Claudius Giovanni

-¡Quien coma mi carne y beba mi sangre tendrá la vida eterna, y yo le alzaré el día final! -gritó Claudius con la sangre de Japheth empapándole la boca.

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12/06/2012, 21:11
Cappadocius

En ese momento, en el asiento vacío apareció el viejo al que habían visto antes. Cappadocius. Esta vez no levitaba, sino que parecía presente y real. Estando allí, el viento se volvió rebelde y azotó las ropas de los que observaban, amedrentados ante su presencia.

-¿Qué has hecho, Claudius? -preguntó el vampiro con gran ira-. Has matado a tu hermano.

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12/06/2012, 21:18
Augustus Giovanni

-Ha hecho lo que yo le ordené, Sire. Ha tomado el lugar de tu hijo, como yo voy a ocupar el tuyo -dijo el vampiro manco, levantándose-. Quiero tu sangre. Dámela.

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14/06/2012, 03:46
Leonore Valkor

Leonore observó la pelea a intervalos, tentada de coger una espada y unirse, y también de salir corriendo hacia cualquier otro lugar. Podía recurrir a sus nuevos ghouls, pero la encontrarían. No sabía cómo pero lo harían, y tampoco podía dejar sólo a Damien, el cual luchaba contra su Sire, quizá del modo que debería estar haciendo ella con el suyo. No. ¿Cómo iba ella a ponerse a pegarse con espadas?

Entonces la diablerie terminó y volvió a parecer Cappadocius, y otro más. ¿Qué demonios estaba pasando?

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14/06/2012, 03:59
Damian Rockhard

Damian intentó intervenir, pero se vio claramente superado por su Sire. No podría hacer otra cosa que observar la escena, expectante a lo que pudiera pasar ahora. Nada de aquello parecía tener sentido.

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14/06/2012, 17:03
Cappadocius

-Sabes que mi sangre pertenece a Dios -advirtió el Antediluviano-. Caín me ha hablado y me ha dicho "Haz de ti un eterno sacrificio, para que todos tengamos la vida eterna". He de crear el Cielo en la Tierra, para liberarnos a todos de la maldición de Dios y liberar a los mortales de la tumba.

-¿El Cielo en la Tierra? -gritó Augustus, que llegaba hasta su Sire con gran esfuerzo por culpa de los huracanados vientos que se arremolinaban a su alrededor-. ¡Nunca!

-No puedes detenerme. Me he entregaod libremente y mi alma perdurará aunque esta forma se extinga.

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14/06/2012, 17:11
Augustus Giovanni

-¡Entonces te arrebataré el alma y tu poder! -gritó Augustus. Aferró a su sire entre sus brazos y le mordió en el cuello. Sus ojos empezaron a brillar y dijo-. ¡Ah! ¡Su sangre quema!

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14/06/2012, 17:27
Hardestadt

-¡BLASFEMIA! -aulló Hardestadt, intentando hacerse paso para aplastar a Augustos. Mas el viento huracanado era tan fuerte que ni siquiera él podía franquearlo.

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14/06/2012, 18:11
Leonore Valkor

¿El Cielo en la Tierra? ¿Qué estaba pasando? El bando de sus Sires estaba con aquel hombre que intentaba beber la sangre de Cappadocius... y le ardía. ¿Desde cuándo la sangre podía resultarles dañina?

Horrorizada y al ver que el combate se había detenido, estando todos inmersos en la extraña escena que se sucedía, la Toreador fue hasta Damian y tiró de su manga para llamar su atención. No dijo nada, pero no quería estar sola porque no sabía lo que iba a ocurrir a continuación.