Partida Rol por web

Estoy más pendiente de que no se me apague el porro que de herir al Zombie, y doy un navajazo al aire

Laura intenta controlar el pánico. Debe mantener la frialdad si quiere sobrevivir y no perder a sus amigos.

Se acuerda de los cuchillos que le dio Miguel. Los saca y da cuchillazos al zombie.

El putrefacto engendro apenas tiene que moverse para esquivar los ataques de los inexpertos amigos que intentan vencer a la desesperación para poder luego vencer a su anfitrión, aunque parecía que la lucha interior iba a durar todavía un rato.

El desfigurado enemigo deja escapar otro gruñido cuando por segunda vez al intentar morder a JA éste es capaz de esquivar su ataque en el último momento, agachándose ágilmente para evitar que los asquerosos dientes vuelvan a entrar en contacto con sus fluidos.

Lo de matar a navajazos no es lo mio, mejor me centraré en el consumo de estupefacientes...

Miguel continúa intentando alcanzar el tejido en descomposición que rodea a la criatura, pero no está nada acostumbrado a las peleas dado a su afable naturaleza y mucho menos contra muertos vivientes. El ambiente se podía cortar con un cuchillo y eso es lo que hizo literalmente.

Vuelve a intentar atizarle al podrido pero falla estrepitosamente. Entre el alcohol , la poca luz y el cansancio fran no da una con el palo. En cualquier momento le atiza a alguno de sus amigos...

Jose Antonio vuelve a enarbolar el gato después de los intentos fallidos por herir al zombie con sus técnicas de kick boxing.

Con un potente giro de muñeca, finta engañando a su enemigo que recibe el golpe a la altura de donde antaño debería de estar su estómago, pero el cadáver andante no parece inmutarse y le devuelve una macabra y deforme sonrisa, enseñándole sus dientes con la sangre aún fresca y restos de la piel del cuello del portero de discoteca.

Fran vuelve a intentar atizar al podrido pero falla estrepitosamente. Entre el alcohol, la poca luz y el cansancio no da una con el palo. En cualquier momento le atiza a alguno de sus amigos...

Laura continúa sujetando el cuchillo con su temblorosa mano derecha, lanzando cuchilladas al violento anfitrión que desprende ese olor tan asqueroso que ya pudo oler cuando estaba en el exterior de la casa. A punto de vomitar por el asco, el horror y el alcohol, la universitaria era incapaz de alcanzarle.

Perico, entre tanto, drogado hasta las cejas y con la punta del clavo oxidado aún en el interior de la palma de su mano derecha, está al borde del delirio a causa de los estupefacientes y el dolor y sus ataques continúan siendo inútiles mientras el mango del cuchillo se va manchando con la sangre que sale de su herida abierta.

Entre tanto, un nuevo intento de mordisco fallido del putrefacto le saca de sus casillas y comienza a gritar.

- ¡GRRRRRRRRRRRRRAAAAAAAAAAAAAAHGG! ¡OS VOY A MATAAAAR A TODOS IMBÉEESSILEEESS!-el aire escapa por la garganta abierta de la criatura, provocando seseos y sonidos vaporosos chirriantemente contrastantes con su oscuro y hostil tono de voz.

J.A. vuelve a intentar un patadón a las piernas del zombi para tirarlo al suelo, pero no lo logra

Laura histérica sigue blandiendo el cuchillo dándole por fin justo a la mitad de la cabeza.

¡MUERE!

Una vez más , Fran intenta darle al zombie pero el golpe da en la pared pasando muy desviado de donde está el zombie.

Miguel coge fuertemente con sus dos manos el viejo cuchillo de cocina que habían robado del piso de abajo y carga contra su enemigo a una velocidad ridícula debido a sus músculos entumecidos por el miedo y la humedad, ya de por sí bastante débiles. Por suerte, el muerto viviente está demasiado concentrado en tratar de apabullar a los invasores de su tranquilo hogar y el diminuto filo serrado de la improvisada arma se clava en su brazo derecho, aunque ni siquiera se inmuta cuando sucede.

Mientras tanto, J.A. yerra intentando derribar al muerto lanzando una de sus potentes patadas a las aparentemente frágiles piernas del encolerizado anfitrión que no dejaba de observarle con los ojos inyectados en sangre.

Laura secunda la cuchillada de su compañero Miguel Villalba, pero el "hombre" sigue sin inmutarse ante los ataques del grupo de asustados y alcoholizados amigos. El filo del cubierto sale de la piel del rival llevándose consigo un trozo de su hedionda dermis en descomposición e incluso un poco de sangre seca, aunque el gesto de la criatura se mantiene inalterable.

J.A. está ya muy harto de este zombi, y espera machacarlo con cualquier golpe kickboxero con el que pueda acabar con él.
En un descuido, consigue cascarle una combinación de puñetazos que a una persona tendrían que dejarla bastante 'perjudicada', especialmente sin guantes...

Miro mi chusta, y pienso ¿Pa' qué?. Le doy la última calada, la tiro al suelo y grito- ¡¡WAAAAAAGGGHHH!! -Mientras me dirijo preparado para embestir al zombi con la cabeza...