Partida Rol por web

Stigga continuaba intentando ayudar a sus compañeros, pero no pudo hacer nada. Falló de nuevo. Ella necesitaba estar al alcance de su lanzallamas para ser realmente efectiva, aunque si se hacía con un lanzamisiles...

Apunto al que intenta huir, directo a la cabeza, como a todos los anteriores y disparo dándole por detrás en toda la nuca, soltando un chorro de liquido de su cabeza al impactar y romper el cráneo.
pero quizás alguno de esos indeseables me ha visto pues alguno gira su cara hacia mi posición mientras su compañero cae inerte en el suelo para no levantarse jamas.

Mientras Stigga erraba el tiro por no aprovechar la situación ni apuntar contra ellos, Zora logró otro impacto limpio que le voló la cabeza a otro desgraciado.

El doctor asomó la cabeza, un poquito, y apoyó el rifle en la barandilla antes de apretar el gatillo una única vez. Estuvo cerca de acertar, pero, al no hacerlo, volvió a agachar la cabeza.

Armand continuaba con la furia asesina que la muerte del piloto había desatado en él. Su supuesto autocontrol no estaba ni mucho menos actuando, quizá por el estrés, quizá por la enfermedad que lo corroía por dentro. De esta guisa, Armand liberó todo el poder de su rifle, desatando un fuego aleatorio y desmedido capaz de impactar tanto en amigos como en enemigos. ¿Cuándo podría el sargento volver a recuperar la calma  la cordura?...

Logan volvió a abrir fuego, preocupado por el estado en el que parecían haber entrado los Volpone.

"Tropas de choque y una mierda" pensó mientras apuntaba con el rifle y abría fuego de nuevo en semiautomático. Si no paraban de disparar como locos, tendrían que pararlos, y aquello iba a ser complicado. 

Solo Logan logró abatir a otro hereje. Illium y el sargento Volpone estaban inmersos en sus propias mierdas de perdida de control y eran incapaces de lograr nada... eran presas del pánico y poco eran capaces de hacer. Por otro lado, Jeremias, cayó desmayado al suelo, las fiebres que sufrían eran imposibles para soportarlo y vomitó de manera inconsciente amenazando con asfixiarse si alguien no le atendía; pero aún quedaban traidores sobre el terreno.

Un tiro un muerto, esto es lo que me habían enseñado y así se haría, había que guardar munición, porque nadie sabia cuando saldríamos de aquí, así que apunte al siguiente y volví a dispararle en la cabeza después de apuntar.

Stigga empezaba a sentirse frustrada, y eso la cabreaba más todavía. Afianzó de nuevo la carabina contra el hombro y disparó rápidamente hacia uno de los enemigos, con la esperanza de que, con suerte, acabara con su vida. 

Aunque no las tenía todas consigo.

Armand, finalmente logró recuperarse de los sentimientos adversos que lo habían embargado y provocado un descontrol monumental.. al menos podría finalizar la escaramuza sin balbucear ni babear como un patético recluta; bien por él.

Dos herejes eran abatidos nuevamente por salvas y disparos precisos dejando a un traidor tirado inconsciente en el suelo y a otro en shock que no parecía estar dispuesto a superar el trauma de lo que había llegado a presenciar a escasos metros de él mismo.

-Mierda, Jeremías-dijo Logan al ver aquello, dejando de lado el asunto de matar a los herejes para intentar ayudar al líder de los montaraces. 

-Doctor, ¡ayúdame!-ordenó más que pidió, mientras intentaba que aquel hombre no se asfixiara. 

- Dejar a alguno vivo, atarlo y custodiarlo, quizás podamos sacarle información, yo os cubro desde aqui. digo rápidamente.

Illium pareció recuperar la compostura a la vez que lo hizo su sargento. El soldado de Volpone se levantó agitado y se asomó para observar el estado del campo de batalla... o más bien el erial que había sido testigo de la escaramuza y la cruel muerte de Malakias.

Baltar oyó cómo le llamaban y asomó la cabeza para ver dónde. Claro. Siempre le llamaban cuando había disparos. Alguno se exponía demasiado y acababa recibiendo lo suyo y entonces era el buen doctor el que tenía que salir para arreglar lo que era culpa de otros.

Cogió aire y salió a la carrera hacia donde estaba Logan. Maldiciendo a cada paso.

Entre Logan y el doctor ayudaron a Jeremias, su estado era deplorable, pero aquel pequeño gesto de ponerle de lado para que el vomito fluyera ayudó a que no se ahogara con sus propios fluidos.

El combate estaba apunto de finalizar, y solo quedaban dos herejes; uno inconsciente y otro en shock, tirado sobre le barro ennegrecido por el accidente de la imponente nave espacial que los trajo de manera abrupta a aquel planeta. 

La escaramuza casi había terminado, era el momento de evaluar los daños, y Armand no estaba en absoluto conforme con el resultado que parecía depararles. El combate había sido rápido y desorganizado, y el sargento se había pasado la mitad de este en un estado de embriaguez colérica poco eficiente, algo por lo que estaba ciertamente avergonzado. Quizá por este motivo decidió poner algo de terreno de por medio para con sus compañeros - Doc, Logan, atended a los heridos. Voy a bajar... - Y dicho esto comenzó a descender.

Stigga no dudó ni un instante al ver al Volponita bajar. Guardó su carabina laser y se dispuso a bajar para ayudarlo; pero no tuvo en cuenta un par de cosas. La primera que era un lugar difícil de descenso, la segunda que ella llevaba una cantidad de peso excesiva si se comparaba con el resto de sus compañeros.

viendo que uno no se movía apunte al otro en la cabeza y dispare mientras decia, Bueno, ya tenemos uno, así que evitare problemas. y sin mas disparo.

Nadie tuvo ojos para el certero disparo de Zora que logró acabar con la vida del traidor que se mantenía agachado presa del pánico, en un estado de shock... era un tiro fácil y por ello no hizo falta de toda la pericia de la francotiradora; sencillamente apuntó y disparó, otra baja más...

Pero para lo único que todos tuvieron atención fue para Armand, que comenzó a descender por la abrupta pared de la destrozada nave. Apoyándose en diferentes asideros, el Volpone iba realizando un buen descenso, pero entonces Stigga, decidió que ella no iba a ser menos y se dispuso a bajar por donde lo había hecho el sargento. La pelirroja bajó unos metros con torpeza, aquello no era lo suyo, pero dio un paso en falso; donde creyó que había una plancha para colocar el pie, lo que realmente había era aire. Sin que pudiera soportar su peso, la Verghatista cayó al vacío tratando de aferrarse a los cientos de cables que había y otros salientes. Comenzó a rebotar como una pelota de goma sin capacidad de rebote, dándose con todos los trozos de metal que asomaban mientras sus manos intentaban desesperadamente aferrarse a algo, incluso al propio Armand, el cual extendió su brazo pero sus dedos se rozaron levemente antes de que cayera los últimos metros a plomo. Finalmente se quedó boca arriba sobre el suelo, en apariencia muerta.